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viernes, 31 de julio de 2009

Ilusión


Por Tania Quintero

Desde que en 1959 llegó al poder, Fidel Castro se empeñó en desbaratarlo todo. Eliminó infinidad de costumbres y creó otras. Arbitrariamente cambió fechas: los carnavales ya no se celebrarían en febrero, sino en julio. Y los niños no tendrían más juguetes el 6 de Enero, si no también en julio, en un artificial Día de los Niños por él creado.

Qué había ocurrido en julio para ser escogido el mes más importante del calendario revolucionario cubano? Nada más y nada menos que el asalto a un cuartel militar, en Santiago de Cuba, con víctimas mortales en uno y otro bando, el 26 de julio de 1953. Un hecho sangriento se convirtió en el centro de tres días de festejos. Desde entonces, el 25, 26 y 27 de julio es el feriado más largo de los cubanos.

A partir de marzo de 1962, cuando el gobierno implantó dos libretas de racionamiento, una para alimentos y otra para productos industriales, los padres que deseaban mantener la tradición de los Reyes Magos se las vieron negras, a no ser que tuvieran familiares en el exterior, fueran habilidosos en la fabricación de juguetes o les quedaran algunos de su infancia.

Un año antes, en abril de 1961, el propio Fidel Castro había proclamado el carácter socialista de la revolución. Y para que la niñez cubana volviera a tener con qué jugar, la solución fue estatal y equitativa: todos los menores de 0 a 13 años tenían derecho a un juguete básico y dos adicionales. Una vez al año, en el mes de julio: por la libreta de "productos industriales" y en la tienda asignada por el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN).

El método inventado por los burócratas del MINCIN peor no pudo ser: había que llamar por teléfono a la tienda que a uno le correspondía, casi siempre cercana al domicilio. Desconozco las cifras de entonces, pero en la década de los 60, era bajo el número de hogares con teléfono, por lo que una gran cantidad de personas teníamos que acudir a vecinos con conexión telefónica. Y a su amabilidad, toda vez que uno podía pasarse horas tratando de comunicar para reservar un turno de compra.

A cada tienda le asignaban equis número de clientes e igual cantidad de juguetes básicos y adicionales. Una muestra de ellos, con sus correspondientes precios, había que mostrarlos en las vidrieras con una o dos semanas de anticipación, para que niños y padres tuvieran idea de lo que en ese comercio podían adquirir.

A nosotros siempre nos tocó comprar en La Casa Mimbre, en Monte entre Romay y San Joaquín, Cerro, al doblar de nuestra casa. Mis dos hijos nunca tuvieron los juguetes deseados, porque el turno telefónico de compra nunca lo conseguí para el primer ni segundo día, sino para el tercero o el cuarto, cuando ya habían sido vendidos los juguetes más atractivos. Solía ocurrir que en otras tiendas quedaban los juguetes que mis hijos querían, pero como no era la asignada, teníamos que conformarnos con nuestra mala suerte.

Pese a lo desastroso del sistema "rin rin" , el MINCIN volvería acudir a él en los años 70, para reservar en restaurantes, cafeterías y pizzerías de la capital.

Ya no existe la libreta de productos industriales ni hay que llamar por teléfono para un turno con derecho a comprar tres juguetes por cada menor de edad registrado en las antiguas Oficodas, oficinas de control y distribución de alimentos. El límite ahora es la moneda dura: los niños cuyos padres poseen pesos cubanos convertibles serán los que recibirán juguetes de Santa Claus y los Reyes Magos. Los otros, tendrán que conformarse con verlos en las tiendas recaudadoras de divisas.


miércoles, 29 de julio de 2009

YouTube: Castro's Spots























lunes, 27 de julio de 2009

Tiro por la culata




Por Iván García

La reafirmación del sector estatal en la economía cubana, es el tiro de gracia a las últimas ilusiones reformistas que aún quedaban y, en definitiva, el fin del amago democrático realizado por el gobierno en años recientes. Carlos Lage lo dice, Fidel Castro lo grita. Pero para ambos dirigentes, la seguridad del actual régimen en el poder depende, en gran medida, de los resultados económicos que tendrá el país. Es por ello que el discurso ideológico stalinista puro es contraproducente y en consecuencia no compatible con el mundo moderno, sobre todo en estos momentos en que la Isla tiene que evolucionar por sí sola.

La fórmula escogida por quienes diseñan "el futuro de la nación cubana" se inclina por una dualidad que muchas veces resulta confusa. Mientras por una parte le abren las puertas a la inversión foránea y se lucha a brazo partido para que Estados Unidos permita a sus empresarios tragarse de un tirón la infraestructura insular, hacia el interior de nuestro país las oportunidades para el desenvolvimiento económico de la población se cierran por días. La señal que envían las reuniones partidistas, los congresos y las declaraciones oficiales es la del apretón de tuercas. Los nacionales -que en cualquier parte del mundo representan un elemento fundamental en el desarrollo de sus países-, aquí sólo desempeñan el papel de simples espectadores de la situación.

La doble actitud en la organización del país responde a dos factores. Primero: que el cubano no adquiera el más mínimo grado de independencia, aunque ésta solamente esté relacionada con el empleo. Segundo: mantener un flujo de entrada del capital extranjero que sirva para sostener los precarios índices de subsistencia del pueblo. Hay evidencias: luego de pronunciar interminables discursos, abundantes en consignas y alabanzas al socialismo, el máximo líder de la revolución cubana se va a inaugurar una panadería y dulcería francesa, de lujo, y a negociar con los empresarios que aportaron el dinero para construirla.

En torno al capítulo de las inversiones salen a flote las diferencias entre moderados y radicales, quienes desde sus criterios personales buscan lo que menos desea el régimen. Para unos, levantar el embargo y darle luz verde a la colaboración económica con Cuba dejaría a sus gobernantes sin pretextos para negarse a democratizar el país. Para otros, cualquier tipo de acercamiento contribuiría a solidificar los cimientos de la dictadura más antigua de América.

Y mientras nada ocurre, nuevos experimentos ven la luz. Ahora, para consumo interno, se ha estrenado un sistema mediante el cual los centros gastronómicos aceptan el pago por sus servicios tanto en pesos cubanos como en dólares. Si ideología política y desempeño económico siempre fueron de la mano en Cuba, ahora puede decirse que la ecuación es insoluble. Al menos para los cubanos de a pie, de pronto metidos en un ajíaco cuyo sabor, en el mejor de los casos, es la incertidumbre.

(Publicado en Cubafreepress el 9 de julio de 1998)

viernes, 24 de julio de 2009

Zapatos

Las fotos son de la revista LIFE y los textos míos (TQ).


Nueva York, 1939. Calzado colegial de uso generalizado en los Estados Unidos. Foto: Alfred Eisenstaedt.


Diez años después, en 1947, ese calzado seguía siendo usado por los estudiantes. Foto: Nina Leen.


Este modelo de 1938 es muy similar a algunos diseños actualmente en boga. Foto: Alfred Eisenstaedt.


Sandalias de playa, muy populares en Miami Beach en 1940. Foto: Alfred Eisenstadt.


Quinceañera estadounidense en 1944. Foto: Nina Leen.


1945. Plataformas que marcaron época en la Francia de postguerra. Foto: Ralph Morse.


Zapatos de gran vestir. La Habana,1946. Foto: Nina Leen.


1949. Calzado para usar por la noche por las mujeres que no gustan de los tacones. Foto: Nina Leen.


Los tacones que usaban las mujeres en 1956 no se diferencian mucho de los actuales. Foto: Gordon Parks.


Tampoco estas sandalias de 1949. Foto: Nina Leen.


1951. Modelo bastante original. Foto: Nina Leen.


Igual que estos lacitos en medias de nailon, fotografiados por Nina Leen en 1949.


1948. Buena combinación. Foto: Nina Leen.


1942. Unas botas parecidas a éstas debo haber yo usado cuando tenía un año. Foto: Nina Leen.


1942. Y como éstos, de la marca Florsheim, eran los que usaba mi padre, barbero de oficio. Se podían comprar en las peleterías habaneras. Foto: Nina Leen.


miércoles, 22 de julio de 2009

La moda, un siglo atrás

Las fotos, pertenecientes a los archivos de LIFE y fueron realizadas para la publicación francesa Les Modes.


Francia, 1907. Conjunto diseñado por Valentine Gelbis y fotografiado por Paul Boyer.


Francia, 1907. Vestido diseñado por Doucet y fotografiado por Reutlinger.


Francia, 1908. Sombrero diseñado por J. Suzanne Talbot y fotografiado por Reutlinger.


Francia, 1908. Vestido diseñado por Paquin y fotografiado por Boisonnas and Taponier.


Francia, 1908. Vestido diseñado por Redfern y fotografiado por Felix.


Francia, 1909. Vestido diseñado por Bernard y fotografiado por Felix.


Francia, 1909. Vestido diseñado por Jeanne Lanvin y fotografiado por Henri Manuel.


Francia, 1909. Vestido diseñado por Drecoll y fotografiado por Felix.


lunes, 20 de julio de 2009

Shopi-trapos


Por Tania Quintero

En algunas provincias cubanas les dicen "shopping-trapos", pero desde que hace unos diez años surgieron las tiendas para vender ropa reciclada, los habaneros prefirieron llamarlas shopi-trapos. Casi todas son estatales, pero también las hay particulares, como la de la foto, y online.

Se ha especulado y especula sobre ellas y hasta se llegó a decir que iban a ser cerradas, por orden de la ministra de Comercio Interior. Mas lo cierto es que siguen abiertas en toda la Isla, vendiendo ropa de uso por moneda nacional o convertible.

El rumor de más peso ha sido que la ropa vendida en estas tiendas procede de donaciones, pero hasta la fecha nadie lo ha podido demostrar. Según averiguaciones realizadas por mí en 1999, la ropa procedía de pacas al por mayor compradas a bajísimos precios en Canadá. Al país llegaban en contenedores y en una Zona Franca era revisada y clasificada. Lo que entonces averigüé, coincide con una información en 2005 aparecida en el periódico El Habanero.

En la red de shopi-trapos abiertas en la capital, la ropa se encontraba limpia y en buen estado, en unos comercios mejor presentada que en otros. Cuando se revisaba bien, encontrabas piezas nuevas entremezcladas con usadas, y modelos más actuales junto a otros de la época de ñañaseré. Sus precios eran relativamente accesibles, aunque no todos podían darse el lujo de pagar 50 pesos (cinco días de salario) por una prenda de vestir de segunda mano.

Al parecer, en otras provincias lo ofertado era más viejo y de menor calidad, según testimonios de periodistas independientes, quienes hace tiempo vienen escribiendo sobre el tema (aquí y aquí). Lo último leído es reciente y procede de Morón: aquí y aquí.

Fui "clienta" de las shopi-trapos hasta días antes de mi salida de Cuba, en noviembre de 2003. En un pequeño local al doblar de mi casa, en la Calzada de Diez de Octubre entre Carmen y Patrocinio, compré un pantalón carmelita de lana que usé durante mis primeros tiempos en Suiza (el año pasado lo eché en uno de los tantos contenedores de ropa que Caritas tiene en Lucerna). Y en una shopi-trapo particular, por Mayía Rodríguez, un pulóver cremita de manga corta que todavía uso. De todas las piezas, la que más usé fue un pantalón rosado de algodón, de la marca Cherokee,con dos grandes bolsillos a los dos lados. Por 20 pesos cubanos lo adquirí, nuevo, en una tienda situada en Neptuno entre Galiano y Águila.

Ese tipo de tiendas, al igual que los rastrillos o pulgueros, existen en muchos países, Suiza incluida, y la gente acude a ellos sin ningún tipo de complejos, en busca de antigüedades y rarezas. Inclusive hay personas que les gusta vestir y decorar su casa con mercaderías que a otros pertenecieron. Es una de las tantas opciones: si quieren, y pueden, compran en grandes almacenes o en exclusivas boutiques. Antes de 1959 los cubanos teníamos tiendecitas y quincallas de barrio y también famosas tiendas: El Encanto, Fin de Siglo, Ultra, La Época, Flogar, El Bazar Inglés, Roseland, J. Vallés, Los Precios Fijos, Sears...


viernes, 17 de julio de 2009

Estrella ausente


2008 fue el Año Internacional de la Papa, pero no tuvo suficiente repercusión, al menos en naciones donde en vez de publicidad, su población hubiera podido comer más papas. En Suiza, por ejemplo, donde todo el año venden y a precios módicos se puede comprar la cantidad que uno quiera, el Año Internacional de la Papa fue bastante difundido.

Desgraciadamente, este tubérculo no siempre está presente en las cocinas mundiales todos los meses, semanas y días como la gente desearía. En Cuba, tras el paso de tres huracanes en los meses de septiembre y octubre, y de un año 2007 con una producción por debajo de lo previsto, según aquí y aquí puede leerse, las esperanzas están puestas en el primer trimestre de 2009, donde se espera que la cosecha de papas de la provincia Habana permita paliar la crítica situación alimentaria.

"La papa ayuda", decía el estribillo de una canción interpretada por un músico matancero en los años 80, y que muy pronto se popularizó por su doble sentido: la papayuda. Después de implantada la libreta de racionamiento, en marzo de 1962, la papa fue adquiriendo un protagonismo que antes del 59 no había tenido. Al tener la población la posibilidad de alimentarse libremente, no se veía obligada a recurrir a uno de los alimentos que más llenan y palian el hambre. Entonces, la papa era una vianda más, junto con la malanga, yuca, boniato, calabaza, ñame y plátano macho.

Había adictos al puré de papa con leche y mantequilla, pero al no escasear la grasa, como más gustaban eran fritas, a la española o la francesa. También finas y redonditas, estilo potato chips. Era inconcebible un revoltillo o tortilla sin papas fritas -no hervidas, como los años duros de la revolución pusieron de moda. O unas buenas papas rellenas con picadillo de carne de res, jamón o queso. En los timbiriches, la frita o el pan con bistec siempre iban acompañados por papas a la juliana.

Luego de que el estado de Idaho, Estados Unidos, intentara vender a Cuba papas congeladas y pequeños tubérculos para sembrar, si como estaba previsto, llegan a tiempo las semillas de otro estado, Dakota del Norte, la papa volverá a ser estrella en la mesa de los cubanos en 2009.

Dossier





The Potato Song.

miércoles, 15 de julio de 2009

Pobreza rima con limpieza


Por Tania Quintero

Hace medio siglo, La Habana figuraba entre las ciudades más cosmopolitas del Nuevo Continente. En El Encanto, Fin de Siglo o cualquiera de las tiendas diseminadas por el centro de la capital, uno podía comprar en pesos la última fragancia lanzada en Paris, Nueva York o Londres. O comprarse un reloj suizo en Cuervo y Sobrinos, la joyería más chic, en la calle Galiano. Había cubanos muy ricos y otros muy pobres, pero también había una clase media formada por profesionales, artistas, intelectuales y propietarios. Una sociedad capitalista con una pujante burguesía nacional. Existía discriminación y prejuicios raciales, pero menos de los que ahora se encuentran en el "primer estado socialista de América Latina", donde la policía contínuamente para en la calle y exige identificación a jóvenes de piel oscura (se calcula que más del 80 por ciento de la población penal en la Isla son hombres y mujeres negros o mulatos). Sus hoteles y sus casinos tenían fama mundial, pese a estar controlados por mafiosos, como Meyer Lanski, a quien vemos en esta foto de Francis Miller, de la revista LIFE, tomada en febrero de 1958, saliendo del casino del Hotel Riviera. En su mano derecha lleva un pequeño maletín con 200 mil dólares, la recaudación de la noche. Le sigue una elegante y risueña amiga.


Era una Habana de contrastes, menos chocantes de los ahora existentes, si tenemos en cuenta que Cuba, proclamó su líder en 1961, hizo una "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes". En 1954, si uno merodeaba por los alrededores del Stadium del Cerro, hoy Estadio Latinoamericano, se topaba con familias viviendo en chozas como ésta, fotografiada por Mark Kauffman, de Life.


Varias décadas después, en pleno corazón de La Habana podemos encontrarnos un panorama igualmente pobre como aquél, fotografiado por habanero06, Robin Thom y Bitpicture, y subidos a Flickr.

beggar in Havana por elhabanero06.

Two Worlds. por Robin Thom.

Havana balcony por Bitpicture.

A Day at the Lake in Centro. por Robin Thom.

La diferencia entre la foto en blanco y negro es de años y de colores. Pero tanto una como las otras tienen un denominador común: por muy humildes que sean, los cubanos suelen ser limpios. Antes muertos que dejar de bañarse y lavar la ropa!

Es una lástima que el mismo hábito de aseo corporal, no lo tengamos con nuestras ciudades, sobre todo en la capital de la Isla, la más sucia de las ciudades cubanas.

lunes, 13 de julio de 2009

Niños del mundo


Video: Children of the World



Collage: peace-on-earth.org, Flickr.

viernes, 10 de julio de 2009

Toquen mambo, que murió el Piffe!


Por Armando López

Cuba, país de la ausencia. Por medio siglo, músicos, bailarines, pintores, escritores… han escapado del oscurantismo ideológico del castrismo. Tres generaciones de artistas han creado, fundado y envejecido en tierra ajena .Son miles regados por el mundo, con la nostalgia clavada, haciendo su obra en Miami, Nueva York, México, Madrid, y sin una hinchada nacional que los respalde.

Cada artista que muere fuera de la Isla es una denuncia al castrismo. Celia Cruz, Lidia Cabrera, Ernesto Lecuona, Cundo Bermúdez, Alberto Alonso… son una herida abierta en la cultura cubana. Ahora le tocó a Germán Pifferrer, el flaco de Gibara, que de cantante de la Orquesta Avilés, la más antigua del país, llegó a ser (se dice fácil en tierra de Somavilla y Chico O'Farril) uno de los mejores arreglistas y directores de orquesta que ha dado Cuba.

En julio pasado, Vivian María López, locutora y directora de la emisora WTNA 88,9 FM, radio pública de Miami, organizó un concierto-homenaje a Pifferrer, un homenaje de esos cuando la muerte acecha: el Piffe tenía un cáncer de hígado.

Por el escenario del Teatro Artime de la calle Primera, de Miami, pasaron Malena Burke, Carlos Oliva, Gema Corredera, Marisela Verena, Roberto Torres, Hansel y Raúl, The Cachao All Stars, Luis Bofill. El maestro Pifferrer sacaría fuerzas para dirigir su última creación, el Miami Latin Jazz Nonet, y presentar su disco, con los temas Dancing, Cascareando, The Friend, The Trumpet y Happy Morning. Y otros del legendario Juanito Márquez, autor de Alma con alma, su entrañable amigo, paisano, mentor y maestro.

"Conocí a Pifferrer casi un niño en Gibara, donde nacimos y seguimos juntos en Holguín, en la Orquesta de los Hermanos Avilés. Yo hacía los arreglos y el Piffe cantaba (desde los 15 años) y copiaba mis partituras. Cuando me trasladé a La Habana, lo embullé a venir. Copiaba para Rafael Somavilla, para Adolfo Guzmán y para mí. Observando partituras fue aprendiendo lo básico de la orquestación, luego estudiaría armonía con Somavilla y Duchesne. Fue un buen cantante", dice Juanito Márquez.

Cuando la furia del ritmo pacá de Márquez (1965), Silvano Suárez produjo un show en el Habana Libre que llamó Madame Pacá. Juanito dirigía la orquesta y tocaba tres solos de guitarra, Piffe se lucía cantando Alma con alma. Iba gente de todo el país.

"Me fui de Cuba en 1970 sabiendo que Piffe no aguantaría mucho allí. Por más que lo nombraron director de la Orquesta de Música Moderna, se vino por el Mariel. Y fue como si cuarenta años después nada hubiera cambiado. Sólo que esta vez hacíamos los arreglos juntos", precisa Juanito.

"Despedir a un amigo le hace un hueco a uno, despedirlo dos veces es del carajo —protesta Nelson El flaco Padrón, baterista. Yo era como hermano del Piffe. Desde que vivía en la casa verde de la calle Infanta, no salíamos de Radio Progreso. Lo dejé de ver en 1962, cuando me vine a Miami. Cuando el Piffe salió por el Mariel, se radicó en Nueva York. No nos volvimos a ver, hasta que bajó a Miami en 1994. Ya tenía su barriguita, pero el carácter era el mismo, tímido; pero cuando se sentía cómodo con la gente, no paraba de hablar. Al rato de reencontrarnos en Miami, no nos separamos más. Me levantaba, pasaba por su casa, donde tenía su estudio, a ver si caía algo. Si no grabábamos, charlábamos, porque tenía memoria de elefante, a contar anécdotas de artistas no había quien le ganara".

Sobre la llegada de Pifferrer a Nueva York, el cineasta Iván Acosta recuerda: "Lo conocí por Felipe Pipo Martínez, vicepresidente de Kim Record y productor de la popular Charanga 76. Pipo se apareció con que Juanito Márquez recomendaba a Pifferrer como tremendo músico. ¡Y sí que lo era! Realizamos juntos unos 30 comerciales de radio y televisión. Piffe componía la música, la orquestaba y la grababa en el estudio que tenía en su casa de Brooklyn. En Kim Records fue la tabla de salvación para cantantes y músicos exiliados. Hasta Paquito D'Rivera, cuando llegó, grabó para la disquera".

En 2001, Pifferrer hizo los arreglos y dirigió la orquesta en el show de Acosta 50 años de Mambo. Fue un tributo a Dámaso Pérez Prado que Juanito Wust grabó en vivo en el Town Hall de Nueva York. El disco del concierto estuvo nominado al Grammy.

"Pifferrer no sólo era un gran arreglista, compositor y director, tenía una rara cualidad: todos lo querían", reconoce Acosta.

El grabador Juanito Wust conoció al Piffe en Cuba: "A fines de los ochenta nos volvimos a ver en Nueva York, grabamos un disco de son en un estudio del viejo Raúl Alarcón. Allí Piffe me embulló a montar mi estudio, como el de su casa de Brooklyn. En Nueva York le iba muy bien. Hizo mal en mudarse para la Florida. Acá hacía los comerciales de Mac Donald, Burger King, Goya. Por huirle al frío se fue para Miami y perdió los contactos con las publicitarias".

Según Wust, cuando Germán Pifferrer trató de regresar a Nueva York, se alojó unos meses en su casa. "Trabajamos juntos varios discos, tenía una manera amable de reprocharle a un músico que sonaba a rayos. Y era tremendo cocinero, hacía unos camarones enchilados para chuparse los dedos", anota.

En las notas del disco Miami Latin Jazz Nonet, Paquito D'Rivera relata su primer encuentro con Germán Pifferrer en el show Madame Pacá: "Fue entonces que iluminado por un seguidor de tenue luz, apareció en escena un joven delgado, vestido con un elegante y modernísimo traje de 'shark skin' color acero… Han pasado cuatro décadas desde aquella noche habanera… y después de escuchar por enésima vez esta grabación, todo parece indicar que el Piffe se las ha arreglado para demostrar que si aquellos tiempos pasados fueron buenos para la música, los de hoy son aún mejores".

Y agrega Paquito: "El Piffe, como lo llamábamos sus amigos y admiradores, contradice a aquellos que aún pretenden hacernos creer que negar el academicismo y tener menos conocimientos ayuda a preservar la espontaneidad y la frescura creativa, cuando la realidad es que, en absolutamente ninguna actividad humana, nadie puede ser considerado superior por saber menos. Germán fue una prueba de ello".

Pifferrer hizo los arreglos para Hot House, disco de Arturo Sandoval que ganó el Grammy 98, del Tributo a Benny Moré (Tropicana All Stars Orchestra, nominado para el Grammy) y de 60 Años de Exuberancia Musical Cubana (Tributo a Cándido Camero). Dirigió en el Carnegie Hall, en el Radio City Music Hall, y realizó la banda sonora de los filmes Azúcar amarga y Just the Ticket. Hace apenas dos años, dirigió la gran orquesta del Festival de la OTI, en Puerto Rico.

Germán Pifferrer murió en Miami el 17 de enero de 2009. La noticia no fue publicada en ningún medio de prensa de la Isla.

(Publicado en Cubaencuentro el 22.1.09. Foto: Pedro Portal, El Nuevo Herald)

miércoles, 8 de julio de 2009

La politización del deporte cubano


Por Iván García

Omar linares la gran estrella beisbolera cubana, de 28 años, es desde hace ocho diputado al monocorde parlamento nacional, que se caracteriza porque todos sus acuerdos se adoptan por unanimidad. Omar no es el único con tal categoría. Víctor Mesa, 37 años, otro astro del béisbol ahora en retiro, también es diputado. Ellos dos han sido los deportistas en activo que más lejos han llegado en una cuestionable carrera política.

Casi sin excepción, se puede afirmar que las figuras encumbradas del deporte cubano, junto con el pasaporte que les permite estar viajando la mitad del año, cargan consigo el carnet del partido (PCC) o la juventud comunista. El saltador Javier Sotomayor, el boxeador Félix Savón y el pelotero Antonio Pacheco, son militantes del partido. Iván Pedroso, de salto largo; el nadador Rodolfo Falcón, y el baloncetista Roberto Carlos Herrera, son miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Todos los entrenadores de las selecciones nacionales, además de su aval técnico, pertenencen al partido, como Miguel Valdés y Jorge Fuentes, en béisbol; Alcides Sagarra, en boxeo; y Juan M. Diaz, de volibol masculino, por solo mencionar cuatro de los más destacados.

El deporte cubano está altamente politizado. Junto a la salud y la educación, el deporte completa la tríada de lujo de esa vitrina sagrada de los cacareados "logros de la revolución". A pesar de su alto costo, el gobierno sufraga los gastos y preparación de los atletas cubanos, más por el interés de mostrar sus triunfos con el eslogan de que estos han sido posibles "gracias a la victoria de enero de 1959", que por lograr un hombre más sano e incentivar la masividad deportiva.

Tal práctica no es novedosa: era común en los expaíses socialistas de Europa del este, poseedores de laboratorios para forjar campeones. Después de la caída del Muro de Berlín, se supo que la desaparecida República Democrática Alemana preparaba a sus atletas usando sustancias prohibidas. Por encima de las medallas, las antiguas naciones comunistas pretendían demostrar la supremacía del socialismo sobre el capitalismo. Detrás estuvo siempre el matiz político. Tanto como los éxitos, al gobierno cubano le interesa la lealtad a su ideología, fidelidad que se ha visto mermada por la deserción en los últimos años de decenas de peloteros y boxeadores, entre otros deportistas.

Ello ha motivado el reforzamiento del trabajo de adhesión y a todo joven talento que despunta le dan "tratamiento politico": primero le otorgan, según la edad, el carnet del partido o la juventud, y luego le resuelven algunas situaciones materiales (casa, carro, etc). Si se mantienen fieles a los "principios del socialismo", cuando les llega el retiro pasan a integrar la extensa legión de entrenadores. Si no tiene capacidad para formar campeones, pero se es confiable, puede ser utilizado como una especie de embajador itinerante.

Es el caso del tres veces campeón olímpico, Teófilo Stevenson. A los que tienen un nivel intelectual más alto y cierta agudeza política, pueden otorgarles un cargo administrativo, como a Alberto Juantorena, bicampeón olímpico en Montreal'76 y actualmente vice presidente del INDER. Ésos son los menos: la mayoría pasa a entrenar niños y jóvenes en sus localidades de residencia. Otros ni eso: han caído en el olvido, como ocurrió con el boxeador Douglas Rodríguez, campeón mundial en 1974, hoy por culpa del alcohol convertido en un desecho humano.

La excesiva politización alcanzada por el sistema deportivo cubano tuvo su mayor exponente el 14 de julio último, cuando en una nota divulgada por el INDER se argumentó que el equipo nacional de béisbol no asistiría al torneo bilateral anualmente celebrado en los Estados Unidos por razones políticas. Una semana después, la Comisión Nacional de ese deporte emitía otro comunicado en el cual entre lineas se daba a conocer la verdad: Cuba no asistió a los juegos programados en territorio estadounidense, por temor a la deserción de varios peloteros y entrenadores,

(Publicado en Cubafreepress el 8 de agosto de 1997).

lunes, 6 de julio de 2009

Más allá de un abrazo

Por Tania Quintero


En esta foto de la Galería de paulpablopavel, en Flickr, podemos ver la estatua que ha inmortalizado uno de los gestos más humanos y antirraciales en la historia de las Grandes Ligas: el brazo que Pee Wee Reese, entonces capitán de los Dodgers de Brooklyn, le pusiera sobre el hombro a Jackie Robinson, el primer negro contratado por una ligar mayor, en 1946. La estatua fue develada en noviembre de 2005 por Michael R. Bloomberg, alcalde de Nueva York, y Marty Markowitz, presidente del condado de Brooklyn, como aquí podemos leer.

A propósito, en enero de 2008 el Premio Jackie Robinson a toda una vida dedicada al béisbol, le fue otorgado al cubano Orestes Minnie Miñoso, y quien en entrevista a Armando López confesó que su brazo lo había entrenado "jugando pelota de manigua".

Se da otra circunstancia: tanto Pee Wee Reese como Jackie Robinson estuvieron en Cuba en la década de 1940. De la presencia de Robinson en la capital cubana, en 1947, he encontrado una foto, con Jackie aún vistiendo el uniforme de los Royals de Montreal. Su presencia fue mencionada por Los Angeles Times en 1997.


Por su parte, Pee Wee Reese estuvo por vez primera en La Habana en marzo de 1942, cuando los Dodgers de Brooklyn entrenaron en diversas localidades de la ciudad. De ese viaje son las siguientes fotos, de William Vandivert, de la revista LIFE. En la primera, Dolph Camilli en el Stadium del Cerro.


En esta otra imagen del mismo autor, Pee Wee y Pete Reiser practican el deslizamiento bajo la supervisión del coach Charlie Dressen: al igual que Camilli y otros jugadores, Dressen parece no poder soportar el sol del mes de marzo, considerado tenue para los cubanos.


En 1942, William Vandivert no perdió ocasión para fotografiar a Reese y Reiser en su tiempo libre. Además de sesiones de entrenamiento, ellos compartieron habitación y correrías, como se aprecia en las tres instantáneas a continuación. En la primera, durmiendo bajo mosquiteros, en la misma habitación del hotel donde se hospedaron. En la siguiente, merendando con dos amigas cubanas. Y en la última, los dos se dirigen a su habitación descalzados y en puntillas, para no hacer ruido, mientras el reloj marca las 12 de la noche.




Pee Wee Reese y los Dodgers de Brooklyn volverían a entrenar en La Habana en dos ocasiones más: en febrero de 1947, cuando coincidieron con Jackie Robinson, y en marzo de 1959. Nos lo recuerda el profesor cubano Roberto González Echevarría en Spring Training History Articles. González es autor, entre otros libros, de The Pride of Havana: A History of Cuban Baseball, publicado en 1999.

viernes, 3 de julio de 2009

Cine y derechos humanos


Amnistía Internacional ha hecho una lista de 328 películas que directa o indirectamente abordan temáticas relacionadas con los derechos humanos. Entre estas cintas se encuentran cinco de Cuba o sobre Cuba. (TQ)


FRESA Y CHOCOLATE (Cuba, 1993), de Tomás Gutiérrez Alea, protagonizada por Jorge Perugorría, Mirta Ibarra y Vladimir Cruz (foto), entre otros actores.


DERECHO DE ASILO (Cuba, 1994), de Octavio Cortázar, versión del relato homónimo del escritor cubano Alejo Carpentier y con la actuación de Jorge Perugorría (foto) y Enrique Molina, entre otros actores.


ANTES QUE ANOCHEZCA (USA, 2000), de Julian Schnabel, basada en el libro homónimo del escritor cubano Reinaldo Arenas y con Javier Bardem, (foto), Johnny Depp y Sean Penn, entres otros, en los roles centrales.


BALSEROS (España, 2002), documental de Carles Bosch y Josep María Domenech, con intérpretes de la vida real. Letra y música de la cantante cubana Lucrecia, residente en España.


HABANA BLUES (España-Cuba, 2005), de Benito Zambrano, con la actuación de Alberto Joel García, Roberto Sanmartín y Yailene Sierra, entre otros.

Fragmento de HABANA BLUES