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lunes, 2 de octubre de 2023

La Guajira Guantanamera de Joseíto Fernández, Julián Orbón y José Martí


José Fernández Díaz, era su nombre completo, pero nacional e internacionalmente el Rey de la Melodía quedó conocido por Joseíto Fernández, quien comenzó cantando en El Suceso del Día, programa que en 1941 estrenó en la radio cubana. Duró hasta 1957 y aún me parece estar escuchando a Joseíto, narrando hechos de sangre ocurridos en cualquier parte del país. A esa hora, en casi todas las casas habaneras sintonizaban el programa.

En el Palacio de Balsera, en Avilés, Asturias, radica el Conservatorio de Música que lleva el nombre el nombre de Julián Orbón. El 7 de junio de 2011, en el concierto de fin de curso del colectivo de flauta de la Escuela Municipal de Música de Oviedo, a la Guantanamera que interpretaron le pusieron José Martí-Julián Orbón.

Si damos crédito a Wikipedia, "fue alrededor de 1958 cuando Julián Orbón adapta los versos sencillos del poeta José Martí a la melodía de La Guantanamera, compuesta en los años 30 por Joseíto Fernández. En su libro Lo cubano en la poesía, Cintio Vitier relata que 'era una experiencia inolvidable oir a Orbón cantar los versos de Martí con la música de La guantanamera'. En 1961, cuando el guitarrista Leo Brouwer, nieto de la compositora y pianista Ernestina Lecuona (hermana mayor de Ernesto Lecuona), interpretó La Guantanamera con versos de Martí, la canción comenzó a ganar popularidad en la Isla".

Entre 1991 y 1993, en el Instituto de Historia, el Museo de la Música y la Biblioteca Nacional, investigué sobre el director austríaco Erich Kleiber y sus estancias habaneras para dirigir la Orquesta Filarmónica de La Habana. Y cuando uno se sumerge en periódicos, revistas, cartas y documentos de la época, no puede dejar de apasionarse también con los escritos de Alejo Carpentier sobre temas musicales. Y descubre personalidades extranjeras que en el siglo XX vivieron en la Isla, como Julián Orbón, Joaquín Nin-Culmell y el cubano-estadounidense Gilbert Chase, emparentado con los Nin-Culmell. O los casos de compositores para quienes Cuba fue una inspiración, como Aaron Copland y su Danzón Cubano, Irving Berlin y su I'll See You in Cuba o George Gershwin y su Cuban Overture, inspirada nada menos que en Échale salsita de Ignacio Piñeiro, según ha contado Josefina Ortega en el artículo George Gershwin y su Obertura Cubana, publicado en 2012 en La Jiribilla y del cual reproducimos dos párrafos:

"La escasa atención concedida por la prensa, no impidió que en aquella segunda quincena de febrero, La Habana mostrara su admiración a Gershwin, ese importante artista estadounidense, a quien siempre se le vio acompañado por grandes músicos como Ernesto Lecuona, Alejandro García Caturla, Amadeo Roldán y Félix Guerrero. Fue así como un buen día, Gershwin, gratamente impresionado por nuestros ritmos, fue llevado a la emisora CMCJ, desde donde transmitía el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro. Allí entabló amistad con el cubano y recogió anotaciones musicales de sus obras.

"Entonces nació la idea de hacer una Obertura Cubana -al inicio llamada Rumba-, partiendo de Échale salsita, el son-pregón de Piñeiro, composición inspiradas en las butifarras de El Congo, en el poblado de Catalina de Güines (hoy perteneciente a la provincia de Mayabeque). Estrenada en Nueva York el 16 de agosto de 1932, los instrumentos fundamentales de la orquesta fueron el bongó, las claves, el güiro y las maracas, situadas a la derecha y al frente del conductor. Flautas, oboes, clarinetes, bajos y contrabajos, trombones, tubas y tímpanos también formaron parte de la instrumentación".

Si Cuba y Estados Unidos han dejado huella en la música, también la ha dejado España, especialmente Asturias, en dos temas universalmente conocidos: La Guajira guantanamera, del asturiano-cubano Julián Orbón, y Asturias, patria querida, el himno del Principado de Asturias, de Ignacio Piñeiro, hijo de cubana y asturiano.

Quienes en 1968 vimos la película Lucía, de Humberto Solás, estrenada ese año en los cines cubanos, un lustro después del boom universal de La Guantanamera, ya habíamos olvidado que para el tercer episodio, protagonizado por Adela Legrá y Adolfo Llauradó, Joseíto Fernández, que nunca fue guajiro, si no un habanero rellollo, hizo una excelente improvisación de su famosa Guajira guantanamera. Verlo en este fragmento de Lucía. No sé si el folclorista estadounidense Pete Seeger vio el filme Lucía, pero a él se debe la internacionalización de La Guantanamera. En su libro Al son son y al vino vino (Editorial Lulú, 2009), Antonio Gómez Sotolongo escribe:

"En 1961, las décimas improvisadas sobre la tonada de Guajira Guantanamera no estaban de moda. Sin embargo, el joven músico cubano Héctor Angulo (Santa Clara 1932-La Habana 2018), quien estudiaba entonces en los Estados Unidos e impartía clases de música, a sus estudiantes les cantaba los versos de José Martí como se los había escuchado a su ex profesor Julián Orbón. Según Pete Seeger, tuvo noticias de la pieza a través de los alumnos de Angulo y fue con el propio Angulo con quien aprendió a cantarla.

"El 8 de junio de 1963, Pete Seeger la interpretaba públicamente en un concierto que fue grabado en vivo en el Carnegie Hall de Nueva York. 'Creo que fue una bendición ese descubrimiento, llevé la Guantanamera a más de 35 países', confesaría Seeger. La pieza integró el album We Shall Overcome, que salió al mercado unos meses después y a partir de entonces esta nueva Guantanamera comenzó a formar parte del repertorio de los más populares artistas y fue cantada en todo el mundo bajo el caprichoso copyricht Martí-Angulo-Seeger".

Joseíto llegó a grabarla con estrofas del Apóstol que en You Tube ubican en 1941, pero es de 1973, cuando la EGREM lanzó el disco. A Joseíto deben haberle pedido que grabara una 'Guantanamera martiana' para estar a tono con la moda musical del momento. Para mí, el verdadero Joseíto es el que interpretó una Guajira guantanamera en un programa de la televisión cubana en los años 60 y que lamentablemente ya no se puede ver en You Tube.

Si amplia es la discografía del Rey de la Melodía, amplia es también su obra como autor. Entre otros números, compuso Martí y Maceo, A mi chocita, A la mujer cubana, Dura experiencia, Mi biografía, El día de mañana, Triste nota, Así es el arte, Canta el piano, Yo te quise tu lo sabes, La fea, Esto sí es guajiro, Demuestráme tu, Son candela, De tumbao, El maquiavelo y Elige tú que canto yo, guaracha popularizada por Benny Moré y su Banda Gigante. En su repertorio incluyó canciones de otros autores, como los boleros Para que vuelvas, de Candito Ruiz, y No me conviene, de Antonio López.

Amor de madre, compuesta en 1955, dedicada a su progenitora, Rosario Díaz Rodríguez, fue el primer tema llevado a disco por Joseíto. Se cuenta que en la década 1970, cuando quiso volver a grabarla, al no aceptar la prohibición de no hacer mención a la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, Joseíto Fernández pidió su retiro.

En 2012, el cantante de origen gitano Antonio Manuel Álvarez Vélez, Pitingo, realizó en Cuba el documental La historia de los olvidados. En los 49.37 minutos de su duración, Pitingo rinde homenaje a once glorias de la música cubana, entre ellas a Joseíto Fernández. A partir del minuto 2.57 puede verse cuando el cantaor andaluz se acerca al barrio habanero de Los Sitios y visita a Migdalia, hija de Joseíto, que todavía residía en Gervasio 658 entre Estrella y Maloja, donde su padre vivió más de cincuenta años.

Al mojo de ajo, cebolla y naranja agría (Joseíto Fernández-Julián Orbón-José Martí-Pete Seeger) que le diera sabor a la famosa y controvertida tonada guajira, habría que agregarle otro condimento criollo: Ramón Espígul, apodado el Rey del Chiflido, por poseer un silbido de flauta perfecto. Sobre La Guantanamera de Espígul, escribe Antonio Gómez Sotolongo en su libro Al son son y al vino vino:

"Sucedió que con el tiempo y el uso, el título de Guajira guantanamera se redujo a La Guantanamera o Guantanamera, lo cual ha provocado otros entuertos y algunos autores han tronado diciendo que la Guantanamera no está registrada a nombre de Joseíto Fernández, si no de Ramón Espígul, quien durante años cobró los derechos de autor que la Peer International le pagaba. Lo que sucede, documenta Cristóbal Díaz Ayala, es que Espígul afamado actor de los bufos cubanos, en los primeros años del siglo veinte, ciertamente compuso una pieza titulada La Guantanamera, pero ésta no tiene nada que ver en melodía, armonía o texto con Guajira guantanamera, sino que es un son con diálogos que grabó María Gómez con el Sexteto Estrellas Habaneras en Nueva York el 14 de enero de 1930 para el sello Victor.

Cinco versiones inspiradas en La Guajira Guantanamera original: Cuarteto Caney; La India de Oriente; Guillermo Portabales; Orlando Contreras y Celia Cruz, Johny Ventura y José Alberto El Canario.

Cuando algo se globaliza tiende a banalizarse, puede perder autenticidad y distorsionar la historia. También, sepultar las raíces de ia obra musical, artística o literaria. En la era de internet y las redes sociales, la globalización propicia confusiones e inexactitudes. Es lo que en mi opinión ha pasado con la Guajira Guantanamera de Joseíto Fernández y Julián Orbón.

Tania Quintero
Nota.- Esta investigación, hasta ahora inédita, la inicié en julio de 2018 y la terminé el 5 de septiembre de ese año, coincidiendo con el 110 aniversario del natalicio de Joseíto Fernández. Y 76 años después que el pianista y compositor Benajmín Orbón (Avilés 1977-La Habana 1944), decidiera que su hijo Julián, de 17 años, dejara su Asturias natal y se mudara defiitivamente a La Habana, donde trabajaría al lado de su padre como profesor del Conservatorio Orbón, considerado la principal institución asturiana en Cuba, según la profesora de historia de la música, musicóloga e investigadora Gemma Salas Villar.

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