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jueves, 5 de enero de 2017

Mi tía Dulce (II y final)


Todos creíamos que, con la caída de Machado, las cosas mejorarían, pero no fue así. Cuba entera era una olla hirviendo. Aquel movimiento popular de tanta fuerza, que logró expulsar del poder a un ser tan despreciable como Gerardo Machado, fracasó, torció su camino, o mejor dicho, le torcieron el camino, no lo dejaron seguir avanzando: al pájaro le cortaron las alas.

En enero de 1934 es elegida delegada al IV Congreso Sindical Nacional en La Habana. Asiste al velorio de Rubén Martínez Villena en el Palacio de los Torcedores y a su entierro. Después regresa a Santa Clara para continuar la lucha. Por las continuas persecuciones de que era objeto, ese año la envían de nuevo a La Habana.

Llega la capital y no conoce a nadie. Traía dos o tres mudas de ropa. Los compañeros que la recibieron la llevaron para el Palacio de los Torcedores, que en aquel momento era el corazón del movimiento obrero. Dormía en un cuarto, en el suelo. Dulce María estaba acostumbrada a todo, pues había dormido en casas vacías, debajo de puentes, en medio de cañaverales huyéndole a la guardia rural y escondiéndose, para que no la delataran.

Hace amistad con unos polacos, quienes en realidad en su mayoría eran judíos nacidos en Polonia. Fueron sus primeros guías en La Habana. Almorzaba y comía con ellos en un comedor que tenían en La Habana Vieja, el menú costaba veinte centavos. Casi siempre era una sopa estilo polaco, con zanahoria, remolacha y hojas verdes.

En La Habana se incorpora al Ala Izquierda Estudiantil, que se había creado en 1931 con los que se habían separado del Directorio Estudiantil Universitario (DE), por no estar de acuerdo con sus métodos. El DEU se había creado en 1927 para luchar contra la prórroga de poderes de Machado. Como activista y agitadora participa en las grandes manifestaciones estudiantiles de la Universidad y del Instituto de La Habana. Celestino Hernández, Sablón, Limonta, Neftalí Perna y Raúl Roca, entre otros, eran dirigentes de esta organización. Se incorpora también a la Liga Antiimperialista de Cuba, fundada por Julio Antonio Mella y que albergaba en su seno a intelectuales de valía como Juan Marinello, Emilio Roig de Leuchsenring, Fernando Ortiz y el doctor Chelala.

En todo el país iba en aumento la represión, la persecución de los principales dirigentes obreros, el asalto a los sindicatos. Pero la lucha no cesaba: ante cada acto de vandalismo cometido por los sicarios del gobierno, los obreros, los estudiantes salían a la calle a protestar, a exigir sus derechos. El 1°de mayo de 1934, fue muy violento. Cuando íban desfilando y coreando consignas en Carlos III y Belascoain, los estaba esperando el ejército y la policía que comenzaron a disparar con ametralladoras.

Por esa época, Dulce María comienza a unirse más al Partido. Ya no era sólo la lucha sindical, ahora participaba en círculos de estudio y en debates de las células del Partido en los centros de trabajo. Poco a poco se va ganando la militancia dentro de las filas comunistas, en esos momentos ilegales y muy perseguidos. En julio de 1934 comienza a trabajar en las oficinas donde radicaba la dirección del Partido. Realiza muchos trabajos de enlace, cuidando la casa, citando a compañeros para las reuniones.

Cuando se reunía lo que era el buró político, los compañeros debían entrar y salir a distintas horas y ella tenía que garantizarles que todo esto fuera seguro. No se podían cometer errores, si los descubrían, descabezaban la organización. En los días que durara la reunión, Dulce María debía atenderlos a todos, cocinarles, buscar las cosas que se necesitaran. Estando en San Juan y Martínez, Pinar del Río, participando de la huelga de marzo de 1935, cae presa y permanece tres días detenida.

El 1 de diciembre de 1935 nace su hija Lydia, el padre estaba preso en El Príncipe. Es entonces que Fabio Grobart habla con ella y le revela la verdadera identidad del papá de la niña. Hasta el momento ella lo conocía como Paco o Paquito. No sabía que era Blas Roca, que era un seudónimo. Él estaba preso con otro nombre, porque a quien estaban buscando era al famoso Blas Roca.

Mantiene su militancia dentro del Partido, a pesar de las difíciles condiciones existentes. Después de la huelga de mayo de 1935, con el derrocamiento de Grau San Martín se desata una ola represiva muy fuerte. Se desarticula el movimiento obrero y comienza el avance del fascismo a nivel internacional. Aceleradamente comienza la reorganización de los sindicatos y el movimiento obrero en medio de un agresivo proceso de disolución de los sindicatos, los comunistas y al movimiento revolucionario impuesto por el gobierno Mendieta-Caffery-Batista.

Entre febrero y octubre de 1935 el Partido celebra dos plenos de su comité central. En ellos se plantea que la lucha fundamental no es sólo contra los políticos corruptos del país, sino contra el enemigo principal de la clase obrera: el imperialismo norteamericano. Para poder llevar esa lucha a feliz término, que el poder sea tomado por la clase trabajadora, era necesaria la unidad de todos aquellos interesados en la lucha por la instauración de un régimen civil democrático para la conquista de la independencia nacional. Es cierto que la formación de los Soviets había fracasado, pero quedado la semilla y, sobre todo, la experiencia de lo que se puede y se debe hacer para lograr la verdadera independencia económica y política de Cuba.

Además de la atención a las oficinas del Partido, Dulce María continuaba con su trabajo dentro del movimiento obrero. En Cárdenas, junto a Eladio de Marcos, participa en la huelga de la refinería Arrechabala en 1936. Al crearse el Comité Pro lucha de la Guerra Republicana, en apoyo a la Republica Española agredida por el nazi fascismo, que presidía Rosa Pastora Lecrert y Ramón Nicolau, participa en la recogida de ropa, alimentos y dinero. Se vinculó estrechamente a ellos y ayuda a cuidar compañeros que regresaron heridos de España y había que mantenerlos escondidos.

Trabaja en la creación y fundación de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas, que tiene su antecedente en el movimiento feminista cubano de principios del siglo XX. Es que al estar dentro del trabajo sindical, le era fácil movilizar las mujeres para integrarlas a una organización más amplia y con fines más abiertos que los que planteaba el movimiento feminista. Pepilla Vidaurreta, Charito Guillaume, Rosa Pastora Lecrerc y Vicentina Antuña, entre otras, fueron las organizadoras del Primer Congreso Nacional Femenino que en 1939 se celebró en los salones del Centro de Dependientes en La Habana. Desde entonces y hasta el final de su vida, Dulce María trabajó en pro de la mujer. Fue fundadora de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas y de la Federación de Mujeres Cubanas, creada el 23 de agosto de 1960.

Volviendo la vista atrás. En el X Pleno del Partido celebrado en julio de 1938 se hizo una evaluación de la nueva situación político-económica del país a raíz de los cambios ocurridos por medidas adoptadas y puestas en práctica por Batista, entre ellas, la legalización del Partido el 13 de septiembre de 1938, que facilitó la reconstrucción del movimiento sindical que culminó en la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) en enero de 1939 bajo la dirección de Lázaro Peña, y su reconocimiento jurídico gracias a las crecientes luchas de la clase obrera; la celebración de la Asamblea Constituyente que proclamó la Constitución Libre y Soberana, en 1940; la decisión de Batista de abandonar el plan Trienal, y la celebración de elecciones generales en 1940.

Esas demandas, por las cuales habían estado luchando los comunistas bajo las férreas persecuciones, le dio a éstos la oportunidad de acceder al interior del sistema político y desde él, luchar por la conquista de un conjunto de medidas de beneficio popular, en un momento no propicio para la realización de una revolución que transformara el sistema. Eso les permitió a los comunistas trabajar más profundamente en la preparación de una conciencia de clase entre los obreros, campesinos y pueblo en general y en la teoría marxista del comunismo como la verdadera opción para aprender la esencia del capitalismo y la necesidad de la revolución para sustituir todo el régimen de explotación a que eran sometidas las masas populares y trabajadoras de Cuba.

En aquellos años, Dulce María vivía en Arroyo Apolo, hoy perteneciente al municipio habanero de 10 de Octubre. Allí, junto a Nila Ortega y Vicente García Carvajal, desarrollaría un intenso trabajo en las campañas electorales. Tanto dentro del Partido, como dentro de la Federación Democrática de Mujeres Cubanas, estaba sumergida de lleno en la lucha contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, recogiendo firmas para la paz, organizando y participando en mítines y actos públicos.

Gracias a la fundación de la CTC y a los miembros del Partido electos como representantes y senadores del Congreso de la República, fue posible desarrollar una política de defensa de los sectores más populares, hasta entonces inédita en Cuba; la aprobación de un conjunto de leyes; luchar contra el desalojo campesino y a favor de la igualdad de la mujer ante el empleo y el salario, la autonomía universitaria, la defensa de los intereses de la escuela pública cubana, entre otros logros que beneficiaron a los sectores más necesitados en todo el país.

Al cumplirse el aniversario 50 de su ingreso en la Universidad de La Habana, Fidel Castro señaló en su discurso que “todas las huelgas, las batallas fundamentales que se libraron en aquel período por el salario, por la mejoría de las condiciones de vida de la población las llevó a cabo, realmente el Partido Comunista y los dirigentes obreros comunistas con una gran lealtad, con una entrega total".

A través del Frente Nacional Antifascista y sus organismos territoriales y el apoyo irrestricto de la CTC, se desarrolló una amplia labor divulgativa, solidaria y de ayuda material a los luchadores antifascistas. Se hizo un llamamiento a los obreros a través de la CTC y el Partido, para evitar las huelgas, a la vez que se le exigía a Batista el cumplimiento de la plataforma de gobierno. Figuras de la talla de Emilio Roig, de Leuchsenring, Fernando Ortiz, Salvador García Agüero, Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez y Blas Roca, entre otros, pudieron refutar las posiciones reaccionarias de la historiografía burguesa, defensora de los intereses imperialistas, de deformar el surgimiento de la nacionalidad cubana, para ajustar los hechos a sus intereses neocoloniales.

En 1946, el gobierno de Estados Unidos estableció la política de Guerra Fría y se lanzó a la conquista de su posición como gendarme mundial. Esa política terminó abruptamente con el coqueteo del gobierno de Grau con los comunistas. Se ilegaliza la CTC y Eusebio Mujal es designado para dirigirla. A esta 'nueva' organización obrera se le denominó popularmente CTK (por K-listo kilowatts). El Partido llama a todos sus militantes reforzar la política de unidad de las masas y reconstruir la unidad quebrantada por los mujalistas, que permitiera una unidad nacional, atrayendo a los sectores patrióticos y antiimperialistas para luchar por la verdadera liberación nacional.

Cuando los comunistas estaban inmersos en esa orientación del partido, se produce el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, cerrándose todas las puertas para una solución democrática burguesa a los candentes problemas de la sociedad cubana. En el artículo titulado Sobre la crisis política actual, publicado en la revista Fundamentos en noviembre de 1951, Blas Roca, secretario general del Partido Socialista Popular, apuntaba:

“La sucesión de golpes de Estado y de sangrientas revueltas, el reforzamiento de las viejas tiranías centroamericanas, la promoción de gobiernos de factura militar, reaccionarios y tiránicos y la progresiva restricción de las libertades públicas, y de todos los derechos democráticos en la Isla, son cosa que no ocurren por casualidad ni representan, tampoco, el resultado natural del desarrollo político interno de los países afectados. Esto es, ante todo el resultado de los manejos de los imperialistas yanquis, de su política de guerra y agresión, de sus esfuerzos por aplastar el movimiento obrero popular antiimperialista y democrático de nuestros países. Esta orientación es la que explica quizás las recientes manifestaciones de ciertos círculos imperialistas con respecto a la posibilidad de un golpe de Estado en Cuba”.

De esta manera, ya a fines de 1951 se alertaba de la proximidad del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. La reacción popular fue unánime: el pueblo repudió el golpe, no sólo por inconstitucional, sino también porque de un manotazo le quitaba a los comunistas la posibilidad de victoria sobre Prío y su camarilla, en las elecciones que se celebrarían el 1 de junio de 1952. El Partido es ilegalizado, asaltado el periódico HOY y rotas sus máquinas: la rotativa la destruyeron a mandarriazos.

El 26 de julio de 1953, Fidel Castro y un grupo de sus hombres atacan el Cuartel Moncada y el Cuartel de Bayamo, lo que desata la persecución contra los comunistas, en particular contra Blas, el esposo de Dulce María. En esos años vivimos en Estrada Palma 107, Santos Suárez, pero después de la huelga del 9 de abril de 1958, se volvieron más frecuentes las visitas del BRAC, del SIM y del Buró de Investigaciones, y lo mismo buscaban la Carta Semanal, que el Magazine Mella, que la imprenta donde se imprimía la literatura revolucionaria.

Dulce María y sus dos hijos mayores estuvieron detenidos en el SIM, el BRAC y el Buró de Investigaciones. Ella también presa en dos ocasiones en la Décimosegunda Estación de Policía, en la Décima Estación y con Carratalá en la Estación del Cerro. A pesar de las constantes visitas de estos personajes indeseables, la casa de Estrada Palma fue utilizada para celebrar reuniones de la Juventud Socialista. Entre los que allí se reunieron estuvieron Julio Antonio Cendán, Oscar Fernández Padilla, Jorge Risquet Valdés, Fabián Escalante y Fulgencio Oroz.

Hasta el 1 de enero de 1959 la vida de Dulce María y de sus hijos fue muy activa, sin contar la militancia en la Juventud Socialista de sus hijos mayores, todos estuvieron sirviendo al Partido y sus orientaciones. Se vendían la Carta Semanal y el Magazine Mella; distribuían la propaganda que les dejaban; participaron en manifestaciones, como la celebración del 1 de Mayo en el Estadio Universitario en apoyo a la huelga del 9 de abril; recogieron armas, balas, ropa, frazadas, comida para mandar a los rebeldes en la Sierra Maestras y Las Villas, así como dinero para sufragar los gastos de los militantes alzados del Partido y de la Juventud.

El día que triunfó la Revolución, el 1 de enero de 1959, Dulce María se fue con la mamá de Fabián Escalante, a buscar a Fabián que estaba preso en el Buró de Investigaciones y a los demás que fuéramos encontrando, no sólo en el Buró, sino también en el BRAC, SIM. Las dos lograron aglutinar un grupo de mujeres que estaban en la misma situación que la mamá de Fabián y estuvimos revisando lugares en busca de los demás compañeros que pudieran sacarse de las garras de los sicarios que aún quedaban en las estaciones de policía o en los cuarteles.

Es fundadora de los CDR y de la FMC, entonces vivía en Figueroa 664 entre Freyre de Andrade y Espadero, Reparto Sevillano. Participa en la fundación de la escuela Flores de la Vida y en las movilizaciones para la vacunación anti polio, entre otras muchas actividades. Viaja con Blas Roca a China, en la primera delegación cubana que va a ese país y de allí hacen un recorrido bastante amplio por la URSS y otros países socialistas de Europa. Junto a su esposo Blas viajó por diversas naciones formando parte de delegaciones oficiales..

Del Reparto Sevillano se mudan para la Calle 36 No. 92 esquina 41, Nuevo Vedado, vivienda donde hoy radica una escuela secundaria, y dentro de la FMC y los CDR, ocupó los siguientes cargos: Secretaria de Bloque de la FMC; Ideológica de Delegación de la FMC; Presidenta del CDR 4 Sergio Pérez, Nuevo Vedado; Ideológica de la Zona 8 de los CDR Plaza de la Revolución; Ideológica de la Zona 52 de los CDR Plaza de La Revolución e Ideológica de la Zona 54 de los CDR Plaza de la Revolución.

En 1973 le entregan el carné del Partido Comunista de Cuba, ocupando el cargo de Ideológica cuando militaba en el núcleo Zonal de Plaza de la Revolución. Participa como delegada al Primer y Segundo Congreso del PCC. Fue delegada al Primer Congreso de los CDR e invitada al Segundo Congreso de los CDR. Asistió al III Congreso de la FMC. Durante 5 años fue Presidenta del Consejo de Escuela de la Escuela Primaria Mártires del Segundo Frente Oriental Frank País, Nuevo Vedado, por su condición de Abuela Destacada.

En las primeras elecciones del Poder Popular fue candidata a delegada por la Circunscripción 52. En 1973 fue condecorada con la medalla conmemorativa XX Aniversario de la Revolución. En 1981 recibe la distinción 28 de Septiembre. Ese mismo año, el Sindicato Nacional Tabacalero le entregó el carné de Activista de Historia del Movimiento Sindical, en la Fábrica de Tabacos Briones Montoto. En 1987, en un acto solemne celebrado en el Estadio Universitario le fue entregada la Medalla de la Lucha Clandestina.

Al crearse la Asociación de Combatientes, aceptaron los avales que presentó y le otorgaron la condición de miembro de la Asociación. Después de 1959 se incorporó a las Milicias Nacionales Revolucionarias, donde fue Sargento.

En 1990 sufre un paro cardíaco y respiratorio y decide irse a vivir con su hija Lydia. Poco a poco se va agravando la movilidad en el lado izquierdo del cuerpo, debido a un infarto cerebral sufrido en 1987. A partir de ese año, se ve imposibilidad de continuar en sus actividades en los CDR, FMC, PCC y Milicias.

Lydia Roca, sobre su madre y su familia

Dulce María Antúnez Aragón nació en Sancti Spíritus el día 12 de septiembre de 1908, aunque en la inscripción aparece como el 21 de septiembre, que fue el día que la inscribieron. La finca donde vivían, en Tuinicú, pueblo cercano a la ciudad de Sancti Spiritus, se llamaba Sebastopol y se perdió tras la muerte de mi abuelo materno.

Mi padre se casó en 1940, pues tuvo que esperar a que mi papá legalizara su situación de acuerdo a la Constitución aprobada ese año. Él toda su vida fue Secretario General del Partido Socialista Popular y era conocido por el nombre de Blas Roca Calderío, pero su verdadero nombre era Francisco Antúnez Aragón. Mi abuelos abuelos paternos fueron Francisco Antúnez y Josefa Calderío y al igual que mi padre, los dos eran oriundos de Manzanillo. Mis padres tuvieron cuatro hijos, por este orden: Lydia, Francisco Luis, Vladimiro y Joaquín.

A pesar de todos estos altibajos, particularmente por haber tenido que vivir la mayor parte del tiempo en la clandestinidad, vigilados y perseguidos, a mis hermanos y a mí nos criaron “como Dios manda”, según decían mis abuelas Francisca y Josefa. Nos enseñaron a ser justos, honrados, veraces, pero, además teníamos el ejemplo en la casa y no era fácil hacer cosas que no debíamos hacer, pues los dos estaban atentos a nuestras conductas.

Nos trasmitieron el valor de la paz, de la amistad, del compañerismo. Nos leyeron a Martí, Maceo, Máximo Gómez y Félix Varela, el sacerdote que revolucionó la enseñanza en Cuba. De primera mano conocimos la vida de Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena. Y aprendimos a ser fieles a los principios que profesaban nuestros padres. Con estos principios vivió Dulce María hasta el final de sus días.

Mi madre murió a los 86 años, el 25 de abril de 1995, en La Habana.

Lázaro Yuri Valle Roca
La Habana, 30 de junio de 2016.

Foto: Dulce Antúnez a la entrada de la casa donde nacieron ella y sus hermanos, en Tuinucú, Sancti Spiritus. La finca, nombrada Sebastopol, y la casa familiar eran propiedad de sus padres Luis Antúnez y Francisca Aragón.

Ver más fotos en el blog Yuri el contestón.

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