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lunes, 31 de mayo de 2010

Todo se va en comida

DSC03028 by mathmuse2003. 
Por Iván García
Rolando Colón, 48 años, chofer de un taxi particular está que trina. “Socio, es que no hay ni sal. Si a esto le añades que en el mercado estatal o en el negro tampoco hay aceite, arroz o pollo, entonces ya tenemos montado el drama. Todos los días salgo a manejar 12 horas y con dinero en mano no puedo comprar absolutamente nada, sólo algo de pescado, que de comerlo tanto creo que me van a salir escamas”, expresa de forma apasionada el taxista habanero.
Todos se quejan. Los alimentos esenciales han elevados sus precios en el mercado clandestino. El arroz, de 4.50 pesos (30 centavos de dólar) subió a 8 pesos (50 centavos de dólar) y la sal de 5 pesos a 10 una bolsa de un kilo. La carne de res y el pollo están desaparecidos en combate. El malestar en Cuba por lo arduo que resulta conseguir alimentos tiene a las personas con dolores de cabeza. No es para menos. Llevar un poco de comida a la mesa es una misión casi imposible.
Si tienes moneda dura tu suerte cambia. En las tiendas exclusivas en divisas aún se puede comprar carne, pollo, pescado, aceite. Pero los precios están por las nubes.
Un kilo de corte de filete de res supera los 22 pesos cubanos convertibles o cuc (530 pesos o 20 dólares); el de queso gouda 11 cuc  (264 pesos o 10 dólares; un pedazo de jamón que está lejos de ser el de Jabugo, casi 10 cuc (240 pesos o 8 dólares). Y sigo con las cifras.
Un kilo de pescado ronda los 8 cuc (7 dólares o 200 pesos); el   litro de aceite vegetal 2.15 cuc, el más barato (50 pesos o 2 dólares), y si le gusta la dieta mediterránea, entonces tiene que gastar una pasta, pues el litro de aceite de oliva cuesta 7.20 cuc (175 pesos o 6 dólares).
Carlos Henaldo, turista español, no puede creerlo. “Tío, es que la comida en La Habana es más cara que en Nueva York, joder ¿cómo cenan ustedes?”, señala con cierta intriga.
La respuesta se la puede dar Josefa Canales, 64 años, ama de casa. “Inventando, cada nuevo día que empieza, me siento con las dos manos en la cabeza y me pregunto ¿qué carajo vamos a comer hoy? Luego me calmo, y me pongo a improvisar. Mire usted, mis tres hijas y mi yerno, que tiene parientes en el extranjero, me dan mensualmente más de 120 cuc (100 dólares o 3 mil pesos) para comprar alimentos".
"El problema no es sólo de dinero. Es que en el mercado estatal en pesos apenas hay nada, y cuando llegan naranjas, papas o carne de cerdo, las colas son muy largas. Por supuesto, no puedo gastar toda la plata en comprar alimentos en divisas, pues no me alcanzaría para el mes completo. Si esto sucede en mi casa, donde tenemos una entrada de dinero superior a la media en Cuba, me imagino lo difícil que la deben estar pasando las personas que viven de su salario”, explica Josefa con una lógica contundente.
Otras familias como la de Donato Méndez, 56 años, obrero de una fábrica de acero y padre de dos hijos, se aprietan el cinturón y nada más pueden hacer una comida caliente al día. “Desayunamos café y un panecillo, a mí y a mi esposa ya no nos dan almuerzo en el trabajo.   Con los 15 pesos que dan para almorzar, compramos huevos, pan o tomates para la cena, muy pocas veces carne de cerdo. Mis hijos cuando vienen de la Universidad siempre vienen hambrientos, para que calmen el apetito, les damos pan con tortilla y en la cena mucho arroz, frijoles, ensalada, si hay, y de vez en cuando, algo de carne”, señala Donato, un negro de manos grandes y callosas.
Como promedio, en la isla una familia se gasta el 80 por ciento que gana o recibe en comer. Y ni así uno puede asegurar que cenará lo que le apetezca. Si tienes familia al otro lado del charco, entonces comes un poco mejor, pero también tienes que destinar la mayor parte de los dólares a los alimentos.
La alimentación es y ha sido el gran problema sin resolver del gobierno de los hermanos Castro en 51 años. Su asignatura suspensa. En Cuba se vive para comer. Nada del otro mundo. Lo que se pueda.
Foto: mathmuse2003, Flickr

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