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miércoles, 14 de enero de 2015

Fidel no está muerto, lo que pasa es que no está como Lucrecia



Lucrecia López Vega, la señora de la foto, nació en La Habana el 23 de noviembre de 1922. Cuando Fidel Castro nació en Birán, el 13 de agosto de 1926, Lucrecia aún no había cumplido 4 años.

Esa foto es de diciembre de 2014, un mes después de que hubiera cumplido 92 años. Y miren cómo está esta ama de casa habanera, si comparamos su foto con las que en enero de 2014 le hicieron a Fidel Castro, cuando le faltaban siete meses para cumplir 88 años.

Lucre, como le dicen, vive en el tercer piso de un viejo edificio, y a pesar de que de no ve de un ojo y del otro ve poco, por culpa de una mala operación de la vista que hace años le hicieron en el hospital Ameijeiras, hasta tres veces al día baja y sube las escaleras.

Camina todo su barrio y también barriadas a cinco kilómetros o más de su domicilio, sorteando calles y aceras destrozadas, teniendo cuidado con el tráfico y en particular con los choferes irresponsables. Ella prefiere andar a pie antes de perder tiempo esperando una guagua. El dinero le alcanza para coger taxis particulares, pero por nada del mundo Lucre se gasta diez pesos si puede ir caminando.

Leo en Cubanet que Fidel Castro estaría en estado vegetativo. Es que él habrá sido muy comandante, muy jefe y muy autoritario y totalitario, pero no es de una madera especial, como le decía mi padre a las personas de buenos genes.

Buenos genes tienen los mulatos-chinos. Fue el caso de la abuela y la madre de Lucre, que llegaron a los cien años, edad a la que espero llegue Lucrecia López Vega, progenitora de mis amigos Rafael, Armando y Marco Antonio Pérez López, administrador de este blog.

Tania Quintero

Nota.- A Lucre y a mí nos pueden ver en una foto de 1947, en un post titulado Cuando La Habana era La Habana.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes Tania, que lindo llegar a esa edad y tan estupendamente como Lucrecia. Mi madre llegó casi a los 95 años, pero llevaba años con una enfermedad crónica, y fumó durante 60 años, aunque quienes la conocieron no se podían creer la edad que tenía, a pesar de estar en silla de ruedas, caminaba sólo un poco en casa, siempre estaba activa en lo que podía: cosiendo, cosa que le encantaba o haciendo crucigramas. Ella tenía buenos genes pero creo que aparte de eso, lo que uno hace en la vida, sobre todo la maldad, termina pasándole factura a uno, mi madre era una santa, pero de ese individuo no se puede decir lo mismo.

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  2. Gracias, Lola, por éste y otros comentarios. Todavía la ciencia tiene mucho que descubrir sobre la longevidad, que al parecer no solo es por los genes, también influye la alimentación, hábitos sanos de vida, clima, etc. En Asia los longevos suelen fumar o han sido fumadores y en China además de comer mucho arroz, vegetales y pescado, comen cerdo. La famosa dieta mediterránea, junto con el aceite de oliva, los frutas y las almendras, también incluye jamón ibérico.

    Y está también la actividad física, en Galicia, por ejemplo, mujeres casi centenarias aún trabajan en el campo. El escritor Ayala murió de 103 años y hasta el final estuvo lúcido, igual que Santiago Carrillo, que tenía más de 90 años y fue un fumador empedernido. Un abrazo y buenos deseos para el año que recién ha comenzado, Tania

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