por Tania Quintero
-¿Qué tu le pedirías al año 2000?, le pregunto a Daniela Pérez, 30, técnica en computación.
-No tener que pasar las de caín todos los meses cuando me baja la menstruación, responde la joven, divorciada y madre de dos niños.
Con el nombre de Íntima se identifica en Cuba a las almohadillas sanitarias que en otros paises se conocen por sus marcas de fábrica (Kotex, Modess, etc). Desde 1994 las Íntimas se distribuyen muy racionadamente: a cada niña o mujer en edad de menstruar (entre los 10 y 55 años) le venden dos o tres paquetes... al año.
La distribución está a cargo de una farmacia del vecindario y para recibirla hay que presentar la libreta de racionamiento previamente censada, para que no vaya a haber equivocaciones. Cada paquete trae 15 almohadillas y cuesta 80 centavos (menos de cinco centavos de dólar). A casi ninguna representante del sexo femenimo le gustan: son de nailon y además de calurosas, se ruedan. Son incómodas.
La cuota asignada de 30 a 45 almohadillas sanitarias anuales por niña o mujer no alcanza. Encima, la distribución es irregular. Puede que de un envío a otro demoren tres, cuatro o cinco meses.
En 1998, las últimas cifras disponibles, se produjeron alrededor de 15 millones de almohadillas, cantidad que hubiera permitido la repartición de cuatro paquetes anuales por consumidora. Pero en el 98 el problema no fue de producción, sino de distribución. En Sancti Spiritus, donde radica una de las tres fábricas de la Empresa Nacional de Material Higiénico-Sanitario, especializada en la elaboracion de Intimas, los almacenes estuvieron ocupados al 95 por ciento porque los que tenían que ir a recogerlas no iban, por falta de combustible para los camiones encargados de su distribución.
Y mientras, ¿qué?
Ya ni siquiera se puede decir como antaño, que la solución esta en los trapos: con la llegada del llamado "periodo especial", en 1990, los trapos también desaparecieron de los escaparates domésticos (leer en este mismo blog Cubanos en Período Especial). Tampoco se puede resolver con algodón, altamente deficitario en hospitales, policlínicos y enfermerías.
La solución llegó parcialmente en 1993. Con la despenalización del dólar, muchas mujeres comenzaron a resolver con almohadillas importadas, cuyo precio mínimo es de alrededor de un dólar cada paquete.
Hay momentos en que la búsqueda de Íntimas, algodón o trapos se vuelve un verdadero dolor de cabeza. Porque a veces escasean las almohadillas hasta en las "shoppings" o tiendas recaudadoras de divisas. Daniela Pérez, nuestra entrevistada, tuvo que comprar dos dólares (42 pesos) para poder adquirir el imprescindible artículo.. Luego de recorrer varias "shoppings" lo encontró en una TRD Caribe situada en la barriada de la Víbora, Ciudad de La Habana.
Cuando llegó a la casa y lo abrió, Daniela descubrió que en vez de 10 almohadillas traía solamente 8. Decidió no reclamar a Mathisa & Moroni, la empresa productora, pese a que en el envase venía la dirección: Calle Espada 417, Centro Habana, teléfono 537-70 8001 al 03). Por qué no se quejó? Porque Daniela sabe que todo ese tipo de gestiones en Cuba resultan demasiado engorrosas y al final pierdes el tiempo y no resuelves nada.
Las almohadillas cubanas de la marca "Pétalos" no tienen nada que envidiarle a cualquier similar foráneo. Cada una tiene forma anatómica, con extremos redondeados, alas protectoras, seguras bandas adhesivas para mayor libertad de movimientos y exclusivos canales de distribución del flujo, para permitir una máxima absorción e impermeabilización. Las cubanas que pueden disponer de 1,35 dólares estadounidenses (21 pesos al cambio actual, de 21 pesos por un dólar) para comprar "Pétalos", tienen resuelto su problema mensual.
Sólo que, en el caso de Daniela, esa cantidad equivale a tres dias de salario. Ella gana menos de 198 pesos al mes (menos de 10 dolares): 49,50 pesos a la semana (menos de 2,50 dolares), nuevo pesos diarios (0,45 centavos de dolares). Por una plaza de técnico y con un horario de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes.
-De modo que ese lujo solo me lo puedo dar en situaciones extremas. Normalmente tengo que acudir al mercado negro, donde los paquetes de Íntima, probablemente robados de farmacias y almacenes, son vendidos a diez pesos, un peso más de lo que gano en un dia.
Nota: Este trabajo, difundido en www.cubanet.org el 25 de enero de 2000, decidí publicarlo nuevamente después de leer en Penúltimos Días el post titulado Íntimas.
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