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lunes, 25 de mayo de 2009

Comiendo para sobrevivir

TelePlátano - Home Delivery Banana por Liki Fumei.

Por Tania Quintero

Corría el año 1987. La perestroika ya habia hecho su debut en la URSS. Y en Cuba no se presagiaba lo próximo de la debacle. Los cubanos no imaginaban que una etapa eufemísticamente bautizada de "período especial en tiempos de paz", estaba ahí. Pisándonos los talones. Esperándonos.

Para que nos despertáramos un día con la Opción Cero (cero comida, a no ser la preparada por los militares en ollas colectivas, caldosas y ajiacos para repartir en los barrios). Para que nos pusiéramos a criar pollos y puercos en baños, patios y terrazas. Y para que como unos condenados pedaleáramos en pesadas bicicletas chinas.

Cuando todavía no se presagiaba que una década de calderos aun más vacíos se nos venía encima, fue cuando me incorporé al equipo de realización de Puntos de Vista, espacio televisivo semanal donde personas en la calle vertían las más disímiles opiniones acerca del tema en debate. Después, éstas eran entremezcladas con los criterios de especialistas en el asunto.

Asesorada por el ingeniero José Ramón López, estudioso por su cuenta del cuerpo humano y la nutrición, propuse a mi redacción una serie de seis programas sobre los malos hábitos alimentarios y prácticos consejos para una alimentación más adecuada.

Sólo pude realizar tres Puntos de Vista: Vivir para comer, Comer para vivir y Algo más que comer. En 1987-88 era una utopía aspirar a que una población obligada a consumir enormes cantidades de carbohidratos en dulces, helados, pizzas y panes con croquetas (más conocidas como "croquetas de ave" "averigua"...que contienen). La "sopa de gallo", como los cubanos llamaban al agua con azúcar prieta, en esa época ya se tomaba en sustitución del café con leche en el desayuno, pero cuando en verdad se masificó fue a partir de 1990, año de inicio del "período especial".

No esperábamos que los programas tuvieran gran repercusión ni que se le hiciera demasiado caso a recomendaciones médicas sobre la necesidad de aumentar el consumo de vegetales, legumbres y frutas; que las carnes blancas debían ser priorizadas sobre las rojas (unas y otras eran escasas en la dieta del cubano de a pie de entonces, aunque no tanto como escaseó después) y lo dañino que resultaban el exceso de azúcar y grasas de origen animal, entre otros tópicos.

Pese a contar con esclarecedoras entrevistas a científicos en el tema, pertenecientes a la Organización Panamericana de la Salud y el Instituto Nacional de Alimentación, Higiene y Epidemiología, los tres programas trasmitidos pasaron sin pena ni gloria. En aquel momento el horno nacional no estaba para ese tipo de pastelitos.

Han transcurrido quince años. Ahora las autoridades de los ministerios de Salud Pública, Agricutura y Comercio Interior llevan a cabo una intensiva campaña para que los cubanos, de oriente a occidente, reconozcan en zanahorias y remolachas, apio y acelga, lechugas y tomates, perejil y espinacas, coles y pepinos, rábanos y cebollinos, brócoli y coliflor, importantísimas fuentes de nutrientes naturales, proveedores de vitaminas y minerales junto con las frutas: éstas sí gustan al cubano, pero además de escasear, cuando se consiguen en los agromercados hay que pagarlas a precio de oro.

Los productos integrales, a la venta desde los años 80, ahora no se consiguen fácilmente. Empieza a generalizarse la propaganda a favor de la proteína vegetal. En los pocos establecimientos donde se expende, a quince pesos la libra (equivalente al salario de un día y medio de un trabajador), se han colocado recetas de cómo preparar los raros granos, nada atrayentes a la vista.

La campaña por una alimentación más sana ha desatado toda clase de chistes y jaranas, opacando el mensaje: es bueno para la salud el consumo de frutas y vegetales frescos. Pero ni soñar con que vamos a entrarle a "la yerba y la fibra" como si fuéramos japoneses.

En la ciudad de La Habana funcionan ya varios restaurantes naturistas. El Jardín, de Línea y C, Vedado, es uno de ellos. Pero la gente lo que realmente quiere es que le permitan elegir. Y sobre todo, poder determinar si desea acompañar las ensaladas con huevo, pollo, pescado, camarones o un bistec, de res o de cerdo. También quiere disponer de leche, queso y mantequilla para la elaboración de ciertos platos. Llevamos demasiado tiempo comiendo para sobrevivir. ¿No creen que ha llegado la hora de poder comer no solamente lo que sea más saludable, sino también lo más apetitoso?

Foto: Liki Fumei, Flickr.

(Publicado en El Nuevo Herald del 26 de junio de 2002)

2 comentarios:

  1. oye bacan tu blog, pero agregame a mi blog que es btantachuco.blogspot.com asi podemos intercambiar informacion, agredecere que me aceptes

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  2. Tania, me encanta tu blog y las historias que cuentas. Tendras alguna foto del parque de los chivos de Santa Catalina?, estoy loco buscando una foto del cochecito de los chivos que paseaba a los niños en el parque de santa Catalina y no he encontrado ninguna. Tantos recuerdos me traen esas fotos que has publicado...

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