El dinero puede comprar una casa, pero no un hogar.
El dinero puede comprar un reloj, pero no el tiempo.
El dinero puede comprar una cama, pero no el sueño.
El dinero puede comprar un libro, pero no el conocimiento.
El dinero puede pagar un médico, pero no la salud.
El dinero puede comprar una posición, pero no el respeto.
El dinero puede comprar la sangre, pero no la vida.
El dinero puede comprar sexo, pero no el amor.
Me haces acordar que, cuando compré hace 10 años un juego de alcoba, lo primero que hice fue bendecirla y pedirle a Dios que pudiera conciliar sueños reparadores en ella... he soñado más de la cuenta.
ResponderEliminarAparte, hay una cosa que no compra el dinero, poder disfrutar a la sombra de un buen árbol consumiendo una fruta acabada de saar del mismo: De la tierra al paladar.
Un abrazo con afecto!