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viernes, 29 de agosto de 2008

Del perdón oficial al morbo mundial


Por Tania Quintero

Como ocurriera con el cabezazo de Zidane a Matarazzi, durante el partido final del Mundial de Fútbol 2006, ipso facto, en Internet y You Tube fueron subidos videos, fotos, chistes y hasta canciones sobre la patada que el cubano Angel Valodia Matos propinara al árbitro sueco Chakir Chelbat.

Matos había ganado medallas de oro en las olimpíadas de Sydney 2000 y en los panamericanos Rio 2007. En Atenas 2004 se fue en blanco, también por una supuesta mala decisión arbitral, que habría favorecido al mexicano Víctor Manuel Estrada. Entonces no agredió a nadie, prefirió tomar una decisión pausada: dejar el taewondo. Lo convencieran para que regesara al tatami. Y volvió, tal vez por la ilusión de retirarse con una presea. Pero perdió los nervios (o "la tabla", como decimos los cubanos) y en segundos dos carreras deportivas quedaron marchadas: la suya y la de su entrenador, Leudis González .
La nota oficial de la delegación cubana a los Juegos Olímpicos de Beijing dejaba entreabierta la puerta de lo que el lunes 24 de agosto se suponía iba a ocurrir: que Matos y su entrenador serían "perdonados" por el todavía comandante en jefe. Aunque públicamente no se ha pronunciado sobre lo ocurrido, el presidente en funciones también debe darle su visto bueno a una actitud que se aviene con la política de cojones, guapería, intimidación y "machismo-leninismo" desde 1959 instaurada en Cuba por los hermanos Castro.

El árbitro sueco "sopesa levantar una denuncia policial contra Matos por maltrato". De viabilizarse, Cuba engrasará su maquinaria judicial y gastará lo que haya que gastar en su defensa. De momento, la realidad es que la Federación Mundial de Taewondo ha descalificado de por vida a Matos y su entrenador, y no pueden participar en ningún evento internacional de esa disciplina deportiva, aunque la última palabra la tiene el Comité Olímpico Internacional.

Pese al vergonzoso incidente, Matos y González han sido "afortunados": Fidel Castro les ha "perdonado". Probablemente ninguno de los dos vuelva a viajar al exterior (con excepción, claro, de Venezuela, Bolivia y Nicaragua), pero al menos dentro del país podrán seguir trabajando, inclusive como especialistas de taewondo en el INDER. Una suerte que no ha tenido el boxeador Rigoberto Rigondeaux, hasta hoy en la lista negra del hombre que desde una habitación secreta y en piyama sigue rigiendo los destinos de doce millones cubanos.

Telefonía con alambre de púas

por Raúl Rivero


Los propagandistas profesionales usan sin compasión y sin complejos todos los caminos para que sus venenos lleguen puros, poderosos y mortales a su destino. Lo saben muy bien los maquillistas del régimen cubano que, desde hace unas semanas, tratan de hacer ver como un proceso de cambios la romería de anuncios para primeras planas que conforman la esencia de un simple cambalache.

Han sabido deslizar en cálidas conversaciones bordadas de misterio el adelanto de noticias exclusivas que, analizadas con serenidad, son las frases de entrada a la crónica patética de la realidad que vive y padece la sociedad cubana desde hace medio siglo.

Fuera del ámbito de esa isla secuestrada por la ambición de un grupo y por el fracaso reconocido de un sistema, ¿en qué país del planeta Tierra puede alcanzar la categoría de noticia el hecho de que los ciudadanos puedan dormir en los hoteles levantados en su geografía?

Lo mismo pasa con el uso de los teléfonos celulares, los DVD, las ollas de presión. Y, lo que es más ridículo, con la televisión. En Cuba se vendían a plazos y al contado aparatos de varias marcas reconocidas cuando todavía ese medio no se había instalado en muchas de las naciones que hoy se asombran con los despachos de prensa en los se da cuenta que la jerarquía criolla tiene la condescendencia de permitir a sus ciudadanos el esfuerzo de comprar un receptor de TV.

Lo cierto es que ese pequeño carnaval de obviedades, esas legalizaciones dejadas caer día tras día, han creado la ilusión, en algunos sectores, de que la democracia está ahí mismo, al final del arco iris.

También es verdad que en otros grupos no ha entrado con facilidad ese optimismo al que se le puede ver el cuño, el sello y las firmas autorizadas de la burocracia. Desde la hermosa y entrañable ciudad de Santander, en Cantabria, recibí hace unas horas este mensaje enviado por un grupo de amigos: ¿Es verdad que volverán a permitir en Cuba el sueño y la libre respiración?


Sí. La propaganda hace su trabajo sucio y no descansa. No puede descansar si tiene sobre sus columnas temblorosas la responsabilidad de reinventar todas las mañanas un quicio para que se muevan y se acomoden los personajes que les han entregado el país al marabú y a la mentira.

Hay que contrastar la información y darles espacios a otros mensajes que tienen menos heraldos voluntarios. Esta semana he recibido notas de Dolia Leal y de Alida Viso Bello donde no se ve por ninguna parte las palabras cambio, ni esperanza. Angustia y preocupación en las líneas de sus párrafos breves y el miedo a que sus esposos, Nelson Aguiar y Ricardo González, se mueran en prisión.

Llamados de la familias de José Luis García Paneque y de Normando Hernández y las noticias, silenciadas por los medios, de que hay un brote de tuberculosis en la prisión de Ariza, en la zona de Cienfuegos y de que la policía amenazó a las familias de tres músicos que pidieron asilo político en Brasil.

Hay muchos cómplices en ese brote de deslumbramiento porque el régimen se ve obligado a devolver, a medias y en condiciones precarias, una parte de los derechos que le arrancó a la fuerza a una población que había perdido ya sus mecanismos de defensa.

Cambio no. Lo que se escenifica ahora en Cuba es un cambalache porque, según la Real Academia Española, esa palabra quiere decir trueque frecuentemente malicioso hecho con afán de ganancia.

miércoles, 27 de agosto de 2008

La China de la Rumba

Compuesta por Ciro Rodríguez Forneau y popularizada por Pío Leyva, tan querido en Morón como el gallo símbolo de la ciudad. Su verdadero nombre era Wilfredo Leyva Pascual y le llamaban "el montunero de Cuba". En la década de 1950 se radicó en la capital y en los 90 renació en las grabaciones, viajes y giras del proyecto Buenavista Social Club. Pío Leyva nació en Morón el 5 de mayo de 1917 y falleció en La Habana el 22 de marzo de 2006.




lunes, 25 de agosto de 2008

El dilema del arroz

Por Tania Quintero

Foto: Celina Morales, Flickr

Durante años, una de mis obligaciones diarias fue colocar un mantel en la mesa de la sala-comedor y sentarme a limpiar arroz. Cuando ya estaba limpio, mentalmente tenía que prepararme para saber si lo iba a poder cocinar sin problemas en la olla arrocera: más de una vez un apagón me cogió con el arroz acabado de poner en la olla eléctrica. Y a sacarlo y continuar cocinándolo en el caldero de hierro que fue de mi abuela.

Una vez me hablaron de una mujer que se dedicaba a limpiar arroz en el vecindario, cobraba dos pesos la hora (porque habia quien la contrataba para que limpiara el arroz a consumir por ocho o diez personas durante toda la semana) y casi estuve a punto de pedirle que me tirara un cabo con el maldito arroz -casi sîempre chino o vietnamita, el más sucio de todos era el "arroz de la tierra", como se le llama al cosechado en el país.
Una de mis grandes alegrias fue cuando en diciembre de 2003 en Migros, el primer supermercado donde puse un pie en Suiza, descubrí unos paquetes de arroz Carolina, de grano largo, blanco y limpio, listo para lavar y poner a la candela. El paquete de un kilo costaba 2 francos. En ese momento no me fijé en su procedencia, sino en que no tenia que "escogerlo", o sea, limpiarlo.
Desde entonces ha sido el arroz que mi hija, mi nieta y yo hemos comido. Pero hoy, cuando abri la computadora y revisé noticias online, en Swissinfo lei una noticia que me dio mala espina. Resulta que el 27 de noviembre de 2005 más del 55% de los suizos respaldaron la iniciativa popular "Por alimentos producidos sin manipulación genética". El voto también impide a la agricultura suiza utilizar OMG (contenidos genéticamente modificados, según sus siglas en inglés) en plantas ni animales durante un plazo de cinco años, cuando el tema se volverá a someter a votación.
El problema es que Migros, una de las dos grandes cadenas suizas de supermercados, el arroz que vende lo compra a Estados Unidos y el 18 de agosto de 2006 autoridades de ese país les comunicaron que habían encontrado una concentración de 0,01% de OMG, nada más y nada menos que en el arroz Carolina, de grano largo, el que siempre hemos comprado, cocinado y comido.
Aunque no se ha demostrado que este bajo porcentaje pueda afectar la salud humana -el mínimo tolerado es de 0,09%- la cuestión es que Migros, momentáneamente decidió retirarlo de sus anaqueles.
Como buena cubana, cogi una jaba grande y me fui al Migros donde habitualmente compro. Ni un solo paquete de Carolina. Cogí el õmnibus y me fui a otro más pequeño, y ahí enseguida lo vi, junto a los paquetes de arroz "bolito", en Suiza usado para preparar Risotto.
Mi fallo fue que solo compré cuatro paquetes. Fui para la casa, preparé el almuerzo a mi nieta y regresé de nuevo a ese Migros.Ya los habían retirado. Arroces, claro, hay de todo tipo y en muchos comercios, pero a mi gustaba ése: abría el paquete, lo echaba en un envase plástico, lo lavaba y pum, pa'la arrocera, con su correspondiente agua, sal y aceite.
En Europa, cada vez más, todo es Eco, Bio, Light... Para quienes hemos vivido más de cuatro décadas en el despelote, el desmadre y el descaro, todo eso nos parece una comermiedería de marca mayor. Después de haber comido arroz con gusanos, frijoles con gorgojos, pescado siguato, pan con mocos de panadero, frituras con moscas adentro, café mezclado con chícharos, latas de carne con dos años de vencimiento, picadillo de cáscara de plátano burro y gato asado, le ronca tanto melindre por un arroz que nada más tiene el cero coma cero uno porciento de contaminación!
(Redactado en septiembre de 2006)

viernes, 22 de agosto de 2008

La generación Y en las Olimpíadas


Por Tania Quintero

Yargelis Savigne (foto) es una de los 46 deportistas de la delegación cubana a los Juegos Olímpicos de Beijing cuyo nombre empieza con Y.

Entre los hombres encontramos: Yasmary Copello, Yunier Pérez Romero, Yeimer López y Yordanis García (atletismo); Yulieski Gourriel, Yoandry Urgellés, Yunieski Maya, Yulieski González y Yadiel Pedroso (beisbol); Yampier Hernández, Yankiel León y Yordenis Ugás (boxeo); Yordanis Arencibia y Yasmari Piker (judo); Yordanis Borrero y Yohandris Hernández (levantamiento de pesas); Yandro Quintana y Yasmier Hernández (lucha); Yanier Velázquez y Yunior Estrada (pentatlón moderno) y Yunier Pérez y Yennis Hernández (remo).

Entre las mujeres: Yenina Arencibia, Yarisley Silva, Yarianna Martínez, Yumisleidis Cumbá, Yaniubis López, Yania Ferrales, Yarelis Barrios, Yipsi Moreno, Yunaika Crawford, Yanet Cruz y Yargelis Savigne (atletismo); Yoanka González y Yumari González (ciclismo); Yanet Bermoy, Yagnelis Mestre, Yurisleidis Lupetey y Yalennis Castillo (judo); Yoima Velázquez y Yuleidys Cascaret (remo); Yoima Ortiz, Yanelis Santos, Yumilka Ruiz, Yusleidis Herrera y Yusidei Silié (voleibol).

A la sobredosis de Y, se agregan unos cuantos también poco comunes: Daysuramis Bonne, Diosmelis Peña, Zulia Calatayud, Anay Tejeda, Misleydis González, Mailín Vargas, Arasay M. Thondike y Osleidys Menéndez, todas atletas. Los peloteros no se quedan atrás: Vicyohandri Odelín, Adiel Palma, Eriel Sánchez, Giorvis Duvergel y Jonder Martínez. En la nueva hornada de boxeadores tenemos a Rosniel Iglesias, Idel Torriente, Andry Laffita y Osmay Acosta.

El exotismo continúa en otros deportes: Jeinkler Aguirre (clavados); Driulis González, Oreidis Despaigne, Anaisis Hernández e Idalis Ortiz (judo); Jadiel Valladares (levantamiento de pesas); Maikel Pérez, Disney Rodríguez, Geandry Garzón, Reineris Salas y Mijaín López (lucha); Heisy Villarreal (natación); Ismaray Marrero, Eyder Batista y Janier Concepción (remo); Dainellys Montejo y Gessler Viera (taekwondo); Eglys Cruz y Leuris Pupo (tiro deportivo), Daimí Ramírez, Kenia Carcassés, Liana Mesa, Rosir Calderón (voleibol femenino); Dalixia Fernández e Imara Estévez (voleibol playa).

Además del yeísmo y el exotismo, destacan varios nombres de origen foráneo: Henry Máximo Vizcaíno, William Collazo, Andy González, Dayron Robles, Alexis Copello, Arnie David Giralt, Anier Boué, Alexis Paumier, Rosana T. Díaz, Indira Marrero, Aymée Martínez, Mabel Gay, Gretchen Quintana, Ariel Pestano, Alexander Malleta, Michel Enríquez, Alexei Bell, Frederich Cepeda, Norge Luis Vera, Robert Alfonso, Karel Aguilar, Serguey Torres, Erick Fornaris, Ronald Girones, Iván Cambar, Maikel Pérez, Michel Batista, Alain Milián, Rachel Sánchez, Tamara Larrea y Asley González.

A ese ritmo, los nombres tradicionales en español han pasado a ser los "raros", al menos entre los deportistas cubanos. Ya entre los integrantes de la delegación a Beijing son minoría: Omar Cisneros, Ibrahim Camejo, Wilfredo Martínez, Lázaro Borges, Leonel Suárez, Reynaldo Proenza, Jorge Fernández, Virgen Benavides, Susana Clemens, Rolando Meriño, Héctor Olivera, Eduardo Paret, Luis M. Navas, Alfredo Despaigne, Pedro Luis Lazo, Norberto González, Luis Miguel Rodríguez, Carlos Banteur, Emilio Correa, Aldo Pruna, Jorge Antonio García, Nancy Castillo, Zoila Barrios, Lisandra Guerra, Milagros Crespo, Jorge Betancourt, Oscar Cárdenas, Jorge Luis Pupo, José Antonio Guerra, Oscar Braison, Roberto Monzón, Pedro Medel, Mayra González, Ángel Fournier, Eliécer Pérez y Juan Carlos Stevens.
(Publicado el 15 de agosto de 2008 en www.penultimosdias.com)

miércoles, 20 de agosto de 2008

Pedro Luis Ferrer

(Yaguajay, Las Villas, 17.9.1952)
Más sobre él, aquí y aquí.
Pedro Luis Ferrer y su grupo en Conga vegetariana:


lunes, 18 de agosto de 2008

Precepto chino sobre el dinero



El dinero puede comprar una casa, pero no un hogar.

El dinero puede comprar un reloj, pero no el tiempo.

El dinero puede comprar una cama, pero no el sueño.

El dinero puede comprar un libro, pero no el conocimiento.

El dinero puede pagar un médico, pero no la salud.

El dinero puede comprar una posición, pero no el respeto.

El dinero puede comprar la sangre, pero no la vida.

El dinero puede comprar sexo, pero no el amor.

sábado, 16 de agosto de 2008

Las listas de Gladys


En Aveiro, Portugal, vive y trabaja una cubana que en el tiempo libre que le deja su trabajo como profesora universitaria, y luego de cumplir con sus responsabilidades como madre y esposa, se dedica a coleccionar música.


Se llama Gladys Castillo Jordán y en YouTube ha colgado varias playlists. Una de ellas realizada después de que en este blog Gladys descubriera los posts titulados Damas de la Canción Cubana I y Damas de la Canción Cubana II y final.

La recopilación de 71 números interpretados por cantantes cubanas pueden verla aquí.
Otras listas de Gladys: Músicos Cubanos Talentosos ; Bossa Nova ; Grupos e Intérpretes Cubanos de la Actualidad y Favoritos de Gladys.

No conozco personalmente a Gladys, pero a modo de agradecimiento por su iniciativa de hacer una playlist con nuestras cancioneras, le obsequio esta foto con Fredesvinda García (Freddy), Merceditas Valdés y Celia Cruz, de la estupenda galería que jaramij tiene en Flickr y en la cual se localizan más de 400 fotos de artistas cubanos y extranjeros.

viernes, 15 de agosto de 2008

La Habana sigue aguantando


Por Iván García, desde La Habana

Ni aún en estado de sitio La Habana es fea. Ese trozo de la geografía cubana, otrora Villa de San Cristóbal de La Habana, se deja querer. Es como un imán. Aún lejos, siempre se quiere volver a ella. A pesar de la mugre y el deterioro. No importa que la llenen de propaganda política.

En los veranos calientes y húmedos, cuando las familias habaneras rezongan y se quejan por la falta de luz, agua, comida y dinero, los citadinos seguimos amando la capital aunque parezca nuestra cárcel. Vivir en La Habana es casi un martirio para muchos.


Ernesto, obrero de 41 años, siempre se pregunta qué mal le hemos hecho los cubanos al mundo para llevar una vida tan difícil. En estos días veraniegos, el pequeño apartamento de dos habitaciones que comparten Ernesto, su esposa y sus tres hijos, en la barriada de Santos Suárez, es un verdadero calvario. Falta el agua y sobran los apagones. Urgida de mantenimiento, la vivienda tiene las paredes roídas y con filtraciones. Cuando llueve, su casa se convierte en un lago.
“Desde que me despierto, sin desayuno y una sola comida al día, a veces no quisiera abrir los ojos”, señala con rabia. Llevar comida a la mesa es una tarea digna de un mago. Por ello, lo mismo sustrae un saco de cemento que un poco de cabillas de su puesto de trabajo, un almaceén en las afueras de la ciudad. Su esposa coge de su oficina todo lo que pueda vender: lápices, bolígrafos, presilladoras, papel… Cualquier cosa con tal de sobrevivir y alimentar a tres hijos de 12, 14 y 16 años, los tres estudiantes.
Sin parientes en el extranjero que les envíen dólares, la de Ernesto es la típica familia cubana: en el mejor de los casos almuerzan pan con aceite o tortilla y comen caliente una vez al día. Por la calle, los muchachos compran lo que encuentren por pesos cubanos.


Cuando llegan las vacaciones, el matrimonio mata el tiempo viendo television -cuando hay electricidad- mientras los hijos van a la playa o a algún bailable público. “Siempre corremos el riesgo de que algún día se vean envueltos en una de las tantas trifulcas que se desatan en los bailes populares, pero los pobres no tienen más opciones”, comenta el padre.

Si algo ha puesto de moda la revolución son los bailables multitudinarios en playas y parques de la Isla. En estas bachatas “revolucionarias” se vende ron y cerveza de cuarta categoría, y las riñas, con heridos y a veces hasta muertos, ya no son noticia. Por lo general, las pachangas son animadas por orquestas que tocan timba agresiva y en ocasiones interpretan canciones con letras marginales y machistas. La excepción fue el concierto masivo ofrecido por Los Van Van por sus 35 años, donde la orquesta incluyó números viejos como “La Habana no aguanta más” y otros de su actual repertorio.

Ernesto y su familia tomaron cerveza infame y movieron la cintura como solo saben hacerlo los cubanos con Juan Formell y los Van Van. Cuando se terminó, a las 2 de la madrugada caminaron tres kilómetros para llegar a su casa. Al día siguiente, el titular no fue para la multitudinaria celebración musical, sino para la economía nacional. Según cifras oficiales, en el primer semestre de 2005 “había crecido 7,3 por ciento”.

Nadie creyó las exageradas cifras que en su desmedida euforia nos vende el gobierno. Las tiendas por divisas están cada vez menos surtidas; los precios están por las nubes; ha disminuido el transporte público y las calles y edificios están aún más destruidos. El “crecimiento económico” de los últimos tres años solo lo ven los gobernantes. La Habana y su gente no se han dado por enterados.


(Publicado en Cubaencuentro el 12 de agosto de 2005)

miércoles, 13 de agosto de 2008

Una hermosa historia humana

Por Carlos Arribas, Pekín

Los últimos días de la concentración de Dalian, López Lomong los dedicó a entrenarse y a hacer campaña electoral para el puesto de abanderado de Estados Unidos en el desfile inaugural. Ganó. Ayer portó orgulloso la enseña de las barras y estrellas. "Una alegría y un honor", había declarado antes Lomong, de 23 años. Nada más. Sin más. Simplemente hizo recordar al mundo la tragedia de una guerra. Dejó a los demás la tarea de profundizar más en el simbolismo de que fuera él, un niño de la guerra de Sudán, uno de los millones de víctimas de la tragedia de Darfur, quien encabezara la presencia estadounidense en el corazón de Pekín, en la capital de China, el país que más críticas ha recibido por su participación en el conflicto.

López Lomong lleva la bandera de Estados Unidos

López Lomong prefirió contar su historia. "Una bella historia humana", como sintetizó Peter Ueberroth, presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos, quien durante la conferencia de prensa vigiló que el relato de Lomong no acabara convirtiéndose en una proclama antichina.

Contó Lomong que un domingo, cuando tenía seis años, las tropas progubernamentales entraron en la iglesia donde asistía a misa y secuestraron a todos los niños y se los llevaron a un campamento, donde deberían convertirlos en niños-soldado. Allí les daban de comer sorgo mezclado con arena, allí vio morir a decenas de otros niños víctimas de la disentería, de allí huyó una noche sin luna con otros tres niños un poco más mayores, -"mis ángeles", los llamó- con quienes durante tres días corrió sin parar hacia el sur -"cuando nos quedábamos dormidos por la noche, teníamos cuidado de hacerlo mirando hacia donde teníamos que seguir corriendo al día siguiente, para no volver por donde habíamos llegado"- hasta que en la frontera keniana unos soldados dedujeron que eran refugiados al ver que no sabían suahili. Durante 10 años vivió en un campo de refugiados, donde una monja de origen hispano castellanizó en López su verdadero nombre, Lopepe, donde aprendió a leer y escribir sin papel ni pizarra, haciendo signos con un palo en la arena, donde jugaba al fútbol con una pelota hecha de papeles, donde sobrevivió comiendo una vez al día maíz donado por Estados Unidos, donde decidió hacerse atleta después de ver, en una televisión de un poblado cercano, a Michael Johnson ganar la medalla de oro de los 400 metros en los Juegos de Sidney 2000. El año siguiente le tocó la lotería. Un cura le dijo que había un cupo de 3.500 jóvenes que podían ser acogidos por familias en Estados Unidos. Escribió su historia en un trozo de papel. Logró que se la tradujeran. Emocionó a los funcionarios de la embajada norteamericana en Nairobi. Fue seleccionado. Tres semanas después aterrizó en Nueva York. Tenía 16 años. Vivió con la familia Rogers. Se hizo atleta. Se convirtió en uno de los mejores de Estados Unidos en los 1.500 metros. En 2007 logró la nacionalidad estadounidense. En junio pasado logró plaza para los Juegos.

"Decir que vivo un sueño no vale para describir todo lo que siento", dijo Lomong. "Imagínenselo: hace ocho años yo estaba en un campo de refugiados". El atleta ha escrito un libro con su historia, que antes de convertirle en Pekín en su símbolo pacifista, le llevó de vuelta a Sudán por primera vez las navidades pasadas. Después de una serie de carambolas su madre dio con él en Estados Unidos. Cuando regresó a Sudán su madre le llevó ante un pequeño túmulo de piedras. "Ésta es tu tumba", le dijo. "Pensábamos que te habías muerto". "Pero no, yo estoy aquí, yo no he muerto", le respondió el joven.

Antes de llegar a Pekín, Lomong, miembro de la asociación Team Darfur, envió un mensaje al gobierno sudanés para que dejara de matar y al chino, para que dejara de apoyarlo, "pues las armas no sirven para defender el país, sino para matar inocentes". Ayer prefirió hablar de otras cosas, de la universalidad del deporte, del placer de reunirse con miles de deportistas. Prefirió contar su hermosa historia. "Antes corría para huir del peligro y de la muerte", dijo. "Ahora corro por deporte. Será un honor representar al país que me salvó y me guió".

(Publicado en El País el 9 de agosto de 2008)

lunes, 11 de agosto de 2008

Intimidades

por Tania Quintero

-¿Qué tu le pedirías al año 2000?, le pregunto a Daniela Pérez, 30, técnica en computación.

-No tener que pasar las de caín todos los meses cuando me baja la menstruación, responde la joven, divorciada y madre de dos niños.

Con el nombre de Íntima se identifica en Cuba a las almohadillas sanitarias que en otros paises se conocen por sus marcas de fábrica (Kotex, Modess, etc). Desde 1994 las Íntimas se distribuyen muy racionadamente: a cada niña o mujer en edad de menstruar (entre los 10 y 55 años) le venden dos o tres paquetes... al año.

La distribución está a cargo de una farmacia del vecindario y para recibirla hay que presentar la libreta de racionamiento previamente censada, para que no vaya a haber equivocaciones. Cada paquete trae 15 almohadillas y cuesta 80 centavos (menos de cinco centavos de dólar). A casi ninguna representante del sexo femenimo le gustan: son de nailon y además de calurosas, se ruedan. Son incómodas.

La cuota asignada de 30 a 45 almohadillas sanitarias anuales por niña o mujer no alcanza. Encima, la distribución es irregular. Puede que de un envío a otro demoren tres, cuatro o cinco meses.

En 1998, las últimas cifras disponibles, se produjeron alrededor de 15 millones de almohadillas, cantidad que hubiera permitido la repartición de cuatro paquetes anuales por consumidora. Pero en el 98 el problema no fue de producción, sino de distribución. En Sancti Spiritus, donde radica una de las tres fábricas de la Empresa Nacional de Material Higiénico-Sanitario, especializada en la elaboracion de Intimas, los almacenes estuvieron ocupados al 95 por ciento porque los que tenían que ir a recogerlas no iban, por falta de combustible para los camiones encargados de su distribución.

Y mientras, ¿qué?

Ya ni siquiera se puede decir como antaño, que la solución esta en los trapos: con la llegada del llamado "periodo especial", en 1990, los trapos también desaparecieron de los escaparates domésticos (leer en este mismo blog Cubanos en Período Especial). Tampoco se puede resolver con algodón, altamente deficitario en hospitales, policlínicos y enfermerías.

La solución llegó parcialmente en 1993. Con la despenalización del dólar, muchas mujeres comenzaron a resolver con almohadillas importadas, cuyo precio mínimo es de alrededor de un dólar cada paquete.

Hay momentos en que la búsqueda de Íntimas, algodón o trapos se vuelve un verdadero dolor de cabeza. Porque a veces escasean las almohadillas hasta en las "shoppings" o tiendas recaudadoras de divisas. Daniela Pérez, nuestra entrevistada, tuvo que comprar dos dólares (42 pesos) para poder adquirir el imprescindible artículo.. Luego de recorrer varias "shoppings" lo encontró en una TRD Caribe situada en la barriada de la Víbora, Ciudad de La Habana.

Cuando llegó a la casa y lo abrió, Daniela descubrió que en vez de 10 almohadillas traía solamente 8. Decidió no reclamar a Mathisa & Moroni, la empresa productora, pese a que en el envase venía la dirección: Calle Espada 417, Centro Habana, teléfono 537-70 8001 al 03). Por qué no se quejó? Porque Daniela sabe que todo ese tipo de gestiones en Cuba resultan demasiado engorrosas y al final pierdes el tiempo y no resuelves nada.

Las almohadillas cubanas de la marca "Pétalos" no tienen nada que envidiarle a cualquier similar foráneo. Cada una tiene forma anatómica, con extremos redondeados, alas protectoras, seguras bandas adhesivas para mayor libertad de movimientos y exclusivos canales de distribución del flujo, para permitir una máxima absorción e impermeabilización. Las cubanas que pueden disponer de 1,35 dólares estadounidenses (21 pesos al cambio actual, de 21 pesos por un dólar) para comprar "Pétalos", tienen resuelto su problema mensual.

Sólo que, en el caso de Daniela, esa cantidad equivale a tres dias de salario. Ella gana menos de 198 pesos al mes (menos de 10 dolares): 49,50 pesos a la semana (menos de 2,50 dolares), nuevo pesos diarios (0,45 centavos de dolares). Por una plaza de técnico y con un horario de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes.

-De modo que ese lujo solo me lo puedo dar en situaciones extremas. Normalmente tengo que acudir al mercado negro, donde los paquetes de Íntima, probablemente robados de farmacias y almacenes, son vendidos a diez pesos, un peso más de lo que gano en un dia.

Nota: Este trabajo, difundido en www.cubanet.org el 25 de enero de 2000, decidí publicarlo nuevamente después de leer en Penúltimos Días el post titulado Íntimas.

viernes, 8 de agosto de 2008

Omega, medalla de oro



Por Tania Quintero

Una de las firmas patrocinadoras de los XXIX Juegos Olímpicos de Beijing (8 al de 24 agosto de 2008) es Omega, marca-insigne de la relojería suiza, mundialmente reconocida como símbolo de precisión, calidad y buen diseño.



En 21 de las 29 citas olímpicas organizadas hasta la fecha, relojes, cronómetros y otros artículos fabricados por Omega, han estado presente. En China los veremos en todos los estadios y competiciones, junto con las cinco mascotas.



Para más información sobre Omega, lo mejor es visitar su web.


Modelos diseñados especialmente para Beijing'08:











Otros modelos recientes de Omega


Omega Constellation Quadrella watch










Omega Speedmaster



Omega Limited Edition Seamaster Aqua Terra Chronograph Watches


Dentro de unos minutos se inauguran los Juegos de Beijing. Los dejo con este comercial de Omega, de los varios que se pueden ver en You Tube:


miércoles, 6 de agosto de 2008

"Swiss made"

Por Tania Quintero
En Suiza no sólo los relojes y los chocolates llevan el sello SWISS MADE. Entre otros muchos productos, también lo lleva la música, desconocida más allá de las fronteras de la Confederación Helvética. Es el caso de estos artistas, representativos de los cantones de habla alemana, francesa e italiana. Hagan click sobre la foto para ver el video.





Los ejemplos anteriores son representantes de la música popular. En otros géneros, también puede ponérsele el cuño SWISS MADE (hacer click sobre las fotos, no para ver videos, sino para leer informaciones).
Schola Cantorum Basiliensis

Knabenkantorei Basel (Niños Cantores de Basilea)

Das Opernhaus Zürich (Teatro de la Ópera de Zürich)

Arthur Honegger, compositor suizo

Festival de Jazz de Montreux, en la Suiza francesa

Video con música típica de los Alpes suizos



lunes, 4 de agosto de 2008

Crónica de un cumpleaños

Por Tania Quintero
El cumpleaños 70 de nuestra mejor amiga suiza fue en enero, en pleno invierno, por eso ella trasladó la celebración para un domingo, en pleno verano. Se celebró en un salón del Gasthof Sonne, viejo hotel-restaurante propiedad de la familia Wolfisberg, en Eich, pueblito a orillas del lago Sempach, a unos 70 kilómetros del centro de Lucerna, un lugar muy bonito, parecido a una zona "playera" (al no tener costas, Suiza no tiene mar: sólo lagos y ríos).
Como buena suiza que es y buena maestra que fue, nuestra amiga todo lo organizó al mínimo detalle. La mesa principal, donde ella se sentó, la dedicó a sus amigos que hablamos español. A mi me sentó a su lado, honor que nunca olvidaré. En la misma mesa también sentó a mi nieta; a una española dueña de la librería; a una vecina colombiana; a dos exalumnos suyos que hablan español y a la esposa e hijita de un año de uno de ellos.
En otra mesa, su familia, unas diez personas. En otra, sus dos ahijadas con sus esposos e hijos, unas ocho personas. En la cuarta mesa, a una docena de amistades desde hace más de treinta años, y en la quinta y última, amigos nacidos en Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, residentes en Lucerna. Uno de ellos, de Glasgow, fue con el traje típico escocés, con falda de cuadros. Unas 50 personas en total. Cada mesa tenía un adorno floral distinto.
Nuestra amiga presentó a todos sus convidados, en alemán, claro. Agradeció los regalos, en una mesa colocada para ese fin (nosotras le regalamos el día de su cumpleaños, en enero). En cada sitio puso tarjeticas con los nombres de los invitados, frente al platico con pan y mantequilla. En una mesa aledaña, botellas de agua mineral, Rivella (refresco típico suizo, a base de suero de leche) y Coca Cola. Antes de servir el almuerzo, dos señoras, una pianista y la otra cantante, interpretaron música de Mozart.
Una sola empleada atendió todo el salón. Primero puso la ensalada, un plato pequeño de hortalizas con su aliño, y donde por suerte no había espinacas, alcachofas, espárragos ni brócoli. En Suiza comen la ensalada como entrante. Entre la ensalada y el primer plato, otro paréntesis musical, esta vez obras para piano.
El plato fuerte: Pouletbrüstli vom Grill pechuga de pollo asada) con una salsa medio oscurita (Kräuterrahmsauce) con el típico sabor de la comida suiza, que no suele gustarme, porque no acostumbran a sazonar con ajo, cebolla, ají y tomate, como heredamos de los españoles, sino con romero, basilicum y otras yerbas de olor y sabor demasiado penetrante para el paladar cubano. Además, croqueticas de papa (Kartoffelkroketten), riquísimas y Gemüsebeilage (unos palitos de zanahoria y un racimito de habichuelas hervidas envuelto en una tirita de bacon). Antes, la empleada había servido vino blanco o tinto y para los niños Coca Cola o Rivella. Mientras uno comía, la empleada pasó por las mesas con una bandeja, ofreciendo más pollo y croqueticas o si querías Blumenkohl (coliflor) y Zucchetti, una especie de pepino que en España le llaman "calabacín" (foto).
De postre, Gebrannte Crème, una variante de la natilla planchada o crema catalana, pero más suave. La sirvieron en una copa ancha, como si fuera un sundae. Le pusieron Rahm o nata y la adornaron con la mitad de una fresa, una lasquita de kiwi, un triangulito de piña con su cáscara y un barquillito redondo, como los que ponen (o ponían) en Coppelia con el helado.
Después del postre vino la actuación de una de las ahijadas de la anfitriona con su esposo y cuatro niños, la mayorcita al piano y los tres otros cantaron junto con los padres. Cuando terminaron, los dos o tres fumadores aprovecharon para salir a fumar (en Suiza nadie fuma en locales cerrados, sean casas, restaurantes, ómnibus, trenes, tiendas, teatros, con excepción de algunos bares y cafeterías de turcos y otros extranjeros y cuya clientela suele ser también foránea).
Luego la empleada vino con block y bolígrafo preguntando a cada persona si quería café, y de qué tipo (yo pedí expresso). Antes, nuestra amiga había ido mesa por mesa repartiendo una hoja con la letra de cuatro canciones suizas, cantada por todos a modo de despedida, algo muy bonito, pero que yo no hice porque no sé cantar y porque nunca logré empatarme con la letra.
A las 11.30 nos había recogido una amiga de nuestra amiga, descrita por ella como "una chica rubia, un poco mayor que yo, su carro es verde oscuro" (la "chica" tendrá unos 75 años, pero para conducir no usa espejuelos). Para la ida nos llevó atravesando pueblitos, a una velocidad de 40-50 kilómetros. A las 4.30 regresamos con ella, por una autopista más rápida (donde podía manejar a 70-80 km), pues a las 17.00 tenía que estar en el KKL, para un concierto de música sinfónica donde su marido tocaba. KKL son las siglas del Kultur Kongress Luzern, similar al Palacio de las Convenciones de La Habana, sólo que éste fue construido al lado del Bahnhof (terminal de trenes), y a orillas del Lago de los Cuatro Contenes, que bordea gran parte de la ciudad de Lucerna (foto).
Las anécdotas se centraron en el baño. La primera, cuando mi nieta y yo fuimos, sentimos unos pitos, pensamos que eran unos niños, y cuando abrimos cuatro señoras mayores, entre ellas una, muy simpática, con una pamela blanca que debía andar cerca de los 100 años y que era quien estaba enseñando a las otras tres a tocar un instrumento típico suizo de madera, parecido a una filarmónica.
La segunda, sabíamos de su existencia, pero nunca habíamos visto funcionando, los nuevos modelos de inodoros, especialmente diseñados para la higiene femenina. Cuando uno termina de orinar y aprieta la gran tecla en un costado del tanque, automáticamente a la altura de la tapa, plástica, sale una pieza que va apretando la tapa y le va dando vuelta mientras riega un líquido desinfectante.
Como en todos losToilets suizos, en una parte había suficientes rollos de papel sanitario y también almohadillas sanitarias con sus correspondientes nailitos, que al igual que las toallitas húmedas no se echan en el inodoro, sino en un tambuche cerrado, forrado con una bolsa de nailon. Los lavamanos suelen tener pilas donde el agua sale cuando pones las manos y pronto deja de salir: han sido diseñadas así para evitar el desperdicio de agua en baños públicos (lo mismo ocurre con las luces en muchos sitios, que se encienden cuando tu entras o pasas y pocos segundos después se apagan).
El jabón siempre es líquido. Para secarse las manos, servilletas de papel y/o secador de aire. En éste no me fijé, pero en casi todos los baños hay un espacio, con un colchoncito plástico, para cambiar y limpiar a bebés. En los restaurantes y cafeterías siempre tienen sillitas para niños pequeños y el menú y tamaño de la ración es proporcional a la edad del menor. En bancos, oficinas y consultas médicas, entre otros, hay un espacio destinado a los niños, por lo regular una mesita con cuatro sillitas, libros y juguetes didácticos.
Este tipo de celebraciones no se hacen en Suiza todos los días, sino cuando la persona cumple una edad que vale la pena celebrar. Espero asistir a los 80 de nuestra amiga. Entonces yo tendré 76 y mi nieta 24. Y si el blog todavía existe, sin falta se los contaré.

viernes, 1 de agosto de 2008

Vistazo a Suiza

Por Tania Quintero

El nombre oficial de Suiza es Confederación Helvética (CH). Su bandera es roja con una cruz blanca en el centro. Fue fundada el 1 de agosto de 1291. Ese día, hombres de los cantones Uri, Schwyz y Unterwald se juraron asistencia mutua en la pradera del Rütli, a orillas del Lago de los Cuatro Cantones. La palabra Helvética viene de los helvecios, tribu celta que inmigró al territorio de lo que hoy es Suiza, después de haber sido rechazados por Julio César en su intento por colonizar lasGalias. Los idiomas oficiales son cuatro: alemán, francés, italiano y retorromano. La moneda es el franco suizo (CHF), con una equivalencia aproximada de 0.90 a 0.95 centavos de dólar y de 0.60 a 0.65 céntimos de euro, según las fluctuaciones de las tasas de cambio.
El país está dividido en 26 cantones, agrupados en tres regiones lingüísticas. La más desarrollada económicamente es la Suiza-alemana y a la cual, entre otras ciudades, pertenecen Berna (capital), Zürich (la más poblada y centro bancario), Basel, St. Gallen y Lucerna, donde vivo e informaré más.
Pueblo de pescadores fundado en el siglo IX, entre los símbolos de Lucerna se encuentran dos puentes de madera: el de la Capilla, construido en 1333 y con una gran torre de agua (foto) y el de los Molinos, que atraviesa el río Reuss y fuera construído en 1408 y aún conserva la serie de pinturas titulada Baile de la Muerte, obra del lucernés Kaspar Meglinger. También en Luzern o Lucerne destacan sitios históricos, como las Iglesias de los Franciscanos (1300) y la de los Jesuitas (1677); el Monumento al León, tallado en un acantilado de piedra en homenaje a los suizos caidos en 1792 defendiendo las Tullerías de París, durante la Revolución Francesa; la Muralla de Musegg (conjunto de nueve torres que en la antigüedad dominaban la ciudad) y el Museo Rosengart, con una valiosa colección de cuadros de Picasso, entre otros. Cada año Lucerna es visitada por cerca de 3 millones de turistas, sobre todo japoneses y chinos.
Muy internacional y cosmopolita es la Suiza-francesa, donde se encuentran Ginebra, Lausanne y Montreux. La región de clima más benigno y una de las más turísticas es el Tessin o Ticino, como es conocida la Suiza-italiana, y en ella se localizan Locarno, Lugano, Bellinzona y Chiasso, entre otras ciudades, todas preciosas y con un clima más benigno.
Ubicada en el centro mismo de la Europa occidental, sin costas marítimas, la Confederación Helvética limita por el norte con Alemania; por el sur con Italia; por el oeste con Francia y por el este con Austria y Liechtenstein, principado de 32 mil habilitantes que financieramente administra. Tiene una extensión de 41 mil 284 kilómetros cuadrados. Su población no excede de los 8 millones de habitantes, un millón de los cuales son extranjeros (desde los años 80 es una de las naciones más multiculturales y multiétnicas de Europa, aunque las mayores oleadas migratorias ocurrieron en 1950-60, con italianos, españoles y portugueses).
Su política exterior descansa sobre cuatro principios: neutralidad, solidaridad, disponibilidad y universalidad. Suiza representa los intereses de otros estados cuando se produce una ruptura de relaciones diplomáticas, como en el caso de Cuba y Estados Unidos. Su neutralidad data de 1815, cuando en el Congreso de la Paz celebrado ese año en Viena, los europeos prometieron a la Confederación Helvética "reconocimiento y garantía de su perenne neutralidad". En referendos realizados en 1997 y 2001, los suizos votaron contra la integración a la Unión Europa.
Además de por su neutralidad, Suiza se distingue por convocar referendos para conocer la opinión de la población acerca de prácticamente todo: si los comercios deben abrir los domingos o si debe ser más rigurosa aún la ley de asilo -que se votó el 24 de septiembre de 2006 en medio de un gran debate nacional. Los suizos, vale aclarar, ejercen el voto por correo e incluye a la "Quinta República", como se denomina a los residentes en otros países. Las comunidades helvéticas mas importantes se localizan en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, pero la más fuerte de todas ha sido la de los Estados Unidos. Suizo-estadounidenses han sido Louis Chevrolet (1878); Meyer Guggenheim (1828-1905); Milton Hershey (1857-1945) y la actriz Renée Zellweger, con raíces en el cantón St. Gallen (foto).
Otra característica relevante de Suiza es su gobierno colegiado, formado por 7 miembros para un período de cuatro años y en representación de los cuatro partidos principales: 2 por los liberales, 2 por los socialdemocratas, 2 por los cristianodemocratas y 1 por el Partido Popular Suizo. Entre los 7 se reparten 12 Departamentos o ministerios y de ellos se elige al presidente o Consejero Federal, cuyo mandato es de sólo un año.
Pese a su pequeñez geográfica y poblacional, 12 suizos han recibido el Premio Nobel: 5 en Medicina, 3 en Química, 3 en Física y uno en Literatura (Herman Hesse, fallecido en 1962). Entre los inventos y patentes mundialmente célebres se encuentran todos los productos de la marca Nestlé; el queso Emmental; el reloj de cuarzo; los motores diesel para barcos; los colorantes Geigy; los molinos de cilindros Bühler; las unidades atómicas de medición; los alfileres y el zipper o cremallera, entre los más conocidos. En una lista mínima de suizos famosos no deben faltar Guillermo Tell, Juan Jacobo Rosseau, Henri Dunant (fundador de la Cruz Roja), Heinrich Pestalozzi, Carl J. Jung, Henri Nestlé; los arquitectos Fontana, Maderno. Bonomini, Fossati y Trezzini (planeó la ciudad de San Petersburgo) y los ingenieros Gubenmann (en el siglo XVIII cobró fama por la construcción de puentes de madera sin pilares) y Ohtmar Hermann Amman (construyó gigantes puentes colgantes de hierro en Nueva York y fue asesor en la construcción del Golden Gate Bridge de San Francisco) y el hotelero César Ritz.
En calidad de refugiados politicos en Suiza vivieron los rusos Alexander Herzen (1812-1870), Mijaíl Bakunin (1814-1876) y Vladimir Ilich Lenin (1870-1924); los italianos Giuseppe Mazzini (1805-1872) y Giuseppe Garibaldi (1807-1882); los alemanes Richard Wagner (1813-1883) y Albert Einstein (1879-1940) y el inglés James Joyce (1882-1941).