Google
 

lunes, 17 de marzo de 2014

La obra de las arquitectas cubanas (I)



El siguiente trabajo que no pretende ser la palabra definitiva sobre el tema, aborda la presencia femenina en el panorama arquitectónico nacional en el período comprendido entre los años 40 hasta fines de los 50, fundamentalmente en la obra de las que trabajaron en La Habana: la mayoría de las arquitectas inscritas en el Registro del Colegio Nacional eran habaneras.

En el Álbum de Cuba, en la revista Arquitectura, y en páginas puntuales del Diario de la Marina, donde sobre todo se divulgaba la arquitectura hecha en la capital, aparecían obras hechas por mujeres. Excepcionalmente en la revista Arquitectura, se encontraban obras de otras provincias, como las residencias de Isabel Fonseca Menéndez en Matanzas y de Ermina Luisa Odoardo Jahkel en los alrededores de Santiago de Cuba (1958).

En esas publicaciones se destacaba la modernidad y funcionalidad de dichas obras, su adecuación a las condiciones climáticas, aspectos que formaban parte de las discusiones de una época en las que se conformó una arquitectura cubana con códigos modernos. En este sentido, la obra de las mujeres arquitectas al igual que la de los hombres, se insertaron en ese espíritu de búsqueda de una época en la cual se fue cuajando una arquitectura de vanguardia, que tomaba de lo universal y lo insertaba en lo válido de la tradición nacional.

Al respecto en 2007, se publicó un trabajo sobre Concepción Bancells, la primera mujer que hizo estudios de arquitectura en la Universidad de La Habana. Y en 2008 uno sobre las arquitectas que trabajaron en Santiago de Cuba, ambos hechos por la arquitecta santiaguera Marta E. Lora. En el evento internacional Legado y Diversidad. Arquitectura y Urbanismo, La Habana, 23 al 27 de noviembre de 2009, presenté la ponencia "Arquitectas de la República," una aproximación inicial al tema, donde se reflejaba el quehacer de arquitectas de La Habana y del interior.

El objetivo de este trabajo es precisar el quehacer de mujeres arquitectas que trabajaron fundamentalmente en la capital a partir de los años 40 y hasta finales de los 50 del siglo XX, y su contribución a una arquitectura cubana con códigos modernos. Las fuentes documentales principales empleadas fueron publicaciones periódicas especializadas en arquitectura y urbanismo entre 1899 y 1960, así como secciones especializadas del Diario de la Marina, directorios profesionales, expedientes docentes y administrativos, consultados en el Archivo Central de la Universidad de La Habana, libros y otros materiales sobre arquitectura y urbanismo republicanos.

La importancia de esta investigación radica en identificar obras arquitectónicas modernas diseñadas por mujeres. Y con ello legitimar una labor muy poco conocida y escasamente reflejada en los estudios realizados sobre la arquitectura y el urbanismo durante la República, posterior a 1959 y hasta la actualidad. Debe señalarse que no es posible tratar todas las arquitectas porque el límite de cuartillas de la publicación no lo permite.

Durante la Colonia no hubo en Cuba estudios superiores de ingeniería ni de arquitectura. Los jóvenes cubanos que deseaban hacerlos, debían ir a Europa o Estados Unidos. Para ser arquitecto existía, además, la posibilidad de obtener el título de maestro de obras en la Escuela Profesional de La Habana y después continuar estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1845, el Liceo de La Habana inauguró una Cátedra de Arquitectura atendida por profesores graduados en Madrid. Los alumnos, todos varones, una vez vencidos los dos primeros cursos, se sometían a un examen de selección para aspirar a becas ofrecidas por sus respectivos Ayuntamientos para continuar estudios de arquitectura en España.

No es hasta 1906 que encontramos en Cuba a una mujer vinculada con la arquitectura. Ocurrió cuando la Sección de Construcciones Civiles de Obras Públicas, en la provincia de Camagüey, nombró a una delineante, hecho reflejado con beneplácito por la Revista de Construcciones y Agrimensura.

Por la Orden Militar No. 179 del 28 de abril de 1900, firmada por el gobernador militar del Gobierno Interventor Norteamericano, se creó la Escuela de Ingenieros Civiles, Mecánicos, Electricistas, Químicos y Arquitectos de la Universidad de La Habana, pero hasta el curso 1922-1923 no ingresó ninguna mujer para estudiar arquitectura.

En los años 30 la matrícula femenina comenzó a crecer y en 1952 había 130 alumnas en la Escuela de Arquitectura, la cifra más alta de toda la República. Fue el reflejo de una serie de conquistas democráticas de la mujer, como la incorporación al trabajo, el divorcio y el derecho al voto.

En los años 40 del siglo XX comenzó un quehacer constructivo individual de excelente factura, imbricado dentro de la búsqueda, sobre todo de arquitectos jóvenes, de una arquitectura nacional que fusionara un lenguaje de códigos modernos con elementos y espacios funcionales de la arquitectura colonial.

Las ideas de lo que debía ser la arquitectura nacional así como el quehacer que resultaba de todo ese proceso, se recogió en su momento en la revista Arquitectura, a través de fotos de las obras y comentarios críticos, y en Álbum de Cuba, dirigido por el arquitecto Emilio de Soto, que recogió lo mejor de la arquitectura cubana de todos los tiempos.

No obstante, la labor de las arquitectas no se reflejó en los dos estudios hechos por Joaquín Weiss durante la República, ni en los diferentes estudios realizados en la segunda mitad del siglo XX por Roberto Segre e Eliana Cárdenas, ni en los estudios publicados por el arquitecto Segre en este siglo. En estos estudios, solo se hace referencia a la obra de arquitectas que formaban parte de importantes firmas constructoras, como fueron Gabriela Menéndez García, de la firma Arroyo-Menéndez, y Margarita del Pozo Seiglie, de la firma Lanz-Pozo.

La carencia de informaciones se convirtió en una fuerte motivación para investigar acerca de la presencia femenina en el quehacer constructivo cubano, fundamentalmente habanero, en el período señalado, fenómeno que se fue haciendo más importante a medida que avanzaba el siglo XX.

A partir de la información aportada por las publicaciones periódicas, los directorios y otras fuentes se hizo un inventario de las arquitectas colegiadas en las diferentes provincias que arrojó lo siguiente:

El aumento del número de arquitectas en el país, aún cuando el peso estaba en la capital, nos indica no solo una desigualdad en el desarrollo entre la capital y el resto de la República, sino la presencia de una nueva mentalidad en la sociedad, donde la mujer se abría campo en un terreno que históricamente estuvo dominado por los hombres.

A partir de la relación de arquitectas, se precisó la obra arquitectónica y urbanística de cada cual, así como la labor en cargos directivos en los Colegios de Arquitectos y el Ministerio de Obras Públicas, y se hizo una selección de aquéllas con obras importantes o un desempeño en estas instituciones.

En una segunda etapa se buscaron datos personales de cada una, a partir de la consulta de sus expedientes académicos o administrativos en el Archivo Central de la Universidad de La Habana, los que aportaron datos fidedignos sobre fechas y lugar de nacimiento, origen social, desempeño como estudiantes y docentes, además de sus vínculos familiares con otros profesionales de la construcción.

Florencia Peñate Díaz
Profesora de la Facultad de Arquitectura, CUJAE, y de la Cátedra Regional UNESCO de Ciencias de la Conservación de los Bienes Culturales para América Latina y el Caribe. Dirige el proyecto Diccionario de Arquitectos Cubanos. Secretaria del Consejo de Redacción de la revista Arquitectura y Urbanismo. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
Publicado en Arquitectura y Urbanismo en septiembre-diciembre de 2012 con el título "La obra de las arquitectas cubanas de la República entre los años 40 y fines de los 50 del siglo XX".
Foto: Residencia construida en 1958 en los alrededores de Santiago de Cuba, por los arquitectos Ermina Luisa Odoardo Jahkel y Ricardo Equilior Perea.

1 comentario:

  1. esa son las casa de los cubano que pusieron a los castro
    y se fueron como dice zoe


    tania por s u cabellara blanca usted vivio cuando cuba
    era democratica
    usted esta recordanda a es cuba cuanto todo los cubano
    era felice -------------------------------------------------------------------------------------------------

    por que usted se entrogo a la robo--ilucion

    ResponderEliminar