Por Ariel de Castro
José es un joven santiaguero de 29 años. Desde los 17 es miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Los años transcurridos en las filas de esa organización le han hecho ver muchas cosas. Para él, que ha sido el primero en los trabajos voluntarios, en los mítines, en las reuniones políticas, su papel de jóven comunista ha terminado. Ahora encontró en la Iglesia Evangélica Pentecostal la respuesta a sus inquietudes.
No es un caso aislado ni mucho menos, los jóvenes cubanos cada día se alejan más física y emocionalmente de los postulados oficiales. La sustancia de la revolución socialista se ha tornado insípida. El último congreso del Partido emitió una señal de alerta en este sentido. El 54 por ciento de los jóvenes militantes comunistas no transitan luego a la vida partidista. El límite de edad para la membresía juvenil es de 30 años y también la oportunidad propicia para sin mucho ruido dejarlo todo. Lo que en el buen lenguaje criollo se conoce por "colgar los guantes."
Una reciente visita del Buró Nacional de la UJC a la provincia de Pinar del Río comprobó que el 38 por ciento de los militantes del territorio que llegan a los 30 años no desean ser procesados para ingresar en el Partido. Los argumentos que exponen van desde problemas personales y de salud hasta el criterio de que "se puede ser revolucionario sin pertenecer a la vanguardia." Así, "sin quedar mal" con los directivos ideológicos causan baja natural de la organización.
Otro sondeo de opinión realizado por el ejecutivo de la juventud comunista constataba que muchos jóvenes rechazan la militancia partidista por su falta de atractivos y su carga de responsabilidades. Esa visión de la máxima instancia del país está generalizándose peligrosamente.
La conclusión a la que han llegado los ideólogos es que falta la discusión política en los comités de base y, lo más importante, que existen problemas en la preparación ideológica de la militancia. En plena crisis económica y obligados a hacer concesiones, el gobierno no puede hablar de "continuidad idelógica." Todas las divisas marxistas, manuales de estudio y consignas laudatorias son parte del pasado, aunque por una mera tradición permanezcan intactas. Los tiempos en que un carnet del partido podía sostener una imagen conveniente llegaron a su fin.
Ileana, de 52 años, oficinista de la Corporación Cubanacán, aún no ha encontrado un pretexto para desacerse de su carnet rojo. "No puedo echarlo a la basura así como así, porque me señalo. Pero en la primera oportunidad que se me presente, le digo adiós". A Rolando, ingeniero de 49 años, la vida le jugó una mala pasada. Durante muchos años estuvo esperando que el Partido lo llamara a sus filas para así poder escalar a mejores puestos en su empresa. Pero es ahora, cuando ya no asignan viajes al exterior, y en momentos en que la empresa está a punto de desintegrarse, que el Partido lo ha admitido. "¿Cómo negarme?", se pregunta desorientado.
"La cubana es hoy una auténtica sociedad de clases con un semicapitalismo salvaje, donde sobreviven aquellos que poseen dólares". A partir de esa reflexión, Francisco, un joven comunista encargado de repartir a militantes de la UJC en centros de trabajo y estudio, entradas para la moderna discoteca del Hotel Comodoro, ha sabido sacarle provecho a su carnet. Estableció un acuerdo con los que van a recibir las entradas. En el mercado negro venden el derecho de entrada a un precio de 6 dólares, de los cuales se embolsilla la mitad y la otra mitad se la entrega al dueño de la discoteca, un joven necesitado de dinero como él.
Apatía, corrupción, desapego a los principios de la organización, entre otros son rasgos que están caracterizando a los nuevos cuadros juveniles. En el municipio pinareño de San Cristóbal, la UJC ha tenido que remover de sus responsabilidades a los catorce dirigentes regionales, con un promedio de 19 años de edad. Como su similar partidista, el próximo congreso de la organización juvenil centrará sus debates en las dificultades de su vida órganica, motivadas precisamente por la crisis en el sector de las ideas.
(Publicado en Cubafreepress el 19 de noviembre de 1997)
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