La palabra Guanabacoa es de origen taíno y significa “sitio de aguas” o “lugar de las aguas”, debido a los muchos manantiales existentes en una localidad que descansa sobre una colina no muy alta bordeada por ríos. Originalmente, la zona donde se fundó Guanabacoa era habitada por nativos de la cultura taína. No se han encontrado datos concretos que indiquen si era un pueblo taíno o si era una población dispersa, aunque algunas fuentes indican que era un cacicazgo diferente al de Habaguanex, donde se fundó La Habana.
Ya en 1525, al Gobernador de la Isla se le encomendó reunir a los nativos en la zona de Guanabacoa, pero no fue hasta 1555 que por una orden del Cabildo de San Cristóbal de La Habana del 12 de junio de 1554, no se efectuó esta encomienda. La rehabilitación de los taínos comenzó bajo el cuidado de Hernán Manrique de Rojas, nombrado Protector de los indios, y que sería quien les distribuiría las parcelas que por Real Cédula de 1743 formarían la Villa de la Asunción de Guanabacoa, con derecho a exhibir su escudo.
Ya a principios del siglo XVII, en Guanabacoa vivían españoles procedentes de Islas Canarias, y también negros libres habaneros. En 1607 se estableció el Ayuntamiento, se edificaron otras iglesias y en 1644 se inauguró el cementerio de Potosí.
Los guanabacoenses se destacaron en las guerras. Primero contra los invasores ingleses y a partir de 1823, por la libertad de Cuba. Gran importancia tuvo la fundación del Liceo Artístico y Literario, que sirvió tanto para apreciar las artes como para unir a los cubanos en sus actos por la independencia. Entre los recitaron sus obras o expusieron sus discursos estuvieron José Martí, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Luisa Pérez de Zambrana, Mercedes Matamoros, Juan Clemente Zenea y Rafael María de Mendive, entre otros.
Pero fue durante la Toma de La Habana por los Ingleses, en 1762, cuando Guanabacoa demostró sus auténticos colores. Tan pronto se detectaron las intenciones de los invasores, sin vacilar fueron las milicias guanabacoenses a hacer acto de presencia en los fuertes de Cojímar y Bacuranao: muchos de los heroicos defensores estaban totalmente desarmados.
Frente a los dos mil hombres que se movilizaron desde Guanabacoa iba el Alcalde Mayor Provincial, don José Antonio Gómez, o como se le conocía mejor en la Villa y por el nombre que la historia lo recordaría, Pepe Antonio. Pocas horas después eran reforzados por batallones enviados desde La Habana, Santa María del Rosario y San Miguel del Padrón. Dos intentos de desembarco fueron rechazados pero la flota tenía poderosos cañones y las filas en tierra sufrieron serias bajas.
El 8 de junio de 1762 los ingleses lograron pisar tierra. Pepe Antonio continuó al frente de sus hombres, luchando contra los invasores. Aunque éstos ya habían tomado La Habana, Pepe Antonio organizó una guerra de guerrillas contra los ingleses, quienes habían cometido todo tipo de barbaridades a su paso por la Villa de Guanabacoa.
El invicto héroe falleció el 9 de mayo de 1763 de una enfermedad que le produjo serios dolores y fiebres mientras acampaba en el ingenio de don Diego Aldana, en plena lucha contra los ingleses. Fue muy destacado, y también envidiado, el comportamiento del grupo dirigido por Pepe Antonio. Aún hoy, cuando se menciona el nombre de Guanabacoa es muy usual oír a alguien resaltar: “La Villa de Pepe Antonio”.
Otro memorable personaje fue el indio Jusepe Bichat, que vivió para adorar su imagen de Jesús Nazareno. La Loma del Indio o Loma de la Cruz en Guanabacoa se relaciona con este indio. Según una versión, fue Bichat quien puso la cruz original sobre la loma, donde él vivía. Años después, un mal tiempo dañó la cruz, reemplazada en 1786 por Fray Manuel de Soto.
El legado de Bichat es mucho más que el nombre de una loma, es la imagen de un Jesús Nazareno que no se sabe cómo llegó a él. Y la confirmación de la fe del indio cubano que pobló las tierras guanabacoenses.
Con datos tomados de El Güije.
Foto: Tomada de El indio Bichat.
Maravilloso e historico relat de nuestra querida Villa de Pepe Antonio.Guanabacoa
ResponderEliminarLa loma de la cruz fue uno de mis primeros recuerdos de niño, ya que la veía desde la ventana de mi cuarto en guanabacoa.
ResponderEliminarTambién creci jugando en ella durante mi juventud.
La loma de la cruz fue uno de mis primeros recuerdos de niño, ya que la veía desde la ventana de mi cuarto en guanabacoa.
ResponderEliminarTambién creci jugando en ella durante mi juventud.