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lunes, 17 de febrero de 2025

Historias sumergidas de Cuba (I)

 

La participación en la historia de Cuba de la ingeniera ucraniana-canadiense Paulina Zelitsky es pobremente conocida. Pocos saben que fue un equipo bajo su mando quién localizó los restos del acorazado Maine, cerca de las costas de La Habana en el año 2000, o que antes de escapar para Canadá, ella se vio involucrada en la organización de una base secreta de submarinos soviéticos en la Isla.

Su nombre se relaciona hoy en día más bien con el descubrimiento de extraños megalitos submarinos al oeste de Pinar del Río, aún misteriosos. Sus apariciones en los medios han sido escasas. Una vez retirada de una vida laboral que la ha llevado a trabajar en países tan diversos como la antigua URSS, Canadá, México o Cuba, Zelitsky se ha dedicado a escribir. Desde la tranquilidad de su casa en las afueras de Ontario, produce volúmenes que ella misma edita sobre su vida y reflexiones, a veces en colaboración con su esposo Paul Weinzweig.

Uno de esos volúmenes, la novela Dog Days in Cuba (Días de perro en Cuba), cuya traducción al español prepara actualmente, ubica su trama en La Habana, en el momento en que ella puso en marcha un proyecto de búsqueda de tesoros españoles sumergidos, allá por el año 1997. Indirectamente, afirma la autora, ese volumen revela episodios de la historia de Cuba no sólo desconocidos, sino secretos.

A pesar de que la formación de Zelitsky es científica, Dog Days in Cuba consigue una prosa amena, bien articulada y un tono parejo del personaje-narrador que hace muy fácil su lectura. Quien cuenta la historia es un perro inspirado en aquel doberman Benz que encontró la autora en las calles de La Habana: "Me sentí muy triste cuando nuestro doberman cubano murió a los 11 años. Entonces comencé una terapia escribiendo las notas sobre la experiencia suya. Dog Days in Cuba es mi despedida".

Pero también hay una justificación retórica detrás de la elección de la perspectiva imaginaria de un perro para contar la historia, y es que ella favorece el abordaje oblicuo de acontecimientos difíciles de tratar, sobre todo aquellos basados en hechos y personas reales.

Según Zelitsky, la mayoría de los episodios narrados en su novela sucedieron en la realidad. Tenemos, en principio, la anécdota que justifica el nombre de su perro doberman, Benz, un cachorro rescatado en Guanabacoa que precedió el robo del auto Mercedes Benz perteneciente al esposo de Zelitsky por parte de la Aduana de Cuba.

Según aparece en el relato, mientras la pareja se acomodaba en Tarará para poner en marcha la empresa que colaboraría con CARISUB en la búsqueda de galeones españoles, las autoridades de Aduana evocaron una extraña ley para decomisar el auto Mercedes Benz 450SL rojo oscuro de 1977 que el esposo de Zelitsky había traído de Canadá hacía dos meses.

Por una norma evocada, que nadie les mostró, y que, casualmente, entraba en vigor ese mismo día, era ilegal el uso de automóviles con más de 20 años de antigüedad en Cuba. Los de la Aduana admitían con tristeza que era muy tarde para decomisar los antiguos autos cubanos que rodaban por las calles constantemente, pero en el caso del Mercedes de su esposo Paul, esto podía hacerse perfectamente porque acababa de llegar.

"Cuando protesté, Ramiro Valdés me llamó a su oficina y delante de mí se quitó los pantalones", refiere Zelitsky. Según la autora, el comandante la habría recibido en una oficina en Miramar en piyama y mientras ella hablaba procedió a cambiarse el atuendo como si nadie estuviera frente a él.

"Esto no me enamoró", recuerda Zelitsky con ironía, "así es que salí de la oficina". Después de aquello supo que la batalla por el carro estaría perdida porque "sería hacer la guerra con Ramiro, sería perder las inversiones en Cuba de nuestros familiares y amigos". Su esposo, sin embargo, en rebeldía, quitó del carro la insignia que distingue a la marca de automóviles y se la regaló al nuevo cachorro, Benz, que la portaría en su cuello como un presagio.

La empresa dedicada a exploraciones submarinas, CARISUB, había caído en desgracia. Así es que el ejército tomó cartas en el asunto mediante las empresas Geomar y Sermar. Un oscuro oficial les fue asignado entonces a Advanced Digital Communication, la sociedad de Zelitsky, para actuar como contraparte cubana en la búsqueda de tesoros.

Después de un agitado incidente entre Benz y ese oficial, que puso en peligro al animal, decidieron incluir al perro en un nuevo proyecto que nada tenía que ver con su empresa, sino que se trató más bien de un arreglo personal. En la novela y en la realidad, según la autora, Benz fue entrenado en la detección de metales para que ayudara a la localización de un tesoro que estaría siendo supervisado por el mismísimo Fidel Castro.

Oculto en una de las muchas cavernas de Guanahacabibes -cuenta la leyenda- se encontraría el oro de la Iglesia de San Idelfonso de Mérida, que fuera traído a Cuba en 1642 por frailes franciscanos mientras huían de los piratas y de las sublevaciones mayas (los verdaderos dueños del metal). Varios hechos en la historia apuntan hacia la verdad de la operación de resguardo ideada por el arzobispo Fray Juan Alonso y Ocón.

En la novela y en la realidad, según la autora, se dejaron pistas como el primer volumen del Libro de Defunciones del Registro Parroquial de Guane, que tiene la historia del fraile sobreviviente conocedor del tesoro.

Cuenta Zelitsky que en la realidad, cuando Fidel Castro se puso tras el rastro del botín, habría escrito una carta a Juan Pablo II pidiendo colaboración tecnológica e informativa. El trato sellado después de la negociación con la Iglesia fue que el botín sería trasladado al Vaticano, que a cambio pagaría un rescate y, como resultado, Juan Pablo II sería invitado a Cuba.

El Vaticano envió entonces a alguien de su absoluta confianza para integrar la partida de hombres (y un perro) que persiguieron el tesoro hasta las inhóspitas cavernas de Guanahacabibes. Zelitsky no asistió al rescate. Pero sabe lo que le contaron los de la partida: que el oro fue encontrado en una de las cuevas, efectivamente, y que Benz participó en el hallazgo.

El hombre de confianza enviado por el Vaticano no era otro que Andrea Sodano, sobrino del tristemente célebre (también para la oposición cubana) cardenal Ángelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano y mano derecha de Juan Pablo II. "También estuvo un cubano encargado de la seguridad, que en la novela se llama Gaspar y en la realidad Argelio Suárez, y los arqueólogos profesionales de Pinar del Río dirigidos por el doctor Francisco Guío, personas que brevemente y muy en secreto nos contaron lo que sucedió en las cavernas", confiesa Zelitsky.

Dos instituciones herméticas y varias personas son mencionadas por Paulina Zelitsky. La Iglesia Católica no es muy conocida por su transparencia (sobre todo en lo referente a su dinero). El Estado cubano es aún más opaco. El 30 de abril de 2015, en el diario Granma se publicaba sobre el Tesoro de Mérida. Quedaría a los cubanos involucrados el deber de contribuir a la historia de su país confirmando el relato.

Yania Suárez
Diario de Cuba, 29 de junio de 2024.

Foto: Paulina Zelitsky, al centro, con su perro Benz, y un equipo de National Geographic, en Tarará, zona costera situada al este de La Habana. Cortesía de la entrevistada.

lunes, 10 de febrero de 2025

Cronología política del destrozo de Cuba

 

Cumplidos ya 66 años de castrismo, por imperativo de las leyes biológicas son cada vez menos los cubanos que pueden recordar aquel día de año nuevo de 1959, cuando temprano en la mañana se produjo en Cuba un tsunami de júbilo con los gritos callejeros de "¡Se fue Batista!", "¡Batista se fueee!", "¡se fue del país!". Fui testigo de aquello y me parece estar oyéndolos todavía.

Nadie pudo imaginase entonces que solo estábamos presenciando el preámbulo del cataclismo social y económico que desmantelaría de raíz el Estado nación capitalista de Cuba para convertirla en la única nación en la historia de América martirizada por el comunismo.

A continuación, una breve cronología, básicamente política, con algunos de los más importantes pasos en ese proceso de desmontaje de la nación cubana, que hoy en ruinas suelta lastimosamente los pedazos.

1959

1 de enero: Batista se va del país. Fidel Castro comienza a dirigir la nación como comandante en jefe del Ejército Rebelde. Dice que no le interesa el poder, no es comunista, y habrá elecciones en 18 meses.

3 de enero: Sin consultar con las restantes fuerzas que combatieron a la dictadura, Castro I designa a Manuel Urrutia como presidente provisional de la República. Y nombra como primer ministro al abogado anticomunista José Miró Cardona, asesor de empresas estadounidenses, para que el nuevo gobierno sea aceptado por EEUU y todo el mundo. Castro le exige a Urrutia que lo nombre "comandante en jefe de las Fuerzas de Mar, Aire y Tierra de la República". Es ahora el poder tras el trono.

8 de enero: Entra Fidel en La Habana y en su "discurso de la victoria" arremete contra el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, al que dejó fuera del "Gobierno Revolucionario de Unidad Nacional". Lo acusa de tener "muchas armas en su poder", y lanza la consigna de "¿armas para qué?".

21 de enero: Fidel designa a Raúl Castro como sustituto suyo si a él "le ocurre algo". Es el embrión de la dinastía Castro Ruz.

2 de febrero: Nombrado Raúl como segundo jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire de la República de Cuba, por encima del héroe guerrillero Camilo Cienfuegos, jefe del Estado Mayor del Ejército.

13 de febrero: Se promulga la "Ley Fundamental de la República de Cuba", redactada por Castro I con la ayuda de Osvaldo Dorticós, que sustituye a la Constitución de 1940 y convierte en jefe de Gobierno al primer ministro, por encima del presidente, y pasa el Poder Legislativo al Consejo de Ministros.

13 de febrero: Raúl Castro es nombrado jefe de la Comandancia General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El anticomunista Camilo Cienfuegos pasa a un segundo plano, militar y políticamente.

16 de febrero : En lo que constituye un golpe de Estado silencioso al presidente Urrutia, Fidel toma posesión como primer ministro y jefe de Gobierno. Ahora el presidente de la República ya no mandará, solo firmará las leyes que Fidel redacte. Ese mismo día Fidel declara a la prensa: "Yo no soy un aspirante a presidente de la República, no me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".

20 de abril: De visita en New York, Castro I dice a los periodistas: "Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas. Que quede bien claro".

17 de mayo: Se firma la primera Ley de Reforma Agraria, que fija en 30 caballerías (402 hectáreas) el máximo de tierra que se puede poseer, y se crea el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) para expropiar las tierras a sus dueños.

17 de julio: Luego de Urrutia criticar la creciente influencia de los comunistas e insinuar la necesidad de elecciones, Fidel "renuncia" a su cargo de premier, va a la televisión y acusa a Urrutia de "traición a la Patria". El presidente huye de Palacio y se refugia en la Embajada de Venezuela.

17 de julio: Fidel nombra presidente de la República a su incondicional colaborador Osvaldo Dorticós Torrado.

1 de octubre: El alto oficial de la KGB soviética Alexander Shitov [Alexseiev] llega a La Habana disfrazado de corresponsal de la agencia noticiosa TASS y crea una estación de espionaje comunista.

16 de octubre: Castro inventa el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), nombra a su hermano Raúl como ministro. Camilo Cienfuegos queda ya oficialmente marginado del poder político.

28 de octubre: Camilo "desaparece" misteriosamente cuando regresaba a La Habana desde Camagüey en una avioneta.

Octubre de 1959 a mayo de 1960: Son confiscados y estatizados todos los medios de comunicación, incluyendo la TV, prensa escrita y radial. Quedan abolidas las libertades de prensa y de expresión.

26 de noviembre: El Che Guevara (neófito en materia financiera) asume la Presidencia del Banco Nacional de Cuba, en sustitución de Felipe Pazos, fundador del Fondo Monetario Internacional y uno de los economistas más brillantes de América Latina.

1960

1 de mayo: Fidel lanza la consigna de "¿Elecciones para qué?".

7 de junio: Cuba y la Unión Soviética restablecen relaciones diplomáticas. Moscú se compromete a la protección militar y económica de Cuba.

9 de julio: Nikita Jruschov anuncia que la URSS comprará todo el azúcar cubano que Estados Unidos no importe.

18 de julio: Raúl Castro se entrevista en el Kremlin con Jrushchov, y le dice que la URSS podría instalar armas nucleares en la Isla.

6 de agosto: Son expropiadas y estatizadas 26 empresas extranjeras, incluyendo todas las estadounidenses.

28 de septiembre: En un discurso desde el Palacio Presidencial, Fidel inventa los CDR y amenaza a los "gusanos", vocablo que usaba Hitler contra los judíos.

13 de octubre: Es expropiada y estatizada la economía cubana en su conjunto, excepto los pequeños negocios familiares. Se sientan las bases del comunismo.

14 de octubre: Se promulga la Ley de Reforma Urbana, que confisca todas las viviendas que son rentadas por sus propietarios a inquilinos (a mi padre le confiscaron cuatro apartamentos).

1961

3 de enero: El presidente Eisenhower rompe las relaciones diplomáticas de EEUU con Cuba.

23 de febrero: Se crea el Ministerio de Industrias y se designa al Che Guevara como ministro, quien se encarga de crear los monopolios comunistas en cada rama industrial, denominados "empresas consolidadas".

16 de abril: Castro declara oficialmente el carácter comunista de la Revolución.

17 de abril: desembarcan 1.474 patriotas cubanos por Playa Girón (1.297 por tierra y 177 paracaidistas) para liberar a Cuba. El presidente Kennedy traiciona a los brigadistas, les retira el apoyo aéreo y logístico prometido.

19 de abril: Los brigadistas son derrotados, luego de causar 169 bajas mortales a las tropas castristas, muy superiores en número y armamento, contra 118 brigadistas muertos.

6 de junio: Se estatiza todo el sistema de educación en Cuba y se dispara en grande el "lavado de cerebro" masivo de niños y adolescentes.

26 de julio: Se crea el primer partido marxista castrista bajo el nombre disimulado de Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI).

6 y 7 de agosto: Se realiza el canje total de la moneda nacional por billetes nuevos firmados por el Che Guevara. Jaque mate financiero a lo que queda de "burguesía" y a la "gusanera", que pierden 895 millones de pesos en 48 horas.

1962

31 de enero: La OEA decide en Punta del Este (Uruguay) la expulsión de Cuba por el carácter comunista del Gobierno.

12 de marzo: ante el desplome de la producción agropecuaria se crea "la Libreta de Abastecimiento" para el racionamiento de alimentos.

26 de marzo: Se disuelven las ORI y se crea el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) ya oficialmente comunista.

4 de abril: Se disuelve la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) y se convierte en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

22 de octubre: Estalla la "Crisis de los misiles". El presidente Kennedy decreta el bloquero naval de Cuba y exige a Moscú que retire los 42 cohetes con 162 ojivas nucleares del territorio cubano.

28 de octubre: Jruschov y Kennedy, dejando fuera a Fidel Castro, acuerdan que la URSS retire los misiles de Cuba y que EEUU retire los suyos de Turquía y se comprometa a no invadir Cuba. La victoria es para la dictadura castrista, ahora intocable por EEUU.

1963

3 de octubre: La Segunda Ley de Reforma Agraria expropia todas las fincas mayores de cinco caballerías (67 hectáreas).

26 de noviembre: Ley del Servicio Militar Obligatorio. Los hombres entre16 y 27 años deben cumplir dos años en las Fuerzas Armadas, con un sueldo de siete pesos mensuales.

1965

3 de octubre: Se disuelve el PURSC y se crea el Partido Comunista de Cuba (PCC); desaparecen los diarios Hoy y Revolución y se crea el periódico Granma, órgano oficial del PCC.

1968

13 de marzo: Fidel Castro en un discurso anuncia la expropiación de los 57.280 medianos y pequeños negocios privados que quedaban en el país. Puntillazo al capitalismo.

1976

24 de febrero: Se promulga la primera Constitución comunista de América, que crea el Consejo de Estado de Cuba y establece que el Partido Comunista es la máxima instancia de poder por encima del Estado y el Gobierno.

2 de diciembre: Nace la Asamblea Nacional del Poder Popular, "parlamento" unicameral a renovarse cada cinco años en elecciones con candidaturas únicas para diputados, y todos miembros del Partido Comunista.

3 de diciembre: Fidel Castro es nombrado jefe de Estado por el Consejo de Estado que él mismo conformó a dedo.

1989

30 de junio: Comienza el juicio en el que fueron condenados a pena de muerte (y ejecutados) el general Arnaldo Ochoa, el coronel Tony de la Guardia, el mayor Amado Padrón Trujillo y el capitán Jorge Martínez.

2006

31 de julio: Fidel se enferma y designa a su hermano Raúl como jefe de gobierno provisional, pero sigue siendo (Fidel) el dictador como primer secretario del PCC.

2008

24 de febrero: Raúl Castro es "elegido" presidente del Consejo de Estado (jefe de Estado y de Gobierno), por la Asamblea Nacional.

2011

19 de abril: Raúl Castro se convierte en dictador oficial al cederle Fidel su cargo de primer secretario del PCC.

2016

25 de noviembre: Muere Fidel Castro a los 90 años de edad, como campeón de los dictadores (no monarcas) en la historia mundial: 52 años y tres meses en el poder.

2018

19 de abril: Miguel Díaz-Canel es designado por Raúl Castro como presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, pero sigue siendo (Raúl) el dictador, como primer secretario del PCC.

2019

10 de abril: Es derogada la Constitución de 1976. Se pone en vigor una nueva cocinada por Raúl Castro, con más rasgos fascistas y represivos que la anterior.

2021

19 de abril: Raúl Castro anuncia su "retiro" y designa a su protegido Miguel Díaz-Canel como secretario general del PCC, pero sigue siendo (Raúl) el dictador con el nuevo título oficial de "Líder Histórico de la Revolución".

Conclusión. El asesinato de los valores de la democracia liberal occidental y del capitalismo hicieron de Cuba un país extremadamente pobre y atrasado, además de una gran prisión de la que todos quieren escapar. Sin castrismo hoy muy probablemente sería parte del Primer Mundo.

Roberto Álvarez Quiñones
Texto y foto: Diario de Cuba, 8 de enero de 2025.

lunes, 3 de febrero de 2025

Recordando a Yndamiro Restano

El jueves 2 de enero fallecía en Miami el polémico periodista cubano Yndamiro Restano Díaz. Las fuentes familiares que dieron la noticia no precisaron las causas del deceso, pero amigos cercanos explicaron que su salud se había deteriorado en los últimos meses por descuidos en la alimentación y otros trastornos.

Restano fue uno de los pioneros de la prensa independiente en Cuba, después de haber trabajado una década en medios estatales y pretender editar un periódico despolitizado. Tras varios encontronazos con las autoridades y estancias en Villa Marista, Restano dio el salto a la oposición política pacífica, con la fundación del Movimiento Armonía, que en 1992 le costó una condena a diez años de privación de libertad, por el supuesto delito de rebeldía.

Cumplió tres años y medio de prisión, rechazando el chantaje de ser liberado a cambio del destierro. En noviembre de 1995 viajó a Francia por gestiones de la entonces primera dama Danielle Miterrand, con el objetivo de reunir dinero y medios para su organización. Iba a ser un viaje temporal, pero en enero de 1996, las autoridades de la Isla le negaron la entrada al país, acusándolo de agente de la CIA.

Durante su exilio en Miami desempeñó diversas labores de supervivencia, sin dejar de cultivar la poesía ni de ejercer el periodismo por su cuenta, protagonizando algunos enfrentamientos dialécticos con otros exiliados.

Hijo de militantes del Partido Socialista Popular (PSP), que desempeñaron diversas responsabilidades en los primeros años de la dictadura castrista, Yndamiro Restano había nacido en La Habana en 1948 y hasta su salida al exilio forzoso, vivió en la barriada del Vedado. Texto y foto: El Vigía de Cuba, 2 de enero de 2025.

Notas al margen

En 2014, un texto de Cubaencuentro sobre Yndamiro Restano y el periodismo independiente cubano lo reproduje en mi blog. A Yndamiro no lo conocí personalmente, pero sí, antes de 1959, a sus tías Yeya y Yayita Restano, que eran también del PSP, como mi familia materna. En 2012, Carlos Alberto Montaner me puso en contacto con Yndamiro, quedamos en que me mandaría artículos para publicar en mi blog. Pero solo me envió dos: Los cinco artífices ocultados (I) y Los cinco artífices ocultados (II y final).

A continuación, párrafos iniciales de El periodismo independiente busca rescatar la libertad de prensa, de Iván García, publicado en Martí Noticias el 3 de mayo de 2017:

Retrocedamos en el tiempo. Una mañana de 1985, Yndamiro Restano Díaz, de 37 años y periodista de Radio Rebelde, en una vieja Underwood decidió redactar un boletín clandestino de información titulado Nueva Cuba. El periódico artesanal, de un solo folio, lo distribuyó por la calle y terminó colgando un ejemplar en una pared de la heladería Coppelia, en el corazón del Vedado.

Restano no tenía la intención de criticar al régimen autocrático de Fidel Castro. No. Era un simple acto de rebeldía de un comunicador que creía que la información era un derecho público. En su escrito, Yndamiro trataba de explicar las incoherencias institucionales y las consecuencias nefastas que eso engendraba a nivel económico en el país.

Fue detenido e interrogado en Villa Marista, el cuartel de la policía política, al sur de La Habana. Ese mismo año sería arrestado de nuevo, ahora por haber ofrecido una entrevista a The New York Times. Comenzaría su calvario. Fue despedido de Radio Rebelde y señalado por los servicios especiales con letra escarlata. Sin proponérselo, Yndamiro Restano erigió los cimientos del periodismo independiente cubano actual.

lunes, 27 de enero de 2025

Antes de 1959, en Cuba habían 517 cines

En La Habana no está para fiesta, el periodista independiente Iván García escribió:

"Del 5 al 15 de diciembre se celebrará el 45 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Y al igual que en 2023, los filmes concursantes solo se podrán ver en cinco cines del Vedado (Chaplin, 23 y 12, Yara, La Rampa y Acapulco) y en dos salas (la Glauber Rocha y la del antiguo Instituto Superior de Arte). Cifras que evidencian el desastre que ha dejado el castrismo, el peor huracán que ha pasado por la Isla en toda su historia. Cuando Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959, en La Habana había 134 cines funcionando en barriadas de Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, 10 de Octubre, Vedado, Miramar, Luyanó y Lawton, entre otras".

Antes de que los Castro llegaran a La Habana y la destruyeran, solo en las zonas más céntricas habían 134 cines de 35 mm, si damos crédito al sitio independiente El Güije, que se basa en la edición de 1959 del Anuario Cinematográfico y Radial Cubano. Además de dos o tres tandas diarias de películas, la mayoría incluía funciones teatrales y shows musicales o de variedades, algunos porno, como los ofrecidos en el Shanghai, situado en el corazón del Barrio Chino. Otros, como el Blanquita, presentaba espectáculos de patinaje en una pista de hielo artificial. El Nacional y el Auditorium eran los escenarios por excelencia para grandes conciertos, óperas, ballets y zarzuelas. El género vernáculo tenía su sede principal en el Martí.

CENTRO HABANA Y HABANA VIEJA

1) ACTUALIDADES, Bélgica 262: 1,700 butacas.

2) ÁGUILA DE ORO, Zanja y Rayo: 900.

3) ALKAZAR, Consulado 302: 1,700.

4) AMÉRICA, Galiano 257: 1,775.

5) ASTRAL, Infanta y San José: 2,400.

6) BÉLGICA, Bélgica 706: 750.

7) CAMPOAMOR, Industria y San José: 1,082.

8) CAPITOLIO, Prado 564: 430.

9) CAPRI, Industria 414: 450.

10) CERVANTES, Lamparilla 312: 1,200.

11) CINEACCIÓN, Prado 507: 475.

12) CINECITO, San Rafael y Consulado: 400.

13) CUATRO CAMINOS, Belascoaín 1077: 1,625.

14) CUBA, Reina 609: 900.

15) DUPLEX, San Rafael y Consulado: 500.

16) ESMERALDA, Monte 818: 700.

17) FAUSTO, Prado y Colón: 1,669.

18) FAVORITO, Belascoaín 809: 1,528.

19) FINLAY, Zanja 376: 1,300.

20) FLORENCIA, San Lázaro 1064: 1,163.

21) HABANA, Mercaderes 311: 800.

22) IDEAL, Acosta y Compostela: 450.

23) INFANTA, Infanta y Neptuno: 1,485.

24) LA PUNTA, Castillo de La Punta: 300.

25) LARA, Prado 553: 350.

26) MAJESTIC, Consulado 210: 1,110.

27) MANZANARES, Avenida Carlos III: 1,150.

28) MARTÍ, Dragones y Zulueta; 1,000.

29) MIAMI, Belascoaín y San Rafael: 850.

30) NACIONAL, Prado y San Rafael: 1,876.

31) NEGRETE, Prado y Trocadero: 1,350.

32) NEPTUNO, Neptuno 507: 800.

33) NUEVO CONTINENTAL, Calle Manrique: 400.

34) PATRIA, Suárez 56: 520.

35) PAYRET, Prado y San José: 1,800.

36) PRAT, Monte 775: 550.

37) PACÍFICO, Zanja 210: 460.

38) PALACE, Belascoaín 159: 1,010.

39) RADIO CINE, Galiano 257: 2,600.

40) REGIO, Monte 564: 560.

41) REINA, Reina 112: 1,570.

42) REX CINEMA, San Rafael y Consulado: 750.

43) RIALTO, Neptuno 108: 740.

44) SHANGHAI, Zanja y Manrique: 700.

45) STRAND, San Miguel 860: 1,000.

46) UNIVERSAL, Egido 511: 1,048.

47) VERDÚN, Consulado 214: 1,350.

VEDADO, MIRAMAR, MARIANAO...

48) ALFA, Marianao: 1,600 butacas.

49) ÁMBAR, 14 y 15, Vedado: 875.

50) ACAPULCO, Nuevo Vedado: 1,500.

51) ATLANTIC, 23 y 10, Vedado: 1,500.

52) AVENIDA, Marianao: 1,000.

53) AUDITORIUM, Calzada y D: 2,313.

54) BLANQUITA, 1ra. y 10, Miramar: 6,730.

55) BUENOS AIRES, Buenavista, Marianao: 500.

56) CÁNDIDO, Pogolotti, Marianao: 800.

57) CINE 23 Y 12, Vedado: 1,492.

58) CLUB DE ALISTADOS, Ciudad Militar de Columbia: 400.

59) FOCSA, 17 y M, Vedado: 272.

60) GONZÁLEZ, Marianao: 700.

61) GRAN TEATRO, Marianao: 1.250.

62) LA RAMPA, 23 y N, Vedado: 900.

63) LIDO, Avenida 51, Marianao: 1,118.

64) LUX, Buenavista, Marianao: 1,273.

65) MIRAMAR, 5ta. Avenida: 950.

66) NODARSE, La Lisa, Marianao: 800.

67) OLIMPIC, Línea 609, Vedado: 740.

68) PRINCIPAL, Marianao: 1,100.

69) RADIO CENTRO, L y 23, Vedado: 1,650.

70) RECORD, Marianao: 1,510.

71) REX, Buenavista, Marianao: 568.

72) RIVIERA, Calle 23, Vedado: 1,006.

73) RODI, Línea y A, Vedado: 1,887.

74) ROLI, Buenavista, Marianao: 660.

75) SALÓN REY, Marianao: 470.

76) SARA, Marianao: 600.

77) TRIANÓN, Línea 706, Vedado: 1,100.

10 DE OCTUBRE, LAWTON, LUYANÓ...

78) ALAMEDA, Santa Catalina y Párraga: 1,400.

79) APOLO, Calzada de 10 de Octubre 446: 1,330.

80) ATLAS, Luyanó: 1,500.

81) CENTRAL CINEMA, Diezmero: 400.

82) CHIC, Mantilla: 500.

83) CONTINENTAL, Jacomino: 1,200.

84) DORA, Luyanó: 900.

85) FÉNIX, Santa Ana 255, Luyanó: 680.

86) FLORIDA, Agua Dulce: 1,200.

87) GALLIZO, Los Pinos: 800.

88) GRAN CINEMA, Calzada de 10 de Octubre 1372: 957.

89) JORGE, San Miguel del Padrón: 300.

90) LAWTON, Calle 15, Lawton: 800.

91) LOS ANGELES, Juan Delgado y Lacret: 1,400.

92) LUYANÓ, Calzada de Luyanó 255: 1,200.

93) MARTHA, Calzada de 10 de Octubre y Marimón: 1,400.

95) MARA, Juan Delgado 6: 1,051.

96) MODERNO, Calzada de Octubre 365: 1,180.

97) MÓNACO, Reparto Sevillano: 1,300.

98) NORMA, Calzada de Luyanó 702: 820.

99) PALMA, Arroyo Apolo: 1,100.

100) RITZ, Fábrica y Rodríguez, Luyanó: 1,165.

101) ROYAL, Los Pinos: 540.

102) SAN FRANCISCO, Lawton: 1,700.

103) SAN MIGUEL, Lawton: 570.

104) SANTA CATALINA, Santa Catalina y Juan Delgado: 850.

105) SANTOS SUÁREZ, Santos Suárez 150: 850.

106) TOSCA, Calzada de 10 de Octubre 1007: 1,000.

107) VICTORIA, Lawton: 1,225.

CERRO, PUENTES GRANDES, ALMENDARES...

108) ALBA, Puentes Grandes: 900.

109) AMBASSADOR, Almendares: 1,300.

110) ARENAL, Reparto La Sierra: 1,141.

111) CITY HALL, Ayestarán y San Pablo: 1,396.

112) COLOSO, Prensa 315, Cerro.

113) EDISON, Calzada del Cerro 1951: 800.

114) MARAVILLAS, Calzada del Cerro 1903: 1,200.

115) MAXIM, Bruzón 62: 1,500.

116) METROPOLITAN, Ampliación de Almendares: 1,300.

117) MÉXICO, Calle Salvador, Cerro: 785.

118) PRINCIPAL, Calzada del Cerro 1665: 1,080.

119) ROOSEVELT, Monte y Fernandina, Cerro: 1,053.

120) ROXY, Calle 14, Almendares: 704.

121) SAN CARLOS, Almendares: 600.

122) VALENTINO, Esquina de Tejas: 850.

OTRAS BARRIADAS Y AUTOCINES

123) ARSENAL, Casablanca: 300.

124) B'LISA, Real y San Miguel: 1,656.

125) ENSUEÑO, Carretera de Bejucal 852: 500.

126) ERIE: Reparto Batista: 700.

127) GARDEL, Calzada de Güines: 656.

128) NOVEDADES, Reparto San José: 710.

129) OMEGA, Real entre Mota y Meseta: 1,000.

130) ROSARIO, Reparto Rosario: 370.

131) VANIDADES, Calzada de Güines: 1,200.

132) AUTOCINE TARARÁ: 500 autos.

133) AUTOCINE AUTOPISTA DEL MEDIODÍA: 500 autos.

134) AUTOCINE VENTO: 866 autos.

A esos 134, hay que añadir los 18 existentes, también de 35 mm, en otras localidades habaneras: en El Cotorro habían 3 (Alaska, Hatuey y Salón Rosa); Guanabacoa, 3 también (Carral, Ensueño y Aspa); Guanabo, 2 (Casablanca y Avenida); Güines, 2 (Ayala y Campoamor); Güira de Melena, 2 (Amistad y Apolo); Regla, 2 (Céspedes y Regla); San Antonio de los Baños, 2 (Casino y Casino de los Artesanos) y Santiago de las Vegas, 2 (Minerva y Popular).

A esos 18 cines habaneros, se deben sumar los 35 que había en estos territorios que entonces pertenecían a La Habana y donde en cada uno había un cine: Aguacate, Alquízar, Bainoa, Batabanó, Bauta, Bejucal, Caimito de Guayabal, Calabazar, Campo Florido, Caraballo, Catalina de Güines, Ceiba del Agua, Cuatro Caminos, Jaimanitas, Jaruco, La Salud, Madruga, Managua, Melena del Sur, Nueva Gerona, Nueva Paz, Palos, Punta Brava, Quivicán, Rancho Boyeros, San Antonio de las Vegas, San José de las Lajas, San Nicolás de Bari, Santa Cruz del Norte, Santa Fe, San Felipe, Surgidero de Batabanó, Tapaste, Vereda Nueva y Wajay.

Antes de la división político-administrativa de 1976, La Habana era una sola provincia y la República de Cuba estaba conformada por seis provincias. En Pinar del Río había 39 cines; Matanzas, 46; Las Villas, 95; Camagüey, 51 y Oriente, 99.

Si a estos 330 cines, les agregamos los 134 capitalinos más los 53 localizados en la otrora Habana, nos da un total de 517 cines, todos acondicionados para convertirse en teatro. Además, en 76 salas de todo el país se podían ver filmes en 16 mm.

En algunos foros de internautas se dice que en La Habana había más cines que en París y Nueva York, pero ese dato no he conseguido verificarlo. Lo que sí me gustaría saber cuántos cines, teatros y salas quedan en pie en las actuales 14 provincias (Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spiritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo) y el municipio especial Isla de la Juventud.

Tania Quintero
Foto: Cerrado desde 2002, hoy en ruinas, el cine Moderno, con 1,180 butacas, fue una de las salas cinematográficas más llamativas de La Habana. Inaugurado en 1930 como Teatro Moderno, en un terreno situado en Calzada de 10 de Octubre No. 365 entre Rodríguez y Calzada de Luyanó, casi frente a la famosa panadería La Esquina de Toyo, fue un proyecto del arquitecto Ernesto López Rovirosa, quien se decantó por el estilo Art Deco, de moda en Cuba en las décadas de 1920 y 1930. Imagen tomada de 14ymedio.

lunes, 20 de enero de 2025

Mi jefe Raúl Castro

La tarde del caluroso abril de 1981 en que Raúl Castro me recibió, sonriente y jaranero, en su enorme oficina del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cambió definitivamente mi vida. La bienvenida del segundo hombre de Cuba y hermano menor de Fidel Castro, fue directa al grano:

"¡Así que tú eres el que no quieres trabajar conmigo!" dijo, extendiendo la mano desde la ventajosa posición que le proporcionaba su atronadora voz y el atuendo único de general de cuatro estrellas. En términos cubanos, una oferta que no podía rechazarse.

El asunto había comenzado pocos días atrás ante Carlos Aldana —entonces jefe del despacho del propio Raúl en el Comité Central del Partido Comunista, y luego “tercer hombre” fugaz en la estructura del poder— quien me comunicó que, tras varios años de andanzas periodísticas por todos los conflictos políticos y guerras posibles en el Medio Oriente y África, mis servicios eran requeridos de inmediato como analista de asuntos internacionales en el exclusivo grupo de asesores del Segundo Secretario del Partido. Los sensibles informes allí elaborados a partir de la materia prima aportada por varios servicios secretos del Estado cubano y otras fuentes, sólo estaban destinados a los ojos de ambos hermanos Castro. Ser seleccionado para esta tarea revolucionaria, explicó Aldana, era la prueba de la más absoluta confianza.

Supongo que mi mezcla de sorpresa y duda ante tal propuesta motivó su oportuna sugerencia de que meditara la respuesta definitiva. "Piénsalo bien, que aquí nadie dice que no," fueron sus palabras exactas. El desenlace previsible de mi entrevista con Raúl Castro me llevaría en los próximos años por muy distintos escenarios. Todos, en su momento, de interés prioritario para el apetito universal del poder cubano: desde inhóspitos campamentos de guerrillas en el Sahara Occidental o el sur de Sudán hasta la Ghana de Jerry Rawlings o la Polonia sacudida por el sindicato Solidaridad. Misiones diplomáticas en palacios de Saddam Hussein, en dachas reservadas a la nomenklatura en las Colinas Lenin o la sede de la KGB en las afueras de Moscú; Windhoek en tiempos de la retirada sudafricana.

Muchas veces Angola y demasiados salones de conferencias de Naciones Unidas en Ginebra, Viena o Nueva York. Un largo camino que paradójicamente me conduciría de las filas del Comité Central del Partido Comunista al destierro por la peligrosa vía del Estrecho de la Florida, cuando los hermanos Castro se percataron, años después, de que ya no pensábamos de la misma manera.

El hombre que ejerce hoy el poder en Cuba, y con el cual trabajé directamente por más de una década como jefe de su despacho político, es mal conocido fuera de la Isla, pero también una incógnita para la mayor parte del pueblo cubano, pese a su decisiva participación en la larga aventura de la revolución de la que es parte imprescindible. Su vida ha transcurrido paralela y a la sombra de su muy famoso hermano, al que ahora reemplaza, todavía de manera provisional. Esta designación como heredero se hizo oficial pocos días atrás, pero fue anunciada desde el 21 de enero de 1959, en uno de los primeros discursos de Fidel Castro tras la toma del poder, en el que aprovechó para describir como “más radical que él” al sucesor escogido.

Pese a muchos tropiezos y distanciamientos entre ambos hermanos, se cumple también ahora la voluntad del Comandante en Jefe. Durante 47 años Raúl Castro ha sido el ministro, organizador y jefe de la más poderosa institución del país, las fuerzas armadas, además de sus otras posiciones determinantes en la cúpula del poder. Ese largo trayecto puede comprenderse mejor si se tiene en cuenta que Neil Hosler McElroy, Secretario de Defensa en la administración de Dwight Eisenhower en el mismo año que Raúl Castro asumió su cargo, falleció hace ya treinta años.

Cinco años menor que su hermano Fidel, compartieron en la infancia y adolescencia el inusual mundo rural de la familia Castro Ruz y los largos extrañamientos en lejanos colegios religiosos adonde los enviara su padre, el terrateniente gallego Ángel Castro Argüíz.

A diferencia de Fidel, doctorado en leyes en la Universidad de La Habana, no concluyó estudios universitarios. Mientras su hermano se convertía en figura conocida en las bandas gangsteriles que dominaron la agitada política universitaria a mediados del siglo, Raúl escogió una temprana afiliación comunista que lo llevó en 1953 a Austria y países de la Europa del Este, su primer viaje fuera de la isla.

En el largo regreso de Europa a bordo del Andrea Gitti, conoció a Nikolai Leonov, un joven oficial de la KGB que llegaría a las más altas posiciones en esa organización, en gran parte gracias a esta relación con uno de los principales protagonistas de la futura revolución cubana, forjada en “un paquebote destartalado”, según la descripción del soviético. En 1956, cuando preparaba junto a Fidel la expedición a Cuba del yate Granma, encontró de nuevo a Leonov, esta vez en el Distrito Federal mexicano. Fue Raúl, recuerda Alejandro en sus memorias, quien lo presentó a Ernesto “Che” Guevara, un nuevo amigo argentino incorporado ya a la naciente empresa revolucionaria.

Poco semanas después de su viaje a Viena, Raúl participó en el fracasado asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Capturado por las fuerzas del gobierno, fue condenado a diez años de prisión. Los inculpados cumplieron sólo 18 meses en la Prisión Modelo de Isla de Pinos, gracias a una amnistía del dictador Fulgencio Batista y una parte de los asaltantes del Moncada, Raúl entre los primeros, viajó a México y regresó a Cuba en 1956 para iniciar la guerra contra Batista desde las montañas de Oriente.

Antes de la partir en el yate Granma, Raúl —quien luego se distinguiría por su proclividad a la pena de muerte— ejecutó por orden de su hermano Fidel a un expedicionario sospechoso de traición en favor de Batista. Una historia que sólo solía referir, calladamente, en el círculo más íntimo de sus colaboradores.

En la Sierra Maestra fue ascendido tempranamente al grado de Comandante y nombrado jefe de un frente guerrillero independiente, en el cual se distinguió, más que por acciones combativas, por la eficiente administración de los amplios territorios bajo su control. En Guantánamo, en junio de 1958, con la captura de un grupo de militares norteamericanos, inauguró la era moderna de los secuestros políticos. Varios de los hombres de su confianza en aquel mando forman hoy el sólido núcleo de raulistas en el seno del gobierno, el partido único y las fuerzas armadas cubanas.

Tras el triunfo de 1959, tuvo un papel central, junto al “Che” Guevara, en la derivación hacia las ideas del comunismo de la joven Revolución. Reconocido luego por los dirigentes soviéticos como un hombre clave en las relaciones con Cuba y su difícil líder mercurial, fue protagonista de momentos cruciales de aquellas relaciones. Su encuentro en Moscú, siguiendo instrucciones de Fidel, con Nikita Jruschov ultimó los detalles del acuerdo para la instalación de cohetes con ojivas nucleares en Cuba que llevaría a la Crisis de Octubre en 1962. Otro líder soviético, Yuri Andropov, le informaría en el Kremlin, veinte años después, que Cuba sería responsable de su propia suerte en caso de una confrontación con Estados Unidos, una sentencia de muerte a la apasionada relación entre ambos países.

Durante los largos años en que, junto a su hermano, han impuesto su poder sobre el resto de los cubanos, el menor de los Castro ha intentado contener dentro de cánones institucionales el desbordado individualismo del Máximo Líder. Impulsó, bajo exigencias soviéticas, la llamada institucionalización del país, adoptada en 1975. Bajo su supervisión directa se inició finalmente, tras diecisiete años de gobierno revolucionario, una organización del Estado y el Partido según moldes socialistas. Como ministro de las FAR respaldó activamente la participación de tropas cubanas en las guerras de Angola y Etiopía, decididas, claro está, por Fidel. Fue también factor esencial en el regreso a Cuba de esas fuerzas, que llegaron a sumar cerca de 60 mil hombres, solamente en Angola.

En casi cinco décadas ha enfrentado múltiples contendientes por la preferencia de Fidel, con quien mantiene una contradictoria relación de subordinación total y apoyo imprescindible, nublada por la indiferencia del hermano mayor. Su poder sobre las instituciones militares se hizo absoluto en l989, tras el affaire por acusaciones de narcotráfico contra el general Arnaldo Ochoa y los gemelos La Guardia que terminaría ante un pelotón de fusilamiento. Sus hombres de mayor confianza, integrantes de la poderosa Contrainteligencia Militar, encabezaron la virtual absorción del Ministerio del Interior, considerado hasta entonces por las Fuerzas Armadas como un peligroso rival potencial.

El “Período Especial en Tiempos de Paz” —ingeniosa denominación del lenguaje militar que añadió cierta esperanza al brutal fin del subsidio soviético— situó como nunca antes a esas Fuerzas Armadas en el control directo de sectores claves de la economía nacional.

Pragmático en temas económicos, adicto a los informes de los servicios secretos y a voluminosos expedientes sobre el resto de los dirigentes, desconfiado como su hermano de la cultura y los intelectuales, amante de sus cuatro hijos y ocho nietos, despiadado en las decisiones en que se pone en juego la supervivencia del régimen, nostálgico del comunismo soviético, inexperto en relaciones internacionales, aficionado impenitente al vodka, el dominó y el choteo criollo, temido sin excepción entre la clase dirigente, “el ministro”, como se le llama respetuosamente en esos círculos, no es hombre que pueda describirse de una sola pieza.

Ahora, y todavía en la misma oficina donde nos encontramos hace 25 años —en la que suele pasearse alrededor de un monumental globo terráqueo semejante al que adornaba los despachos de los mariscales de la URSS— protagoniza el primer episodio de la obra más difícil de su vida: intentar prolongar el castrismo sin Fidel. Le deseo, de todo corazón, que no lo logre.

Alcibíades Hidalgo
Baracutey Cubano, 9 de agosto de 2006.
Foto: Raúl Castro, Carlos Aldana y Alcibíades Hidalgo. Tomada del periódico El Mundo.

lunes, 13 de enero de 2025

Aldana, un Gorbachov de usar y tirar

El nombre de Carlos Aldana, "ideólogo" del castrismo durante la caída del Muro de Berlín, está relacionado con el teatro, y no solamente por la posible dotación histriónica del considerado "tercer hombre" de la cúpula del régimen en esa época, sino además por actuar como eje de la reunión de los estudiantes de Periodismo con Fidel Castro, a partir del estreno de La opinión pública en La Habana, donde al comandante le dijeron en la cara hasta del mal que iba a morir.

Aldana falleció el miércoles 27 de noviembre, según informó el medio independiente Café Fuerte, el hombre que en aquellos años fue jefe del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) murió en La Habana a los 82 años, afectado por neumonía y otras complicaciones derivadas del padecimiento de Parkinson.

Su deceso no importó nada a los medios oficiales, aun cuando a finales de la década de los 80 desempeñó un papel clave, el de hacernos creer que había una transición en marcha, o al menos una Perestroika, algo que nunca ocurrió.

"Orientación Revolucionaria" es una aberración, al igual que decir que una persona es "ideólogo" en un país, pero eso ocurrió en Cuba, donde el realismo socialista se convirtió en un surrealismo tropical totalitario.

En 1987, los estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Habana fuimos convocados extrañamente a ver una obra de teatro en una de las salas más importantes de la capital, la Hubert de Blanck, sede de Teatro Estudio, donde importantes directores como Berta Martínez y los hermanos Raquel y Vicente Revuelta hacían sus montajes.

Era raro que una "orientación del Partido" (Partido Comunista de Cuba, por su condición de único) nos llevara a Teatro Estudio. El verdadero objetivo de la convocatoria se supo después. Fuimos meros conejillos de Indias. Se trató de un experimento de Fidel Castro que casi se le va de las manos.

Europa oriental comenzaba sus cambios definitivos y ya se estaba preparando la caída del Muro del Berlín, pero Castro no tenía bien claro hacia dónde dirigir sus pasos. De lo que sí estaba convencido era de que no soltaría prenda. Una obra teatral como La opinión pública, escrita por el dramaturgo y poeta rumano Aurel Baranga y publicada en 1967, no debía pasar de largo sin precisamente la "opinión" de los estudiantes de Periodismo.

Sobre todo porque la acción se desarrollaba en la redacción de un periódico donde se decidían objetivos editoriales, algo que Castro, como debe suponerse, asumió con profundo celo. La idea fue llevar a los estudiantes a un deliberado experimento para el que se prestó el entonces jefe del DOR.

El zorro Carlos Aldana, un personaje en quien de cierta manera depositamos —quizá por ilusión necesaria— el rol de un Mijail Gorbachov caribeño, fue el intermediario. Al final de la función hubo un intenso debate sobre el papel de la prensa, mientras los enviados de Aldana tomaban notas que luego fueron enviadas a una de las antiguas mansiones del Vedado, donde radicaba un siniestro aparato de espionaje denominado Oficina de Opinión del Pueblo (no me consta que este organismo llevara siglas).

Pocos días después del debate, Aldana envió un memorando a la Facultad de Periodismo en el que se nos invitaba a redactar cientos de preguntas sobre el presente, pasado y futuro del país, que debían enviarse a su oficina para él mismo dar las respuestas en persona. Así fue como llegamos a la famosa Plaza de la Revolución, donde ya los servicios secretos del castrismo nos esperaban para revisarnos los bolsos: no se podía entrar cámaras fotográficas ni grabadoras, solo lápiz y papel.

Aunque la tensión generada por las fuerzas de seguridad nos indicaba algo, para nuestra sorpresa apareció el mismísimo Fidel Castro, quien supuestamente iba de oyente, pero todos sabíamos que su presencia nos impediría llevar a Aldana contra la pared. Y así fue. A Castro no le gustaron las preguntas y mucho menos las improvisaciones de ciertos estudiantes que, por primera vez en la historia de la denominada Revolución, se enfrentaron cara a cara y le dijeron en sus propias narices y en pocas palabras que estaba equivocado.

Se le cuestionó el culto a su personalidad en la prensa nacional, el desastroso movimiento de microbrigadas (construcciones de viviendas) que emprendía la Isla y, entre otros temas candentes, se le reprochó la tristemente célebre guerra de Angola, en la que murieron miles de cubanos sin que todavía se disponga de verdaderas cifras más allá de las oficiales.

Castro dio un puñetazo sobre la mesa y, teatralmente, se retiró del plenario, para luego volver. En ese interín, nuestros profesores aprovecharon para pedirnos que bajáramos el tono sobre lo que los estudiantes de quinto año le habían dicho al comandante. El resultado fue una cacería de brujas. Aldana ordenó asambleas año por año en las que se pedía declaraciones de "principios revolucionarios", una especie de retractación a lo Galileo Galilei.

Los líderes de la "revuelta" no fueron expulsados de la Facultad, pero sí estigmatizados. Al graduarse, los de quinto año, cabecillas de un estado de cambio que no solo nos merecíamos los cubanos, sino que era lo más apropiado según el espejo de Europa oriental, fueron enviados a trabajar a estaciones de radio comarcales de todo el país, para dispersarlos. Fue un castigo ejemplarizante que zanjaba un "doloroso" asunto y que, por fin, dejaba claro hacia dónde íbamos. Castro seguiría ahí, a su manera.

Dos años más tarde, la "Revolución" cancelaba definitivamente dos publicaciones soviéticas que nos habían acompañado durante muchos años, la científico-técnica Sputnik, y la costumbrista Novedades de Moscú. El 4 de agosto de 1989, el periódico Granma publicó un artículo sin firma titulado "Una decisión inaplazable, consecuente con nuestros principios". En ese texto se pudo percibir el futuro de la Isla:

"En estas publicaciones se niega la historia anterior y se caotiza el presente. Escudándose en la imprescindible diversidad de opiniones, se divulgan fórmulas que propician la anarquía. El análisis de la forma de actuar y utilizar los principios rectores del marxismo-leninismo acorde con las nuevas condiciones históricas, introduce elementos que conducen a su negación. En sus páginas se descubre la apología de la democracia burguesa como forma suprema de participación popular, así como la fascinación con el modo de vida norteamericano", desgranó el editorial.

Un poco antes, en abril de ese mismo año, Gorbachov había sido recibido en Cuba con honores de Estado. No obstante, el gran líder comunista al que se le debe el cambio histórico y geopolítico más grande del siglo XX, no cumplía con las expectativas de Castro para "cuadrar la caja". "Hemos visto cosas tristes en otros países socialistas, cosas muy tristes", afirmó Castro en noviembre de 1989, en referencia a las reformas que se estaban aplicando en varios países aliados, como la URSS, Alemania del este, Hungría o Polonia.

Durante la visita de Gorbachov a Cuba, Castro dijo que un proceso como la Perestroika no era posible en un país situado a 150 kilómetros de las costas de Estados Unidos y con diez millones de habitantes, frente a los 200 millones de la URSS. "Cuba está más amenazada por el capitalismo que los demás países socialistas", zanjó Castro.

Hoy en día, uno de los líderes de la histórica reunión en la que los estudiantes emplazaron al dictador, Alexis Triana, quien se atrevió a tutearlo con total valentía, es un funcionario del Estado, un comisario cultural. Muchos de los demás estudiantes estamos desperdigados por el mundo.

La caída del Muro del Muro de Berlín fue una magnífica oportunidad para colgar los guantes del castrismo, entregar el país a unas elecciones libres. De haberlo hecho, hubiera quedado incluso con nostalgia en el recuerdo, como mismo la Alemania del Este ha demostrado no poder desprenderse de su recuerdo desgarrador. Pero no, Castro prefirió seguir, y la opción que tuvo a mano fue el turismo occidental.

Han pasado casi 40 años. El país está más destruido que nunca y enfrenta un éxodo masivo sin precedentes. Aldana fue defenestrado en 1992. Murió sin una esquela oficial, aun cuando fue clave su papel en ese escenario de dudas que podía haber cambiado el destino de la isla caribeña.

Jorge Ignacio Pérez
Texto y foto: Diario de Cuba, 29 de noviembre de 2024.
Leer también
la primera y segunda parte, de la entrevista que el 28 de septiembre de 1992, el mexicano Mario Vázquez Raña, le hizo a Carlos Aldana cinco días después de haber sido defenestrado.

lunes, 6 de enero de 2025

Mis recuerdos de Carlos Aldana

Hubiera querido poner una foto de Carlos Aldana Escalante (Camagüey 1942-La Habana 2024) de 1970, que fue cuando lo conocí, pero no la encontré en internet.

La que más se parecía a aquel Aldana de 28 años, la edad que yo tenía en el 70, fue esa foto de la entrevista que el 28 de septiembre de 1992, ya defenestrado, le hizo el mexicano Mario Vázquez Raña y que en dos partes publicó NeoKaxtrizmo & Chaos en mayo de 2014.

En 1970, la tercera Brigada Venceremos laboró en planes citrícolas de Isla de Pinos, y entre el personal cubano que trabajó con aquel contingente de jóvenes estadounidenses me encontraba yo, entonces mecanógrafa de Manuel Torrres Muñiz, primer secretario de la UJC municipal. A fines de septiembre, luego de unos días de descanso en La Habana, la UJC nacional me trasladó al departamento de relaciones exteriores, en 17 y J, Vedado. Me ubicaron en la oficina del jefe del departamento, Javier Ardizones, para ayudar a Carmita, su secretaria.

Creo que fue en octubre de 1970 cuando Javier me dijo si podía 'tirarle un cabo' a un compañero llamado Carlos Aldana, que no tenía quien le mecanografiara. Le dije que sí. A cada rato, cuando a las 5 de la tarde terminaba mi horario laboral, me quedaba un par de horas pasando en limpio textos que Aldana me traía.

Entre 1970 y 1974 le mecanografié a Aldana cientos de cuartillas, de variados contenidos, algunos secretos: en esa época él se desempeñaba como jefe del departamento de propaganda de la Dirección Política de las FAR. Más que mi destreza mecanógrafia y mi experiencia laboral (de agosto de 1959 a febrero de 1961 había sido la única mecanógrafa en el comité nacional del Partido Socialista Popular), lo que Aldana valoraba era mi discreción.

Como la mayoría de los camagüeyanos, Aldana hablaba correctamente y tenía facilidad de palabra. Le gustaba escribir y lo mismo redactaba un informe, una conferencia, un discurso o el guión de un documental, de un acto o desfile militar. En esos cuatro años, y posteriormente, cuando por mi cuenta me inicié en el periodismo, primero en la revista Bohemia y después en el ICRT, las relaciones entre él y yo siempre fueron muy respetuosas.

De lo ocurrido en 1987 con Aldana y estudiantes de periodismo, narrado por Jorge Ignacio Pérez en Diario de Cuba y por Ted Henken en Rialta, me enteré por los comentarios que circularon en corrillos periodísticos. Para esa fecha, hacía más de un año que Fidel Castro me había recibido en su despacho, algo que cuento en mi libro Periodista, nada más, publicado en mi blog. También en mi blog se pueden leer dos posts dedicados a Aldana: Comentarios y respuestas a propósito de Carlos Aldana y El capítulo que no pude escribir.

Aunque conocía a Aldana desde 1970, nunca lo llamé para pedirle un favor o una recomendación. Pero el 8 de marzo de 1991, un operativo de la Seguridad del Estado, pistola en mano, entró a nuestro apartamento de La Víbora y se llevó detenido a mi hijo, el hoy periodista independiente Iván García Quintero.

A Iván y a tres jóvenes más del barrio los acusaban de 'propaganda enemiga', por supuestamente pintar carteles antigubernamentales. Estuvieron dos semanas en los calabozos de Villa Marista. Si no llegaron a ser enjuiciados y fueron liberados fue gracias a las gestiones de Carlos Aldana Escalante, quien en 1991 era jefe del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), del comité central del PCC.

Diez años antes, en 1981, Aldana y otros funcionarios del DOR se enteraron que yo estaba de divulgadora en la Oficina Nacional de Diseño Industrial (ONDI), dirigida por Iván Espín. El segundo de Aldana, Víctor Manuel González, me localizó y me propuso reincorporarme al periodismo. En julio de 1982 comencé en el ICRT, un medio nuevo para mí. Allí permanecí hasta que en abril de 1996 me expulsaron, no por ser periodista independiente, si no por "hablar por Radio Martí".

En la casa donde Aldana vivía con su familia, en Nuevo Vedado, estuve en septiembre de 1994. Me acompañaba Alberto Sotillo, periodista español de ABC, interesado en entrevistarlo. Uno de sus hijos nos dijo que había estado de pase y ya había vuelto a Topes de Collantes. Le dejé un papel diciéndole que me hubiera gustado saludarle. No sé si lo leyó Aldana. O el G-2.

Tania Quintero

Leer también: Yo le llamaba Charles.


lunes, 23 de diciembre de 2024

Villancicos cubanos


Con los tres villancicos que aparecen en ese video, queremos desearle unos felices días de Navidad y Año Nuevo a los lectores del blog.

Ojalá que 2025 sea el inicio del fin de todos los regímenes totalitarios existentes en el mundo, empezando por el de Cuba, que ya lleva más de seis décadas destrozando una isla y su gente.

Son los deseos de Tania Quintero Antúnez y Marco Antonio Pérez López.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Tropicana, la fantasía de la arquitectura moderna

Tropicana es, desde hace 85 años, el sitio emblemático de la vida nocturna habanera. Música, danza, comida, bebida y mucho dinero han estado asociados a su fama como espacio de recreo.

Así quedó reflejada en películas como Chico y Rita (Fernando Trueba-Javier Mariscal-Tono Errando, 2010), contextualizada en la primera década de este cabaret, cuando aún no existían sus magníficos salones modernos; en Our Man in Havana (Carol Reed, 1959), que ofrece la imagen selecta de su etapa prerrevolucionaria; y en Un paraíso bajo las estrellas (Gerardo Chijona, 1999) donde se convierte en locación protagónica y aspiración máxima de la bailarina de cabaret. Tropicana ha sido, a pesar de la competencia, "el cabaret" cubano.

Y, junto a su magnífica trayectoria artística como escenario de grandes músicos y talentosos coreógrafos y bailarines, es también una de las más importantes obras de la arquitectura moderna cubana. Digamos que es de las imprescindibles dentro del extenso catálogo del Movimiento Moderno en la Isla en la década del 50. En ella se conjugó la excelencia del uso del hormigón armado, empleado con inmensa creatividad y no poco alarde tecnológico, en un diseño espacial y escenográfico que fusiona arte y naturaleza con total organicidad.

La naturaleza fue el primer punto esencial en la concepción de este espacio. Condicionó su diseño arquitectónico y también le ha servido como complemento, en un maridaje que hace de esta obra un ejemplo excepcional de la arquitectura orgánica. Fue por tanto la clave que sustentó la idea fundacional de este sitio como espacio de recreo.

A inicios del siglo XX, era la residencia de Regino du Repaire du Truffin y Nieves (Mina) Pérez Chaumont. Con una superficie de 36.000 metros cuadrados, Villa Mina se definía por una mansión residencial con extensos jardines muy arbolados. Al enviudar, Mina decidió rentar el espacio y establecer allí un cabaret-casino que ofreciera un entorno paradisíaco. Con este objetivo se inauguró en 1939 con el nombre Beau Site Club. Se cuenta que la propuesta de nombrarle Tropicana llegó en 1941, por la canción homónima que Alfredo Brito interpretaba allí y que conectaba con aquella suerte de edén tropical.

En esta primera etapa, el cabaret contó con un escenario a cielo abierto, abrazado por la profusa vegetación, similar al actual Salón Bajo las Estrellas. En la casa radicaba el casino que, según se registra, era la verdadera fuente de ingresos del conjunto recreativo. Tal fue su éxito que, junto a otros famosos cabaret-casinos de La Habana, provocó el cierre y demolición en 1953 del Gran Casino Nacional (1922), situado donde luego estuvo el Country Club y más tarde las Escuelas Nacionales de Arte.

Hacia 1950, Martín Fox compró la finca de Mina, quedando como único propietario del cabaret-casino. Inmediatamente acometió las reformas que hasta hoy distinguen el espacio como un conjunto arquitectónico excepcional. Para ello contrató a Max Borges Recio, joven arquitecto que había diseñado en 1941 su vivienda de Calle 18, entre 1ra y 3ra, Miramar; y que también había ejecutado obras relevantes como el Centro Médico Quirúrgico (1948, hoy Hospital Neurológico), que le valió su primera Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos; y el edificio Someillán (1950), el más esbelto de Cuba.

La primera obra diseñada para Tropicana por Max Borges Recio, y a su vez el recinto más significativo, fue el Salón Arcos de Cristal (1951). Su objetivo era crear una sala de espectáculos techada que no prescindiera del disfrute del entorno arbolado. La solución no pudo ser más certera y más acorde a su tiempo. Haciendo uso de las facilidades que le confería el hormigón armado, creó cinco estructuras laminares con forma de arco de distintos tamaños situados excéntricamente. Esto le daba un dinamismo al espacio arquitectónico que conectaba con la vibrante capacidad de la música para provocar sensaciones, a la par que creaba un recinto amplio y despejado de pilares intermedios, y que visualmente atraía hacia el escenario.

Esta especie de caracola tiene una apertura máxima de 26 metros de ancho y decrece hasta el escenario de 12 metros, con una altura que va entre diez y cinco metros en sus diferentes puntos. Los espacios intermedios entre los arcos se cerraron con paneles de vidrio, posibilitando una continuidad visual con el exterior y aligerando aún más esa pared-cubierta de unos siete centímetros de grosor, pintada de oscuro para hacerla desaparecer en la bóveda celeste. Con una capacidad de 450-500 asientos, favorecía la visualidad hacia el escenario con el escalonamiento del suelo, y el cierre acristalado del salón permitía el confort del aire acondicionado. Para mantener este conjunto, el cabaret tenía un departamento de mantenimiento que prestaba esmerada atención a las instalaciones, y a la jardinería.

La concepción del Salón Arcos de Cristal resume lo mejor de la arquitectura de su tiempo en la belleza plástica de su estructura, la economía y sencillez de los recursos empleados que apuntan hacia la elegancia de las formas, todo sustentado con materiales modernos y resistentes. En este caso, la comunión con el entorno es total, lo que lo convierte en un sitio único y atractivo, su mejor estrategia comercial.

Por otra parte, el uso de la curva es muy compatible con el entorno natural y también a nivel sugestivo, sensitivo, con las funciones para las que el espacio fue dedicado. Sobre las curvas en la arquitectura decía Oscar Niemeyer, el gran maestro del Movimiento Moderno brasileño: "No es el ángulo recto el que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo".

Entre todas las obras diseñadas por Max Borges, los arcos han sido trascendentales en Tropicana, que le ganó su segunda Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos en 1953, y el Club Náutico (1952-53), donde sus arcos juegan con la proximidad al mar.

Las curvas también definieron la bella instalación metálica que decora el escenario del segundo salón construido en Tropicana en 1952. Con el Salón Bajo las Estrellas se modernizó el salón original a cielo abierto, ahora con capacidad para 1.200 asientos. La dinámica composición de esta instalación se fusiona con los efectos de luz, la música y las coreografías que aprovechan las diversas plataformas del escenario, embebido en un entorno verde que soporta toda la fantasía. Por ello también se incluye entre los símbolos de este cabaret.

Como fue habitual en su época, también lo ambientaron obras de arte. En particular, la escultura Ballerina (1949) de Rita Longa, y La Fuente de las Musas (1920) de Aldo Gamba. Esta última había presidido la entrada del Gran Casino Nacional, por lo que constituyó un símbolo trasladado al que se consideraba el nuevo Montecarlo de América. Ambas esculturas figuraban en las fichas del Casino Tropicana, cuyo inmueble se construyó en 1954 (hoy restaurante Los Jardines). Ballerina también se reprodujo en toda la publicidad y en elementos del cabaret como las lámparas y los removedores de bebida.

La última construcción de Tropicana fue la conversión en 1956 de la antigua casona en cafetería (hoy Café Rodney). Para ello Max Borges sustituyó los muros de carga por diez paraboloides hiperbólicos de estructura laminar de hormigón armado, posibilitando el cierre con paredes de vidrio y creando marquesinas y cubiertas de aspecto escultórico.

El prestigio alcanzado por Tropicana llevó a Max Borges a diseñar cabarets similares en México y Puerto Rico, donde colaboró con el arquitecto Félix Candela, quien en 1941 había creado una empresa para la fabricación de estructuras laminares (de tres centímetros de espesor). Juntos hicieron el Club Jacaranda (1954) en Ciudad de México, destruido por un terremoto en 1985; y el Cabaret-Casino Tropicoro (1956-57) del hotel San Juan en Puerto Rico, demolido en la década del 70. Ambos llevaron la impronta del Cabaret Tropicana, que por fortuna hasta hoy les ha sobrevivido.

Convertido desde su nacimiento en ícono de la arquitectura moderna cubana, Tropicana fue incluido en la exposición Latin American Architecture since 1945, celebrada en 1955 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Desde 2002, es Monumento Nacional de Cuba.

Yaneli Leal
Diario de Cuba, 10 de noviembre de 2024.
Foto: Salón Arcos de Cristal, Cabaret Tropicana, La Habana, 1952. Tomada de Diario de Cuba.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Lionel Soto, prohibido en Cuba

A cuatro minutos no llega el video titulado Secretos del libro de un comunista secuestrado por Fidel Castro. Se trata De la historia y la memoria (1949-1961), tres tomos escritos por Lionel Soto Prieto (La Habana 1927-2008) que fue presentado en febrero de 2007 en la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Por suerte ha quedado el testimonio de Juan González Díaz, uno de los asistentes a esa presentación. Antes de esos tres tomos, en 1995, en Si-Mar, editorial creada y dirigida por Soto, se publicó La revolución precursora de 1933, libro aquí.

Cuando Lionel Soto fue embajador de Cuba en la Unión Soviética, condecoró a Alexander Alexeev, el primer embajador de la URSS en Cuba y a quien conocí el día de la boda de mi primo Vladimiro Roca Antúnez con una rusa que le decían Viva. La boda se celebró en 1961, en la sede de la embajada soviética, que entonces quedaba en una espléndida mansión del Vedado habanero.

En 1996, en el Museo de la Ciudad, Lionel Soto presentó Décimas para Antonio Maceo. A Lionel, como a casi toda la plana mayor del Partido Socialista Popular (PSP) lo conocí de niña y en 1959-1961, cuando trabajé como mecanógrafa en el Comité Nacional del PSP, le pasé en limpio algunos textos. Alto y corpulento, vestía con elegancia y usaba espejuelos. Al igual que Salvador García Agüero y Juan Marinello, Lionel hablaba en voz baja, era amable y educado.

Lionel Soto Prieto, según EcuRed y Cubanos famosos. En este registro no aparece el libro De la historia y la memoria, tampoco La vieja molienda, dedicado a Jesús Menéndez.

En el 1er. Congreso del PCC, en 1975, Lionel Soto no fue elegido miembro del Secretariado . En el 2do. Congreso del PCC, en 1980, forma parte del Secretariado, cargo que mantiene en el 3er. Congreso, en 1986.

En este post de 2010, el periodista santiaguero Osviel Castro menciona a Lionel Soto. Probablemente no sabía que ya ese nombre debía ser borrado de la historia que a partir de 1959 empezó a escribir, a su conveniencia, el castrismo.

De las pocas imágenes que en internet se localizan de Lionel Soto, encontré esa foto de Raúl Castro en un homenaje que le hizo a fundadores de la Juventud Socialista, entre ellos Lionel Soto y Jorge Risquet, a la izquierda con barba y guayabera blanca.

La mujer es Geisha Borroto, la esposa de Lionel. Eso debe haber sido antes de que Lionel en 2007 presentara el libro De la historia y la memoria (1949-1961). Por cierto, César Reynel Aguilera, el tipo que más sabe sobre los viejos comunistas, dentro y fuera de la isla, y que además de excelente memoria tiene gran sentido del humor, en un correo comentaba: "Tania, parece ser que los viejos comunistas cubanos tenían cierta tendencia al reciclaje amoroso. Edith García Buchaca pasó de Carlos Rafael Rodríguez a Joaquín Ordoqui; Geisha Borroto pasó de Flavio Bravo a Lionel Soto; y Justina Álvarez pasó de Aníbal Escalante a Blas Roca".

En este texto, Geisha Borroto es mencionada: "Algunas mujeres, sin embargo, también fueron detenidas por participar en estas actividades. Geisha Borroto, integrante de las MOU, estaba casada con Lionel Soto, militante del PSP, así como periodista del periódico Noticias de Hoy y el rotativo clandestino Mella. Cuando Lionel fue detenido por el BRAC, Geisha fue a visitarle siendo retenida durante 24 horas como forma de coacción para que Lionel Soto confesase información que la policía le estaba requiriendo. Días más tarde, Lionel fue trasladado de la Isla de Pinos al Castillo del Príncipe. Durante su breve estancia en prisión, la misma Geisha fue quien negoció sin éxito con las autoridades del presidio para que lo dejasen en libertad, algo que no sucedió hasta el derrocamiento de la dictadura: “¡Adelante con la acción en favor de Leonel Soto y de sus compañeros”, Carta Semanal, 3 de septiembre de 1958, “¡No hay que olvidar a Leonel Soto y a sus compañeros de prisión!”, Carta Semanal, 10 de septiembre de 1958, y “Faget informaba siempre a sus jefes de EU”, Noticias de Hoy, 14 de enero de 1959.

Tania Quintero
Foto: Lionel Soto (derecha) y Eusebio Leal, La Habana, 6 de diciembre de 1996.