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domingo, 26 de junio de 2011

Los secuestrados de Mariela Castro



Por Armando López, Nueva York

Estos travestis, transgéneros, homosexuales, lesbianas, que arrollaron en la conga, entre banderas gays, del brazo de Mariela Castro y apoyando al régimen que los secuestra, sólo practican la doble moral, la misma de los que aplauden cuando les comunican el cierre de su centro de trabajo; de los que desfilan el 1 de Mayo dando vítores a la revolución y, al terminar el desfile, se van al Malecón, a buscarse como sea unos dólares para alimentar a sus familias.

Ante algunos airados comentarios sobre la insólita conga, me pregunto: ¿se hubieran indignado tanto estos lectores ante un desfile de vírgenes, bomberos o levantadores de pesas que apoyaran al régimen? La homofobia se rompe, pero cuesta trabajo.

Debemos distinguir entre la homofobia social y la institucional practicada en Cuba por la revolución.

Fidel Castro, veterano camaleón, trató de justificar recientemente la suya: "Fui homofóbico porque los cubanos lo eran". ¡Tamaña mentira! Cierto que la loquita del batey tenía que escapar al anonimato de la ciudad; que la madre de origen español no apoyaba a su hijo mariquita, y el cura, desde el púlpito, y el masón, desde la logia, lo condenaban. Pero en los barrios de las ciudades, en los bembés de los negros, y en los cientos de clubes de La Habana de la República, a la contenta todos la invitaban a la fiesta.

En las constituciones de 1902 y 1940, y en los códigos penal y civil de Cuba republicana, no se mencionan los términos homosexual, afeminado, ni lesbiana. En los años cincuenta (cuando en New York y París la homosexualidad era un delito castigado con cárcel), en La Habana había una docena de clubes para parejas del mismo sexo: La Cuevita, Los Troncos, El Intermezzo, El Saint Michel, El Gato Negro, y el popularísimo Usero Bar, de la Avenida del Puerto, del cual no salían el dramaturgo Tennessee Williams, Montgomery Clift, Errol Flyn y muchos famosos de la época.

Una Habana donde en el cabaret Night and Day (a la 1.00 a.m. tocaba el Benny Moré) el primer show era de trasvestis (se les decía transformistas), doce maquilladísimos modelos y dos vedetes: Omar Ferrán y la China Musmé, portadas de la revista Show y Estrellas de Televisión. Y ni hablar de los bares tugurios de Luyanó; del flete homosexual en las aceras de la tienda La Sortija; en los portales de Infanta, Reina, Galiano; en los muelles del Puerto, y en las laderas del Castillo del Príncipe. La Habana de los cincuenta invitaba a la diversidad sexual.

Pero la desinhibición no solo se veía en la capital. En Santa Clara (donde Mariela exhibe la discoteca El Mejunje como un logro del Centro Nacional de Educación Sexual que ella dirige), en los años 50, existían varios clubes para homosexuales: El Frío Bar, El Club 104 y el Bar 8A, desde donde madrugadoras parejas se dejaban rodar hasta el río Ochoa, "a nadar". Nada de esto conocen los homosexuales villaclareños. No tienen por qué conocerlo. Nacieron con la revolución.

La homofobia se hizo política de Estado el 13 de marzo de 1963, cuando Fidel Castro arengó a los estudiantes en la escalinata de la Universidad de La Habana: "Esos pepillos que andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos, han llevado su libertinaje a extremos de ir a sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides... Que no confundan la ecuanimidad de la revolución con debilidades de la revolución. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones". Y sentenció el comandante: "Observé siempre una cosa, que el campo no daba ese subproducto". De ese monstruoso razonamiento surgirían, en 1965, las UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción, versión criolla de los Gulags soviéticos).

Pero cuando les cuentan a los congueros de Mariela que hace 46 años existieron en Cuba campos de trabajos forzados para homosexuales; que los expulsaban del magisterio, de la televisión, de los grupos teatrales, de las universidades, para que no contagiaran con sus depravaciones al "hombre nuevo"; que en 1980 las turbas revolucionarias apedrearon sus casas, vociferando "¡Qué se vayan, los maricones!", les sucede lo que a mí cuando me hablaban de los crímenes del presidente y dictador cubano Gerardo Machado (1925-1933).

¡No les interesa! Su problema es que los botaban del portal del cine Yara por "afocantes" y no los dejaban dar fiestas privadas cobrando la entrada y, "por ahora", Mariela los autorizó a fiestar a cambio de arrollar en una conga donde llevaran de farolas las fotos de Fidel y Raúl Castro y pidieran libertad para los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos.

Estos trasvestis, transgéneros, lesbianas, homosexuales, que arrollaron en la conga con la hija del general, solo practican la doble moral imperante en Cuba. No tienen la culpa. Crecieron en una economía de guerra, aprendieron a mentir para sobrevivir. Son víctimas de una absurda revolución. Como tú y como yo, amigo lector.

Diario de Cuba, 19 de mayo de 2011

3 comentarios:

  1. Y sólo son una parte minúscula del colectivo en Cuba.
    No pensemos que el movimiento GLBT al completo apoya el castrismo. Eso es lo que nos quieren hacer creer.

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  2. Microjet
    Estoy muy contento desde que ¨descubri´¨leyendo el blog de Zoe´a Tania Quintero. Es que aqui´la informacion es variada y puedo ver otras cosas.
    Soy gay, pero naci´casi con la llegada de la revolucion y desconocia que existieran tantos bares en La Habana.
    Esos homosexuales que se han dejado ¨secuestrar¨por La Princesa, para mi no tienen verguenza.

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  3. Gracias a Dania y en particular a Microjet, que siempre se toma la molestia de dejar un comentario. Yo también desconocía que hubiera tantos bares en La Habana donde los homosexuales pudieran ir. Soy contemporánea con Armando, pero a no ser Orlando, el hermano de Margarita, una amiguita mía que vivía frente a la casa, cuando vivimos en Romay 67, en el Cerro, no recuerdo haber visto de niña a ningún 'pájaro', como entonces le decían. Después del 59, Orlando se fue a Estados Unidos, murió bastante joven, una lástima, porque era muy alegre y trabajador. Por cierto, hoy mi amigo Armando López escribió de nuevo sobre el tema gay, pongo el link: http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/5501-de-stonewall-prado

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