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viernes, 30 de enero de 2009

50 refranes


1) A bicho que no conozcas, no le pises la cola.

2) A canas honradas, no hay puertas cerradas.

3) Beber con medida alarga la vida.

4) Bien ama quien nunca olvida.

5) Cada cual es dueño de su miedo.

6) Cambiar de opinión es de sabios.

7) Charlando y andando, sin sentir se va caminando.

8) Chispa pequeña enciende un monte de leña.

9) Da a los ricos lo suyo, a los pobres lo tuyo.

10) De desgraciados está el mundo lleno.

11) El bien viene andando, pero el mal volando.

12) El diablo abre la puerta y el vicio la mantiene abierta.

13) Fácil es empezar, y difícil perseverar.

14) Fíngete en gran peligro y sabrás si tienes amigos.

15) Ganar sin guardar, poco es de estimar.

16) Gula y vanidad crecen con la edad.

17) Hasta lo bueno cansa, si es en abundancia.

18) Hombre hablador, poco cumplidor.

19) Ignorar para preguntar y preguntar para saber, eso es aprender.

20) Incauto fin, hasta que cayendo aprendí.

21) Joven que nada duerme y viejo que siempre duerme, cerca tienen la muerte.

22) Juego y bebida, casa perdida.

23) La alegría rejuvenece, la tristeza envejece.

24) La conciencia es la vez, testigo, fiscal y juez.

25) Llamar al toro desde la barrera, eso lo hace cualquiera.

26) Llorando nacen todos, riendo ni uno solo.

27) Malo es callar cuando conviene hablar.

28) Mejor maestra es la pobreza que la riqueza.

29) No basta parecerlo, hay que serlo.

30) No des a otros lo que no quieres para ti.

31) Ocasión que se va, quien sabe si volverá.

32) Oír a todos, creer a pocos.

33) Palabras melosas, siempre engañosas.

34) Poco a poco llegamos antes.

35) Quien da y quita lo dado, es villano desalmado.

36) Quien se alegra del mal del vecino, el suyo le viene en camino.

37) Refranes y sustos, hay para todos los gustos.

38) Regla para bien vivir, callar después de ver y oír.

39) Si dices las verdades, pierdes las amistades.

40) Si eres oveja, te comen los lobos.

41) Todo salto tiene riesgo.

42) Tu deseo bien será, para quien bien te desea.

43) Una cosa es ser sincero y otra cosa es ser grosero.

44) Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.

45) Vale más pan con amor, que gallina con dolor.

46) Visitas, pocas y corticas.

47) Ya que me das el consejo, dame también el remedio.

48) Yunta buena o yunta mala, el buen arador bien ara.

49) Zapato que aprieta, otro se lo meta.

50) Zozobra la verdad, mas nunca ahogada la verás.

miércoles, 28 de enero de 2009

Martí, 156 años


Uno de los retratos más conocidos de José Martí fue realizado en 1943 por Jorge Arche Silva (Las Villas, Cuba, 1905-Cádiz, España 1956). Más sobre el pintor aquí.

Para saber del Apóstol, recomendamos leer aquí, aquí y aquí.

José Martí's mausoleum, Cementerio Santa Efigenia, Santiago de Cuba por miss mass.

En el Mausoleo de Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, descansan los restos de José Martí.
Foto: miss mass, Flickr.
José Martí 1 por mdondo.

Estatua en el Parque Central de La Habana donde cubanos y extranjeros suelen rendirle honores.
Foto: mdondo, Flickr.

Jose Marti por Vampire Black Cat.

Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana. Monumento diseñado por Enrique Luis Varela, escultura de Juan José Sicre. Terminado en 1958.
Foto: Vampire Black Cat, Flickr.

NYC - Central Park: Bolivar Plaza - José Martí statue por wallyg.

Escultura de bronce de Anna Vaughn Hyatt Huntington en el Parque Central de NuevaYork.
Foto: wallyg, Flickr.


Jose Marti in Saint Paul por philethier.

Busto en Saint Paul, Minnesota, Estados Unidos.
Foto: philethier, Flickr.


Jose Marti Middle School Grand Opening por FuriaRubel.

Escuela en Union City, Nueva Jersey,Estados Unidos.
Foto: FuriaRubel, Flickr.



A Statue Of Jose Marti, Cienfuegos por Forbes292.

Parque José Martí en Cienfuegos, Cuba.
Foto: Forbes292

Jose Marti in the morning por Aj McKee.

Plano de la misma estatua de Cienfuegos.
Foto: Aj Mc Kee, Flickr.

jose marti park, ybor por UpSouth.

Ybor City, Tampa, Florida.
Foto: UpSouth, Flickr.

José Martí 2 por mdondo.
Ciudad de La Habana.
Foto: mdondo, Flickr.

lunes, 26 de enero de 2009

Protagonistas

Durante sus viajes a la Isla, a los turistas también les llama la atención los animales que ven en campos, playas, casas y ciudades. A continuación, catorce de las más de mil 500 fotos archivadas en "Cuba Animals".

animals, Western Cuba

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Sheep car

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Punta Perdiz


Cuban Hen

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Carribean Awakening

Peacock


dogwalk

Fighting Dogs

Kuba

viernes, 23 de enero de 2009

Se acabó la diversión


Por Rubén Caravaca*
Fotos: Joseph Scherschel y
Francis Miller, revista Life

1958 es un año convulsivo, otro más, en América Latina. Argentina elige como presidente a Arturo Frondizi, de la Unión Cívica Radical. En Colombia y Venezuela se producen intentos de golpe militar. En Chile, Salvador Allende pierde en su carrera presidencial. En la capital de Guatemala vence la izquierda, pero las elecciones son anuladas. El PRI mexicano vuelve a ganar con el 90 por ciento de los votos. En Nicaragua, la guerrilla ataca a Somoza. En Lima, Richard Nixon, vicepresidente de Estados Unidos, es recibido con una protesta multitudinaria. En Haití, François Duvalier decreta la ley marcial y firma un acuerdo de asistencia contra el comunismo con el dominicano Leónidas Trujillo. Panamá suspende las garantías constitucionales. Después de veintitrés años en el poder, el Partido Colorado pierde las elecciones en Uruguay. Esto ocurre meses antes de que las fuerzas capitaneadas por Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara entren en La Habana poniendo en marcha lo que el Che denominó "socialismo con pachanga". Eso fue el 2 de enero de 1959, hace cincuenta años.

En Cuba, sobre todo en La Habana, a diario acaecen un buen número acontecimientos, convirtiéndose en la capital americana de referencia. Muchos la califican como "el prostíbulo de los Estados Unidos" bajo el amparo y protección de Fulgencio Batista. Cabarets, hoteles, casinos y salas de juego, teatros, espectáculos vanguardistas o eróticos, están siempre repletos al margen de miserias, huelgas, bombas, cadáveres, corrupción, presos, torturas, mafias y proclamas revolucionarias que desde la Sierra Maestra, a través de Radio Rebelde realizan "los barbudos", como son conocidos los integrantes de la guerrilla conducida por Fidel Castro.

La vida, o mejor la noche, se desplaza de la colonial Habana Vieja, al Vedado, mientras la comercial se materializa en Centro Habana, en calles como Prado, San Rafael, Galiano y Neptuno, cuya confluencia es conocida como "la esquina del pecado". Todas las ciudades tienen su famosa calle de leyenda: Quinta Avenida en Nueva York, Ramblas en Barcelona o la Gran Vía en Madrid. Ese espacio central en La Habana es La Rampa. Hoteles como el Habana Hilton (bautizado Habana Libre en 1959), Capri, Riviera... no son capaces de ensombrecer al majestuoso Nacional, construido en los años 30 en un promontorio rocoso sobre el malecón, y en el cual no pudo alojarse Josephine Baker, pero sí ilustres mafiosos como Frank Costello o Lucky Luciano, uno de sus propietarios. Cafeterías, restaurantes, clubes, teatros y cines, completan esta zona de fábula.



Desde la aparición de las estaciones de radio en 1922, no paran de proliferar: más de 160 se contaban en 1958. Proporcionalmente, Cuba cuenta con más aparatos y diales que Nueva York, siendo los más animados de todo el continente y, quizás, los más agresivos comercialmente. La programación musical es parte esencial, destacan los programas de música bailable, los dedicados a la canción, el tango y lradionovelas como Yo amo un canalla, Mala semilla o El derecho de nacer. En los bailables radiados actúan artistas muy célebres como Barbarito Diez, Isolina Carrillo, Rita Montaner, Celia Cruz, Merceditas Valdés, Joseíto Fernández, Pío Leyva o Cascarita. El programa por excelencia es La Corte Suprema del Arte, trasmitido por la emisora nacional CMQ, y donde consiguen arrancar Elena Burke, Olga Guillot, Rosita Fornés, Tito Gómez o Celia Cruz. En Cadena Oriental debuta Benny Moré, que luego pasa a RHC Cadena Azul, Radio Progreso y dirige la orquesta CMQ en el programa Fiesta a las Nueve con su Banda Gigante. La Mil Diez y Unión Radio también presentan a los artistas más populares. Las orquestas tienen un papel destacado. Muchas actúan gratis a cambio de publicidad para sus conciertos, y son contratadas para los más variados eventos: cuanto más público atraigan, más contratos consiguen. La popularidad en la radio es un medio esencial para ello. Entre las orquestas más conocidas están las de Antonio María Romeu, Armando Valdespí, Maravillas del Siglo, la Elegante con Paulina Álvarez, Maravillas de Arcaño, Melodías del 40, Los Caciques, Típica Moderna o la América. De ésta forma parte el violinista Enrique Jorrín, que realiza una innovación sobre el danzón clásico en 1951, dando vida al cha-cha-chá para entusiasmo de bailadores, quienes improvisan nuevos pasos que van a arrebatar a los cubanos, logrando ensombrecer a Pérez Prado, quien había conseguido vender más de 4,5 millones de "mambos" en dos años.
La televisión, que comienza a caminar en 1950, juega su papel en la difusión musical con programas como Cabaret Regalías, Jueves de Partagás y, sobre todo, Casino de la Alegría. Cuba ocupa el noveno puesto en el mundo por el número de televisores, 66 por cada mil habitantes, con cinco canales nacionales, siendo el segundo país en emitir en color, antes incluso que Estados Unidos. Los Canales 2 y 4 son los que inicialmente mantienen la pugna más dura por conseguir audiencia. La música, y por supuesto los artistas, son utilizados para lograr los objetivos. En 1957 llegan para actuar en La Habana treinta artistas cubanos que residían en diferentes ciudades del mundo, para un programa especial titulado Cincuenta años de música cubana. Entre ellos Machito, Antonio Machín, Vicentico Valdés… Los empresarios pagan la cantidad que sea por contratar a las estrellas del momento, como Lucho Gatica, o lanzar a la fama a otros como Luis Aguilé. A Sara Montiel le pagan 25 mil pesos para uno de los programas estelares, Escuela de Televisión. Su aparición en películas como El último cuplé y La violetera la han catapultado a la fama. Su presentación tiene lugar en el Canal 11 del magnate Gaspar Pumarejo, un 5 de noviembre de 1958. La revista Show resume así su presencia: "Su presentación nos defraudó de tal modo que la consideramos una agresión al buen gusto de nuestro pueblo. Desde que hizo su aparición ofrecía la más tenaz y gráfica expresión de una ausencia total y absoluta de sensibilidad artística". Osvaldo Farrés, autor de temas tan conocidos como Toda una vida, Acércate más, Quizás, quizás, Tres palabras o Madrecita, tiene su propio programa, el Bar Melódico de Farrés. Promueve desde allí un especial dedicado a Rita Montaner, moribunda por un cáncer. Gaby, Fofó y Miliki cautivan al público más pequeño, primero en Unión Radio TV y luego en la CMQ. La prensa se hace eco de la adquisición de la ciudadanía cubana por los payasos españoles.



En el país hay más de 400 cines, más de 130 solamente en La Habana, cifra a la que no llegan París o Nueva York. En la mayoría es habitual que haya actuaciones musicales entre los diferentes pases de películas. América, Fausto, Payret o Blanquita son los más conocidos, éste último con más de 6 mil 600 butacas. En los jardines de las cervecerías La Polar y La Tropical, en la barriada de Puentes Grandes, son habituales sesiones bailables de varias horas de duración. En los Centros Gallego, Asturiano, Deportivo La Estrella o en el Club Candado se realizan sesiones musicales privadas. En uno de ellos, Las Águilas, en la calle Luz, en el populoso barrio de Lawton, la Orquesta Aragón prueba sus temas antes de presentarlos en público.

Son años de cambios musicales. Bebo Valdés da vida a un nuevo género denominado batanga. Niño Rivera viaja a México y recorre Europa. 1956 es el año de la consolidación, aunque su fundación tuvo lugar en 1939, de la mencionada Orquesta Aragón, con El bodeguero que Nat King Cole da a conocer en todo el mundo. El fílin, que comenzó a fraguarse en 1941, empieza a despegar en el Callejón de Hammel, en casa de Ángel Díaz, hijo del trovador Tirso Díaz. En la esquina entre Virtudes y Soledad tienen lugar las tertulias previas. Niño Rivera, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Leonardo Morales y Justo Fuentes son algunos de los asistentes. Bebo les dedica un tema, Jóvenes del fílin. También forman parte del colectivo Giraldo Piloto, Alberto Vera, Armando Peñalver; Marta Valdés, quien en 1958 compone Tú no sospechas; Tania Castellanos, Ñico Rojas, recientemente fallecido; Frank Domínguez y Aida Diestro, que en 1952 forma el Cuarteto D'Aida con Elena Burke, Moraima Secada, Haydée y Omara Portuondo, todas ellas integradas o cercanas al movimiento del fílin.

La industria discográfica es muy potente. En Areito, Discuba, Gema, Kubaney, Meca, Montilla, Neptuno, Panart, Puchito, RCA-Víctor, Sonotone y Velvet graban principalmente los artistas cubanos. Algunos lo hacen también en "disqueras" de Nueva York, como la Sonora Mantancera, Celia Cruz, Vicentico Valdés o Guillermo Portabales, uno de los grandes de la música guajira. Las gramolas o vitrolas son esenciales para la extensión de nuevos ritmos y artistas, convirtiéndose en un recurso esencial para el desarrollo de la industria discográfica nacional. En 1956 había más de 10 mil vitrolas en toda la isla instaladas en bares, bodegones, barrios, comercios y locales habilitados en los grandes centros azucareros y rurales. En las vitrolas situadas junto a night clubs y bares o locales asociados a la prostitución, el bolero es la música más escuchada. Publicaciones como Bohemia, Carteles, Confidencial y Show, reflejaban toda la actualidad artística y musical desarrollada en tiempos pre-revolucionarios; informaciones que también tienen cabida en los 58 periódicos diarios o las 126 revistas de información general semanalmente editadas.



Tropicana, inaugurado en 1948, es el cabaret por excelencia, pero no el único. En ellos se pueden ver las revistas musicales más glamurosas, los grandes artistas nacionales y todos aquellos que tienen peso en la escena mundial. Los cabarets Parisién, Copa Room, Sevilla-Baltimore, Comodoro, Montmatre y Sans Souci, llevan por primera vez el bingo a la isla. El hotel Deauville se convierte en sitio habitual para el rodaje de películas porno, mientras el Plaza y Saint's John, entre otros, mantienen una variada vida nocturna. Por sus escenarios y otros espacios musicales, pasan Arturo y Lucho Gatica, cada uno por su lado, Frank Sinatra, Libertad Lamarque, Leo Marini, Luis Aguilé, Daniel Santos, Bobby Capó, Carmen Miranda, Richard Roberson, Trío Calaveras, Andy Rusell, Pedro Infante, Nat King Cole, Renato Carosone, Tony Bennet, Tony Martin, Josephine Baker, Tito Guizar, Edith Piaf, Maurice Chevalier, Jorge Negrete, Lola Beltrán, Pedro Vargas, Mirta Silva, Los Panchos… Y también los españoles Pedrito Rico, Estrellita Castro, Sara Montiel, Carmen Amaya, Lola Flores, Imperio Argentina, Lolita Sevilla, Juanita Reina… Es fácil encontrarles tomando un mojito, quizás compartido con Hemingway, Ava Gardner o Marlene Dietrich en La Bodeguita del Medio o El Floridita o comiendo en la Parrillada del Blanquita o en el Centro Vasco.

Junto a los grandes espacios conviven otros más populares: Palermo Club, Alloy, Pensylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchín, Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana-Madrid Night Club, Habana 1900, La Red o el Alí Bar, que se va a convertir en el club de moda, en las afueras de la ciudad. No es de extrañar, en él actúa Benny Moré, uno de los más grandes artistas de la música cubana y universal. Como sus desplantes suelen estar a la orden de la noche, el elenco lo completan Fernando Álvarez, Celeste Mendoza, Orlando Vallejo, Reinaldo Hierrezuelo, -quien en los noventa triunfaría con la Vieja Trova Santiaguera- y otros de renombre, para garantizar la calidad y nivel del Alí Bar. Las noches se prolongan durante horas y la última cita suele ser en los locales de la Playa de Marianao, que nada tienen que ver con los cabarets y casinos mencionados, como el Kiosko Casanova, El Niche, La Choricera, El Ranchito, La Taberna de Pedro, Los Tres Hermanos o El Chori, donde alcanza gran popularidad con los timbales Silvano Chueg Hechavarría, alias El Chori, que compite musicalmente con Marcelino Teherán. Lugares donde se encontrará a Marlon Brando ejerciendo de timbalero; a Agustín Lara, Imperio Argentina, Gary Cooper, Toña la Negra, Ernesto Hemingway, María Félix, Josephine Baker o Errol Flynn, todos huyendo de los decadentes espacios donde se dan cita la burguesía, aristocracia y mafias capitalinas. Según el actual director de Casa de América de Madrid, Miguel Barroso, experto en la vida cultural habanera, en 1958 existían casi mil 200 bares o locales nocturnos musicales; 250 clubes sociales con actividad musical; 50 orquestas que habitualmente tocaban; 100 tiendas de discos y 150 comercios donde se podían adquirir instrumentos musicales. Con el triunfo revolucionario, el Sherezade, santuario del fílin, Atelier, Imágenes y El Gato Tuerto pasan a ser los clubes más visitados.




La capital ha estado convulsa durante todo el año 1958, con acontecimientos trágicos como la huelga de abril, con un saldo numeroso de muertos, o el secuestro, durante 24 horas, de la estrella del automovilismo argentino Juan Manuel Fangio. Los rebeldes asestando indudables golpes en las provincias orientales, pero los habaneros parecen no dar importancia a la situación y preparan las fiestas de despedida del año. Entre ellas, la que tendrá lugar en el Salón Rojo del Capri, donde actúan Los Chavales de España, los mismos que inauguraron el Tropicana y donde triunfan durante cuatro años ininterrumpidos.

En las primeras horas de 1959, Batista huye con su familia en dos aviones DC-4 rumbo a Santo Domingo. Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara están en las puertas de la capital. Los norteamericanos y sus amigos intentan huir del país. Fidel Castro espera hasta el día 8 de enero para entrar triunfante con todos los honores. La población, entusiasta, acoge con exaltación las primeras medidas revolucionarias. Dos meses más tarde se produce el cierre de los grandes casinos y cabarets, con importantes movilizaciones reclamando su apertura. Unos pocos fueron reabiertos, y hoy continúan funcionando, pero el resto fue obligado a cerrar durante la "ofensiva revolucionaria" de 1968.

Surgen nuevos artistas, La Lupe, Freddy… y ritmos como la pachanga, creada por Eduardo Davidson. Otros comienzan a abandonar la Isla, en un goteo que se prodiga hasta nuestros días. El cortometraje experimental PM (Pasado Meridiano), sobre la vida nocturna en la capital es prohibido, igual que varias publicaciones culturales. El gran Carlos Puebla compone un tema que refleja aquella realidad a la perfección: "Y en eso llegó Fidel, se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar".





*Rubén Caravaca nació en Madrid en 1959. Desde 1982 organiza actividades culturales, fundamentalmente musicales. Por primera vez viajó a La Habana en agosto de 1994. Para entonces, ya había descubierto el son y llevado a Europa la Vieja Trova Santiaguera, mucho antes del fenómeno Buenavista Social Club. Con el paso del tiempo, propiciaría las actuaciones en España de Irakere, Omara Portuondo, Marta Valdés, Pedro Luis Ferrer, Eliades Ochoa, la Estudiantina Invasora y Willy Chirino, entre otros. Participó en las primeras producciones de Habana Abierta y del dúo Gema y Pável. Convenció a la discográfica Virgin-Emi para hacer una colección de música cubana, con 32 títulos. Poco después tendría acceso a los archivos de la EGREM, donde quedó alucinado de los materiales allí guardados. Paralelamente, en las calles de La Habana y Santiago de Cuba encontraría auténticas joyas en discos de vinilo y colecciones de las revistas Bohemia, Carteles y Show. Posee más de 300 cancioneros de los años 40 y 50 así como una impresionante colección de música popular. Escribe para dos revistas de información general (Cambio 16 y Cuadernos para el Diálogo) y una musical (Ritmos del Mundo). Desde 2002 no viaja a la Isla. Tiene una web (www.lafabricadeideas.net) y un blog (http://rubencaravaca.blogspot.com).

miércoles, 21 de enero de 2009

Rusia regresa


Por Iván García, desde La Habana

Los rusos regresan a Cuba, esta vez como turistas y con moneda dura en el bolsillo. Aunque en diciembre de 2008 también estuvo anclado en la Bahía de La Habana una flota rusa de barcos gigantescos, erizados de cañones y radares. Las intenciones de ambos gobiernos son bastante claras. Castro II pedirá mucho y pagará poco. Dmitri Medvédev intentará colocar a Rusia en los centros de poder mundial.

Son altos como palmas. Caminan con paso lento y miran con detenimiento las edificaciones de la parte vieja de La Habana. Es un grupo de cinco turistas rusos, tres hombres y dos mujeres jóvenes que visten a la moda. Son rubios y de ojos claros. Si uno no supiese que existe un embargoestadounidense, los confundiría con unos americanos despistados y aburridos.

Cerca de la Plaza de Armas. en un precario inglés le preguntan a un mulato de calvicie incipiente y con una guitarra en la mano, dónde se puedecomer algo ligero. "Fast food", dice la chica rusa. "Ah, no, aquí no hay McDonald, lo más parecido es un Ditú, que vende pollo frito, a dos cuadras de aquí", responde en ruso el mulato ante el asombro de los turistas que indagan dónde lo aprendió. "Estudié en la escuela de payasos de Oleg Popov, en Moscú, en los años 70". "Ah, usted es payaso", indaga otro ruso con una camiseta del Chelsea. "Sí, un payaso que ahora canta para vivir", contesta y con su guitarra empieza a cantar Noches de Moscú.

El expayaso les logra sacar del bolsillo 10 cuc (pesos cubanos convertibles) por la canción. Se llama Manuel, tiene 53 años y hace quince se dedica a "hacer sopa", como llaman en la Isla a quienes cantan mientras los turistas comen en cafeterías y restaurantes ubicados en las calles empedradas de La Habana Vieja. "Con estos bolos he tenido suerte, por lo general son algo tacaños y no les gustan las viejas canciones rusas ni que les llamen tovarich", señala Ortiz que confirma que estudió para payaso en la antiguaURSS.

Con la nueva ola de turistas rusos, ese amplio y surtido mercado informal compuesto por jineteras, guías particulares, músicos, vendedores de tabaco y ron, choferes y casas de alquiler, han comenzado a desempolvar viejos manuales de enseñanza del idioma ruso para poder establecer un diálogo elemental.

Joel, 32, algo pasado de peso, con pinta de intelectual y que suele ganarse la vida como cicerone o guía privado de extranjeros, hace un perfil de los turistas rusos actuales. "Les sigue gustando el ron y el tabaco al igual los antiguos soviéticos, buscan chicas mestizas, jóvenes y bisexuales bisexuales para sus orgías, y al contrario del europeo occidental medio, no les gusta la música tradicional cubana,sino grupos como Orishas, y la salsa de Isaac Delgado. No son espléndidos como los cubanoamericanos o loscanadienses,
pero a veces dejan buenas propinas", dice el cicerone mientras fuma un cigarrillo mentolado y mira para ambos lado a la caza de algún turista.

Un funcionario de la cadena hotelera Gran Caribe calcula que cerca de 10 mil turistas procedentes de Rusia visitaron Cuba en 2008. La nueva invasión rusa no se limita al turismo. Por las calles de la Habana circulan ómnibus de la marca rusa MAZ en las líneas PC, P9, P6 y P10 de la empresa Metrobús, que ha trazado un diseño de rutas por las vías principales de la ciudad con ómnibus articuladosde grancapacidad de pasajeros y han logrado aliviar en algo la critica situación del transporte en la capital.

Además de ómnibus, el gobierno cubano estudia la posibilidad de establecer empresas mixtas con Rusia en el sector petroquímico y de biotecnología. Donde hay un gran mutismo es en la esfera militar. Se sabe que las FAR están equipadas con tecnología soviética desfasada, y que si sigue activa es por puro milagro, gracias a las numerosas adaptaciones de empresas militares cubanas. Pero al respecto nada trascendió durante la visita del mandatario ruso Dmitri Medvédev, en noviembre de 2008. Lo que sí se sabe es que se está renovando la aviación civil, con aeronaves rusas más modernas, modelos IL-96 y TU-204.

Hasta en la religión, Cuba y Rusia mueven fichas. Los que rigen nuestros destinos nunca han visto con buenos ojos a la iglesia católica, siempre a la espera de una respuesta oficial para obtener másespacios para su labor pastoral, educativa y social. Sin embargo, en el casco histórico de La Habana se abrió una iglesia ortodoxa rusa, una doctrina religiosa con escasos seguidores en el país.

La política exterior de Raúl Castrobusca rescatar de aliado a Rusia, para junto conVenezuela y China, reflotar la precaria economía nacional.La respuesta rusa ha sido afirmativa. Pero está por ver qué bala guarda en la recámara el joven presidente ruso. Según analistas, Cuba tiene una deuda financiera con la extinta URSS ascendente a 20 mil 800 millones de rublos. Ni Putin, el actual primer ministro, ni Medvédev son tontos. Saben que la capacidad de pago de la Isla a sus productos es nula. Cuba no es un buen mercado. Por tanto, las razones de este nuevo acercamiento son ser de corte político. Ya las maniobras militares conjuntas con Venezuela, y la guerra con Georgia dieron una pista: Rusia busca de nuevo un puesto de líder entre los países con capacidad de decisión en el planeta.

Está por ver si al gobierno de Castro II le interesa más el diálogo con el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, o ser una pieza de ajedrez de la política exterior rusa. Ya una vez, hace 47 años, cuando la crisis de los misiles, el matrimonio con Rusia casi provoca latercera guerra mundial. Y el petróleo por tubería, dejó a cambio el permiso de establecer en nuestro suelo instalaciones militares, como la Base Lourdes de espionaje electrónico.

Fuera de eso, Rusia ha dejado pocas huellas en la sociedad cubana. Miles de matrimonios, y nombres como Mijaíl, Iván, Boris, Tania, Liudmila o Tamara. Raúl Castro y su equipo tienen dos opciones en materia de relaciones foráneas. O apuestan por Obama y su renovada visión del mundo o por las torcidas pretensiones del antiguo imperio de los zares. La visita de la flota rusa a La Habana y el coqueteo político con Moscú crean más dudas que esperanzas.

lunes, 19 de enero de 2009

Cincuenta y veinte


Por Iván García, desde La Habana

La revolución de Fidel Castro cumple medio siglo. Fiestas y tour políticos para sus aliados en el mundo. El "periodo especial", la gran depresión económica cubana arriba a sus veinte años.

La familia de José Capote tiene poco que celebrar. El viejo Capote a sus 79 años no siente la misma pasión por su "revolución" como en enero de 1959. "Aquello era otra cosa, la gente en masa en las calles, casi todos apoyaban a los barbudos de Fidel", rememora con un dejo nostálgico el anciano, mientras le tiemblan sus manos.

Con la erosión del tiempo y la ineficiencia proverbial del sistema castrista, después han desertado en bandadas muchos de los antiguos partidarios. Otros como Capote se quedaron. El que un día fue un joven valiente y audaz miembro del Movimiento 26 de Julio, en este 2009 yace postrado en un descolorido sillón, preso por los síntomas implacables del Mal del Parkinson. Tiembla mientras habla y necesita el apoyo de hijos y nietos para poder caminar. "Estoy esperando que Dios me lleve, pero aún creo que la revolución fue necesaria, había mucha corrupción política y miseria en los campos. Sí, Fidel ha cometido numerosos errores, pero creo que ha valido la pena. No me arrepiento", expresa Capote con lágrimas en sus ojos lagañosos.

Tiene razones para estar triste. De sus siete hijos, cinco se han marchado a Estados Unidos, "la sociedad del vicio y el mal" que José Capote combatió con las ideas y las balas en África en los años 80, cuando era miembro de las fuerzas armadas. A pocos días del arribo de su entrañable revolución verde olivo a sus cinco décadas, dos de sus nietos se marcharon definitivamente del país. Yosuán, de 19 años, hacia Miami, y Kleber, de 22, colgado del brazo de una española. Hubo una pequeña fiesta para despedirlos a los dos, pero en ella no hubo música y apenas se habló.

Pese a su tristeza, el viejo Capote no ha renunciado a sus familiares en el extranjero. "Vivimos gracias a ellos. En los años duros del período especial toda la medicina y comida de mi papá nos las enviaban de afuera", dice en un susurro Mayra, 52, una de las dos hijas que aún viven en Cuba. El drama de los Capote es una de lasgrandes manchas de larevolución de Castro.

Olvidemos por un segundo la ideología, los presos políticos, los fusilamientos masivos del 59, la locura guerrillera en medio mundo, el desastre económico... Cerremos los ojos y olvidémonos de ello por un momento. Dividir a la familia e intentar que renuncien a los que se marchaban, es uno de los terribles pecados cometidos por la revolución cubana.

Desde hace un tiempo, las cosas empezaron a cambiar y el gobierno intenta no dividir más a las familias. Pero no se pueden olvidar los tiempos en que los llamaban "gusanos" y te incriminaban si recibías cartas, paquetes y dinero del exterior. Ahora no. En estos momentos, los casi dos millones de cubanos que viven desperdigados por medio mundo son la primera economía del país con los más de mil millones de dólares que envían. Es por eso que Castro II pide clemencia en las Naciones Unidas, la Unión Europea y al nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que levanten las restricciones de los viajes a la isla de los cubanos que residen en suelo norteño. Y quieren más. El gobierno cubano sueña queéstos puedan enviar todas las remesas que deseen y no los 300 dólares trimestrales actualmente permitidos.

Y, por supuesto, quiere que levanten el embargo. No para que empresarios cubanos inviertan en la isla, o el arquitecto Nicolás Quintana diseñe conjuntos de viviendas económicas. No para que el poeta Raúl Rivero haga tertulias literarias sobre su último libro, y tome café mientras habla con sus amigos en su apartamento en elcorazón de Centro Habana. No. Lo que los gobernantes cubanos desean es que los turistas estadounidenses arriben en manadas. ¡Y que vengan los dólares, que los estamos esperando! Ya alimentos y medicinas se pueden comprar en Estados Unidos mientras se pague alcontado. Pero se extraña a los gringos gastando dinero a manos llenas por las calles habaneras.

La política de división y odio a la familia, además de un gran fracaso, es lo que ha desnudado la fachada ideológica del régimen. Y se ha convertido en un boomerang. La inoperancia económica del sistema se traduce en un enamoramiento constante hacia el exilio, pues necesitan su dinero como el aire que respiran.

En este 2009 se cumple también veinte años de vivir en "periodo especial", limbo retórico que no es más que una guerra sin tronar de cañones. Cuba figura entre las naciones del planeta con una crisis económica que ya va por su vigésimo aniversario. Triste record. Lo peor de todo es que el gobierno de Castro II no sabe cómo salir de ella.

Se sabe cuál es la puerta de salida: cambiar casi todo y empezar de nuevo. Pero el régimen se resiste al cambio. Si algo puede celebrar en estos 50 años es su proverbial inmovilismo mientras la Isla se derrumba. Es cierto que el pasado no se puede cambiar, pero se deben aprovechar las oportunidades del futuro. Si Castro II no toma nota del descontento general, Miami o Madrid seguirán siendo el futuro de muchos cubanos. Y las divisiones en las familias, como en la de José Capote continuarán.

Foto: JB Moment in Time, Flickr.

viernes, 16 de enero de 2009

María Valero y Félix B. Caignet

Por Tania Quintero

He hecho un post con los dos porque los dos forman parte de la historia de la radio cubana. Cuando la actriz María Valero falleció, el 26 de noviembre de 1948, formaba parte del elenco de la radionovela El derecho de nacer, escrita por Félix B. Caignet. Sesenta años después de su muerte, María Valero sigue siendo recordada como la gran dama de la radio en Cuba. Más sobre ella.

maria valero por jaramij.

El nombre de Félix B. Caignet (Santiago de Cuba1892-La Habana 1976) ha quedado identificado con su novela de mayor éxito, El derecho de nacer, estrenada en Cuba el 1 de abril de 1948. Y es lógico: en 1952, para la radio se hicieron dos versiones internacionales y otra en 1966. Los primeros en llevar O Direito do Nascer a la televisión fueron los brasileños, en 1964, con episodios desconocidos. Después de su muerte se realizaron dos versiones televisivas en español (1981 y 2001), y dos en portugués (1978 y 2001).

Caignet es autor también de La serpienta roja (1934), más conocida como Chan Li Po, nombre del personaje interpretado por Aníbal de Mar; El precio de una vida (1944); El ladrón de Bagdad (1946); Peor que las víboras (1946); Los ángeles de la calle (1948); Los que deben nacer (1953); Pobre juventud (1957) y La madre de todos (1958), entre otras.

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Antes de convertirse en el Corín Tellado de la radio cubana, Félix B. Caignet se desempeñó como periodista en periódicos y revistas cubanos; escribió cuentos y canciones infantiles (la más conocida es El ratoncito Miguel) y compuso números que le dieron la vuelta al mundo: Frutas del Caney, Carabalí, Te odio, Mentira, En silencio y Sin lágrimas, entre otros. Más aquí y aquí.

(La foto de María Valero es de la galería de jaramij en Flickr y la de Félix B. Caignet de Google-Imágenes)

miércoles, 14 de enero de 2009

Crónica frutal para el verano


Por Raúl Rivero

Hubo un tiempo pasado que debió ser el porvenir de mi padre. Para él, que nació al mediodía del once de agosto de 1920, los años setenta eran una estancia remota, misteriosa, vecina solamente de la eternidad.

Su infancia fue una nación salvaje. Allá, en un Camagüey intacto y sobrecogedor donde vivían más pájaros y palmas que personas, bajo un capitalismo naif y lento.

Se hizo enseguida adicto a las frutas y a los dulces caseros. Profesional del congrí y del puerco frito. Por un chilindrón hacía --a caballo-- una semana de marcha hasta las cercanías del puerto de Nuevitas.

Decía níspero y uno tenía enseguida la arenilla del níspero en la boca. Lo mismo cuando convocaba el canistel y la guayaba, el marañón amarillo y el punzó, y cuando describía esas guanábanas que estallaban en la hierba fina para dejar al descubierto una pulpa de equívocos.

Especialista en piñas y naranjas, podía determinar por el color, la intensidad de sus dulzuras. De los plátanos manzanos, dátiles y ciento en boca apreciaba la humedad y textura.

La mandarina, la lima y la ciruela, así como el anoncillo y el caimito, tenían para él rango de entrantes.

Para refrescar, agua de coco servida en jarro de aluminio, mientras al fondo sobre unos carbones, la masa inmaculada entraba en el primer hervor.

Para el tamarindo escurridizo y ácido usaba una fórmula sin ortodoxias: azúcar blanca para amasar su carne magra. Pero lo mantenía, junto al anón y la granada, en el capítulo de frutas trabajosas.

¿Cuál ciruela, la roja o la amarilla? Las dos, cada una en sus pieles de lujo.

Al melón de castilla con un cuchillo grande y en tajadas de norte a sur, como a la fruta bomba y al mamey colorao y al de santo Domingo.

A todos los mangos del mundo con la mano y los dientes, en contacto directo porque en la ceremonia se incluyen los olores, el jugo y las hilachas.

Era un maestro de esa gastronomía elemental y silvestre que ofrecían los campos de Cuba.

Mi padre, que se murió en la plenitud de su futuro, en la década de los setenta, y que todos los días se preguntaba sin mirar a nadie: ¿Alguien se acuerda de las piñas? ¿Y de los melones? ¿Cómo han podido dejar a este país sin frutas?

(Publicado en El Nuevo Herald el 10 de agosto de 2008)

lunes, 12 de enero de 2009

La prostitución infantil


Por Iván García

La prensa mundial dedica amplio espacio a la plaga pedofílica que ha caído sobre la infancia. Los datos de la UNICEF no por repetidos dejan de ser espeluznantes: en Asia, más de un millón de niños se prostituyen; 300 mil en Estados Unidos; y en Brasil, los meninos de la rúa pasan de 100 mil. En Centroamérica, el 47 por ciento de las prostitutas infantiles son víctimas de abusos y violaciones en sus propias familias, y solamente en Colombia, Venezuela, República Dominicana y Haití, más de 325 mil menores venden su cuerpo.

Es una vergüenza para la humanidad que a las puertas del Siglo 21 exista la industria pornográfica infantil. Y lo peor, es que se encuentra en expansión. Cuba no es ajena a estos males. Las principales publicaciones nacionales han realizado reportajes sobre la situación de la niñez en la isla, pero hacen hincapié en que la mayor parte de los pequeños se dedican a asediar a los turistas, pidiéndoles dinero y souvernirs con la anuencia de los padres. Apenas se habla de la prostitución y la pornografía infantil. Pero existe.

Super secretas son las estadísticas oficiales sobre el tema. Se calcula en unos 5 mil los menores de 16 años que ejercer el viejo oficio en Cuba. No es una cifra demasiada alejada de la realidad. A los doce años, como promedio, la más joven generación empieza a practicar la prostitución o su variante criolla, el jineterismo, término que literalmente significa "cabalgar" sobre los extranjeros. En los últimos años se ha puesto de moda que adolescentes de los dos sexos comiencen a "jinetear", a prostituirse, dado el incremento del turismo en todo el país. Muchos de los visitantes no vienen a ver los logros de la revolución. Llegan en busca de placer en mulatas y mulatos, jóvenes, adolescentes, y niños de uno y otro sexo.

Un ejemplo es Héctor, 20 años, atractivo como su homólogo de la Ilíada de Homero. Una noche, un mexicano pasado de tragos, lo confundió con una chica. "Tenía 13 años y compartía con mis amigos en el muro del Malecón cuando un empresario que negocia con Cuba, se enamoró de mi". Al día siguiente lo invitó a la playa, le hizo varios regalos y le dio dinero. Se pasó varias semanas con él, recorriendo otras provincias. Hoteles, autos, comodidades y lujos hasta entonces desconocidos.

Héctor confiesa que la necesidad fue el talón de Aquiles para convertirlo en homosexual. Esa condición sus familiares no la aprueban, pero la aceptan, por lo mucho que Héctor les resuelve. Hace tres años se fue a vivir a México. "Era extremadamente celoso. Me golpeaba, no me dejaba salir solo a la calle, no quiso que continuara estudiando. Entonces, Héctor se enamoró de un amigo del empresario, que fue quien le pagó el pasaje de regreso a La Habana. Su otro novio mexicano viaja todos los meses a Cuba, esperando a que su amigo olvide lo ocurrido, para llevárselo con él a tierras aztecas.

Según Héctor, la prostitución infantil masculina está a la orden del día, sobre todo en La Habana. Los más adictos son los mexicanos, alemanes y españoles. Uno de los sitios que se ha cogido como lugar de encuentro es la Escalinata de la Universidad. "Mira, allí van los iniciantes, niños entre 11 y 13 años, que por un dolar o unas baratijas se dejan toquetear o practican el sexo oral". Recientemente, se han descubierto domicilios de particulares que alquilaban habitaciones a extranjeros sin saber (en algunos casos y en otros sabiendo) su utilización para la perversión de menores, y que incluían sesiones de fotos y videos para preparar pornografía infantil y venderla en otras naciones.

¿Por que los niños? Héctor no sabe exactamente la respuesta, pero piensa que es porque con los niños hay menos riesgos de contraer el sida.

Foto: Dos niñas prostitutas en Brasil, retratadas por Kim Manresa (Barcelona, 1961).

(Publicado el 5 de noviembre de 1997 en Cubafreepress)

viernes, 9 de enero de 2009

Sueños por cuenta propia (V y final)

Por Tania Quintero

En los primeros años de los barbudos, la gente iba al trabajo restregándose los ojos. De sueño, por la mala noche pasada frente al televisor o al lado de el radio. Fue uno de las "modas" de la época. Otra fue la de los cartelitos "Gracias, Fidel" en las puertas de las casas. Algunos eran calcomanías que se pegaban, otros, pequeños letreros metálicos que se clavaban.

Mi padre, José Manuel Quintero Suárez, falleció el 7 de octubre de 1966 y lo enterramos al día siguiente, en el Cementerio de Colón. Cayó tremendo aguacero y Blas Roca, bajo la lluvia, hizo la despedida de duelo. Si algo le agradezco a mi padre fue que, al ser hija única, me educó para que siempre pensara con mi propia cabeza y no me dejara arrastrar por ningún fanatismo.

Tenía una forma muy peculiar de ver la vida y la muerte. Gustaba decir: "No voy a los velorios de quienes no me han invitado a sus fiestas". También pensaba que guardar luto era una tradición tan hipócrita como ésa de hablar bien de los muertos, cuando algunos en vida habían sido malas personas. "La mujer del César no sólo tiene que serlo, sino también parecerlo" era uno de sus refranes preferidos. Siempre fustigó lo que él llamaba la política del cura: "Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago".


No recuerdo que hubiera venerado la figura de Stalin, un Dios para determinados sectores del comunismo cubano. Cuando la II Guerra Mundial, consideró que había salvado a la URSS, pero cuando años después se supo lo que en realidad hizo lo bajó del altar y no quiso saber más de Stalin.

Mi padre no creía en casi nada y decía que algún día habría que revisara la cifra de los 20 mil mártires que Fidel Castro y sus seguidores decían que habían muerto por la revolución. Al asalto del cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, le llamaba "putsch". Cuando la repercusión de la polémica entre chinos y rusos llegó a Cuba, ya mi padre no estaba en condiciones de tomar partido por los seguidores de Mao o de Kruschov.

De tal palo, tal astilla. Por ello siempre fui inconforme, indócil y alérgica a las cofradías políticas. Nunca fui militante de la UJC o del PCC ni participé en actos de repudio. Décadas después, agotada la verborrea castrista y fracasadas las metas, quedan los sueños. Propios, independientes, supervivientes de la pesadilla. (Fin)

(Publicado en Cubafreepress en enero de 1999)

jueves, 8 de enero de 2009

Sueños por cuenta propia (IV)

Por Tania Quintero

No viví la tensión que rodeó la Crisis de Octubre -o de los Misiles, como es conocida fuera de Cuba. En 1962 me dedicaba a la tarea de escolarizar a antiguas criadas de los ricos. Lo hacía cada noche en escuelas de superación para la mujer, abiertas en distintos barrios de la capital. Por la mañana estudiaba marxismo, historia y literatura en la Escuela de Instructores Revolucionarias Conrado Benítez, en una hermosa mansión del antiguo reparto Biltmore, hoy Siboney. Y por las tardes impartía clases a muchachas campesinas, procedentes de provincias orientales.

Hasta que llegué a la televisión cubana en 1982 había dejado mis huellas laborales en una docena de empleos. Fui mecanógrafa, bibliotecaria, maestra, auxiliar en un registro civil, oficinista, secretaria y divulgadora de una empresa. En el periodismo me inicié, como en todo lo demás, autodidactamente. Lo ejercí desde 1974 hasta 1993, cuando publiqué la última colaboración en la revista Bohemia.


Desde 1961 hasta 1995, cuando comencé a escribir en Cuba Press como periodista al margen del control estatal, mi visión de la realidad cubana siempre fue discrepante. Hasta ese momento nunca pude expresar públicamente mis críticas y puntos de vista, pero por escrito se los hacía llegar a dirigentes del Partido Comunista y del Estado, Fidel Castro incluido.

Todavía pertenecía al periodismo oficial cuando el 8 de marzo de 1991, un operativo de la Seguridad del Estado irrumpió abruptamente en mi casa y después de un registro de tres horas se llevaron detenido a mi hijo, Iván García (actualmente también periodista independiente), bajo cargos iniciales de "actividades contrarrevolucionarias", más tarde cambiados por "propaganda enemiga". Estuvo dos semanas detenido en Villa Marista.

Mi hijo no llegó a ser enjuiciado. Pero a partir de ese día comencé a revisar uno por uno mis pensamientos. Y a leer otro tipo de libros y textos. Entonces me percaté que el comunismo no era precisamente la salvación de la humanidad, como desde mi infancia había creído. (Continuará)

(Publicado en Cubafreepress en enero de 1999)

miércoles, 7 de enero de 2009

Sueños por cuenta propia (III)

Por Tania Quintero

Muy pronto la "revolución más verde que las palmas" resultó tan roja como un mamey. El 16 de abril de 1961 fue el día escogido. En la céntrica esquina de 12 y 23, ante miles de habaneros armados y vestidos de milicianos -pantalón verde olivo y camisa de mezclilla azul-, Fidel Castro puso las cartas al descubierto y declaró su filiación al comunismo.
En medio del frenesí revolucionario, el máximo líder revistió de humildad a la revolución comunista. Los pobres, los de abajo, marcharon al combate convencidos de que esa era su revolución, "la de los humildes, por los humildes y para los humildes".

Ese día, 16 de abril, ya se había puesto en marcha una invasión fraguada en Estados Unidos y que como punto de desembarco escogió una bahía estrecha y profunda, situada al sur de Matanzas y Cienfuegos y que mundialmente se hizo famosa: Bahía de Cochinos.


Cuando fue derrotada la invasión, cuya resistencia duró 72 horas, yo estaba en la Sierra Maestra, pasando el tercer y último curso convocado por el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) para formar maestros voluntarios dispuestos a abrir aulas rurales en llanos y montañas. Todo lo que por esos días pasó en la capital así como las movilizaciones y combates en el suroeste de la isla lo sé por referencias ulteriores.

En el campamento La Magdalena, lomerío a una hora de camino de Minas del Frío, zona montañosa cercana al Golfo de Guacanayabo, en el oriente de Cuba, apenas llegaban noticias de lo que pasaba en el resto del país. En ese momento no lo podía imaginar. Pero en aquel grupo de adolescentes y jóvenes de los dos sexos que nos fuimos a la Sierra Maestra -una especie de campismo revolucionario- estaba el germen de un experimento castrista: la combinación del estudio con el trabajo. Tan es así que en 1960, cuando se creó la Asociación de Jóvenes Rebeldes su lema fue Estudio, Trabajo y Fusil.

El ambiente serrano trataba de reproducir el modo de vida de los rebeldes: se dormía en hamacas, amarradas a los horcones que sostenían largos barracones abiertos, techados con guano. Allí la información no era una asignatura priorizada: no había luz ni radios de baterías. Por los campesinos del lugar y algún que otro periódico viejo nos enterábamos de la "actualidad". Pero nada de dramatismos extremos. Pese a su rusticidad, aquella aventura montañera tuvo su encanto: la oportunidad de convivir con la belleza de una selva que permanecía casi intacta y la proeza de ascender tres veces a la elevación mayor de Cuba: el Pico Real del Turquino, con 1, 974 metros de altura sobre el nivel del mar.


Cuando en junio de 1961 bajé con mi título de maestra voluntaria en la mochila, no sólo mi cuerpo había cambiado: de 100 libras que pesaba al llegar, regresé a mi casa con 130 libras. Había sido la primera vez que salía de La Habana, mi ciudad natal, y llegaba hasta Oriente, la indómita provincia, tan atrasada o más, que Pinar del Río. Con el agravante de que los orientales padecían las heridas causadas por dos años de lucha guerrillera, desde diciembre de 1956 hasta diciembre de 1958.

La ideología comunista que recién había adoptado la revolución, en el futuro no ejercería demasiada influencia en mí. Provenía de una familia que era roja por dentro y por fuera y el melón no era nuestra fruta preferida. (Continuará)

(Publicado en Cubafreepress en enero de 1999)

martes, 6 de enero de 2009

Sueños por cuenta propia (II)

Por Tania Quintero

Nananina, dijo mi padre cuando le dije que quería dejar los estudios para empezar a trabajar. Nananina significa "de eso nada" y era una expresión muy usada por mi padre y muchos cubanos de su generación. Mi padre, José Manuel Quintero Suárez, hombre de pocas palabras y mucha flema, era conocido por "El gordo Quintero".

Accedió cuando le propuse continuar estudiando en un curso nocturno y, por el día, argumenté, trabajaría "para serle útil a la revolución". Lacónico, me respondió: "¿Qué tu sabes hacer?". Mi curriculum en ese momento incluía cuatro años de inglés en una escuela pública y una propuesta de beca para formarme como maestra en ese idioma en los Estados Unidos. Había terminado el primer año en la Escuela Profesional de Comercio de La Habana, y había aprendido a coser durante la huelga estudiantil de 1958, cuando mi padre determinó que no podía permanecer ociosa el año que duró la protesta. Y me hizo ir tres veces por semana a casa de mi tía Cuca, que vivía en 21 entre F y E, Vedado. Mi tía era una de las cuatro hermanas de mi padre, se ganaba la vida como modista de alta costura y dando clases de corte y costura en su casa tres veces por semana.


La solución a mi insuficiente preparación -según mi padre- fue matricular en la sucursal de la Havana Business Academy que quedaba al doblar de nuestro domicilio, en Monte entre Romay y San Joaquín, en la barriada de El Cerro. Por ocho pesos al mes recibía dos horas diarias de clases de mecanografía y taquigrafía en inglés y español. No había un plazo límite de aprendizaje, por lo que mi padre, que se caracterizaba por su austeridad, me dijo que aprendiera rápido pues "no podía pagarme ocho pesos mensuales indefinidamente". Matriculé en marzo de 1959 y al concluir abril, un mes más tarde, ya me sentía en condiciones de trabajar como mecanógrafa.

Mientras aparecía el apetecido puesto de secretaria, ayudaba a pasar en limpio materiales para el semanario Mella, órgano de la Juventud Socialista. El local quedaba por la calle San Miguel, en el centro de La Habana, muy cerca de tiendas de renombre como El Encanto, Fin de Siglo, La Época, El Bazar Inglés, Roseland, Flogar y otras que con sus vidrieras bien arregladas y sus almacenes siempre surtidos, contribuían al cosmopolitismo que distinguía a la capital de Cuba de otras del Caribe y América Latina.

La oportunidad llegó en agosto. Mi padre, que todavía usaba su Colt 45 por debajo de la camisa -ya no para cuidar a Blas Roca, quien ahora tenía escoltas provenientes de un incipiente batallón de seguridad personal- se enteró que Aleida, la oficinista del Comité Nacional del Partido Socialista Popular (PSP), que estaba embarazada e iba a salir de licencia por maternidad. Al día siguiente estaba yo tecleando una Underwood como la de la foto.

MÁQUINA DE ESCRIBIR UNDERWOOD MASTER DE 1939

Mi jefe inmediato era Secundino Guerra, más conocido por Guerrero, su seudónimo de la clandestinidad. Blas Roca, era secretario general del PSP y esposo de mi tía Dulce (mi padre había conocido a mi madre en los almuerzos diarios que hacía en la casa de Blas, a fines de los años 30). Quedó acordado que trabajaría de lunes a domingo, sin horario. El salario fue ajustado en 46 pesos, cantidad que me pareció muy poco, pero me dijeron que "era suficiente desde para una muchacha que todavía no había cumplido los 17". En la práctica todos eran "jefes" y lo mismo tenía que pasarle en limpio una poesía a Manuel Navarro Luna, que un documento sindical a Lázaro Peña. Los más caballerosos eran Juan Marinello y Salvador García Agüero. Salvador era un negro fino y elegante. Famosos eran sus panegíricos en el Capitolio Nacional los 7 de Diciembre, día de la caída en combate de Antonio Maceo. Maestro de profesión, García Agüero poseía una rara cualidad: sus buenos modales no le impedían compartir con los personajes del barrio, fuera el vendedor de periódicos o el de frituras de bacalao.

Marinello era el presidente del partido, pero nadie lo llamaba por su apellido. Todos le decíamos Juan. Él y Pepilla, su esposa, eran personas sencillas y gentiles. A Juan le debo haberme convertido en una mecanógrafa de primera: cuidaba tanto el formato como el contenido. Fue siempre muy exigente con sus trabajos y no admitía ningún error o chapucería. Lo mismo le debo a Paco, como en familia le decíamos a Blas Roca, un autodidacto que había participado en la redacción de la Constitución de 1940. Carlos, Carlos Rafael Rodríguez, tenía otra personalidad. Mis recuerdos se centran en textos económicos que él redactaba y en toda la etapa de tensión de cuando los norteamericanos suspendieron la cuota azucarera. Carlos estuvo en el centro de los vínculos -entonces super secretos- con los soviéticos. Aníbal Escalante era el hombre fuerte que tenía contactos -igualmente secretos- con la cúpula del Movimiento 26 de Julio y personalmente con Alejandro, nombre con el cual se identificaba a Fidel Castro. Todos eran hombres cultos, una característica de los comunistas de antes del triunfo de la revolución. (Continuará)

(Publicado en Cubafreepress en enero de 1999)

lunes, 5 de enero de 2009

Sueños por cuenta propia (I)

Por Tania Quintero

Cuando el ómnibus se detuvo en Vía Blanca y 10 de Octubre, esquina que en esta ciudad es conocida como Aguadulce, el señor que iba a mi lado me preguntó si yo sabía lo que quería decir "timonel". "¿Por qué?", le respondí- "Es que no entiendo lo que quieren decir en ese anuncio". Y me señaló hacia un mural, situado en el parquecito aledaño al cine Florida. Con el fondo blanco, el cartel resaltaba tres palabras en rojo EL RUMBO FIJO. Debajo, en letras azules, FIRME EL TIMONEL. Las seis palabras fueron ubicadas encima del yate Granma, navegando sobre un mar que, al parecer, por falta de pintura, lo pintaron de negro. En ese mar oscuro pusieron "Desembarco XLII del Granma".

En medio de los empujones propios de un ómnibus repleto de personas --un rutero 4, un lunes, a media mañana--, trato de explicarle el significado al señor, que es de la raza negra y parece un obrero en edad de jubilación. Sin dejarme terminar el señor me dice: "Así que el hombre... es el timonel. Cada día uno aprende algo..." Una señora de rasgos indiados y pelo muy negro, que ha estado escuchando, quiere saber si yo soy maestra. "No, soy periodista. ¿Por qué?" "Ay, compañera, a mi me da pena decirlo pero no sé qué significa esa X, con esa L y esos dos palitos..." "Ese es el número 42 en números romanos", le digo. "Es que, usted sabe, yo no terminé el tercer grado, allá en mi pueblo, Campechuela, en la antigua provincia de Oriente. Pero me acuerdo como si fuera hoy todo lo que vivimos después del desembarco del Granma".


El 1ro. de enero de 1959 hacía menos de dos meses que había cumplido 16 años y, sinceramente, apenas recuerdo aquellos días. Lo que más retuvo mi memoria fue la imagen de los barbudos, con sus trajes verde olivo desgastados, sus espesas barbas, sus fusiles de diversa procedencia y en el cuello collares rústicos, hechos de peonías y unas cuentas blancas, parecidas a las judías, llamadas santajuana.

Como todos los años, ese 31 de diciembre había ido con mis padres a Luyanó a esperar el año en casa de Matilde, mi abuela paterna, una mulata de piel clara que medía 6 pies y pesaba más de 200 libras, de caminar lento y hablar pausado. Después que dieron las 12 de la noche, habíamos brindado con sidra y comido las doce uvas tradicionales, mis padres y yo fuimos a buscar la ruta 9 o la 10, dos de los ómnibus que pasaban por la Calzada de Luyanó y nos dejaban cerca de la esquina de Tejas, en la barriada del Cerro, donde vivíamos.

Serían cerca de las 2 de la mañana cuando nos acostamos y antes de las 7, una vecina tocó a nuestra puerta para que pusiéramos el radio, un viejo RCA Víctor, heredado de Pancha, mi abuela materna. Estaban dando la noticia de que Batista había huido por la madrugada, en un avión. Mi padre, que era militante del Partido Socialista Popular, y tenía responsabilidades dentro de la estructura clandestina a la que se vieron obligado a sobrevivir los comunistas a partir del 26 de julio de 1953, se vistió apresuradamente y sacó de su escondite su pistola, una Colt 45, la misma que durante años le sirvió para cuidar la vida de Blas Roca: desde la década del 30 él fue su guardaespaldas.

Ahí los recuerdos se desvanecen y su lugar lo ocupan una serie de escenas difusas, incompletas, como si fueran flashbacks cinematográficos. Una de las pocas rememoraciones que mantengo es de fines de diciembre de 1958, cuando fui con mi madre a visitar a una amiga de ella, que vivía a la entrada del túnel de la bahía, por la Habana Vieja, en una casa desde cuya azotea se divisaba claramente El Morro y La Cabaña. Desde allí se podía ver el gran movimiento de tropas, preparándose para partir hacia el frente y detener la ofensiva final que había desatado el Ejército Rebelde, en las montañas de la Sierra Maestra, en el oriente del país. Muchos de aquellos soldados habían sido movilizados a última hora. Eran los famosos "casquitos". Por esos días, en la ciudad, y en toda Cuba, el ambiente era muy tenso. Ni siquiera el hecho de ser época de Navidad lo relajaba. Todo el mundo hablaba en voz baja, mirando a un lado y a otro porque proliferaban los informantes o "chivatos", popularmente identificados como 33,33: esa cantidad en pesos era lo que les pagaban.


Como todas las jóvenes de la época usaba sayas anchas: era la moda. Una de mis artistas preferidas era Kim Novak, varias veces la había visto en Picnic, junto a William Holden. Entre los actores mi favorito era Marlon Brando. Su película Sayonara hizo época en La Habana. La vi durante su estreno en el cine Rodi, en Línea entre A y B, Vedado. Pero el filme que siempre identificaré con el triunfo de los guerrilleros será Orfeo Negro, un largometraje francés que tenía una música preciosa, la trama se desarrollaba durante un carnaval en Río de Janeiro. La vi en 1959 en el cine Acapulco, Nuevo Vedado.

Entonces no podía imaginar que en lo adelante ésa sería la barriada de los "pinchos" o "mayimbes" (altos dirigentes de la revolución), como el pueblo llamó desde el principio a los revolucionarios que desalojaron del poder a una sólida burguesía nacional para convertirse en los nuevos dueños y que en estos años han devenido una muy sui generis clase social y política. (Continuará).

(Publicado en Cubafreepress en enero de 1999).