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lunes, 19 de enero de 2009

Cincuenta y veinte


Por Iván García, desde La Habana

La revolución de Fidel Castro cumple medio siglo. Fiestas y tour políticos para sus aliados en el mundo. El "periodo especial", la gran depresión económica cubana arriba a sus veinte años.

La familia de José Capote tiene poco que celebrar. El viejo Capote a sus 79 años no siente la misma pasión por su "revolución" como en enero de 1959. "Aquello era otra cosa, la gente en masa en las calles, casi todos apoyaban a los barbudos de Fidel", rememora con un dejo nostálgico el anciano, mientras le tiemblan sus manos.

Con la erosión del tiempo y la ineficiencia proverbial del sistema castrista, después han desertado en bandadas muchos de los antiguos partidarios. Otros como Capote se quedaron. El que un día fue un joven valiente y audaz miembro del Movimiento 26 de Julio, en este 2009 yace postrado en un descolorido sillón, preso por los síntomas implacables del Mal del Parkinson. Tiembla mientras habla y necesita el apoyo de hijos y nietos para poder caminar. "Estoy esperando que Dios me lleve, pero aún creo que la revolución fue necesaria, había mucha corrupción política y miseria en los campos. Sí, Fidel ha cometido numerosos errores, pero creo que ha valido la pena. No me arrepiento", expresa Capote con lágrimas en sus ojos lagañosos.

Tiene razones para estar triste. De sus siete hijos, cinco se han marchado a Estados Unidos, "la sociedad del vicio y el mal" que José Capote combatió con las ideas y las balas en África en los años 80, cuando era miembro de las fuerzas armadas. A pocos días del arribo de su entrañable revolución verde olivo a sus cinco décadas, dos de sus nietos se marcharon definitivamente del país. Yosuán, de 19 años, hacia Miami, y Kleber, de 22, colgado del brazo de una española. Hubo una pequeña fiesta para despedirlos a los dos, pero en ella no hubo música y apenas se habló.

Pese a su tristeza, el viejo Capote no ha renunciado a sus familiares en el extranjero. "Vivimos gracias a ellos. En los años duros del período especial toda la medicina y comida de mi papá nos las enviaban de afuera", dice en un susurro Mayra, 52, una de las dos hijas que aún viven en Cuba. El drama de los Capote es una de lasgrandes manchas de larevolución de Castro.

Olvidemos por un segundo la ideología, los presos políticos, los fusilamientos masivos del 59, la locura guerrillera en medio mundo, el desastre económico... Cerremos los ojos y olvidémonos de ello por un momento. Dividir a la familia e intentar que renuncien a los que se marchaban, es uno de los terribles pecados cometidos por la revolución cubana.

Desde hace un tiempo, las cosas empezaron a cambiar y el gobierno intenta no dividir más a las familias. Pero no se pueden olvidar los tiempos en que los llamaban "gusanos" y te incriminaban si recibías cartas, paquetes y dinero del exterior. Ahora no. En estos momentos, los casi dos millones de cubanos que viven desperdigados por medio mundo son la primera economía del país con los más de mil millones de dólares que envían. Es por eso que Castro II pide clemencia en las Naciones Unidas, la Unión Europea y al nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que levanten las restricciones de los viajes a la isla de los cubanos que residen en suelo norteño. Y quieren más. El gobierno cubano sueña queéstos puedan enviar todas las remesas que deseen y no los 300 dólares trimestrales actualmente permitidos.

Y, por supuesto, quiere que levanten el embargo. No para que empresarios cubanos inviertan en la isla, o el arquitecto Nicolás Quintana diseñe conjuntos de viviendas económicas. No para que el poeta Raúl Rivero haga tertulias literarias sobre su último libro, y tome café mientras habla con sus amigos en su apartamento en elcorazón de Centro Habana. No. Lo que los gobernantes cubanos desean es que los turistas estadounidenses arriben en manadas. ¡Y que vengan los dólares, que los estamos esperando! Ya alimentos y medicinas se pueden comprar en Estados Unidos mientras se pague alcontado. Pero se extraña a los gringos gastando dinero a manos llenas por las calles habaneras.

La política de división y odio a la familia, además de un gran fracaso, es lo que ha desnudado la fachada ideológica del régimen. Y se ha convertido en un boomerang. La inoperancia económica del sistema se traduce en un enamoramiento constante hacia el exilio, pues necesitan su dinero como el aire que respiran.

En este 2009 se cumple también veinte años de vivir en "periodo especial", limbo retórico que no es más que una guerra sin tronar de cañones. Cuba figura entre las naciones del planeta con una crisis económica que ya va por su vigésimo aniversario. Triste record. Lo peor de todo es que el gobierno de Castro II no sabe cómo salir de ella.

Se sabe cuál es la puerta de salida: cambiar casi todo y empezar de nuevo. Pero el régimen se resiste al cambio. Si algo puede celebrar en estos 50 años es su proverbial inmovilismo mientras la Isla se derrumba. Es cierto que el pasado no se puede cambiar, pero se deben aprovechar las oportunidades del futuro. Si Castro II no toma nota del descontento general, Miami o Madrid seguirán siendo el futuro de muchos cubanos. Y las divisiones en las familias, como en la de José Capote continuarán.

Foto: JB Moment in Time, Flickr.

3 comentarios:

  1. Esa foto es increíble.
    ¿Qué lugar es?
    Saludos.

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  2. Gracias y saludos, William. La foto es del Cementerio de Colón, un sitio tan destruido como el resto de la capital. De las muchas fotos que vi para ilustrar el trabajo, ésa fue la que me pareció reflejaba mejor los 50 de involución y los 20 de "período especial". Un abrazo, Tania

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  3. Hola Iván!!

    "Castro II", buena asignación, creo, se inclinará por Obama, quien es posible que alivie las tensiones con Cuba pues ya dijo que aliviaría el embargo y conversaría con Raúl Castro.

    Luces de esperanza nacen para esa linda Cuba y para su gente buena.

    Felicidades para este 2009.

    Te abrazo a tí como a Tania, lqm!!

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