Por David Stenhouse
Forzado de pequeño a trabajar en una fábrica de betún para calzado por la irresponsabilidad de su padre, se procuró educación autodidacta y llegó a convertirse en el escritor más exitoso de su tiempo. Y en uno de los hombres más ricos por esfuerzo propio de la Inglaterra victoriana.
Ahora, 200 años después de su nacimiento, Dickens sigue haciendo dinero. En una investigación exclusiva de la BBC, la consultoría Interbrand le calculó un valor a Dickens como marca.
El creador de Oliver Twist, Fagin, Scrooge y muchos otros personajes memorables genera unos 444 millones de dólares anuales a la economía del Reino Unido.
Como escritor, Dickens siempre estuvo interesado en el dinero. Oliver Twist, su personaje huérfano y el protagonista de una de las primeras novelas sociales de la historia de la literatura, reclama "más" en el taller donde trabajaba y es adoptado por el acaudalado señor Brownlow.
Otro huérfano, Pip, en Grandes Esperanzas ve su vida transformada por un benefactor misterioso, y los personajes de Casa Desolada, están inmersos en una demanda judicial interminable y costosa.
Ningún otro autor dedicó tanta atención al poder transformador de las finanzas o al conflicto que implica la pobreza. El trabajo pionero de Dickens en llevar a las letras las tribulaciones de los desposeídos fue la acción de un hombre que conocía de cerca la pobreza.
Ni siquiera cuando comenzó a acumular una enorme riqueza, el autor olvidó lo que era vivir sin recursos. Incluso Dickens libró una larga batalla en los tribunales debido a violaciones de sus derechos de autor cometidas en Estados Unidos.
El escritor dejó un legado de novelas y relatos que disfrutaron de gran popularidad y fueron éxitos de venta. Los ingresos que genera la marca Dickens no son nada despreciables.
La investigación realizada por la BBC proporcionó las cifras más precisas hasta ahora de toda la actividad económica asociada con el nombre de Charles Dickens.
La narrativa del hombre que como pocos supo describir la pobreza sigue vendiendo bien y aporta casi unos 5 millones de dólares al año por la comercialización de sus libros, tanto impresos como electrónicos.
Las adaptaciones de su obra a la televisión y el cine, como una reciente producción de la BBC de Grandes Esperanzas, generan más de 53 millones de dólares. Las adaptaciones teatrales, a su vez, producen más del equivalente a 100 millones de dólares.
El turismo también es una importante fuente de ingresos debido al interés que despiertan museos temáticos y exposiciones, en sitios relacionados con el autor tanto en Kent, como Portsmouth o Londres. Pero Dickens no es sólo evocado en las salas de seminario o los museos.
Muy apropiadamente, el escritor que describió como nadie la vitalidad y el color de la época victoriana, todavía encuentra su nombre asociado a tabernas, tiendas de curiosidades, ferias de época y fiestas navideñas.
Hay toda un industria en torno al souvenir con el tema de Dickens que produce desde paños de cocina hasta tazas de café y camisetas. Una línea de la destilería Mauldons elabora cervezas con la temática de Charles Dickens.
Con sus novelas Dickens creó una maquinaria generadora de dinero que difícilmente dejará de producir millones, incluso a doscientos años de su nacimiento. Hoy el hombre que conoció la pobreza sigue generando más millones que los soñados por el avaro Ebenezer Scrooge.
BBC, 7 de febrero de 2012
Foto: Getty Images
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