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jueves, 12 de mayo de 2011

Tania, palabra de mujer - Prólogo de Raúl Rivero


Prólogo de Raúl Rivero

La Libertad regresará a Cuba de noche, bajo la espléndida oscuridad de las estrellas. Al otro día, cuando comience a circular la prensa libre, muchos cubanos se van a acordar de Tania Quintero y correrán a llamarla a Suiza por teléfono, pero será tarde porque ya ella, con su libreta escolar y un bolígrafo Bic -la tinta en el fondo, sin casquillo- habrá escrito tres crónicas del tránsito, habrá entrevistado a unas mujeres de Coco Solo y estará localizando a Carlos Alberto Montaner a ver dónde se puede publicar eso y unas notas que tomó en el avión.

Tania es una mujer, nada más. Nada más que una mujer que vive para escribir. Y escribe cartas, correos, letreros, postales, esquelas, malas palabras en los baños públicos y unos reportajes, unas crónicas vivas, que el lector tiene siempre la impresión de que una amiga le cuenta al oído algo que ha visto, algo que pasó, algo muy importante, conmovedor o grave que uno tiene que saber.

Me gusta ese estilo directo, estable, desnudo. Esa voz que sale de una hondonada y narra episodios o presenta personas y tiene un trasfondo cinematográfico. Me gustan las historias que ella escribe, no sólo por lo que he dicho de su manera de escribirlas, sino porque, primero, ha demostrado su realeza al seleccionar el asunto, al elegir el tema y entrar en él como quien entra a un río.

Lo de ese concubinato con el cine es casi natural. Tania Quintero ama el cine, casi todo el cine. En los días, los meses, los años de la década del noventa, cuando muchos periodistas independientes no sabían si podrían almorzar o comer, ella encontraba uno de aquellos mustios billetes sin respaldo, para pagarse su entrada a los cines de barrio y soñar un poco.

Para explicar la puntería a la hora de escoger un argumento hay que hablar de su sensibilidad. Para entender cómo lo redactaba y lo hacía llegar a medios que no podía controlar el gobierno, se debe decir ya de una vez, que Tania Quintero es una mujer que la acompaña desde su nacimiento un valor personal que no exhibe, ni proclama. Se vale de él cuando lo necesita.

Ella, que ama también la música (se admiten donaciones de piezas brasileñas), los libros, la historia, hacer regalos sencillos (una hoja seca, una partitura de Lecuona) y pasear por La Habana, tiene vocación por la sobriedad, ¿o debo decir la austeridad?, fobia por las estridencias y predilección por la semipenumbra.

En ese condado claroscuro ha hecho su obra. Un trabajo diario, sin sosiego ni horarios, a ras del suelo, en los solares y los puestos de viandas, en las carnicerías sin carne y en las bodegas adornadas con consignas, ruedas de cigarros Populares y cajas de cartón con los granos de arroz y de frijoles, de chícharos, contados uno a uno por los torpes tahúres del gobierno.

Una labor enorme de rastreo, investigación, examen, pulso de la realidad que los propagandistas oficiales excluyen con saña de sus cuartillas celebrativas, dictadas por los pícaros de turno.

Ella es fiel a sí misma. Proviene de una familia de origen y formación obrera y, ahora, lejos de Cuba, arrancada de su país como una mala hierba, sigue siendo una persona de sensibilidad social que no pide prestados espejuelos ajenos para observar el mundo que la rodea.

No es una señora angelical, ni una heroína. Se dice que ha cometido muchos errores en la vida y debe ser verdad, pero yo cedo a quienes la botaron de su país y a quienes envidian su envergadura y su honestidad, los espacios para que la denigren y la ataquen.

Yo creo en este libro y sé que nadie le sopló a Tania ni una coma. Ella lo vio y lo vivió todo. Hoy lo cuenta a los lectores. Podrá ser una ingenuidad mía o una cañona a esta nota inicial que debía ser exclusiva de los vapores del periodismo. A mí, sin embargo, la publicación de estas crónicas, su difusión por el mundo, me recuerdan unos versos de Pablo Neruda que dicen algo como que se podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera.

Mañana: Cita en el Palacio de la Revolución.

Aclaración.- Fotocopia de un trabajo publicado el 20 de mayo de 2005 en el Luzerner Zeitung. La foto fue hecha un mes antes por Ester Michel, cuando ella acompañó al periodista Hugo Berchtold para la primera entrevista que me hicieran en Suiza, y que el 13 de febrero de 2004 saliera en el Luzerner Zeitung con el título Flucht vor Fidels Terror. De otras entrevistas en medios escritos recuerdo Der Bund (marzo/04), Mundo Hispánico (abril/04), Wenderkreis (junio/04), Amnestei (septiembre/04), Das Kulturmagazin (septiembre/04) y El Periódico de Suiza, (noviembre/04), todos suizos, y el alemán Die Tageszeitung (noviembre/04).


También me entrevistaron para 10vor10, de la SF-1, la principal televisión de la Suiza-alemana. Era la segunda vez que salía en ese noticiero nocturno, anteriormente había sido en un reportaje hecho en el 2000 en La Habana por Ruedi Leuthold y Beat Bieri, los mismos realizadores del documental Nachrichten aus Fidels Gefängnis, estrenado el 14 de febrero de 2004 en el cine Bourbaki, de Lucerna. El documental está dedicado a Raúl Rivero y en él salimos, ya estando en Suiza, mi hija, mi nieta y yo. Tuvo bastante repercusión: además de trasmitirlo dos veces la SF-1, pasó también por 3-Sat, canal en alemán para Alemania, Austria y Suiza. Unos años antes, en 1999, aparecí en un número de la revista alemana Merian dedicado a Cuba (Tania Quintero).

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