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viernes, 29 de mayo de 2009

La Habana, 1959

De las miles de fotos que sobre Cuba y su capital en 1959 actualmente en internet se pueden localizar, me quedo con estas fotos encontrados en los archivos de la revista LIFE.

Por Tania Quintero


El actor Alec Guinness (izq) durante el rodaje de la película Nuestro Hombre en La Habana.


La actriz Ingrid Stevens por calles habaneras, en una

escena del filme inspirado en la novela homónima del

escritor inglés Graham Greene.

Si las dos fotos anteriores, de Peter Stackpole, pudieran clasificarse

de ficción, las siguientes pertenecen a la realidad vivida a partir de 1959. Son también de los archivos de LIFE, pero de diversos autores.


Mientras Fidel Castro da una conferencia de prensa, uno de sus ayudantes lee el periódico Prensa Libre. Foto: Grey Villet.


Marcha "pacífica" por el Parque Central. Foto: Grey Villet.


Estado en que quedó una de las habitaciones del Palacio Presidencial, hoy sede del Museo de la Revolución.

Foto: Joseph Scherschel.


Detenidos por el Ejército Rebelde en la capital. Foto: Joseph Scherschel.


Rebeldes parapetados en la azotea de un edificio de la Habana Vieja. Foto: Joseph Scherschel.


Guerrilleros durmiendo en el mezzanine del todavía Habana Hilton Hotel, posteriormente rebautizado Habana Libre. Foto: Grey Villet.


Primeras milicianas? Foto: Joseph Scherschel.


Prado y Neptuno, desde los altos del Hotel Sevilla. Foto: Grey Villet.


Entrada del Hotel Nacional, con personas que por su vestimenta y expresiones no denotan simpatía o rechazo al reciente triunfo revolucionario. Foto: Grey Villet.


Prado y Malecón. Atolladero de gente y vehículos, preparándose para una de las tantas manifestaciones que por esos días tuvieron lugar. Foto: Joseph Scherschel.

Estas fotos no las seleccioné por su calidad artística ni por su mensaje periodístico. Si no porque, en mi opinión, sintetizan ese sabor agrio que a partir de 1959 los nacidos en la República de Cuba incorporamos al dulzor que en nuestras bocas dejaba el hecho de ser "la metrópoli azucarera del mundo". Un mundo donde todavía el petróleo no nos quitaba el sueño y la palabra "terrorista",hasta ese momento, los cubanos sólo la habíamos utilizado para calificar a radicales del Movimiento 26 de Julio, quienes por conseguir sus objetivos no vacilaron en colocar y en una noche hacer estallar, cien bombas en parques, tiendas, cines y otros sitios públicos de la ciudad de La Habana, como en 2007 recordara Juan Escandell Ramírez, abogado cubano en el exilio http://cubanet1.securesites.net/opi/081007.htm


miércoles, 27 de mayo de 2009

Mi barrio

La Víbora, La Habana.

Por Iván García


La jerga burocrática y partidista de mi país lo denomina Consejo Popular Víbora. Es mi barrio. Un trozo de geografía, que abarca por un lado, desde la Avenida de Acosta, hasta Santa Catalina y por el otro desde la Calzada de 10 de Octubre -la otrora Jesús del Monte, que el poeta Eliseo Diego inmortalizara- hasta Mayía Rodríguez.

Forma un cuadrilátero de 7 cuadras de largo por 10 de ancho. Existen numerosas escuelas como el Instituto de la Víbora, hoy politécnico de comercio, el centro de primaria Tomas Alba Edison y la secundaria José Enrique Varona, antaño colegios prestigiosos.

Otras escuelas, como Pedro María es ahora un sucio almacén. Y la que una vez fue lugar de descanso y meditación de los Hermanos Maristas, desde hace casi medio siglo, es el cuartel de la tenebrosa policía política.

Cuando cae la noche, la Calzada de 10 de Octubre se convierte en una pasarela. Gays reprimidos a la caza de una pareja. Lesbianas con un corte de cabello a lo militar, y pasadas de tragos se besan con desespero a la puerta del Pain de Paris, una cafetería exclusiva en moneda convertible. El parque Córdova es quizás la posada nocturna al aire libre más grande de La Habana. Sexo barato, en divisas o moneda nacional, da igual.

Avanzada la madrugada, ancianos de rostros tristes y ropas gastadas, forman cola en el Banco Metropolitano -frente a la antigua residencia de los Condes de Párraga, hoy casa de cultura- para cobrar sus exiguas pensiones. También al amparo de la oscuridad, ladrones, asaltantes y rascabuchadores hacen sus fechorías.

Cuando el sol calienta, la fauna marginal va a la cama. Y la calzada se tiñe de amarillo, rojo y carmelita, los uniformes de secundaria, primaria, y bachillerato. Gente de prisa se aglomeran en las paradas para abordar los ómnibus de las líneas P-6, P-8, P-9, y P-10 e intentar llegar a tiempo a sus trabajos.

Los viejitos que hacían cola en el banco por la madrugada, ahora son los primeros en comprar el solitario panecillo de 80 gramos que nos otorga la libreta de racionamiento.

Esas 7 cuadras de largo y 10 de ancho conforman el barrio de la Víbora. Mi patria chica.

(Publicado el 21 de enero de 2009 en http://vocescubanas.com/desdelahabana/

La foto inicial y las diez a continuación mostradas, han sido tomadas de http://www.guije.com/pueblo/habana/lugares/vibora/index.htm, donde pueden leer más sobre La Víbora, barriada del municipio habanero de 10 de Octubre.

Vista Alegre en La Víbora, La Habana, Cuba.

Casas en San Mariano en La Víbora, La Habana, Cuba.

En Santa Catalina, La Víbora, La Habana, Cuba.

Casas en José Antonio Saco en La Víbora, La Habana, Cuba.

Juan Delgado en La Víbora, La Habana, Cuba.

Juan B. Zayas en La Víbora, La Habana, Cuba.

En Santa Catalina, La Víbora, La Habana, Cuba.

Parque de Juan Delgado y San Mariano, La Víbora.

Parque en Acosta, Mónaco, La Víbora, La Habana, Cuba.

Funeraria Víbora, La Habana.


lunes, 25 de mayo de 2009

Comiendo para sobrevivir

TelePlátano - Home Delivery Banana por Liki Fumei.

Por Tania Quintero

Corría el año 1987. La perestroika ya habia hecho su debut en la URSS. Y en Cuba no se presagiaba lo próximo de la debacle. Los cubanos no imaginaban que una etapa eufemísticamente bautizada de "período especial en tiempos de paz", estaba ahí. Pisándonos los talones. Esperándonos.

Para que nos despertáramos un día con la Opción Cero (cero comida, a no ser la preparada por los militares en ollas colectivas, caldosas y ajiacos para repartir en los barrios). Para que nos pusiéramos a criar pollos y puercos en baños, patios y terrazas. Y para que como unos condenados pedaleáramos en pesadas bicicletas chinas.

Cuando todavía no se presagiaba que una década de calderos aun más vacíos se nos venía encima, fue cuando me incorporé al equipo de realización de Puntos de Vista, espacio televisivo semanal donde personas en la calle vertían las más disímiles opiniones acerca del tema en debate. Después, éstas eran entremezcladas con los criterios de especialistas en el asunto.

Asesorada por el ingeniero José Ramón López, estudioso por su cuenta del cuerpo humano y la nutrición, propuse a mi redacción una serie de seis programas sobre los malos hábitos alimentarios y prácticos consejos para una alimentación más adecuada.

Sólo pude realizar tres Puntos de Vista: Vivir para comer, Comer para vivir y Algo más que comer. En 1987-88 era una utopía aspirar a que una población obligada a consumir enormes cantidades de carbohidratos en dulces, helados, pizzas y panes con croquetas (más conocidas como "croquetas de ave" "averigua"...que contienen). La "sopa de gallo", como los cubanos llamaban al agua con azúcar prieta, en esa época ya se tomaba en sustitución del café con leche en el desayuno, pero cuando en verdad se masificó fue a partir de 1990, año de inicio del "período especial".

No esperábamos que los programas tuvieran gran repercusión ni que se le hiciera demasiado caso a recomendaciones médicas sobre la necesidad de aumentar el consumo de vegetales, legumbres y frutas; que las carnes blancas debían ser priorizadas sobre las rojas (unas y otras eran escasas en la dieta del cubano de a pie de entonces, aunque no tanto como escaseó después) y lo dañino que resultaban el exceso de azúcar y grasas de origen animal, entre otros tópicos.

Pese a contar con esclarecedoras entrevistas a científicos en el tema, pertenecientes a la Organización Panamericana de la Salud y el Instituto Nacional de Alimentación, Higiene y Epidemiología, los tres programas trasmitidos pasaron sin pena ni gloria. En aquel momento el horno nacional no estaba para ese tipo de pastelitos.

Han transcurrido quince años. Ahora las autoridades de los ministerios de Salud Pública, Agricutura y Comercio Interior llevan a cabo una intensiva campaña para que los cubanos, de oriente a occidente, reconozcan en zanahorias y remolachas, apio y acelga, lechugas y tomates, perejil y espinacas, coles y pepinos, rábanos y cebollinos, brócoli y coliflor, importantísimas fuentes de nutrientes naturales, proveedores de vitaminas y minerales junto con las frutas: éstas sí gustan al cubano, pero además de escasear, cuando se consiguen en los agromercados hay que pagarlas a precio de oro.

Los productos integrales, a la venta desde los años 80, ahora no se consiguen fácilmente. Empieza a generalizarse la propaganda a favor de la proteína vegetal. En los pocos establecimientos donde se expende, a quince pesos la libra (equivalente al salario de un día y medio de un trabajador), se han colocado recetas de cómo preparar los raros granos, nada atrayentes a la vista.

La campaña por una alimentación más sana ha desatado toda clase de chistes y jaranas, opacando el mensaje: es bueno para la salud el consumo de frutas y vegetales frescos. Pero ni soñar con que vamos a entrarle a "la yerba y la fibra" como si fuéramos japoneses.

En la ciudad de La Habana funcionan ya varios restaurantes naturistas. El Jardín, de Línea y C, Vedado, es uno de ellos. Pero la gente lo que realmente quiere es que le permitan elegir. Y sobre todo, poder determinar si desea acompañar las ensaladas con huevo, pollo, pescado, camarones o un bistec, de res o de cerdo. También quiere disponer de leche, queso y mantequilla para la elaboración de ciertos platos. Llevamos demasiado tiempo comiendo para sobrevivir. ¿No creen que ha llegado la hora de poder comer no solamente lo que sea más saludable, sino también lo más apetitoso?

Foto: Liki Fumei, Flickr.

(Publicado en El Nuevo Herald del 26 de junio de 2002)

viernes, 22 de mayo de 2009

"Bailaba tan lindo..."

Salsa en la Playa Lámina giclée por Alla Bespalov

Por Reynaldo Soto

"Bailaba, tan lindo... desde que era niño la gente le hacía coro, se subía a los árboles, los techos, allá en nuestro puebo, para verlo bailar. Yo me asustaba mucho con los bailes modernos tan movidos, y el asma suya crónica, que se fuera a asfixiar, que no le alcanzara el aire para tanto, con el cuerpo pequeñito que tenía. Pero él hacía una trampa: Se colgaba del cuello el nebulizador con un hilito, y cuando se sentía fatigado lo aspiraba, sin dejar de bailar. Era la alegría de la casa y de toda la familia. Desde pequeño siempre fue el consentido; le teníamos lástima por las crisis de asma tan fuerte que le daban... También sabía pintar. No fue a ninguna escuela de pintura, pero sé que pudiera haber llegado a ser un gran pintor, tal vez poeta, a veces hacía versos que yo guardo". me contaba la tía Esther Correa, una mujer que lo quería como si fuera el hijo que deseó y nunca tuvo. "Pero me lo mataron en la cárcel. Lo dejaron morirse con esa muerte perra, así, asfixiado, dentro de aquella celda. Debió haber sido horrible".

Yosvani Roche Correa no cumplirá los 25 ni tampoco el año que a la cárcel debía. Yosvani es ya libre, lo liberó la muerte. Una crisis de asma que no quisieron -o no pudieron- atenderle a tiempo detuvo su vida en la plenitud de los 24 años. La crisis le comenzó sobre las 8 de la noche. Él le avisó al custodio, pero aquél, nadie sabe por qué, no acudió.

Pasa el tiempo, el asma va tornándose violenta, Yosvani se aferra a los barrotes, como buscando fuerza para atrapar un aire que se niega a penetrar en los pulmones, ya saturados de otro aire enrarecido. La desesperación cunde en la celda, donde otro seis reclusos, hermanados por el dolor de la agonía, no dejan de gritar llamando al guardia.

Nadie acude, la reja no se abre. El hierro es insensible a la ansiedad del que tras ella ve la vida irse, a la tortura mental de quienes con él mueren un poco a cada espasmo suyo. Un preso le da masajes en la espalda, que el nerviosismo tal vez convierte en golpes; sólo para que luego, alguien demasiado interesado en convertir en falsa la verdad, quisiera hacer creer que aquel recluso bárbaro, pero humano, pudo haber acelerado la muerte.

Homero Sierra, el más fuerte de todos, lo alza en vilo y lo sacude duro. Puede que de esta forma el aire pueda entrar a unos pulmones que han perdido la fuerza para lucha. Yosvani ya no habla, ya prácticamente no se mueve. Solo sus ojos viven. Los demás presos gritan, con voz de indignación --o de terror-- pidiendo auxilio. Yosbani se moría, se les moría a ellos en los brazos.

El guardia por fin acude. Abre la celda. Sus compañeros lo cargan, y echan a correr por los pasillos rumbo a la enfermería de la cárcel. Pero el camino es largo: son muchas las rejas, los candados, y las llaves que hay que abrir y a veces no aparecen. Cada vez que tenían que parar, otro preso, El Pintado, le daba respiración de boca a boca, y otra vez lo cargaban y echaban a correr. Pero su corazón ya no latía, cargaban un cadáver. "Para qué lo vamos a inyectar, no tiene pulso", dijo la enfermera.

Esto sucedió en Ciego de Avila, el 19 de octubre de 1997, en la cárcel provincial de Canaleta. Yosvani llevaba allí unos trece días, durmiendo en un tablero de bagazo prensado, sin colchón, ni sábana, ni nada. Y sin medicamentos para el asma. En cartas a su familia les decía: "Desde que estoy aquí no me han sacado al sol y esto es muy húmedo, pero además, estoy durmiendo arriba de una tabla que suelta unas pelusillas y un polvo que se me mete por la nariz, así que imagínense como estoy. Ya no tengo ninguna medicina. El aparatico de Salbutamol se me acabó y aquí no hay. Así que, Tía, trata de conseguirme uno urgente y mándamelo..."

Lo habían traído de Sancti Spiritu, donde cumplía condena por un presunto hurto que en ninguna de las tres vistas públicas del juicio que le hicieron nadie pudo probar, y otra condena por evadirse de la granja de trabajo forzado a la que de primera instancia le envió el tribunal.

En una carta dirigida a su hermano meses antes de morir, le decía: "Hermanito: Esto aquí no es fácil, por cualquier cosa los guardias te caen encima y te dan una mano de leña que después te pasas una semana sin poderte ni levantar de la cama. A mi el otro día me sorprendieron preparando un poquito de gofio después que habían dado la hora de silencio y me dieron algunas bofetadas y dos o tres patadas, pero no se lo vayas a decir a nadie de la familia para que no se asusten, que todo se quedó ahí y no me dieron con los bastones de palo, con los que casi siempre dan".

En un cuaderno de versos y dibujos que Yosvani tenía en la cárcel, hay un extraño monstruo dibujado a lápiz, con una inscripción encima en mayúsculas: "No tengas piedad de ellos". ¿De quién, Yosvani?

(Publicado en Cubafreepress el 3 de diciembre de 1997)

miércoles, 20 de mayo de 2009

De cuando en Cuba había pluripartidismo

Todas las fotos han sido tomadas de los archivos de la revista LIFE y fueron hechas en 1944 y 1945.


Sede del Partido Demócrata en la capital cubana, 1944. Foto: George Skadding.


Uno de los tantos mítines electorales, 1944. Foto: George Skadding.


Otro mitin electoral, 1944. Foto: George Skadding.


Simpatizantes en los exteriores de la residencia del presidente Ramón Grau San Martín, 1944. Foto: George Skadding.


Mitin electoral en Güines, 1944. Foto: George Skadding


Boletas oficiales de los distintos partidos en las elecciones de 1944. Foto: George Skadding.


Propaganda electoral, 1944. Foto: George Skadding


Colas para votar en las elecciones de 1944. Foto: George Skadding


Junio de 1944. Foto: George Skadding


Simpatizantes del Partido Socialista Popular en las afueras de una sede municipal, 1945. Foto: Ed Clark


lunes, 18 de mayo de 2009

Ideología en estampida

The writing's on the wall, Trinidad, Sancti Spíritus province, Cuba por miss mass.

Por Ariel de Castro

José es un joven santiaguero de 29 años. Desde los 17 es miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Los años transcurridos en las filas de esa organización le han hecho ver muchas cosas. Para él, que ha sido el primero en los trabajos voluntarios, en los mítines, en las reuniones políticas, su papel de jóven comunista ha terminado. Ahora encontró en la Iglesia Evangélica Pentecostal la respuesta a sus inquietudes.

No es un caso aislado ni mucho menos, los jóvenes cubanos cada día se alejan más física y emocionalmente de los postulados oficiales. La sustancia de la revolución socialista se ha tornado insípida. El último congreso del Partido emitió una señal de alerta en este sentido. El 54 por ciento de los jóvenes militantes comunistas no transitan luego a la vida partidista. El límite de edad para la membresía juvenil es de 30 años y también la oportunidad propicia para sin mucho ruido dejarlo todo. Lo que en el buen lenguaje criollo se conoce por "colgar los guantes."

Una reciente visita del Buró Nacional de la UJC a la provincia de Pinar del Río comprobó que el 38 por ciento de los militantes del territorio que llegan a los 30 años no desean ser procesados para ingresar en el Partido. Los argumentos que exponen van desde problemas personales y de salud hasta el criterio de que "se puede ser revolucionario sin pertenecer a la vanguardia." Así, "sin quedar mal" con los directivos ideológicos causan baja natural de la organización.

Otro sondeo de opinión realizado por el ejecutivo de la juventud comunista constataba que muchos jóvenes rechazan la militancia partidista por su falta de atractivos y su carga de responsabilidades. Esa visión de la máxima instancia del país está generalizándose peligrosamente.

La conclusión a la que han llegado los ideólogos es que falta la discusión política en los comités de base y, lo más importante, que existen problemas en la preparación ideológica de la militancia. En plena crisis económica y obligados a hacer concesiones, el gobierno no puede hablar de "continuidad idelógica." Todas las divisas marxistas, manuales de estudio y consignas laudatorias son parte del pasado, aunque por una mera tradición permanezcan intactas. Los tiempos en que un carnet del partido podía sostener una imagen conveniente llegaron a su fin.

Ileana, de 52 años, oficinista de la Corporación Cubanacán, aún no ha encontrado un pretexto para desacerse de su carnet rojo. "No puedo echarlo a la basura así como así, porque me señalo. Pero en la primera oportunidad que se me presente, le digo adiós". A Rolando, ingeniero de 49 años, la vida le jugó una mala pasada. Durante muchos años estuvo esperando que el Partido lo llamara a sus filas para así poder escalar a mejores puestos en su empresa. Pero es ahora, cuando ya no asignan viajes al exterior, y en momentos en que la empresa está a punto de desintegrarse, que el Partido lo ha admitido. "¿Cómo negarme?", se pregunta desorientado.

"La cubana es hoy una auténtica sociedad de clases con un semicapitalismo salvaje, donde sobreviven aquellos que poseen dólares". A partir de esa reflexión, Francisco, un joven comunista encargado de repartir a militantes de la UJC en centros de trabajo y estudio, entradas para la moderna discoteca del Hotel Comodoro, ha sabido sacarle provecho a su carnet. Estableció un acuerdo con los que van a recibir las entradas. En el mercado negro venden el derecho de entrada a un precio de 6 dólares, de los cuales se embolsilla la mitad y la otra mitad se la entrega al dueño de la discoteca, un joven necesitado de dinero como él.

Apatía, corrupción, desapego a los principios de la organización, entre otros son rasgos que están caracterizando a los nuevos cuadros juveniles. En el municipio pinareño de San Cristóbal, la UJC ha tenido que remover de sus responsabilidades a los catorce dirigentes regionales, con un promedio de 19 años de edad. Como su similar partidista, el próximo congreso de la organización juvenil centrará sus debates en las dificultades de su vida órganica, motivadas precisamente por la crisis en el sector de las ideas.

(Publicado en Cubafreepress el 19 de noviembre de 1997)

viernes, 15 de mayo de 2009

Las siete maravillas de la ingeniería civil cubana

Por Tania Quintero

En 1997, la Sociedad de Ingenieros Civiles de Cuba pidió a sus miembros que propusieran aquellas construcciones de mayor relevancia ejecutadas en cualquier etapa de la República. Un total de 37 propuestas fueron presentadas y de éstas fueron seleccionadas las 7 Maravillas de la Ingeniería Civil Cubana: un conjunto de obras monumentales consideradas únicas por su magnitud y las soluciones técnicas aplicadas. La iniciativa cubana tuvo por antecedente la convocatoria de la Asociación de Ingenieros Civiles Americanos, para escoger siete grandes y complejas construcciones modernas en distintas épocas y países. Las seleccionadas fueron: Canal de Panamá, Túnel del Canal de la Mancha (Francia-Gran Bretaña), Hidroeléctrica de Itaipú (Brasil-Paraguay), Torre de Televisión CN (Toronto, Canadá), Obras de Protección del Mar del Norte (Holanda), el edificio Empire State y el puente Golden Gate (Estados Unidos).

ACUEDUCTO DE ALBEAR

Canal del Acueducto de Vento, La Habana.

En sus inicios iba a ser llamado Isabel II, pero finalmente recibió el nombre de su proyectista y constructor, Francisco de Albear y Fernández de Lara (La Habana 11 de enero de 1816-23 de octubre de 1887). Albear había estudiado en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, España, y era brigadier del Real Cuerpo de Ingenieros de Cuba. Fue miembro de prestigiosas instituciones académicas y científicas de España, Bélgica, México y Cuba, donde llegó a ser director de la Junta de Obras Públicas. A mediados del siglo XIX se le encomendó la tarea de llevar agua a la población habanera, mediante la ejecución de un acueducto. Hacia 1858 se aprobaría el proyecto por él presentado, basado en la conducción de las aguas de los manantiales de Vento hacia la ciudad. En 1861 se inició la construcción del acueducto, concluida en 1893. En la Exposición Universal de París, en 1878, recibió Medalla de Oro y fue declarada Obra Maestra de la Ingeniería Universal del Siglo XIX.

TÚNEL DEL ALCANTARILLADO DE LA HABANA

Calzada de Monte y el Parque Colón, La Habana, Cuba.

Cuatro siglos después de su fundación por los españoles, la Villa de San Cristóbal de La Habana aún no tenía un sistema adecuado de alcantarillado sanitario. En la Enciclopedia Británica de aquellos años se podía leer: "Bajo el régimen español, La Habana tenía la reputación de ser una ciudad de ruidos y malos olores. No habían servicio satisfactorio de limpieza de calles o de drenaje del subsuelo y la bahía se mantenía corrompida por las impurezas de la ciudad". En esas condiciones insalubres se encontraba la capital cubana cuando en 1898 se produjo la intervención norteamericana. En ese mismo año, los interventores comienzan a elaborar el proyecto de lo que sería el sistema de alcantarillado y drenaje de La Habana. Las construcciones comenzaron en 1908 y finalizaron en 1915, lográndose el objetivo de evacuar y disponer de las aguas residuales de la población en esos momentos (351 mil habitantes) y dejando capacidad para una población futura de 600 mil habitantes. Según los expertos, la iniciativa empleada para la ejecución del Túnel del Alcantarillado de La Habana, de desplazar por gravedad y por debajo de la bahía los desperdicios de la urbe, fue una audaz obra de ingeniería. A propósito, Aquella primera intervención, de Tania Díaz Castro.

CARRETERA CENTRAL

La Carretera Central. Foto tomada en Mayo del 2003.

Nace en el Capitolio Nacional y se divide en dos ramas, una hacia Oriente y otra hacia Occidente. Desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba tiene una longitud de 1,139 kilómetros. Su ejecución comenzó el 20 de mayo de 1927 y concluyó el 24 de febrero de 1921. Fue construida por la Warren Brothers Company de Estados Unidos y la Compañía Cubana de Contratistas bajo la dirección del ingeniero cubano Manuel A. Coroalles. Representó un tremendo adelanto para la economía nacional y contribuyó al desarrollo del turismo. La calidad de su pavimento (hormigón revestido de una mezcla asfáltica) quedó demostrado por su uso continuado durante más de 70 años.

EDIFICIO FOCSA


El edificio más alto de Cuba, enclavado en el corazón del Vedado, Ciudad de La Habana, sigue siendo identificado por las siglas de la compañía que lo construyó: Fomento de Construcciones y Obras Sociedad Anónima. El FOCSA fue inaugurado en 1956, tiene una altura de 121 metros y posee 36 pisos. En su momento fue el segundo edificio de hormigón armado más alto del mundo, después de uno levantado en la ciudad brasileña de Sao Paulo. Entre los profesionales cubanos que trabajaron en su proyecto y ejecución se encontraban el arquitecto Ernesto Gómez Sampera y los ingenieros Luis Saénz Duplace, Bartolomé Bestard y Fernando Meneses. La Habana desde el FOCSA:



TÚNEL DE LA BAHÍA DE LA HABANA


A lo largo de 733 metros y a una profundidad de 12 a 14 metros, discurre por debajo de la Bahía de La Habana. Fue construido por la empresa francesa Societé de Grand Travaux de Marseille, bajo la dirección del ingeniero cubano José Menéndez Menéndez. Las obras constructivas se realizaron en los años 1952 y 1953 en condiciones extremadamente dificiles. Su inauguración se produjo en mayo de 1958. Ver video:



PUENTE DE BACUNAYAGUA


Marca el límite entre las provincias de La Habana y Matanzas. Su construcción comenzó en 1956. Fue oficialmente inaugurado el 26 de septiembre de 1960. Tiene una extensión de 314 metros y 110 metros de altura sobre el nivel del mar. Su ejecución estuvo a cargo de ingenieros cubanos dirigidos por Luis Saénz Duplace. Se basó en un proyecto presentado por Pimpo Hernández, estudiante de cuarto año de la carrera de Ingeniería Civil. La firma constructora fue la cubana Saénz, Cancio y Martín, también participante en la construcción del Edificio FOCSA. Amanecer desde el Puente de Bacunayagua:



VIADUCTO DE LA FAROLA

lafarola.jpg

La más reciente de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana es el Viaducto de La Farola. Constituye el más importante y directo enlace terrestre entre Baracoa y Guantánamo, la más oriental de las provincias.

En su construcción trabajaron 500 obreros dirigidos por el ingeniero Maximiliano Isoba. Por las características geológicas de la zona, en lugar de explosivos se usaron martillos neumáticos. Discurre por las laderas de la loma La Farola y atraviesa de sur a norte el macizo montañoso Sagua-Baracoa. Tiene 6 metros de ancho y se extiende por un tramo de seis kilómetros, con alturas que en ocasiones llega a los 450 metros sobre el nivel del mar. Las obras de la entonces llamada Vía Mulata se habían iniciado a fines de los años 40, pero por problemas técnicos, entre otros, no se terminaron. Se reiniciaron en abril de 1964 y en diciembre de 1965 el Viaducto de La Farola quedó abierto al tránsito. "A Baracoa me voy, aunque no haya carretera..."


miércoles, 13 de mayo de 2009

Niños cubanos

Las seis fotos han sido tomadas de Flickr y el video, al final, de You Tube.

A wonderful New Week to all Flickr-Friends! por picaddict.

Foto: picaddict

On the street in Trinidad, Cuba por *Sharif*.

Foto: Sharif

happy in the forest por mrcharly.

Foto: mrcharly

Two brothers, Trinidad, Cuba por iancowe.

Foto: iancove

children por nonwords.

Foto: nonwords

Hope por MatteoSp (Uninspired).

Foto: MatteoSp

Liuba María Hevia: La Calabacita

lunes, 11 de mayo de 2009

Historia Oficial



Por Iván García

Esta es la historia oficial. No hay otra. Elián era un pionero ejemplar; hacía soberbios dibujos con crayolas y despuntaba como un genio. Ahora, en su cautiverio de Miami, hasta en sueños extraña su pupitre escolar, las bicicletas y los coches tirados por caballos de su Cárdenas natal.

La madre, Elizabeth Brotón, era una militante del partido de primera línea, trabajadora intachable del turismo en Varadero y solamente bajo amenazas fue capaz de lanzarse al mar, obligada a punta de cuchillo por su marido actual, descrito por la prensa oficial como un hombre violento y sin escrúpulos.

El padre y ex esposo de Elizabeth, Juan Miguel González, también militante del partido, es casi perfecto. Las abuelas, según el gobierno, son dos heroínas a la altura de Mariana Grajales.

Del otro lado del Estrecho de la Florida, son malos todos los familiares que antes de producirse la tragedia, el 25 de noviembre, se llevaban como una gran familia. El tío-abuelo, Lázaro González, es un bandido que ama los dólares. Su hija, Marisleysis, prima del papá de Elián, es una lobezna sin hijos que quiere robarse a Eliancito.

Los otros, Ileana Ros-Lehtinen (llamada la loba en Cuba), la Fundación Nacional Cubano Americana y los que en Miami consideran que el niño debe quedarse en Estados Unidos, pertenecen a un clan de mafiosos sicilianos por cuyos poros mana un furibundo odio hacia la revolución cubana.

Esa es la historia oficial. La que diariamente venden a los cubanos desde que a principios de diciembre estalló el caso Elián. Todo en blanco y negro. Sin matices. Unos excesivamente malos y otros exageradamente buenos. Pero la gente en Cuba no es boba, y piensa.

La mayoría está convencida de que jurídicamente a Castro le asiste la razón y quieren que Elián vuelva a Cárdenas, para cuanto antes cerrar el extenso capítulo, que ya se les torna fastidioso. Saben que en Miami hay manipulaciones por personas que al raciocinio anteponen su odio a Castro y se han dado cuenta de que Bill Clinton es el presidente de esa nación.

Clinton, como la fiscal Janet Reno, quiere que Elián vuelva a Cuba. El Servicio de Inmigración está a favor del padre. Pero Estados Unidos es un país de leyes y los litigios suelen demorar: los tribunales en todo el mundo son lentos y burocráticos. Ahí está el caso de Pinochet en Londres.

Pero los que en Cuba sólo desayunan café y hacen una comida caliente al día intuyen que también el gobierno cubano manipula el asunto. Sí, ellos van a las manifestaciones y gritan consignas, mas saben que Castro es ducho en sacar partido de cualquier hecho cotidiano y utilizarlo en su política contra su enemigo jurado. Así, cien mil o más personas vituperan contra el imperio del mal, pero muchos van vestidos con ropa "Made in USA" o comprada con dólares enviados desde USA: más del 90 por ciento de los cubanos tiene a uno de los suyos viviendo en la sociedad imperialista.

La gente común y corriente quiere que Elián venga, pero no se cree ni la mitad de la historia oficial que el gobierno diseña para ellos, las "masas revolucionarias". Es precisamente ahí, en ese punto, donde los cubanos activan su mecanismo defensivo: la simulación. Esto ocurre desde hace 1959.

Castro ha desatado una oleada de nacionalismo y odio a los yanquis. La gente le sigue la corriente. Pero sólo en apariencias. Cuando regresan a su hogar, conectan el video comprado con dólares enviados por familiares residentes en Miami. Sustituyen los atosigantes espacios televisivos que reclaman el retorno de Elián por filmes norteamericanos de baja categoría, con tiroteos y choques de carros. Son los que gustan en la isla.

Los que no tienen video se van al cine, al parque, a la pelota o a jugar dominó y tomar ron. Rápidamente desconectan. Mañana, en la asamblea del partido o del sindicato, como papagayos repetirán la historia oficial. El dulce cuento de gente muy mala o demasiado buena que nadie se cree.

(Publicado en Cubanet el 4 de enero de 2000)