Más cerca en el tiempo, en Cuba se sabe que el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, es practicante del espiritismo. De hecho, cuando recibió la llamada de Fidel Castro para comunicarle su nombramiento, se encontraba trabajando en un libro sobre la historia del espiritismo en la isla.
En declaraciones a Natalia Bolívar y Ramón Orozco, Prieto reconocía su interés por el espiritismo: "Es interesantísimo el estudio del espiritismo cubano. Por su voracidad, por la capacidad que tiene de asimilar cualquier cosa. A Lenin, el Pato Donald, a la gitana, a la monja las he visto en un altar espiritista en La Habana. No me lo he inventado. Y me faltan muchas cosas más que no recuerdo".
También Alina, la hija rebelde de Fidel Castro, coqueteó con el espiritismo. Natalia Bolívar, descendiente del libertador de América, la más prestigiosa antopóloga cubana y coautora de Cubasanta, fue la persona que puso en contacto a Alina con Raúl Chaveco, tras consultar a los espíritus, miró fijamente a Alina y comenzó a hablar.
Dijo que, según el espíritu del militar Ta Juan, ella era una persona libre, pero que al mismo tiempo está presa, que debía tratarse de los nervios y que había un militar, un hombre fuerte, detrás de ella. Natalia recuerda la escena: "Vi a Ta Juan, personificado en Chaveco como imitaba exactamente los andares de ese militar. Le dijo a Alina que ella quería irse del país. Pero que no iba a salir como ella misma, sino como otra persona. Que saldría disfrazada. Nos quedamos asombradas".
Alina regresó a la consulta de Chaveco en otra ocasión, esta vez sola, y luego regresaría más veces. Un buen día, un vecino le dijo a Chaveco:
"Oye, Chaveco, apretaste, pero quién tu tienes metida en casa?". "Es una amiga de Natalia Bolívar. Una diabla que tiene cosas de brujería, y no sé para qué le han dado esas cosas brujería. Ta Juan dice que bote todo eso", respondió Chaveco. Cuando su vecino le dijo que era la hija de Fidel Castro, Chaveco casi visita su adorado mundo de los espíritus, pero para toda la eternidad.
No sabemos si fue por las indicaciones de Ta Juan, pero el caso es que Alina abandonó Cuba con una peluca, convenientemente disfrzada y con un pasaporte falso rumbo al aeropuerto de Madrid.
La religión oficiosa de Cuba es la santería, no hay duda, por lo que no nos debe sorprender que otros presidentes y dictadores cubanos fuesen practicantes de este y otros cultos. Y desde luego, Fulgencio Batista, depuesto por la Revolución castrista, no fue la excepción.
Tras el triunfo de la Revolución, Chano Betongó, el brujo palero de Batista, fue entrevistado por la revista Bohemia. Conoció a Batista en 1933, cuando este todavía era un simple cabo del ejército, y desde entonces se convirtió en su consejero espiritual. A finales de 1958, cuando Batista ya sospechaba que los revolucionarios iban a ganarle la partida, ordenó a Chano que sacrificara a los orishas, seis novillos, seis cerdos y doce gallinas.
El conocido escritor cubano y Premio Cervantes 1998, Guillermo Cabrera Infante, en un artículo publicado por el diario El País, aseguró que Batista le contó a su consejero Gastón Baquero, que fue gracias a la "luz de Yara", una creencia indígena, que triunf'o su golpe de estado de 1952. Batista estaba completamente convencido que logró penetrar por una puerta estrechamente vigilada del cuartel general del ejército, gracias a la invisibilidad que le proporcionó la "luz de Yara".
En dicho artículo, Cabrera Infante también cuenta que en 1958, Batista conoció al prestigioso santero Odilio Urfé, a quien proporcionó el dinero suficiente para llevar a cabo un gran Ekbó en el estadio de Guanabacoa, probablemente la mayor localidad santera de toda la isla. En este Ekbó, Urfé reunió a centenares de santeros para llevar a cabo una petición a la gran divinidad de los orishas: que los barbudos revolucionarios fueran derrotados por las tropas batistianas. Cabrera Infante se encontraba entre el público que pudo presenciar el espectáculo santero, y así narra lo sucedido:
"El estadio estaba atestado de prosélitos y babalaos (máximos sacerdotes de la santería), todos vestidos de blanco de pies a cabeza. La reunión de todos los santeros, algunos venidos de Cárdenas, centro originario de la santería, era para pedir a los santos que se detuviera el río de sangre que anegaría la isla. Curiosa petición de Batista, que era la causa principal tanto de los horrores de su régimen como de la existencia del terrorismo urbano y la guerrilla que se desplazaba desde la Sierra Maestra hacia el occidente de la isla.
"Después de los cantos y los encantos por la paz, un grupo se dirigió a casa de un babalao, donde se habían sacrificado animales en conjuro propicio. Todo el patio estaba encharcado de sangre para exorcizar la sangre, en una suerte de magia simpática o 'similia similibus curantur': lo similar cura lo similar. La santera de la casa, madre de uno santero, ella misma santera mayor, repudiaba lo que veía desde su casa (animales muertos entrañas, lenguas colgando desde el árbol sagrado como frutos extraños) y declaró que nunca la sangre podría detener la sangre contraria".
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: AP. Sacrificando animales en el mar, en honor a Yemayá, la Virgen de Regla en el catolicismo.
Muchas gracias, querida Tania.
ResponderEliminarEs tremendo...
Así que A vel, Prieto, ¿qué es lo que tú llevas ahí? le mete también en la misma costura al cumbite?
ResponderEliminarEstoy por viajar a Cuba y quisiera contactar al señor Raul Chaveco, por favor si alguien puede pasarme ese dato lo agradeceria mucho. noe_mylife@hotmail.com
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