Por Tania Quintero
Cuando hace cinco años estuve en Solothurn, uno de los 26 cantones de la Confederación Helvética, lo que más me llamó la atención fueron las murallas.
Al igual que La Habana siglos atrás, en Solothurn tuvieron que amurallar la ciudad para defenderse de invasiones foráneas.
La vegetación ha contribuido a hacer más atractivas las antiguas murallas.
Las calles empedradas recuerdan las de la Habana Vieja. Sin las bicicletas, claro.
Las murallas de Solothurn, como las de La Habana, forman parte del paisaje y la arquitectura urbana.
Fotos: Flickr
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