Por Tania Quintero
Hace medio siglo, La Habana figuraba entre las ciudades más cosmopolitas del Nuevo Continente. En El Encanto, Fin de Siglo o cualquiera de las tiendas diseminadas por el centro de la capital, uno podía comprar en pesos la última fragancia lanzada en Paris, Nueva York o Londres. O comprarse un reloj suizo en Cuervo y Sobrinos, la joyería más chic, en la calle Galiano. Había cubanos muy ricos y otros muy pobres, pero también había una clase media formada por profesionales, artistas, intelectuales y propietarios. Una sociedad capitalista con una pujante burguesía nacional. Existía discriminación y prejuicios raciales, pero menos de los que ahora se encuentran en el "primer estado socialista de América Latina", donde la policía contínuamente para en la calle y exige identificación a jóvenes de piel oscura (se calcula que más del 80 por ciento de la población penal en la Isla son hombres y mujeres negros o mulatos). Sus hoteles y sus casinos tenían fama mundial, pese a estar controlados por mafiosos, como Meyer Lanski, a quien vemos en esta foto de Francis Miller, de la revista LIFE, tomada en febrero de 1958, saliendo del casino del Hotel Riviera. En su mano derecha lleva un pequeño maletín con 200 mil dólares, la recaudación de la noche. Le sigue una elegante y risueña amiga.
Era una Habana de contrastes, menos chocantes de los ahora existentes, si tenemos en cuenta que Cuba, proclamó su líder en 1961, hizo una "revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes". En 1954, si uno merodeaba por los alrededores del Stadium del Cerro, hoy Estadio Latinoamericano, se topaba con familias viviendo en chozas como ésta, fotografiada por Mark Kauffman, de Life.
Varias décadas después, en pleno corazón de La Habana podemos encontrarnos un panorama igualmente pobre como aquél, fotografiado por habanero06, Robin Thom y Bitpicture, y subidos a Flickr.
La diferencia entre la foto en blanco y negro es de años y de colores. Pero tanto una como las otras tienen un denominador común: por muy humildes que sean, los cubanos suelen ser limpios. Antes muertos que dejar de bañarse y lavar la ropa!
Es una lástima que el mismo hábito de aseo corporal, no lo tengamos con nuestras ciudades, sobre todo en la capital de la Isla, la más sucia de las ciudades cubanas.
Antes habían clases proletarias, medias y altas.
ResponderEliminarAhora solo hay dos clases los cubanos todos pobres y el cacique y sus taínos mas próximos que viven en la opulencia total donde no tienen que pagar nada, donde se deja de comprar leche para los niños para priorizar con ese dinero otros caprichos de gran jefe.
Muy, muy bueno tu post, te felicito por la comparativa cronológica.
Gracias Tania por el artículo. Cuando mencionamos en el extranjero donde vivimos desde 1962, que Cuba en el año 1959 tenía un estandar de vida alto, y que no era ni remotamente un país de América Latina con grandes diferencias sociales, nos dicen que sí, pero que era el prostíbulo de América. Ahora no sólo es el prostíbulo de América sino del resto del mundo, y aunque todos están igualados, pero para abajo, siempre está la clase gobernante, con todos los privilegios.
ResponderEliminarGracias Tania por el artículo. Cuando mencionamos en el extranjero donde vivimos desde 1962, que Cuba en el año 1959 tenía un estandar de vida alto, y que no era ni remotamente un país de América Latina con grandes diferencias sociales, nos dicen que sí, pero que era el prostíbulo de América. Ahora no sólo es el prostíbulo de América sino del resto del mundo, y aunque todos están igualados, pero para abajo, siempre está la clase gobernante, con todos los privilegios.
ResponderEliminarHola, buena reflexion sobre la
ResponderEliminarrealidad, me ha gustado.
Un saludo.
RMC
Tania,
ResponderEliminarlos que tuvimos la suerte de conocer a otra Cuba y a otra ciudad de la Habana, no podemos sino asombrarnos de la ignorancia y las estupideces que oimos decir en el extranjero acerca de la Cuba pre-revolucionaria. Una vez de compras un hombre me oyo hablar con mis esposa y enseguida me pregunto si era cubano. Cuando le confirme que estaba correcto, se mando una perorata acerca de la Cuba pre-revolucionaria que parecia escrita por el ingles Lewis Carrol. Este Sr. argentino no sabia nada de lo que hablaba y repetia como un papagallo las mentiras y propaganda que le habian dicho durante su viaje a Cuba y sus vacaciones en Varadero. Depues de haberme dicho que 85% de la poblacion cubana era analfabeta antes del 1959, no puede aguantar mas y le dije que se fuera con la propaganda a otra parte porque yo habia vivido mucho tiempo en la era pre-revolucionaria y nada de eso que me decia era verdad.
El tio este no salia de su asombro y finalmente me dijo:
-Ud. es de Miami, no?
Al confirmarselo solo atino a decirme:
-Ah, claro eso explica su actitud contra revolucionaria.
Mi mujer dice que hay dos cosas en el mundo que tienen excelente propaganda: la CocaCola y la revolucion cubana.