El lunes 18 de mayo de 2020, le envié a Carlos Alberto Montaner un correo donde en asunto puse: En ese potaje de la Primera Internacional Progresista parece que no está Cuba metida, y sin más comentario, puse el link. Ese mismo día me respondió: "Gracias, Tania. El problema es que Cuba les contamina la apariencia. Gracias por enviármelo. Esta semana escribiré sobre el tema. CA".
Con el título El 'yeyo' de Fidel Castro, salió públicado en varios medios, entre ellos El Independiente. No solo me mencionó a mí, también a mi hijo, el periodista independiente Iván García Quintero, lo cual le agradezco. Pero puso que en mi juventud pertenecí al Partido. Es difícil de creer, porque en Cuba trabajé en organismos políticos; pero yo nunca fui militante, ni de la Unión de Jóvenes Comunistas, ni del Partido Comunista de Cuba (PCC) ni del antiguo Partido Socialista Popular (PSP). Tampoco de la Juventud Socialista, la organización juvenil del PSP.
Cuando en agosto de 1959, comencé a trabajar como mecanógrafa en el Comité Nacional del PSP, no tenía ninguna militancia política. Se me consideraba una persona probada y altamente confiable solo por el hecho de ser hija de José Manuel Quintero Suárez, el fiel guardaespalda de Blas Roca Calderío, secretario general del PSP y quien además era el esposo de mi tía Dulce María Antúnez Aragón, o sea, era tío político mío y me conocía desde que nací, el 10 de noviembre de 1942.
Pueden dar fe de que nunca milité en ningún partido los hermanos Rafael, Armando y Marco Pérez López, a quienes vi nacer (Marco Antonio, ingeniero, reside en México, Armando, biólogo, y Rafael, abogado, en Estados Unidos). De los cuatro hijos que tuvo mi tía Dulce con Blas (Lydia, Francisco, Vladimiro y Joaquín), solo Francisco, ex coronel del Ministerio del Interior, fue militante del PCC. No se lo he preguntado, pero no me extrañaría que mi amigo Juan Juan Almeida García nunca hubiera sido miembro del PCC.
En los primeros años de los barbudos en el poder, ser hija, esposa, hermana, nieta o sobrina de alguien con un extenso historial revolucionario tenía más peso que un carnet comunista.
El lunes 25 de mayo Carlos Alberto me envió este email: "Disculpa, Tania. Pensé que habías sido miembro del PC. Me disculparé en mi blog. Un abrazo, CA" . Mi respuesta, ese mismo día:
Querido Carlos, No te preocupes. Para mí es suficiente la aclaración que hice ayer a una veintena de amigos. Cuando tu escribiste Tania Quintero: una voz que faltaba, para el libro Periodista, nada más, que en 2011 decidí subir a mi blog*, no mencionaste que yo hubiera sido militante de ningún partido. Tu dedicatoria la puse como Epílogo y la de Raúl Rivero, Tania, palabra de mujer como Prólogo. Un abrazo sincero, Tania
Tania Quintero
Nota.- En esta entrevista (https://www.diariolasamericas.com/america-latina/la-cuba-intima-los-castro-contada-juan-juan-almeida-n4200354), publicada el 2 de junio en Diario Las Américas, Juan Juan Almeida le dijo a la periodista: "Nunca milité en la UJC, el PCC ni en ninguna organización política; tampoco pertenecí a la 'cúpula del régimen', porque en ese concepto cabrían entonces los ministros, generales, coroneles, viceministros, embajadores… en fin, mucha gente. Digamos que yo fui parte de ese reducido grupo de poder, que por consanguinidad, al menos en mi caso, no me consideraban un elemento hostil".
Foto que en junio de 2012 me hiciera el fotorreportero suizo-alemán Aldo Gugolz. Terraza de un café-restaurant a orillas del río Reuss, a su paso por Lucerna, uno de los 26 cantones de la Confederación Helvética.
Leer también Harry Potter y la revolución escatimada, testimonio inédito sobre los 19 meses que trabajé como mecanógrafa en el Comité Nacional del Partido Socialista Popular y que en cinco partes publiqué en junio de 2009 en el blog: 1ra, 2da., 3ra, 4ta y 5ta. y final.
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