Google
 

lunes, 14 de octubre de 2024

Tres cartas desde La Habana (II)

La Habana, 30 de julio de 2004.

Querida Tania:

Te escribo en medio de un calor tremendo desde nuestra casa en La Víbora. Ese calor tropical, húmedo y pegajoso, que ustedes recuerdan y convierte a los ventiladores en objetos anacrónicos. La Habana sigue igual. Cada día más fea, descolorida y sucia.

Tus amistades están bien. Algunos repletos de miedos, pero son buenas personas, te aprecian y me han dicho que puedo contar con ellos si tuviera una situación difícil. El tío Luis intentando sobrevivir a sus más de 80 años. Si no la pasa peor es por el dinerito que le envías. Cuando puedo le doy 50 pesos. Con la amiga tuya que vive en Lawton hablo a menudo por teléfono. Odia a Hugo Chávez tanto como a Fidel Castro. Blanca, la esposa de Raúl Rivero, me llama casi a diario. La última vez le dije que para el día de mi cumpleaños, el 15 de agosto, Raúl estará en su casa de Centro Habana tomando café.

Los familiares de los presos políticos del Grupo de los 75 están esperanzados, pero sin exceso. Piensan que las excarcelaciones serán graduales y lentas. Ya han concedido siete licencias extrapenales, una de ellas a nuestra amiga Martha Beatriz Roque Cabello, que salió envejecida, canosa, con veinte libras de menos y enferma. Pero dispuesta a seguir dando batalla. El lunes 26, Blanca, Miriam (la mujer de Chepe) y yo, fuimos a verla a la casa de su hermana Berta en Mantilla. Te manda saludos y agradece la carta que le enviaste.

Martha Beatriz es más valiente que muchos hombres. Los otros seis que les concedieron licencias extrapenales, salieron con miedo y cautela. Es lógico. Escribí un artículo para Encuentro, lo titulé "La reclusa 240-956", el número de Martha Beatriz en Villa Marista. Con Claudia Márquez hablo también. Le digo 'el periódico de la disidencia', porque me informa y actualiza con lujo de detalles.

Sé que Margarita te mantiene al tanto de Melany, la reina de la familia, que está bien de salud. Espero mandarte fotos pronto. Habla poco, pero lo capta todo. Es un poco 'dominante': cuando llego a la casa, me trae las chancletas y me obliga a ponérmelas. Sus 'juguetes' preferidos son mi aparato (spray) para el asma y los teléfonos. Al telefonito de juguete que le enviaste solo le quedan tres o cuatro botones. No es llorona. A los gatos que duermen en el patio los ahuyenta y éstos al verla, salen huyendo. Duerme desde las 9 de la noche hasta las 7 de la mañana. No le gusta la leche, pero por las noches se la toma bien. Le encanta un yogurt espeso que venden a 0.70 centavos de dólar y como el vasito es pequeño, a veces se toma dos.

Para vivir en Cuba, Melany no se puede quejar. Come carne de res, pollo, carnero, pescado, huevos, legumbres, frutas, vegetales...

Pesa 32 libras y mide 88 centímetros. Es más grande que niños de dos años. La llevamos a pasear los fines de semana. En las vacaciones pensamos llevarla al Parque Almendares, Expocuba y el Zoológico nuevo. Cuando reciba los pagos de Encuentro y la SIP, quiero comprarle una piscina para ponerla en el patio, le encanta el agua. El dinero no me sobra, pero me alcanza para los gastos de la niña, pagar el teléfono, la luz, el agua y el gas, coger almendrones (taxis particulares), comer un tente-en-pie y tomar un jugo o batido en algún timbiriche. He dejado de tomar cerveza, está muy cara (1,25 usd la lata).

Sigo leyendo mucho e informándome por el internet que tienen amistades. Cuéntame de Yania y la vida de ustedes en Suiza. Estoy seguro que saldrán adelante. Además de frijoles negros, te mando un CD de Pablo Milanés. En tu carta me preguntas qué quisiera que me enviaras. Cuando puedas, me gustaría tener una camiseta del brasileño Ronaldo. Son caras y puedo esperar.

Quien no debiera esperar es Raúl Rivero, encarcelado en Canaleta, Ciego de Ávila. Siempre te tiene presente. Intuyo que la presión internacional lo va a poner en la calle. Me imagino que iría a Estados Unidos, a ver a su hija y conocer a su nieto y después daría un largo viaje por Europa, Suiza incluida. En Lucerna hablarán bastante, como dos buenos amigos, exiliados y cargados de nostalgia por su patria. Fidel Castro no es eterno. Y a ustedes las espero con Melany, aquí, en La Habana. Tu hijo Iván.

Foto: Calzada de Diez de Octube y Avenida de Acosta. Tomada del post La Víbora, mi patria chica (La Víbora, mi patria chica - Desde La Habana), escrito por Iván en enero de 2009 y publicado en mayo de 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario