Google
 

lunes, 21 de octubre de 2024

Tres cartas desde La Habana (III y final)

La Habana, 26 de febrero de 2005.

Querida Madre:

En esta Habana nuestra el clima está muy acogedor. En la noche del 23 de febrero llovió y pensé que entraría un frente frío, pero me equivoqué, ahora hay más calor. La Habana sigue siendo un cuadro estático, lo último que quedó en sus retinas de la ciudad que las vio nacer, a ti hace 62 años, a mi hermana Tamila hace 40 años y 10 a mi sobrina Yania.

La Habana sigue sin alteraciones. Las calles y las aceras, rotas y sucias. Las casas de tus vecinos con la misma pintura y tus familiares y amigos con la misma ropa. Tal vez algunos un poco más gordos. La Víbora sigue tranquila, excepto las noches de pachangas políticas o culturales en la Plaza Roja. Te mandan saludos las camareras del Pain de Paris, donde a veces te comías un croissant, y las oficinistas de ETECSA, que por 20 pesos te vendían la merienda (sandwich y lata de refresco). También te recuerda Felicidad, la del banco, una empleada como eran las de antes de 1959, educadas y eficientes.

Además de saludos, Raúl Rivero me pidió que te dijera que tiene fecha de vuelo a Madrid el 20 de marzo. Está tranquilo, leyendo y escribiendo de nuevo, luego de casi dos años en prisión. Creo que un poco triste -aunque no me lo ha dicho- pues probablemente no volverá a ver La Habana ni su Morón natal. Es el precio de disentir. Un duro palo la noticia de la muerte de Guillermo Cabrera Infante, el pasado 21 de febrero. Nadie amó tanto La Habana y odió tanto a Fidel Castro como el periodista y escritor de Gibara. Me quedo con las palabras que dijo Miriam Gómez, su esposa: "Murió sin patria, pero sin amo".

De tu nieta Melany te cuento que tiene carácter, pero es cariñosa. Crece de prisa y todo lo aprende muy rápido. Ya habla como un loro, dice tu nombre y el de su prima. Para abril o mayo empezará en el círculo infantil. Raúl y Blanca, a la espera de viajar a España.

Claudia Márquez y Luis Cino te mandan saludos. El tío Luis, que siempre fue delgado y saludable, se mantiene bien, pero lo noto menos lúcido. Los años no pasan por gusto. La gente del trabajo de Tamila agradece el té que ella les mandó, Rosa, la mamá de Tony, me pregunta por ella a cada rato. Me despido recordándote que La Habana sabe esperar. Tu hijo Iván.

Foto: Fragmento de mural en la llamada Plaza Roja de La Víbora, a un costado de la Casa de la Cultura, en la esquina de Carmen y Calzada de 10 de Octubre. Tomada de un fotorreportaje de Ernesto González Díaz publicado en Havana Times.

No hay comentarios:

Publicar un comentario