Cuando uno desea tomarle el pulso a la situación migratoria en Cuba tiene dos caminos. La ecléctica embajada española que mira de frente a las azules aguas del Océano Atlántico, en la parte vieja de La Habana, o el cubo de hormigón y cristal estilo Bauhaus de la Sección de Intereses de los Estados Unidos, a tiro de piedra del malecón.
En los alrededores de la sede diplomática ibérica la gente duerme todas las noches, entre bocadillos y tragos disimulados de ron, para ser de los primeros en la fila. Desde que el gobierno de Zapatero, a fines de diciembre de 2008 decidiera poner en vigor la Ley de Memoria Histórica, más conocida por Ley de Nietos, tal parece que todos en Cuba tienen o tuvieron un abuelo en España.
La gente desempolva viejos documentos con olor a naftalina y manchas de cucarachas, para tratar de demostrar a los impertérritos burócratas españoles que por sus venas corre sangre gallega, asturiana, vasca, canaria o andaluza. No muy lejos de la Habana Vieja, en El Vedado, al parque triangular que colinda con la sede diplomática gringa, se le conoce como el "parque de los gusanos" ("gusanos" se le dice en Cuba a los desafectos a la revolución).
Desde horas tempranas, en ese parque se reúnen personas procedentes de toda la Isla, que viajan a la capital para tramitar viajes temporales o definitivos a Estados Unidos. En la extensa espera, despotrican abiertamente contra el gobierno de los hermanos Castro.
En 1994, la administración del entonces presidente Bill Clinton, firmó acuerdos migratorios mediante los cuales a 20 mil cubanos anualmente se le otorgarían visas para viajar a los Estados Unidos por concepto de reunificación familiar. Un alivio para Fidel Castro, pero sobre todo para los cubanos. Muchos dejaron de tirarse al mar en precarias embarcaciones y optaron por marcharse por una vía ordenada y legal.
Pero hay cientos de miles de cubanos que no tienen parientes al otro lado del charco. Y siguen apostando por una balsa de goma para intentar cambiar su suerte. Las políticas migratorias, ya sean de España o de Estados Unidos, se miden con doble rasero en Cuba.
Ya se sabe que España es un policía celoso de sus fronteras. Y aunque los cubanos tienen menos dificultades que los africanos a la hora de legalizarse, desde hace unos años en el aeropuerto de Barajas te mandan de vuelta a casa si no puedes demostrar que eres un perseguido político, no tienes un permiso temporal de residencia o un contrato de trabajo, todo avalado por el Consulado español en La Habana.
En cuanto a Estados Unidos, su política migratoria hacia la Isla parece estar hecha por legisladores sádicos y de pocas luces. Les cuento. Desde 1966, en aquella nación se aplica la Ley de Ajuste Cubano, que de forma automática otorga la categoría de refugiados políticos a los nacidos en el verde caimán cuando éstos se encuentran en territorio estadounidense.
Pero a partir de 1994 se viene aplicando una variante desquiciante, que más parece el juego del gato y el ratón que una política seria. Es la obtusa ley de "pies mojados y pies secos". Si usted después de remar tres noches en un mar infestado de tiburones, logra evadir la eficiente guardia costera yanqui, y logra pisar suelo norteño, entonces los oficiales de inmigración le otorgan la residencia.
Si antes de pisar tierra, es atrapado por los guardacostas, lo deportan. Con una ligera variante: gracias a los acuerdos migratorios de 1994, no se va a la cárcel por intentar huír de la isla.
Entonces sucede que por esa política de Ajuste Cubano y la contradictoria ley de "pies secos y pies mojados", el tráfico de personas desde Cuba hacia la Florida se ha convertido en un próspero negocio. Por 7 mil dólares, usted puede viajar en una lancha con motores fuera de borda hacia Estados Unidos.
En los dos países existe una tupida red de individuos que se dedican al tráfico de seres humanos. Con muchos riesgos, por los accidentes marítimos que han costado la vida a cientos de personas.
La prensa oficial cubana maneja con gotero ese tipo de informaciones. Y cuando mueren compatriotas en el intento de abandonar el país, culpan a la Ley de Ajuste Cubano. Llevan algo de razón. Lo que no dicen, es que por intentar impedir las salidas ilegales, los guardacostas cubanos también han provocado un número todavía indeterminado de muertos. Baste recordar el hundimiento por las autoridades de la Isla, en julio de 1994, del remolcador 13 de Marzo, cuando murieron 41 personas, entre ellos diez menores de edad.
De cualquier manera, es un verdadero drama. 320 mil personas han abandonado Cuba desde 1994, a raíz de los acuerdos firmados por Bill Clinton. Y aunque el gobierno no suele dar cifras, se calcula que dos millones de cubanos desearían marcharse de su patria. No sólo a Miami o Madrid. Si pudieran, se fueran a cualquier rincón del planeta donde puedan prosperar y vivir con ciertas libertades garantizadas.
Aunque los Castro viren la cara a otro lado, el meollo del asunto es precisamente el descontento de buena parte de la población, que lleva medio siglo viviendo con demasiadas penurias y sin esperanzas de mejorar a corto o mediano plazo. Más o menos como cualquier latinoamericano. Con la diferencia de que en Cuba, la propaganda oficial siempre nos dijo que "el bastión del socialismo en América era lo más parecido al paraíso en la tierra”. Y no lo ha sido.
Ahora, todas las personas que tienen en su agenda marcharse de Cuba, esperan con expectación noticias sobre el tema migratorio. En el último encuentro de exiliados cubanos afines al gobierno de los Castro, celebrado en La Habana en enero de 2010, el canciller Bruno Rodríguez Parilla prometió llegar a la próxima ronda de conversaciones sobre asuntos migratorias con funcionarios estadounidenses, con nuevas propuestas y recomendaciones sobre el tema migratorio. Esperemos.
Mientras, miles de cubanos remueven una montaña de papeles amarillentos, en un intento por demostrar que tuvieron un abuelo español; se apuntan en la lotería USA de visas, o esperan con paciencia su turno en el "parque de los gusanos", para obtener en la Sección de Intereses la anhelada reunificación familiar.
En caso de no tener parientes en Estados Unidos o un abuelo en España, la opción se reduce a pagar 7 mil dólares y que traficantes de personas te dejen en los mangles floridanos. O hacer una balsa de madera e intentar cruzar el Estrecho de la Florida. O en una escala técnica en el madrileño aeropuerto de Barajas, hacer el cuento típico del 'perseguido político' a los rollizos oficiales de inmigración.
Foto: Colas frente al Consulado español en La Habana.
Que mal escribe este muchacho, es tan aburrido y tan poco original...
ResponderEliminarMicrojet
ResponderEliminarAnónimo, lo que dice es las cosas bién claras, sin tapujos y bien argumentadas. Te recomiendo que leas un poco más de lo que ha escrito.
Yo no soy profesional de las letras y miro más el contenido y si me parece que esta´muy bien informado y se ve que se documenta bién. Te aconsejo que leas su articulo sobre el racismo en Cuba y también el del barrio de Colón donde hasta cuenta su historia. A eso le llamas aburrido?. A mi y a mis amigos nos han parecido muy buenos escritos
Lo que escribió sobre el racismo es muy superficial ,ningun tipo de argumentación,como todo lo que escribe,aburrido y poco original.
ResponderEliminarMicrojet
ResponderEliminarAnonimo,bueno, para gusto se han hecho los colores. No todos somos moneditas de oro para gustarles a todos.
Llevo años fuera de Cuba y por ejemplo en su explicacion del barrio de Colón me hizo ver con ejemplos lo grave de la pérdidad de valores y que ya esta´muy generalizado.
Hay una chica que tambien escribe en su blog, creo que de apellido Diversent que es abogada y se publico´un video muy bueno que se lo recomiendo. Saludos
Anónimo, criticar es saludable, descongestiona las neuronas, lo que es deleznable y propio de cobardes es hacerlo bajo el anonimato.
ResponderEliminarSi no te gusta lo que escribe ni cómo lo escribe mi hijo, Iván García Quintero, no leas más sus posts, nadie te obliga a ello.
En internet hay más de dos mil sitios hechos por cubanos, de adentro y de afuera, tienes donde escoger.
Te agradecería que no visitaras más mi blog, tampoco los otros dos que tenemos: Desde La Habana y El blog de Iván García y sus amigos.
Como eres tan 'ameno', 'original' y 'profundo' -algo que no demuestras en los dos comentarios ramplones que has hecho- y a lo mejor dentro de ti se oculta un Nobel de Literatura, ábrete un blog, para que demuestres tus habilidades.
Finalmente, vete con tu mala leche a otra parte! Tania Quintero Antúnez
Anónimo hace ya un buen tiempo publicamos en este blog el aviso que no se aceptarían comentarios ofensivos ni ataques personales sobre todo cuando vienen de personas que no dan su nombre. Puesto que es notorio tu deseo de ofender y molestar, a partir de este momento todo comentario ofensivo de tu parte será suprimido.
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