Google
 

lunes, 7 de abril de 2014

Desempolvando archivos (III): Turismo imposible

)

Cuando en 1985 el gobierno cubano decidió apostar por el desarrollo del turismo, tropezó con una piedra: el jineterismo. La iniciativa marginal de buscarse la vida en el entorno turístico en veinte años se convirtió en un fenómeno social.

El reinado de los jineteros duró poco: en menos de una década fueron destronados por mujeres. Las jineteras se percataron del filón propiciado por turistas ávidos de sexo, se quitaron los delantales y se fueron a "hacer el pan" (ganarse el sustento).

Algunos de los precursores del jineterismo se transformaron en proxenetas o se "especializaron" como vendedores de cajas de tabaco y obras de arte. Otros prefirieron crear una red de "relaciones públicas" integrada por particulares que alquilaban habitaciones en sus domicilios, hacían viajes en sus autos y reservaban mesas en "paladares" (pequeños restaurantes privados).

Los más avezados extendieron sus dominios a porteros, maleteros, cajeros, dependientes, choferes y taxistas estatales. El jineterismo, improvisado y ocasional, comenzó en la ciudad de La Habana en los 80 y diez años después ya se había extendido a todo el país y convertido en un medio de vida para miles de mujeres y hombres de todas las razas, edades y preferencias sexuales.

El jineterismo, un concepto más amplio que la prostitución, ha contribuido a fortalecer ese monstruo de siete cabezas que es la economía subterránea cubana. En 2005 se calculaba que en el sector turístico laboraban unas 200 mil personas.

Buena parte de su empleomanía está formada por maestros, médicos, abogados, ingenieros y otros profesionales que dejaron sus malremunerados puestos de trabajo en busca de la "gallina de los huevos de oro" del turismo. Han emigrado a un sector que no era el suyo en busca de las imprescindibles divisas para sobrevivir.

La situación de extrema escasez vivida por los cubanos ha llevado a delinquir a padres de familia y también a sus hijos, quienes prefieren dejar los estudios y ganarse en la cama los 'fulas' difíciles de encontrar en otro sitio, a no ser que se tengan parientes en el exterior.

No se le pueden pedir peras al olmo. Si la mujer de la limpieza en un hotel no tiene jabón en su casa, sin el menor remordimiento se lo llevará de los baños. Igual hará el cocinero o un camarero: buscarán la manera de llevarse un poco de comida sobrante.

Ellos no se sienten culpables cuando entre sus pertenencias, envuelto en un nailon, se llevan un muslo de pollo o un pedazo de queso. No lo dicen, pero lo piensan: la culpa la tiene el gobierno, pues ha sido incapaz de garantizarle a la población no ya una vivienda y una muda de ropa decentes, sino algo mucho más sencillo y vital: un desayuno y dos comidas calientes diarias (desde marzo de 1962, los cubanos padecen el sistema de racionamiento de alimentos más duradero del mundo).

A diferencia de otros puestos laborales en otras ramas de la economía, en el turismo un empleado es un verdadero "privilegiado": puede obtener moneda dura, conseguir articulos de primera necesidad, pedirle cosas a los turistas y hasta encontrar pareja.

Tania Quintero
Lucerna, 28 de febrero de 2005
Video: La jinetera es una de las canciones más conocidas del compositor cubanoamericano Willy Chirino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario