De su infancia se sabe poco. En los archivos de Cuba no se conserva la ficha escolar de quien en la adultez sería reconocido como el más importante músico popular del país, el renovador del son y posteriormente el padre de la salsa. Si a ello le sumamos que tenía tres nombres, uno civil, Ignacio Arsenio Travieso Scull, otro artístico, Arsenio Rodríguez Scull, y uno más por costumbre, Ignacio de Loyola Rodríguez Scull, podemos concluir que tal situación ha dificultado al extremo la búsqueda que han emprendido sus biógrafos. Arsenio fue el hijo no reconocido de un tal Bonifacio Travieso de profesión aguador y que se ocupaba en las faenas del campo.
Su madre era una mujer trabajadora y tenaz, de carácter fuerte, de nombre Dorotea Scull Rodríguez. Sus progenitores tenían ascendencia congolesa e indistintamente habían residido entre la localidad de Güines, villa que en los comienzos del siglo XX formaba parte de la antigua provincia de La Habana, y diversas fincas y poblados del interior de la provincia de Matanzas, pasando cada cierto tiempo de un lugar a otro, según como se presentaran las fluctuaciones del empleo rural.
Arsenio nació por casualidad en Güira de Macurijes, el 30 de agosto de 1911 porque sus padres en ese momento eran jornaleros de una hacienda que producía viandas, frutas y legumbres, llamada Finca La Victoria, perteneciente al antiguo municipio de Bolondrón, hoy correspondiente al municipio Pedro Betancourt.
Hacia el año 1940, Bonifacio, soldado de los ejércitos mambises en la guerra de independencia contra España, ya había muerto y Arsenio, quien requería de un documento civil para legalizar el nombre de su conjunto ante la oficina del gobernador de la provincia de La Habana y también para obtener su primer pasaporte y viajar a Tampa por razones de trabajo, regresó desde la capital, donde ya residía hacía un lustro, a la villa de Güines, lugar en el que pasó su infancia en el barrio de La Leguina, y acudió ante el registro civil para inscribirse él mismo bajo el nombre de Ignacio Arsenio Travieso Scull como hijo de Bonifacio Travieso y Dorotea Scull Rodríguez.
Lo curioso de este hecho es que para esos tiempos ya el músico invidente era popularmente conocido en Cuba y en el exterior (por sus canciones que viajaban en las grabaciones discográficas) con el nombre artístico de Arsenio Rodríguez Scull, nickname empleado para firmar y registrar legalmente sus composiciones, y llevaba varios años usando abiertamente el nombre de Ignacio de Loyola Rodríguez Scull como segundo nombre artístico, con el que se identificaba en la correspondencia epistolar, ya muy frecuente y abundante en ese entonces, sobre todo con las damas. Más insólito aún fue que Arsenio en su comparecencia ante el registro civil de Güines el 13 de abril de 1940, dijo que era güinero, nacido en esa localidad el 31 de agosto de 1913, tal y como está consignado en su registro civil de nacimiento, Tomo 72, Folio 164.
El formidable tresista y compositor, a lo largo de cuatro décadas de carrera artística escribió centenares de canciones, pero tan sólo en una de ellas menciona a sus progenitores: en Billumba- Palo Congo, grabado en Nueva York en abril de 1957 para el sello Blue Note, en el que llama de viva voz a su padre Bonifacio, a su madre Dorotea y a Justo Trava, el primer esposo de esta, quienes ya habían fallecido. En las líricas de sus canciones no encontramos por ninguna parte los nombres de sus hermanos mayores Salomón y Emelián Trava Scull (hijos de Justo Trava), ni aparecen Julio y Aurelio Rafael Travieso Scull, este último apodado, Yeyo. Se ha dicho que Julio y Yeyo fueron quienes en verdad se encargaron del cuidado de Arsenio durante su niñez, pero el músico no les dedicó un solo párrafo en sus innumerables composiciones. Trato similar recibió su tío materno Catalino Scull Rodríguez, apodado Yingo (algunos autores dicen que su apelativo era Güingo), que parece haber sido una influyente figura paterna para el Ciego Maravilloso y quien jugó un papel determinante para inducir a Arsenio por el camino de la música acercándolo al estimulante mundo de la rumba columbia y del guaguancó matancero.
Como hecho relevante en la infancia de quien más adelante sería el formidable compositor de 1,200 canciones, cabe señalar que se llevaba muy bien con sus hermanos menores Estela, Quiqui y Raúl, quienes fueron sus lazarillos, secretarios, amanuenses y protectores a lo largo de la vida y le ayudaron a consolidar su vocación de compositor transcribiendo en papel, desde que Arsenio tenía 15 años, todas sus canciones. Fue una constante en las vidas de los hermanos del Mago del Tres. Aún al final de su periplo vital, en 1970 estando en Los Ángeles, Raúl continuaba pasando a papel las letras de las tonadas que a Arsenio le iban surgiendo ya en el ocaso de su vida.
Su condición de analfabeto y ciego no lo limitó para que emprendiera una formación musical autodidacta. Durante la infancia en Güines y la adolescencia en Marianao, se hacía leer emotivos pasajes de las novelas románticas, preguntaba por los hechos históricos antiguos y pedía que le leyeran a los poetas españoles y cubanos más en boga. También fue aficionado a la historia de su país y conocía los episodios determinantes de las guerras de independencia que llevaron a Cuba a establecerse como república. Una de sus preferencias fue escuchar la radio para permanecer enterado de todo lo que sucedía en la actualidad y se hacía acompañar de sus hermanos para ir al cine, ocasiones en las que solía identificarse con los dramas de amor y las batallas épicas.
Como si lo anterior fuera poco, el excepcional tresista cultivó desde joven la afición por los discos para mantenerse al día con lo que estaba pasando en la música cubana. Entre sus artistas favoritos estuvieron María Teresa Vera, Manuel Corona, Ignacio Piñeiro, Ernesto Lecuona y Moisés Simons. Con el paso de los años, Arsenio incluyó algunas de las composiciones de estos grandes maestros en sus grabaciones para la RCA Victor y otros sellos discográficos norteamericanos. ¿Cómo gravitaron esos vastos conocimientos de la música popular cubana en su propia obra musical? Es algo difícil de explicar, pero podemos decir que Arsenio Rodríguez fue una figura de síntesis de todo lo bueno que había en el pentagrama de su tiempo, incluyendo su amplio dominio del repertorio de los sextetos y septetos de sones, las orquestas típicas danzoneras, las charangas de los años 30 y 40, la tradición trovadoresca, el punto guajiro, la música congolesa, las bandas sonoras de las películas y el bolero, del que fue un eximio cultor.
Arsenio también manifestó su preferencia por la rumba matancera y habanera llegando a conocerla de cerca, y recurrió al repertorio folklórico rumbero (en especial guaguancós y columbias) para algunos de sus proyectos discográficos grabados en Nueva York. En el mundo de la rumba habanera su preferido fue Gonzalo Asencio Hernández apodado Tío Tom a quien le birló funambulescamente la célebre composición Consuélate como yo y le cambió el nombre trocándolo por Confórmate para hacer una grabación instrumental en Nueva York en 1955 cuando todavía trabajaba para la RCA Victor.
Yendo todavía más lejos y siguiendo los pasos de Ignacio Piñeiro, quien lo había precedido en ese esfuerzo (tomando el mismo camino que habían abierto el Sexteto Habanero, María Teresa Vera y Chano Pozo), el Ciego Maravilloso incorporó elementos esenciales del guaguancó folklórico en el son, particularmente representados en el toque de la tumbadora, expuestos en las tres primeras secciones de la estructura de sus arreglos (diana, canto y montuno) derivadas del complejo de la rumba, que sumó a las tres últimas secciones (solo, cierre y diablo) surgidas de su propia inventiva, creando un estilo del son montuno que él mismo definió como guaguancó. La sección de diablo, presente en la estructura de seis secciones del son montuno forjado por Arsenio, posteriormente fue denominada sección de mambo. Las células rítmicas de esta última sección han sido consideradas por los especialistas como elemento medular del mambo, género musical popularizado a partir de 1947 por Dámaso Pérez Prado, quien lo llevó a México y seguidamente a los escenarios del mundo.
La niñez de Arsenio parece haber estado signada por el descuido a que fue sometido por sus padres, ocupados en las labores del campo, viéndose enfrentado a depender de sus hermanos Julio y Yeyo para obtener el sustento. Esto marcaría su carácter haciéndolo un niño retraído e indócil, poco sociable y algo solitario. Un descuido mayor ocurrido probablemente hacia 1918, a la edad de seis años, le trajo como consecuencia una grave afección en los ojos no controlada oportunamente la cual le echó a perder el nervio óptico estropeándole la visión de un ojo y luego del otro, conduciéndolo finalmente a la ceguera total durante la edad escolar e impidiéndole cursar la enseñanza primaria. Se ha dicho extraoficialmente (en Cuba no se conserva en los archivos la ficha de salud con el historial de Arsenio Rodríguez) que el origen de su ceguera fue una retinitis pigmentosa no diagnosticada a tiempo.
En la epidemiología de la época (válida aún en el presente) ha quedado establecido que la retinitis pigmentosa es una enfermedad de origen genético que generalmente se manifiesta en la infancia (algunas veces en la adolescencia) y afecta aproximadamente a una de cada cuatro mil personas (cifra que varía según el país). Pese a que los primeros síntomas se presentan en la niñez, sus efectos devastadores sobre la visión en verdad ocurren en la edad adulta (generalmente hacia los cuarenta años) degenerando la estructura del ojo sensible a la luz. La disminución de la visión es lenta, pero progresiva y bilateral (es decir, afecta simultáneamente a los dos ojos), y la pérdida de agudeza visual es más frecuente en la visión nocturna periférica antes de afectar el campo de visión central. No hay una opinión unificada entre los especialistas frente a los efectos de la retinitis pigmentosa, ya que algunos aluden que, pese a su gravedad, la ceguera completa es poco común por esta causa. Hasta el presente, es una enfermedad incurable. De otra parte, dicho padecimiento degenera la retina y muy ocasionalmente lastima el nervio óptico. Sin embargo, la retinitis pigmentosa es la primera causa de ceguera de origen genético en la población adulta.
Según el diagnóstico del médico logroñés Ramón Castroviejo Briones, profesor en la prestigiosa Universidad de Columbia, quien examinó a Arsenio en Nueva York en junio de 1947, él no tenía afectada la retina sino el nervio óptico. Castroviejo era un reconocido especialista en trasplantes de córnea y le manifestó a Arsenio "que su ceguera era irreversible porque para hacerle un trasplante de córnea requería que el nervio óptico estuviera en buen estado". La noticia sumió al Ciego Maravilloso en una profunda tristeza y depresión y según testimonios de la época, lo llevó a componer el famoso bolero La vida es un sueño, escrito en el apartamento de su amiga Mariana Bobe, residente en el Bronx, donde el músico estaba alojado junto a su hermano Raúl y a su primo Domingo Scull..
Muchos años antes de que el formidable compositor recibiera el dictamen del doctor Castroviejo, circulaba el mito urbano (vigente aún hoy en día) de que Arsenio Rodríguez había perdido la vista como consecuencia de la contusión que sufriera al recibir la coz de una mula estando en la localidad de Güines. Esta leyenda, sin embargo, puede ser desmentida si tenemos en cuenta las decenas de testimonios de personas que conocieron al Profeta de la Música Afrocubana, quienes han manifestado reiteradamente que el artista matancero no tenía cicatrices en la frente y a simple vista no se le observaba ninguna hendidura o deformación craneana, situación además comprobable al apreciar con detenimiento sus numerosas fotografías, sin dejar de lado que una contusión craneana tan severa como la causada por la coz de una mula hubiese podido causarle la muerte inmediata por tratarse de un menor.
El hecho de que ya desde la infancia -en la edad escolar probablemente- de acuerdo con los testimonios más verosímiles conocidos hasta ahora Arsenio estuviera ciego, le resta credibilidad a las versiones que le atribuyen el origen de su ceguera a la retinitis pigmentosa, y acredita las versiones que afirman que su afección fue la consecuencia de una atrofia del nervio óptico acentuada por las precarias condiciones de la salubridad pública en las localidades de Güira de Macurijes y Güines. Su hermano Raúl, quien nació en 1920, mencionaba en una entrevista que, siendo muy niño, toda la familia Travieso Scull se había trasladado a Marianao debido a que un huracán destruyó la localidad de Güines en 1926. Raúl ya tenía uso de razón y recordaba que Arsenio por aquel entonces se encontraba batallando con la guitarra y el tres y estaba completamente ciego.
Si nos atenemos a la fecha de nacimiento de Arsenio (1911), en esa época el Mago del Tres tenía quince años de edad. Por aquel entonces era ampliamente conocido como un joven tresero invidente venido de Güines a quien consideraban un fenómeno tocando el instrumento. Al parecer, desde aquella lejana época ya tenía la reputación de genio del tres y la gente se refería a él como el Ciego Extraordinario y el Ciego Prodigioso, calificativos con los que fue identificado durante toda la etapa temprana de su carrera en Güines y Marianao en los años 20 y 30, antes de dar el salto a La Habana y crear su propio conjunto en 1940; etapa en la que comenzaron a denominarlo el Ciego Maravilloso, sobrenombre que finalmente impusiera el locutor Manolo Ortega de la emisora Mil Diez en 1946.
Previamente a la conformación de su primer conjunto, Arsenio había actuado como tresero con el Sexteto Boston y tras disolver la agrupación, por considerarla un completo fracaso, se incorporó al Septeto Bellamar. Con esta última formación, dirigida por José Interián, reconocido trompetista del Septeto Habanero, el Ciego Maravilloso se presentaba durante la segunda mitad de la década del 30 en la academia de baile Sport Antillano, en Zanja y Belascoaín, Centro Habana, en la confluencia de los barrios de Cayo Hueso y Pueblo Nuevo, dos puntos focales de gran importancia en el desarrollo de la rumba habanera.
Una torva disputa por la dirección del septeto originada en la discusión sobre los derroteros musicales que el grupo debería recorrer para situarse a la vanguardia de la música popular de su tiempo, en la que Interián quedaba en segundo plano ante el enorme protagonismo que había adquirido Arsenio como líder del grupo, trajo como resultado la expulsión del tresista a quien Interián defenestró sin miramientos cegado por la ira. Frente a la situación planteada, y acicateado por la artera patraña de Interián, decidido a predisponer a los músicos del Septeto Bellamar en su contra, el Mago del Tres constituyó una nueva agrupación en 1940 denominándola Conjunto de Arsenio Rodríguez. Este sería el comienzo de la etapa más decisiva y renovadora del son en Cuba.
A partir de sus frecuentes incursiones radiales, de sus centenares de composiciones y de sus numerosas grabaciones discográficas la fama del Ciego Maravilloso se extendió a lo largo y ancho de Cuba y posteriormente del mundo entero. Alguien dijo que Arsenio Rodríguez puso el tres en el mapa del mundo, y no le falta razón. Una cosa fue este instrumento antes de Arsenio y otra muy diferente después.
El presente libro es el segundo de La Trilogía de Arsenio Rodríguez. Los amables lectores encontrarán en él aspectos sorprendentes y en verdad poco conocidos de la vida y obra de uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos. El primer libro de esta saga, Arsenio Rodríguez el Profeta de la Música Afrocubana, fue publicado en Estados Unidos en agosto de 2015 por Unos & Otros Ediciones de Miami, al cuidado de mi editor Armando Nuviola Viamonte. Y el tercero, Arsenio Rodríguez el Corsario Negro de la Chambelona, que terminará de arrojar luz sobre la personalidad de Arsenio y sobre la grandeza y vigencia de su legado, se encuentra en proceso de edición.
Jairo Grijalba Ruiz*
Cubaencuentro, 14 de julio de 2017.
*Antropólogo y escritor colombiano. Desde 1978 ha estado dedicado a la radio, como director y presentador de varios espacios musicales especializados en jazz, blues y música latina. Entre sus obras se encuentra el libro Edy Martínez el hombre del piano (2009) y Benny Moré Sin Fronteras (2013), del cual es coautor. El libro Arsenio Rodríguez, El Ciego Maravilloso se puede adquirir en Amazon.
Conocí a Arsenio Rodríguez en New York en enero de 1955, cuando trabajaba en mi primer empleo de secretaria en Shaw Artists Cirporation en la Calle 46 del East y la 5ta Avenida.
ResponderEliminar