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viernes, 29 de agosto de 2008

Del perdón oficial al morbo mundial


Por Tania Quintero

Como ocurriera con el cabezazo de Zidane a Matarazzi, durante el partido final del Mundial de Fútbol 2006, ipso facto, en Internet y You Tube fueron subidos videos, fotos, chistes y hasta canciones sobre la patada que el cubano Angel Valodia Matos propinara al árbitro sueco Chakir Chelbat.

Matos había ganado medallas de oro en las olimpíadas de Sydney 2000 y en los panamericanos Rio 2007. En Atenas 2004 se fue en blanco, también por una supuesta mala decisión arbitral, que habría favorecido al mexicano Víctor Manuel Estrada. Entonces no agredió a nadie, prefirió tomar una decisión pausada: dejar el taewondo. Lo convencieran para que regesara al tatami. Y volvió, tal vez por la ilusión de retirarse con una presea. Pero perdió los nervios (o "la tabla", como decimos los cubanos) y en segundos dos carreras deportivas quedaron marchadas: la suya y la de su entrenador, Leudis González .
La nota oficial de la delegación cubana a los Juegos Olímpicos de Beijing dejaba entreabierta la puerta de lo que el lunes 24 de agosto se suponía iba a ocurrir: que Matos y su entrenador serían "perdonados" por el todavía comandante en jefe. Aunque públicamente no se ha pronunciado sobre lo ocurrido, el presidente en funciones también debe darle su visto bueno a una actitud que se aviene con la política de cojones, guapería, intimidación y "machismo-leninismo" desde 1959 instaurada en Cuba por los hermanos Castro.

El árbitro sueco "sopesa levantar una denuncia policial contra Matos por maltrato". De viabilizarse, Cuba engrasará su maquinaria judicial y gastará lo que haya que gastar en su defensa. De momento, la realidad es que la Federación Mundial de Taewondo ha descalificado de por vida a Matos y su entrenador, y no pueden participar en ningún evento internacional de esa disciplina deportiva, aunque la última palabra la tiene el Comité Olímpico Internacional.

Pese al vergonzoso incidente, Matos y González han sido "afortunados": Fidel Castro les ha "perdonado". Probablemente ninguno de los dos vuelva a viajar al exterior (con excepción, claro, de Venezuela, Bolivia y Nicaragua), pero al menos dentro del país podrán seguir trabajando, inclusive como especialistas de taewondo en el INDER. Una suerte que no ha tenido el boxeador Rigoberto Rigondeaux, hasta hoy en la lista negra del hombre que desde una habitación secreta y en piyama sigue rigiendo los destinos de doce millones cubanos.

2 comentarios:

  1. O quizas les den un puestos como entrenadores para enseñar artes marciales a los chivatientes del Minint y las brigadas de accion rapida. Ahora con la perdida del miedo es algo que les urge....

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  2. Estimados Raul, Tania:
    Realmente quiero felicitarlos por este espacio tan valiente y tan calido en la red. Me encantaria que pasaran por mi blog a recoger un premiecito que les doy con todo cariño.

    Gracias

    Diana

    http"//diliviru.blogspot.com

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