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lunes, 31 de mayo de 2010

Todo se va en comida

DSC03028 by mathmuse2003. 
Por Iván García
Rolando Colón, 48 años, chofer de un taxi particular está que trina. “Socio, es que no hay ni sal. Si a esto le añades que en el mercado estatal o en el negro tampoco hay aceite, arroz o pollo, entonces ya tenemos montado el drama. Todos los días salgo a manejar 12 horas y con dinero en mano no puedo comprar absolutamente nada, sólo algo de pescado, que de comerlo tanto creo que me van a salir escamas”, expresa de forma apasionada el taxista habanero.
Todos se quejan. Los alimentos esenciales han elevados sus precios en el mercado clandestino. El arroz, de 4.50 pesos (30 centavos de dólar) subió a 8 pesos (50 centavos de dólar) y la sal de 5 pesos a 10 una bolsa de un kilo. La carne de res y el pollo están desaparecidos en combate. El malestar en Cuba por lo arduo que resulta conseguir alimentos tiene a las personas con dolores de cabeza. No es para menos. Llevar un poco de comida a la mesa es una misión casi imposible.
Si tienes moneda dura tu suerte cambia. En las tiendas exclusivas en divisas aún se puede comprar carne, pollo, pescado, aceite. Pero los precios están por las nubes.
Un kilo de corte de filete de res supera los 22 pesos cubanos convertibles o cuc (530 pesos o 20 dólares); el de queso gouda 11 cuc  (264 pesos o 10 dólares; un pedazo de jamón que está lejos de ser el de Jabugo, casi 10 cuc (240 pesos o 8 dólares). Y sigo con las cifras.
Un kilo de pescado ronda los 8 cuc (7 dólares o 200 pesos); el   litro de aceite vegetal 2.15 cuc, el más barato (50 pesos o 2 dólares), y si le gusta la dieta mediterránea, entonces tiene que gastar una pasta, pues el litro de aceite de oliva cuesta 7.20 cuc (175 pesos o 6 dólares).
Carlos Henaldo, turista español, no puede creerlo. “Tío, es que la comida en La Habana es más cara que en Nueva York, joder ¿cómo cenan ustedes?”, señala con cierta intriga.
La respuesta se la puede dar Josefa Canales, 64 años, ama de casa. “Inventando, cada nuevo día que empieza, me siento con las dos manos en la cabeza y me pregunto ¿qué carajo vamos a comer hoy? Luego me calmo, y me pongo a improvisar. Mire usted, mis tres hijas y mi yerno, que tiene parientes en el extranjero, me dan mensualmente más de 120 cuc (100 dólares o 3 mil pesos) para comprar alimentos".
"El problema no es sólo de dinero. Es que en el mercado estatal en pesos apenas hay nada, y cuando llegan naranjas, papas o carne de cerdo, las colas son muy largas. Por supuesto, no puedo gastar toda la plata en comprar alimentos en divisas, pues no me alcanzaría para el mes completo. Si esto sucede en mi casa, donde tenemos una entrada de dinero superior a la media en Cuba, me imagino lo difícil que la deben estar pasando las personas que viven de su salario”, explica Josefa con una lógica contundente.
Otras familias como la de Donato Méndez, 56 años, obrero de una fábrica de acero y padre de dos hijos, se aprietan el cinturón y nada más pueden hacer una comida caliente al día. “Desayunamos café y un panecillo, a mí y a mi esposa ya no nos dan almuerzo en el trabajo.   Con los 15 pesos que dan para almorzar, compramos huevos, pan o tomates para la cena, muy pocas veces carne de cerdo. Mis hijos cuando vienen de la Universidad siempre vienen hambrientos, para que calmen el apetito, les damos pan con tortilla y en la cena mucho arroz, frijoles, ensalada, si hay, y de vez en cuando, algo de carne”, señala Donato, un negro de manos grandes y callosas.
Como promedio, en la isla una familia se gasta el 80 por ciento que gana o recibe en comer. Y ni así uno puede asegurar que cenará lo que le apetezca. Si tienes familia al otro lado del charco, entonces comes un poco mejor, pero también tienes que destinar la mayor parte de los dólares a los alimentos.
La alimentación es y ha sido el gran problema sin resolver del gobierno de los hermanos Castro en 51 años. Su asignatura suspensa. En Cuba se vive para comer. Nada del otro mundo. Lo que se pueda.
Foto: mathmuse2003, Flickr

viernes, 28 de mayo de 2010

Los santeros del Servicio Secreto (III y final)

En 1995, un exoficial del servicio secreto cubano que desertó en Estados Unidos, escribió para el FBI un informe sobre el uso de la hipnosis, la parapsicología y las drogas en las operaciones de la Dirección General de Inteligencia cubana. Dicho informe acabó por filtrarse al diario El Nuevo Herald de Miami, que publicó sus fragmentos más interesantes.
La veracidad de la información contenida en el escrito fue confirmada por tres exagentes de la inteligencia cubana actualmente en el exilio, como el excapitán de la inteligencia castrista Carlos Cajaraville. Buena parte del informe se centra en el trabajo desarrollado por el coronel de la DGI Eduardo Rodríguez, fundador de los órganos de la Seguridad del Estado tras el triunfo de la Revolución, antiguo guerrillero de la Sierra Maestra y el mayor experto en Cuba sobre los métodos de trabajo de la CIA. Además, Rodríguez parece que era un apasionado del mundo de la parapsicología y un gran estudioso del proyecto de control mental Mk-Ultra, desarrollado durante los años 60 y 70 por la CIA.
A principios de la década de los 80, el agente recibió el encargado de preparar a diversos agentes que serían enviados a realizar misiones al extranjero. Según se desprende del informe obtenido por El Nuevo Herald, Eduardo Rodríguez manejó directamente las investigaciones sobre hipnosis.
Un hecho muy distinto ocurrió en el 2000, durante el encuentro de unas horas entre el niño balsero Elián González y sus dos abuelas, en el domicilio de sor Jeanne O'Laughlin, rectora de la Universidad de Barry, en Miami Beach. Las abuelas mordieron la lengua de Elián, una práctica que, como puso de manifiesto, Guillermo Cabrera Infante, es típica de la santería. Días después, las abuelas del pequeño justificaron su extraña actitud declarando que "sólo seguimos instrucciones". Acaso alguien desde el gobierno cubano les ordenó realizar esa práctica mágica para lograr el regreso del niño? Para los líderes del exilio la respuesta es sí, categóricamente.
A las 5.15 horas del sábado 22 de abril del 2000, más de 20 agentes federales fuertemente armados entraron en la casa de los familiares del niño en la Pequeña Habana en Miami. Minutos después salen con el niño en brazos. El 18 de junio, Elián pasó el día junto a su padre, Juan Miguel González, y otras personas, en una casa en Maryland, bajo la férrea custodia de agentes castristas. Docenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión se arremolinaban tras el vallado del jardín de la residencia.
En una de las instantáneas publicadas en la prensa se fijaron algunos santeros de Miami.
En la foto se distingue lo que parece ser una figura de Elegguá. Además, varios santeros que se encontraban junto a los periodistas, escucharon en el interior de la casa la característica música de tambor que suena en un "toque de santo", ritual en el que los orishas poseen a los santeros para bailar y hablar a través de su boca (ver fotos al final).
Finalmente, el 28 de junio, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ordenó el regreso de Elián a Cuba, dando así por terminado este complicado affaire. Para los santeros y babalaos de Miami, el regreso a Cuba del Elegguá-niño suponía que Castro había ganado la guerra mágica. Y Fidel seguiría manteniendo el poder por muchos años más.
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Fotos de la "actividad" realizada el domingo 18 de junio de 2000, en el 12719 de Connecticut Avenue, en Silver Spring, Maryland, domicilio de un santero, y donde supuestamente se habría hecho un trabajo de santería con Elián. Tomadas de http://qbanrum.tripod.com/eliansday-1.html

miércoles, 26 de mayo de 2010

Los santeros del Servicio Secreto (II)

Lo cierto es que la inteligencia cubana no fue ni mucho menos el primer servicio en utilizar las creencias de las religiones africanas en su propio beneficio. La CIA ya lo había hecho décadas atrás.
En 1964 tiene lugar un levantamiento militar en el Congo y una de las características de los combatientes rebeldes al régimen, era la fuerte creencia en sus magos y hechiceros, los cuales les proporcionaban -según ellos- pócimas y amuletos para ser invulnerables a las balas del enemigo.
Esta situación supuso un gran problema para los países occidentales inmersos en esa guerra -y que apoyaban a los gobernantes- lo que hizo que la CIA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos redactaran uno de los informes estratégicos más extraordinarios jamás conocidos en la historia de la guerra no convencional.
La dirección del informe corrió a cargo de los analistas civiles R. Price y P. Jureidini, ambos miembros de la Oficina Especial de Investigaciones Operativas (SORO), un centro subvencionado por el Pentágono, pero dependiente de la Universidad de Washington DC. El título del trabajo: "La brujería, hechicería, magia y otros fenómenos psicológicos y sus implicaciones en operaciones militares y paramilitares en el Congo", es ya de por sí bastante explicativo.
El objetivo era hacer un profundo estudio de todas las creencias y ritos de las diversas sectas asentadas en el Congo, para poder introducirse en su ambiente por medio de científicos o de agentes de inteligencia, los cuales al conocer sus métodos, podrían, según el informe, "inventar las medicinas y otras pócimas que obtuvieran efectos psicológicos o mágicos opuestos en los rebeldes".
Aunque el informe es bastante anticuado en cuanto a los conceptos que maneja, es básico a la hora de demostrar cómo desde hace décadas los servicios de inteligencia y los militares estadounidenses están explotando estos métodos no convencionales para dirigir movimientos políticos en cualquier parte del mundo.
Baste como ejemplo la rebelión en China de T'ai P'ing, que fue liderada por un hombre que decía ser la reencarnación del mismísimo Jesucristo; la rebelión en Kenia, promovida por un grupo de iluminados que decían tener poderes psicocinéticos para poder estar en varios frentes de guerra a la vez; o los levantamientos de la secta Maji-Maji en Tanganika.
Si lo dicho hasta el momento puede parecer sorprendente, más lo es la posibilidad de que el ejército cubano utilizara los presuntos poderes de algunos santeros y paleros en operaciones militares o de inteligencia. Tampoco esto es extraño, sobre todo, teniendo en cuenta que está más que demostrado que diversos servicios de inteligencia, tanto soviéticos como estadounidenses, utilizaron a supuestos "dotados psíquicos" en sus operaciones.
El escritor Richard de Broussard asegura poseer informaciones fiables que apuntan a que el ejército cubano creó un cuerpo especializado llamado Grupo M, encargado de aplicar los supuestos poderes paranormales de paleros y santeros en asuntos militares.
Por otro lado, el médico cubano y estudioso de la parapsicología, Roberto Orozco, cuenta que un año antes de dejar la isla, un agente del Grupo M se puso en contacto con él y con su amigo el astrólogo Carlos Leo. Orozco recibió el encargo de realizar estudios sobre el aura de los individuos sometidos a interrogatorios y Leo debería hacer estudios astrológicos sobre las operaciones militares de Fidel Castro en África.
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Karin's Aura Photo & Article.

martes, 25 de mayo de 2010

La mano de Fidel (Un pedacito de Historia)


por Alfredo Zayas Cañedo

Hay raras ocasiones en que pareciera que la Historia nos roza con la punta de un ala. No siempre nos damos cuenta en el momento, a no ser que estemos entrenados en percibir ese ligero estremecimiento que indica su presencia. El tiempo, sin embargo, facilita las cosas. Nos da la perspectiva que no teníamos cuando los hechos sucedieron.

Mi historia comienza en 1954. Cuba -a pesar de la dictadura- rebosaba dinamismo económico, y yo comenzaba la primaria en el Colegio de Belén. Al mudarnos al apartamento de Miramar, habíamos conocido a Raúl, un amable intelectual y profesor universitario y a Ada su esposa, cardióloga, que eran nuestros vecinos de arriba. Luego supimos que el Dr. Roa era comunista, y que el SIM (Servicio de Inteligencia Militar) lo tenía en la mira. Varias veces vinieron los esbirros de Batista a hacer registros, y varias veces les salvamos la vida: ellos bajaban por la escalera de servicio y se metían en mi casa por detrás, hasta que se iban los policías. Por supuesto que su apartamento quedaba patas arriba. Y que si los agarraban en mi casa, nosotros también la íbamos a pasar mal. Pero así eran mis padres, bien criados y bien comidos, con los valores de la amistad, la solidaridad y la justicia firmemente afianzados en su interior.

Recuerdo que una vez, para tener una coartada por si acaso los del SIM lo encontraban en mi casa, al Dr. Roa se le ocurrió la peregrina idea de prepararse a justificar su presencia diciendo que había ido a pedir un libro, y agarró el primero que vio sobre una mesa. Pero los nervios son del carajo. Resulta que era un libro mío, una copia de "En el Umbral de la Juventud", uno de esos manuales que los padres les compran a sus hijos para que aprendan sobre el sexo, lo que ya la vida y la universidad de la calle nos había enseñado de una forma más cruda. En fin, en ese momento nadie pensó en lo ridículo que se vería un profesor universitario leyendo literatura de orientación para adolescentes, aunque también era poco probable que los energúmenos asesinos del SIM -mientras el libro no mencionara la palabra "revolución"- supieran distinguir El Quijote de un manual para curar empachos. El caso es que cuando se fue de mi casa, Roa se lo llevó. Y cuando al otro día me lo fue a devolver, no lo encontró. Con mucha pena bajó a decirnos que no lo encontraba pero que no me preocupara, que él me iba a comprar uno igualito. Además, me preguntó si había leído a Salgari y si conocía al gran Sandokan, y al contestarle que no, me prestó Los Tigres de Mompracem, lo cual fue mi iniciación a los clásicos de aventuras. Yo, que en ese entonces era bastante niño pero al menos comprendía que estaba frente a alguien importante y culto, hasta me alegré que se le hubiera perdido el maldito manual. Pero fiel a su palabra, pronto se apareció no con uno, sino con dos ejemplares debidamente dedicados y firmados. Es que en realidad había dos versiones, uno para varones y otro para hembras. Y él tuvo la delicadeza de comprarme ambas, para que tuviera la colección completa.

En la dedicatoria hacía votos por mi felicidad y deseaba que mi "clara niñez" diera paso a una vida plena. Si en aquel tiempo hubiera sabido sobre la Ley de Murphy, aquello me habría sonado casi como una maldición. Efectivamente, durante muchos años mi vida de adulto estuvo plena... pero de patadas por el culo. En fin, en ese tiempo casi todos éramos muy ingenuos.

El tiempo pasó y ya estábamos viviendo los primeros meses del triunfo de la Revolución. Roa y Ada todavía vivían encima de nosotros, y él aún no era canciller. Un día, mi madre estaba cocinando unos bistecs para la comida. Nosotros siempre fuimos muy confiados, y como buenos pueblerinos -esa era la costumbre allá en mi pueblo, Trinidad- vivíamos con la puerta de la calle abierta, "para que entrara el fresco". De pronto, mi madre siente una voz que dice: "¡Hummm... qué olorcito más sabroso hay por aquí!", y cuando vira la cabeza hacia la puerta, ve que es Fidel. Resulta que el tipo había ido a visitar a Roa por primera vez, pero o bien no sabía en qué piso vivía, o el olor de los bistecs con cebollitas lo desvió de su objetivo. El caso es que se metió en mi casa junto con otra bola de barbudos. Y por supuesto, se jamó los bistecs. Aquello fue apoteósico. Los vecinos casi se metían por las ventanas. Mis padres marcaron con pintura de uñas el cuchillo y el tenedor que él usó (y yo luego los reutilicé muchas veces, mirándolos con respeto religioso, como se mira una reliquia). Eran los tiempos en que Fidel era casi un santo, un Jesucristo moderno. Mi padre enseguida sacó la camarita Bolex y se puso a tomarle película de 8 mm. Fidel le presentó un barbudo a mi mamá y le preguntó ¿sabes quién es? a lo que mi mamá -con una ingenuidad que la retrataba de cuerpo entero- le contestó que no. Era el Che. A Camilo sí lo reconocieron de entrada. A Raúl, también. Yo me imagino que iban en bola para proponerle a Roa que tomara la Cancillería, o quizás para discutir alguna otra cosa importante, por lo que luego sucedió. En medio de la confusión y la sorpresa, a mi madre se le ocurrió hacer una pequeña escena para que mi padre la filmara. Agarró el teléfono y simuló que contestaba una llamada y que se la pasaba a Fidel. El teléfono era de aquellos Kellogg amarillos, grandes. Ella le dijo: "Fidel, te llaman" y le pasó el teléfono. Fidel le preguntó: ¿Y quién es? -claro, él sabía que era una broma, pero la estaba siguiendo- y mi mamá le contestó: "Urrutia". Y ahí se acabó la broma, porque Fidel se puso serio y le dijo a mi mamá: "¿Y por qué Urrutia?", a lo que ella medio desconcertada por el cambio de actitud, le dijo: "Bueno... porque es el presidente, ¿no?".

Lo que ella no sabía era que ya el Fifo estaba cocinando el show de su renuncia, con el verdadero objetivo de sacar a Urrutia de en medio. Por eso el exabrupto. Pero eso no lo supimos hasta después, que en ese entonces el burro no era arisco, y los sucios entresijos de la política castrista apenas comenzaban.

Luego de jamarse los bistecs y alardear a gusto según su costumbre, el Fifo tuvo a bien sentarse con mi papá en los sillones de hierro del portal, a conversar de política y economía. Luego, mi papá estaba que no le cabía un alpiste en... salva sea la parte, de puro orgullo: ¡Qué gobernante ejemplar tenemos, qué sencillo, qué amable, mira que pedirme mi opinión sobre esto y aquello!... El que convenció a mi papá de que invirtiera en su negocio y no trajera las medicinas terminadas y empaquetadas desde EU sino que lo hiciera a granel y montara una línea para envasarlas en su empresa, fue el mismísimo Fifo. Así se creaban fuentes de trabajo -decía-. Eran los tiempos de aquel lema "Consuma productos cubanos". Hasta yo trabajé de envasador algunas tardes. Por supuesto que toda aquella inversión fue dinero tirado a la basura. A mi papá nunca le intervinieron su negocio, no. A él se lo asfixiaron con el control gubernamental de las transferencias bancarias para importaciones, a raíz de Playa Girón.

Pero prosigamos con el cuento. Una vez que se hubieron ido todos, la casa quedó en silencio, y mis padres cansados pero contentos. Y entonces fue que se fijaron en el papel.

Parecía una hoja arrancada de algo, mecanografiada por un lado, pero con algunas notas escritas a mano por la parte de atrás. Apareció en la silla donde se había sentado el Fifo, así que probablemente se le había deslizado inadvertidamente del bolsillo de su pantalón verde olivo, que tenía aquellas bolsas inmensas que no cerraban bien. ¡Una reliquia del Fifo, algo que estuvo en contacto con el santo! Decidieron guardarlo. Total, seguramente a él no le hacía falta esa nota, y a ellos les causaba profunda admiración el poseerla.

La nota parecía un ensayo de respuesta a alguien, y decía:

"Creo que tenías razón, hay que echarle. Vamos a plantear en Revolución el problema de los 100 mil anuales. Así desviamos el problema del foco del y lo llevamos al otro, y vamos preparando al pueblo".

 
La fecha de 18 de Julio de 1959 la escribió luego mi padre, de su puño y letra. Es posible que "del foco del" quisiera decir "del foco de él", pero parece que al Fifo no se le daban muy bien las reglas gramaticales y no sabía que los pronombres no se contraen.

Al principio era una nota oscura y no la comprendíamos bien. Su verdadero significado no se nos reveló hasta que tuvieron lugar los sucesos conocidos como "la renuncia de Fidel". Me explico:

La Revolución Cubana no la hizo solamente Fidel. Prácticamente todos los sectores del espectro social ayudaron a realizarla. La burguesía y la clase media ayudaban con gente y también comprando bonos del 26 de Julio. Ese aporte monetario no solamente se utilizaba para comprar armas y pertrechos de guerra, sino hasta para sobornos a jefes militares y políticos. Incluso existe la versión de que a Batista le pagaron para que se fuera. Lo cual no es tan descabellado dado el nivel de corrupción de Batista y el hecho que -a pesar de la versión oficial castrista de que luego de la Batalla de Santa Clara el triunfo era inminente- las tropas fidelistas distaban mucho de controlar la zona occidental del país, que era la más importante, como lo demuestra el hecho de que Fidel demoró una semana en llegar al campamento militar de Columbia y hacer su famoso discurso de las palomas ("Armas, ¿para qué?") porque se demoró "amarrando" los gobiernos locales desde Oriente hasta La Habana, lo cual es un indicio claro de que tal control no existía.

El caso es que aunque había triunfado y era el indiscutible Jefe de la Revolución, aún no tenía el control absoluto del país. Por eso tuvo que designar como presidente a Manuel Urrutia Lleó -un juez que se había atrevido a dar un fallo a favor de los acusados en un juicio contra unos rebeldes celebrado en los tiempos de Batista-, y a José Miró Cardona -un destacado profesor de derecho de la UH y presidente del Colegio de Abogados de La Habana- como Primer Ministro. Era una forma de darle una cuota de poder a la burguesía que lo había ayudado, además de mostrar un viso de institucionalidad y de continuidad democrática.

Pero en el fondo, su naturaleza de señor feudal sólo esperaba la oportunidad de manifestarse. A los 47 días del triunfo, y haciendo como que aceptaba a regañadientes, asumió el puesto de Primer Ministro, desplazando a Miró Cardona, que al poco tiempo pasó a ser embajador de Cuba en España, hasta que desertó.

Para Fidel, el verdadero peligro consistía en que su inclinación al comunismo se hiciera del dominio público. Mientras más demócratas hubiera en el gobierno, más difícil le sería a él tomar el control absoluto. En ese tiempo la palabra "comunista" era un insulto, y aunque la gente no sabía bien su significado, la rechazaba por instinto.

Por ahí comenzaron los problemas con Urrutia, que a esas alturas ya se había dado cuenta que Fidel, Raúl y el Che hacían todo lo que estuviera a su alcance para tomar el rumbo comunista -aunque públicamente el propio Fidel lo negaba con golpes de pecho y alabanzas al sistema democrático-, y el 13 de Julio de 1959 Urrutia hizo unas declaraciones de franca crítica a su propio gobierno.

Esa fue la gota que derramó el vaso, y Fidel decidió destruirlo antes de que la burguesía y la clase media le organizaran un movimiento anticomunista bajo sus propias narices.

El problema era cómo, o sea, con qué excusa. Todavía mucha gente no tenía conciencia del componente maquiavélico de su carácter y francamente, sentó cátedra.

Llamó a Carlos Franqui, el director de Revolución, y le ordenó un titular explosivo para la mañana siguiente: "RENUNCIA FIDEL", con un subtítulo: "Explicará hoy al pueblo los motivos de su decisión".

En el programa de televisión -que por cierto vio hasta el gato-, explicó que estaba teniendo diferencias con el presidente, lo acusó de defender a Díaz Lanz y de no querer rebajarse el sueldo a la mitad como ya había hecho el Consejo de Ministros en pleno, y dijo que como él ya había cumplido con su compromiso de liberar al pueblo de la tiranía de Batista y además no tenía intenciones de permanecer mucho tiempo en el poder, iba a aprovechar este asunto para renunciar y dejarle el campo libre a Urrutia. Por supuesto, no mencionó el problema del comunismo.

La que se armó no tuvo límites. Era como si Jesucristo hubiera hecho una declaración renunciando a su apostolado, y dijera que se regresaba a trabajar en la carpintería de su padre, dejando a Judas Iscariote a cargo de sus seguidores.

Y aunque conociéndolo como lo conozco hoy, estoy seguro que usó claque para comenzar las protestas y encauzarlas por el buen camino, millones de personas reclamaban de buena fe el regreso de Fidel, y "que se fuera el otro".

Entonces el Fifo sacrificándose, haciendo gala de su vocación de humilde servidor del pueblo, y sólo para cumplir con el reclamo de la voluntad popular, accedió a regresar. Claro, con la condición de que Urrutia renunciara. Y casualmente, antes de que terminara la transmisión, llegó la noticia: Urrutia había renunciado. Gritos y aplausos prolongados (o como dice el Granma, "Ovación").

No sé si en aquella ocasión el aya de la francesa se quitó los espejuelos, pero sí estoy seguro que a varias personas el shock les produjo sirimbas histéricas.

En lugar de Urrutia nombraron a Osvaldo Dorticós Torrado, un abyecto peón incapaz de oponérsele al Fifo ni con el pétalo de una rosa, y que muchos años después tuvo a bien suicidarse pegándose un tiro, posiblemente por la conciencia de su propia insignificancia y por el remordimiento de haberse prestado a apuntalar en el poder a un dictador asesino.

Todo esto está relatado con pelos y señales por un comunista, en este sitio.

Era un espectáculo temible y grandioso. Temible porque varios millones de personas molestas pueden meterle miedo al más pinto de la paloma. Grandioso, porque la espontaneidad de la reacción era muy emocionante y evidente para todos.

Bueno... para todos, excepto para nosotros.

De pronto, las razones del exabrupto por la mención de la llamada telefónica de Urrutia y el significado del papel, se nos hicieron claras.

Volvamos a analizar el documento:

"Creo que tenías razón, hay que echarle. Vamos a plantear en Revolución el problema de los 100 mil anuales. Así desviamos el problema del foco del y lo llevamos al otro, y vamos preparando al pueblo".
 

"Echarle", en el slang cubano, quiere decir criticar, desacreditar, aplastar. El "problema de los 100 mil anuales" era el sueldo del presidente, ése que no se quería rebajar él mismo. Y el problema del cual había que desviar el foco, era la cuestión de si el gobierno se encaminaba o no al comunismo.

Así que lo que planteaba era sencillamente el desvío de la atención de la gente del problema del rumbo comunista de la Revolución, para llevarla hacia el problema del alto salario presidencial, algo de muchísima menos importancia para el país, pero que siempre suscita envidias y por ello genera más vehemencia entre la gente simple. Sibilino.

Mi ingenuidad no es tanta como para creer que haya políticos que no sean manipuladores. Todos lo son, en mayor o en menor medida. La diferencia con este caso radica en que lo hacen sin dejar huellas.

Cuando comprendimos que teníamos -sin querer- una prueba documental de que aquello había sido preparado como un show, la inefable sensación de poseer la reliquia de un santo se convirtió rápidamente en terror. Temíamos que en algún momento se dieran cuenta de dónde habían perdido el papel y trataran de recuperarlo. Por suerte, esto nunca ocurrió.

Poco tiempo después Ada y Roa dejaron el apartamento para mudarse a una mejor casa con jardín y patio trasero cerca de 7ma. y 60 -seguramente de algún burgués siquitrillado que había emigrado-, su hijo Raulito se casó con una italiana y se fue del país a vivir su vida muelle de bitonguito comunista, y la Historia giró y dejó de rozarnos con su ala (aunque como el ave caprichosa que es, en el giro nos echó una cagada de ésas de antología, que ya dura 50 años).

Mi último recuerdo de aquel contacto con el Fifo fue la extraña sensación que sentí al darle la mano. Yo habría esperado una mano recia, callosa y grande, como correspondía a un héroe de su calado. Vamos, la famosa mano franca de Martí, la del amigo sincero. Pero me encontré con una delgada, suave y fría mano de abogaducho chupatintas, entregada como con miedo, de deditos para afuera. Nunca he podido olvidar aquella decepción.


Nota de El Blog de Tania Quintero: Se adjunta copia del manuscrito por el frente y por detrás, y el recorte de una nota que salió en el periódico Revolución al día siguiente de los hechos relatados:
Foto: Comiendo un perro caliente durante su visita a Nueva York, en 1959.

 Alfredo Zayas Cañedo es Licenciado en Física. Vive en México desde 1992.

lunes, 24 de mayo de 2010

Los santeros del Servicio Secreto (I)

Nos lo habían advertido varias personas relacionadas con los servicios de inteligencia: buena parte de los santeros y paleros de Cuba son informadores de los servicios secretos cubanos. Y es lógico, ellos son los que mejor conocen los problemas y circunstancias de su vecindario y probablemente los mejor informados sobre las actividades de individuos contrarios o descontentos con el régimen.
Pero quizás la información más jugosa que la DGI (Dirección General de Inteligencia) o la contrainteligencia del MININT (Ministerio del Interior) obtiene de paleros y babalaos se refiere a las confidencias que puedan hacerles altos cargos del partido comunista, también asiduos consultantes de la santería, o políticos y empresarios extranjeros que acuden a Cuba a consultar a famosos sacerdotes de las religiones africanas. En este sentido, Enrique García Díaz, excapitán del servicio de inteligencia del MININT, le confesó al periodista Andrés Oppenheimer que alrededor de la mitad de los babalaos de Cuba habían sido captados por el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior.
Entre finales de 1990 y principios de 1991, Fidel Castro y la plana mayor del partido comunista se percataron que debían apoyar a las religiones africanas en la isla. Se dieron cuenta de que el elemento vetebrador de la sociedad cubana no era el marxismo sino la santería. Millones de cubanos creen "a pies juntillas" en los poderes de los orishas, por lo que los miembros del comité central del partido decidieron lanzar una gran campaña para ganarse a los fieles de las tres grandes religiones africanas: la santería, el palo monte y las sociedades secretas abakúas. En primer lugar decidieron encargarle un informe sobre la cuestión al Departamento de Estudios Sociorreligiosos de la Academia de Ciencias.
En un voluminoso informe, la Academia de Ciencias recomendaba un cambio radical de la política oficial seguida por el gobierno cubano sobre estos cultos. La conclusión del informe indicaba que si se lograba que los santeros, paleros y abakuás apoyaran la Revolución, se podría llenar el vacío dejado tras la caída del comunismo en Europa. Un punto clave sobre el que incidió la Academia se refería a la posibilidad de lograr que los santeros se abstuviesen de realizar profecías sombrías sobre el futuro.
Efectivamente, todos los primeros días de cada año, los babalados mayores de Cuba -algo más de 100- se reúnen para consultar a los orishas cómo se desarrollará el año. Esta reunión no sale publicada en los medios nacionales, pero las profecías de los orishas, conocida como la Letra del Año, son esperadas por todos los cubanos con gran interés.
De las tres religiones, la más llamativa es la de los abakuás. La Sociedad Secreta Abakuá fue fundada por miembros de tres importantes tribus africanas: los ibo, los ibibo y los ekoi, aunque posteriormente entrarían a formar parte esclavos de otras etnias, como los bantú, los lukumí o los arará.
La primera "tierra" (centro de culto) abakuá se fundó en el poblado marítimo de Regla, frente a la bahía habanera, no tardando en ser perseguidos por las autoridades. Pronto a estas sociedades ingresarían negros criollos, mulatos y blancos, en medio de violentas pugnas internas en las que no faltó derramamiento de sangre.
A pesar de todo, los abakuás de mayor "plaza" (nivel) seguían siendo negros africanos. Eran prepotentes, orgullosos y agresivos con sus amos. De hecho, fueron los primeros esclavos en rebelarse contra su situación esclavista, protagonizando revueltas y asesinatos. De su situación de discriminación y persecución oficial derivó la creación de diversas "tierras" en numerosas cárceles. Así, en 1888 se funda una "tierra" abakuá de presos cubanos en la prisión española de Ceuta. Actualmente en Cuba, los abakuás constituyen una sociedad temida y respetada, que todavía conserva prácticamente intacta la sabiduría de sus antepasados.
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Escritura de la Sociedad Secreta Abakuá, proveniente del antiguo alfabeto africano de Calabar, Nigeria.

viernes, 21 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

Siempre hay un roto para un descosido

Por Tania Quintero
Lo que hace la necesidad en Cuba. Recoger tenis, chancletas y otros tipos de calzado, de mujer, hombre y niño, que la gente va a botar, para arreglarlos y después venderlos. Seguro no le faltan compradores. Ya lo dice el refrán: siempre hay un roto para un descosido.
Foto: sinpepas, Flickr

lunes, 17 de mayo de 2010

Elián, diez años después

Por Iván García
Unas semanas atrás, con un periodista español, me llegué a la ciudad de Cárdenas, en la provincia Matanzas, a 132 kilómetros de La Habana, para intentar conseguir una entrevista con el joven más famoso de Cuba: Elián González Brotons.
Imposible. La familia de Elián vive en una burbuja. Residen en un barrio conocido como El Fuerte, llamado así porque en la entrada hay un pequeño torreón de un antiguo fortín colonial español, transformado en una cafetería por divisas.
Juan Miguel González, el padre de Elián, vive con el muchacho, que ya cumplió los 16 años, su madrastra y sus dos hijos, en una casa color marrón, a tiro de piedra de la carretera que va camino al pueblo de Coliseo. Llegamos a su casa y nos recibió uno de los escoltas que tiene Elián González para su cuidado.
Dijo llamarse Miguel y es un mulato de complexión fuerte y que no supera los 1.75 de estatura. Al principio, el hombre nos trató con recelo. Luego se relajó y dio algunos detalles. “Elián estudia en una escuela para cadetes, le dan pases los fines de semana, suele ir con su padre al delfinario, al chico le gustan mucho los delfines, pero para hablar con Elián hay que traer una autorización del partido comunista”, nos informó el escolta.
Por gente de Cárdenas, supimos que la familia González tiene una escolta permanente de dos personas, que residen en una casa anexa a la de la Elián y los suyos. Miguel, el escolta que nos atendió, nos dijo que el joven necesita guardespaldas “porque muchos curiosos se le acercan a pedirle cosas y hacerle preguntas inapropiadas”.
Vecinos del lugar donde vive el célebre niño, atestiguan que Elián es un chico tímido e introvertido. Las escuelas primaria y secundaria donde estudió, están pintadas y bien atendidas, lo que no sucede con la mayoría de los centros docentes en la isla, por lo general descuidados.
Mientras hablábamos con Miguel, un auto blanco ruso, Lada 2107, con cristales ahumados, hizo su entrada. El conductor subió aceleradamente la ventanilla para no ser visto por el par de desconocidos. Miguel y el otro escolta, a la carrera, abrieron el portón de la casa y por uno de los teléfonos escuché decir “llegó el hombre”. Presuntamente era Juan Miguel, el padre de Elián.
Sin poder hacer la entrevista tuvimos que partir de Cárdenas. Por estos días se cumplen 10 años de la decisión de una Corte de Estados Unidos, que decidió que la patria potestad de Elián González le correspondía a su padre. Fue lo justo.
Ya se sabe como en La Habana y la Florida se manipuló abiertamente el caso del niño balsero, que un 25 de noviembre de 1999, día de Acción de Gracias, apareció aferrado a una cámara de goma. Elián tenía sólo 6 años.
En la travesía perdió la vida su madre, Elizabeth Brotons y otras nueve personas. El guirigay formado por la familia miamense de Elián todavía perdura. Según cardenenses con los cuales conversamos, la relación de la familia de Juan Miguel con sus parientes en Miami sigue afectada. No se tratan.
De los sucesos terribles que vivió Eliancito, como recuerdo quedó un museo pintado de un amarillo intenso llamado “batallas de ideas”, ubicado en un antiguo cuartel de bomberos, en el centro de Cárdenas. Y esporádicas noticias en los medios oficiales, cuando se cumple el onomástico del famoso joven o una efemérides revolucionaria redonda.
Por lo demás, la vida actual de Elián es puro mutismo. Cómo piensa, la música y las películas que le gustan o si tiene novia, es algo que se desconoce. Lo que se sabe es que el chamaco estudia una carrera militar. Y en una sociedad cerrada como Cuba, es la única noticia que puedo brindarles.
Foto: AP. El 15 de junio de 2008 Elián recibió el carné de militante de la Unión de Jóvenes Comunistas.

viernes, 14 de mayo de 2010

Los Orishas de Fidel Castro (III y final)

Más cerca en el tiempo, en Cuba se sabe que el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, es practicante del espiritismo. De hecho, cuando recibió la llamada de Fidel Castro para comunicarle su nombramiento, se encontraba trabajando en un libro sobre la historia del espiritismo en la isla.
En declaraciones a Natalia Bolívar y Ramón Orozco, Prieto reconocía su interés por el espiritismo: "Es interesantísimo el estudio del espiritismo cubano. Por su voracidad, por la capacidad que tiene de asimilar cualquier cosa. A Lenin, el Pato Donald, a la gitana, a la monja las he visto en un altar espiritista en La Habana. No me lo he inventado. Y me faltan muchas cosas más que no recuerdo".
También Alina, la hija rebelde de Fidel Castro, coqueteó con el espiritismo. Natalia Bolívar, descendiente del libertador de América, la más prestigiosa antopóloga cubana y coautora de Cubasanta, fue la persona que puso en contacto a Alina con Raúl Chaveco, tras consultar a los espíritus, miró fijamente a Alina y comenzó a hablar.
Dijo que, según el espíritu del militar Ta Juan, ella era una persona libre, pero que al mismo tiempo está presa, que debía tratarse de los nervios y que había un militar, un hombre fuerte, detrás de ella. Natalia recuerda la escena: "Vi a Ta Juan, personificado en Chaveco como imitaba exactamente los andares de ese militar. Le dijo a Alina que ella quería irse del país. Pero que no iba a salir como ella misma, sino como otra persona. Que saldría disfrazada. Nos quedamos asombradas".
Alina regresó a la consulta de Chaveco en otra ocasión, esta vez sola, y luego regresaría más veces. Un buen día, un vecino le dijo a Chaveco:
"Oye, Chaveco, apretaste, pero quién tu tienes metida en casa?". "Es una amiga de Natalia Bolívar. Una diabla que tiene cosas de brujería, y no sé para qué le han dado esas cosas brujería. Ta Juan dice que bote todo eso", respondió Chaveco. Cuando su vecino le dijo que era la hija de Fidel Castro, Chaveco casi visita su adorado mundo de los espíritus, pero para toda la eternidad.
No sabemos si fue por las indicaciones de Ta Juan, pero el caso es que Alina abandonó Cuba con una peluca, convenientemente disfrzada y con un pasaporte falso rumbo al aeropuerto de Madrid.
La religión oficiosa de Cuba es la santería, no hay duda, por lo que no nos debe sorprender que otros presidentes y dictadores cubanos fuesen practicantes de este y otros cultos. Y desde luego, Fulgencio Batista, depuesto por la Revolución castrista, no fue la excepción.
Tras el triunfo de la Revolución, Chano Betongó, el brujo palero de Batista, fue entrevistado por la revista Bohemia. Conoció a Batista en 1933, cuando este todavía era un simple cabo del ejército, y desde entonces se convirtió en su consejero espiritual. A finales de 1958, cuando Batista ya sospechaba que los revolucionarios iban a ganarle la partida, ordenó a Chano que sacrificara a los orishas, seis novillos, seis cerdos y doce gallinas.
El conocido escritor cubano y Premio Cervantes 1998, Guillermo Cabrera Infante, en un artículo publicado por el diario El País, aseguró que Batista le contó a su consejero Gastón Baquero, que fue gracias a la "luz de Yara", una creencia indígena, que triunf'o su golpe de estado de 1952. Batista estaba completamente convencido que logró penetrar por una puerta estrechamente vigilada del cuartel general del ejército, gracias a la invisibilidad que le proporcionó la "luz de Yara".
En dicho artículo, Cabrera Infante también cuenta que en 1958, Batista conoció al prestigioso santero Odilio Urfé, a quien proporcionó el dinero suficiente para llevar a cabo un gran Ekbó en el estadio de Guanabacoa, probablemente la mayor localidad santera de toda la isla. En este Ekbó, Urfé reunió a centenares de santeros para llevar a cabo una petición a la gran divinidad de los orishas: que los barbudos revolucionarios fueran derrotados por las tropas batistianas. Cabrera Infante se encontraba entre el público que pudo presenciar el espectáculo santero, y así narra lo sucedido:
"El estadio estaba atestado de prosélitos y babalaos (máximos sacerdotes de la santería), todos vestidos de blanco de pies a cabeza. La reunión de todos los santeros, algunos venidos de Cárdenas, centro originario de la santería, era para pedir a los santos que se detuviera el río de sangre que anegaría la isla. Curiosa petición de Batista, que era la causa principal tanto de los horrores de su régimen como de la existencia del terrorismo urbano y la guerrilla que se desplazaba desde la Sierra Maestra hacia el occidente de la isla.
"Después de los cantos y los encantos por la paz, un grupo se dirigió a casa de un babalao, donde se habían sacrificado animales en conjuro propicio. Todo el patio estaba encharcado de sangre para exorcizar la sangre, en una suerte de magia simpática o 'similia similibus curantur': lo similar cura lo similar. La santera de la casa, madre de uno santero, ella misma santera mayor, repudiaba lo que veía desde su casa (animales muertos entrañas, lenguas colgando desde el árbol sagrado como frutos extraños) y declaró que nunca la sangre podría detener la sangre contraria".
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: AP. Sacrificando animales en el mar, en honor a Yemayá, la Virgen de Regla en el catolicismo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Los Orishas de Fidel Castro (II)

La siguiente pista sobre la relación de Fidel Castro con el mundo de la magia viene de la mano del escritor anticastrista Richard de Broussard. Según dicho autor, durante los combates que tuvieron lugar en la Sierra Maestra, cordillera en el Oriente de Cuba, Fidel Castro encargó a unas indias brujas del lugar, que le fabricaran a él, a su hermano y otros combatientes, unos talismanes protectores, elaboradas con plantas y productos de la zona. La condición impuesta por las indias es que devolvieran los resguardos una vez hubiese triunfado la Revolución.
Broussard asegura que pudo entrevistar a la persona encargada de devolver los talismanes, que actualmente se encuentra fuera de la isla. Según esta fuente, algún tiempo después Castro encargó nuevos amuletos que llevaba cosidos bajo el forro de su sempiterna chaqueta verde olivo.
Por otro lado, no es ningún secreto que muchos de los guerrilleros que lucharon en la Sierra Maestra junto a Fidel y el Che, eran practicantes de la santería. Lo que ya no es ningún secreto es que algunas de las personas más cercanas a Castro, ya fallecidas, fueran fieles practicantes de la santería o el espiritismo, como el comandante y médico del líder cubano, René Vallejo; su secretaria personal durante muchos años, Celia Sánchez, o su íntima amiga Haydée Santamaría, presidenta hasta su suicidio, en 1980, de la Casa de las Américas, en La Habana, y miembro del comité central del partido comunista. Esto sí que ha dejado de ser un tabú y miembros del gobierno lo reconocen sin problemas.
El médico cubano Roberto Orozco, actualmente en el exilio, siempre fue un entusiasta investigador de la parapsicología. Cuando todavía residía en la isla, logró crear un grupo para estudiar fenómenos paranormales integrado por miembros de las facultades de Física, Psicología y Medicina de las universidades de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba, grupo en el que también participaron altos cargos del partido. Fue así como Orozco entró en contacto con René Vallejo y Celia Sánchez.
"Sabíamos -argumenta Orozco- que muchos de los miembros del partido, del ejército o del servicio de inteligencia, tenían concomitancias con alguna que otra secta africana, o con la obra espiritual. Así que la idea era llevarles materiales de parapsicología científica, para justificar sus actividades poco ortodoxas, nigromantes, entre otras, ante la omnipotente visión del mundo materialista que las personas del régimen transmitían al exterior y mantener la estabilidad en la lucha por el poder.
"Entonces nosotros, para disfrutar de una cierta anuencia o tolerancia para investigar, nos acercábamos a los personajes del régimen que supiéramos tuviesen algún tipo de filiación con las ideas espirituales o espiritistas, o el submundo de las sectas africanas, con la finalidad de darles materiales de parapsicología científica. De este modo establecimos una forma de chantaje benigno.
"Nosotros, sin filiación política, les dábamos material científico que fundamentase los fenómenos de la santería o del espiritismo o de cualquier otra corriente espiritualista que ellos profesaran, y ellos, moralmente, tenían que tolerarnos, porque nosotros al mismo tiempo, podríamos hablar de sus vinculaciones.
"Así fue cómo me acerqué a Celia Sánchez, a través de Miguelito Ugando, por los años 66, 67, 68, que era administrador del Hospital de Emergencia donde Vallejo operaba. Era el que todas las mañanas compraba las flores para las sesiones de espiritismo clásico, en casa de Celia Sánchez, en el Vedado. Sólo pude asistir a tres de ellas, porque se dieron cuenta de que yo era un elemento sin ninguna filiación, simplemente un estudiante de Medicina de cuarto año, y me dijeron que no podía asistir más.
"A través de Joaquín Cstillo, un transfusionista médium del Hospital Oncológico, tuve acceso al centro espiritual de los hermanos Vallejo. Joaquín actuaba como médium y yo como investigador en esas reuniones, donde asistía un pequeño y selecto público. Yo siempre buscaba una entrevista con el comandante Vallejo, pero éste tuvo el tremendo cuidado de no dármela. Sin embargo, los materiales que allí llevaba, se absrobían como agua por tierra seca, y según me decía Joaquín, el comandante Vallejo y su hijo los leían y me daban las gracias por esta información".
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Campesina cubana descendiente de indios.

lunes, 10 de mayo de 2010

Los Orishas de Fidel Castro (I)

Tanto en Cuba como en Miami, circulan historias que se refieren a la relación de Fidel Castro con las religiones africanas. De otra forma, aseguran los santeros y paleros de Miami, no se explica cómo su "bestia negra" ha sobrevivido a docenas de intentos de asesinato por parte de la CIA y de organizaciones armadas en el exilio. Tampoco se explican cómo ha sobrevivido a los cientos de ataques psíquicos y rituales de palo mayombe llevados a cabo contra él.
En un viaje a Cuba también varios líderes de las religiones africanas, nos confesaron estar completamente seguros de que Fidel es un 'iniciado' y está protegido por poderosos sacerdotes de palo, que viene a ser algo así como la religión más oscura de cuantas existen en el continente americano, ya que practicantes realizan pactos de sangre con los muertos y seres maléficos.
Según algunos paleros en el exilio, es un secreto a voces entre los practicantes de esta religión, que Fidel Castro fue "rayado", es decir, 'iniciado' en el palo a la tierra a la edad de 6 años. Al parecer, el futuro mandatario, nacido en una finca a las afueras de Holguín, se encontraba muy débil y enfermo, por lo que una negra conga, amiga de una criada de la madre, convenció a la señora Ruz para "rayarlo en palo" y así salvarle la vida.
En el transcurso del ritual, Castro fue sometido a un "registro", es decir, un estudio mágico sobre su futuro por parte del palero, para averiguar si la curación es permitida por los orishas. Desde ese momento, Fidel Castro se encuentra bajo la protección de Ayaguna, una de las manifestaciones de la gran divinidad. De Ayaguna se derivan Oggún, Changó, Argayú y Ochosi, todos los dioses guerreros. Desde luego, no tenemos certeza de que este hecho tuviera lugar realmente o estemos simplemente ante una leyenda, al igual que otras muchas que circulan sobre la persona de Castro.
Sin embargo, el propio Fidel, en una serie de entrevistas sobre cuestiones religiosas concedidas a Frei Betto, uno de los líderes de la llamada Teología de la Liberación, se refiere al ambiente mágico y sobrenatural que existía en el lugar donde pasó su infancia, donde sin duda la creencia en la santería y el palo estaba enormemente extendida.
En este libro, Fidel y la religión, Castro afirma: "Aquellas familias tenían creencias de distintos tipos. En realidad recuerdo cómo era el ambiente del campo sobre esta cuestión. Creían en Dios, creían en distintos santos. Algunos de estos santos estaban en la liturgia, eran santos oficiales, otros no". Sin duda, se está refieron a los santos de la santería.
Más adelante, dice que "en la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, todos tenían gran creencia. Además, creían en algunos santos que no estaban en la liturgia, como San Lázaro. Prácticamente no había alguno de aquellos que no creyera en San Lázaro. Mucha gente creía también en los espíritus, en los fantasmas.
"Recuerdo que de niño oía cuentos de espíritus, de fantasmas, de apariciones. Todo el mundo hacía cuentos. Pero además creían en las supersticiones. Por ejemplo, recuerdo algunas: si un gallo cantaba tres veces y nadie le contestaba, aquello podría ser una degracia; si una lechuza pasaba de noche y se escuchaba su vuelo y el graznido, entonces eso podía traer desgracia; si se caía un salero y se rompía, era malo, había que recoger del suelo un poquito de sal y lanzarla hacia atrás por encima del hombro izquierdo...
"De manera que el mundo en el que yo nazco era un mundo bastante primitivo en ese sentido, porque había todo tipo de creencias y todo tipo de supersticiones: espíritus, fantasmas, animales agoreros, de todo. Ése era el ambiente, lo veía en todas las familias y, en parte, también en mi propia casa".
Ante la pregunta de Frei Betto sobre si en su casa existían imágenes de la Virgen de la Caridad del Cobre, Castro responde: "Muchas imágenes, de los santoos, de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba... En mi casa había también un San Lázaro, que no estaba dentro de los santos oficiales de la Iglesia católica".
Efectivamente, San Lázaro, el santo más popular de Cuba, es la representación de Babalú Ayé, el orisha de las enfermedades contagiosas y una de las divinidades de la santería más venerados. Junto a San Lázaro, otro de los grandes orisas es precisamente la Virgen de la Caridad del Cobre, que representa a Ochún, la diosa de la sexualidad, la gracia y la hermosura.
No es de extrañar, por tanto, que en este ambiente la madre del pequeño Fidel lo llevara a una sesión de palo con la intención de sanarlo. En este sentido, Castro comenta que "incluso después del triunfo de la Revolución, un día aquí en La Habana, las fui a visitar (a su madre y a su abuela). Estaban las dos. La abuela tenía problemas de salud, y el cuarto estaba lleno de santos, más las promesas. Porque en todo este período de lucha, de grandes peligros, tanto mi madre como mi abuela hicieron todo tipo de promesas por la vida y seguridad de todos nosotros".
Otro pasaje del libro Fidel y la religión deja entrever cierta querencia por lo misterioso y lo sobrenatural del mandatario cubano.
-Frei Betto: En qué año nació usted?
-Fidel Castro: Yo nací en 1926, en el mes de agosto, el 13 de agosto, si quieres saber la hora, creo que fue como a las 2 de la madrugada. Parece que la noche pudo haber influído en mi espíritu guerrillero, en la actividad revolucionaria; la influencia de la naturaleza y la hora del nacimiento...
-Frei Betto: Sí, en la conspiración.
-Fidel Castro: Un poco en la conspiración.
-Frei Betto: Al menos el número 26 tiene algunas coincidencias en su vida.
-Fidel Castro: Bueno, nací en 1926, es verdad. Tenía 26 años cuando empecé la lucha armada, y había nacido un día 13, que es la mitad de 26 (...).
Si me pongo a ver, pudiera haber algún misterio alrededor del 26.
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Representación del Palo Mayombe o Regla de Congo, en el Museo Histórico de Guanabacoa, La Habana.

viernes, 7 de mayo de 2010

Felicidades a todas las madres

butterfly & flower mosaic by Veri's kleiner Winkel.
 
Foto: Mosaico de Veri's kleiner Winkel, Flickr.

miércoles, 5 de mayo de 2010

El Cuban Way of Life

Nike en Cuba? by luciatrodrigues.
Por Tania Quintero
Mucho se ha hablado en Cuba sobre el American Way of Life, pero lo cierto es que desde que se despenalizó el dólar, en 1993, se puede hablar de un modo cubano de vida muy sui géneris.
Estados Unidos, la "Yuma" en el argot popular, sigue siendo la meta para un por ciento considerable de habitantes de la isla. La preferencia por Estados Unidos como lugar de residencia, de trabajo y para hacer dinero es tan vieja como la República.
Antiguo es también el nexo político: desde la época de José Martí, los cubanos han visto en aquel país un refugio para salvaguardar sus ideales libertarios.
Aunque Canadá y México forman del norte de las Américas, y son igualmente naciones democráticas, los cubanos siempre han preferido aquel "norte", calificado por Martí de "revuelto y brutal".
Para los cubanos que antes de 1959 vivieron y trabajaron en los Estados Unidos de América, a ese país nunca lo consideraron "monstruoso". Por el contrario, se sintieron a gusto por sus libertades y las posibilidades de triunfar que ofrece a los extranjeros, si uno respeta las leyes, domina el idioma, se supera y trabaja duro.
La mentalidad actual nada tiene que ver con aquélla, cuando Cuba tenía en Estados Unidos su primer emisor de turistas, su gran socio comercial y también un aliado político y diplomático. La existencia de relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países era lo más normal del mundo.
Los cubanos veían en los productos con la etiqueta "Made in USA" algo tan natural como el lema "Sin azúcar no hay país". O "Conozca a Cuba primero y al extranjero después".
El advenimiento de Fidel Castro al poder no sólo acabó con todo eso, sino que revistió de un sabor tentador, prohibitivo todo lo que venía de "allá", del norte. La situación anormal suscitada por la ruptura de relaciones y el decreto del embargo, en 1962, lo que provocó fue un boomerang.
Antes del 59, en Cuba nadie llamaba "auténtico" a un producto fabricado en Estados Unidos. Ni los símbolos estadounidenses se veían como en la actualidad los ve una parte considerable de la juventud: con una adoración enfermiza.
Por las calles de La Habana, vemos hoy a cubanos con camisetas y tenis Nike, jeans Kalvin Clein, deseando tomarse una cerveza Miller o tener una cajetilla de Marlboro. No porque sean mejores, sino porque son de la "Yuma".
Y me pregunto si este nuevo Cuban Way of Life no es simplemente una actitud contestataria de la población, en particular de los jóvenes, ante la intransigencia mostrada por el gobierno, empecinado en negar una historia donde, divergencias y encontronazos aparte, siempre existieron muestras de amistad entre cubanos y estadounidenses, sobre todo en la música y el deporte.
Publicado en Cubafreepress el 13.11.98.
Foto: luciatrodriguez, Flickr

lunes, 3 de mayo de 2010

La gente está hastiada

Cuba by Kaj Bjurman.
Por Iván García
Desde Buenos Aires, el cantautor Silvio Rodríguez, pidió cambios. En Madrid, el músico Pablo Milanés, en  declaraciones para el diario El Mundo, se cuestionó donde el quehacer del gobierno de los Castro.
Ambos están lejos de ser disidentes. Todo lo contrario. Son íconos de la revolución cubana. Sucede, que palpan la realidad de la isla. El problema de Cuba no es de posturas ideológicas. No. Es de sentido común.
Para los partidarios de Castro o para quienes  se le oponen, no es nada agradable ver cómo su país se va al garete. Naufraga. Se hunde. Y uno tiene la sensación de impotencia, al comprobar que toda sugerencia, criterio, razonamiento o proyecto, cae en saco vacío.
El gobierno lo desprecia olímpicamente. Si tal vez los hermanos Castro tuvieran en su casaca verde olivo la solución a los agudos problemas que afectan a la sociedad cubana, uno podría respirar aliviado.
Pero no tienen una estrategia de salida para la crisis. Sólo chapolotean en torno a un mismo discurso triunfalista que nos conduce al sonido de una música fúnebre hacia el abismo.
El gran problema de Cuba es que fue una revolución más política que económica. Hizo hincapié en la diferencias con Estados Unidos. Polarizó el odio. No hubo término medio. Todo era o blanco o negro. Sin matices.
El   joven Fidel Castro, cuando llegó al poder en 1959, quisiera creer, venía cargado de las mejores intenciones de justicia social y libertades políticas para su país. En este 2010, el anciano guerrillero que espera la muerte en una clínica habanera, es una estatua helada. Un Dios, que no admite criterios diferentes.
El capricho, la tozudez y la soberbia son las únicas armas que le quedan a los Castro. Y contra viento y marea aguantan el chaparrón de razonamientos que le sugieren amigos y enemigos, para que conduzcan a la isla por el cauce de una democracia moderna.
Cada día que pasa el tiempo se acorta. Puede que a los hermanos el futuro de Cuba no les importe. Es al menos lo que aparentan. Nada hace el gobierno para destrabar la penosa crisis económica que dura ya 21 años, eufemísticamente conocida como “periodo especial”.
Y la gente está hastiada. De todo.   La única solución a la vista de muchos cubanos es emigrar. A como dé lugar. Hacia cualquier rincón del planeta. Esta fatal inmovilidad, les pasará factura a los dirigentes cubanos. Están desconectados de la realidad.
Mientras la gente de la calle se lo pasa canutas para sobrevivir en las surrealistas condiciones del socialismo tropical, los líderes y los medios oficiales siguen enfrascados en un discurso anacrónico y noticias optimistas.
Se defienden atacando. Ora la prensa desata una campaña contra Europa, ora la habitual contra Estados Unidos. No quieren ver la paja en su propio ojo. Y los propios partidarios de la revolución de los Castro, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, de forma franca abiertamente critican las políticas absurdas de sus gobernantes.
Cuba hace rato que ha tocado fondo. Por una rara ley de la física, el país no ha colapsado.
Todos los cubanos de cualquier edad, ideología, credo religioso y posición social saben que las cosas deben cambiar. El clamor parece que no llega a los que rigen nuestros destinos. Habrá que gritar más fuerte.
Foto: Kaj Burman, Flickr