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lunes, 9 de agosto de 2010

Salir de noche en La Habana

Discoteca del Meliá Cohiba por progresivo.
Por Iván García
Ernesto Ramos, 17 años, estudiante de bachillerato, sueña con ser un arquitecto famoso, como Santiago Calatrava, Norman Foster o Jean Nouvel. Igual que otros de su edad, se aburre un mundo los fines de semanas.
Cuando sus padres pueden -son pocas las veces- le dan 5 pesos cubanos convertibles o cuc (equivalente a 120 pesos, la mitad del salario mínimo en la isla), para que vaya con su novia a alguna discoteca barata. Allí bailan desenfrenadamente y toman tal cantidad de refrescos que llegan a casa con el estómago inflado como un globo.
Ésas son salidas excepcionales. La mayor parte de las ocasiones, Ernesto se tiene que conformar con ir al cine o al viejo estadio del Cerro, a ver el desempeño de Industriales, su equipo de béisbol, y comerse dos desabridos panes con croquetas. Otra opción es mirar televisión o hablar banalidades en la esquina del barrio.
-Charlamos y fantaseamos sobre lo que no conocemos. Intentamos peinarnos el cabello como Cristiano Ronaldo y suspiramos con cierta envidia cuando el vecino nos cuenta sus hazañas amorosas, porque tiene un auto Lada y suficiente moneda dura para ir a la discoteca del hotel Meliá Cohiba.
Los muchachos que sólo estudian y son mantenidos por sus padres, como es el caso de Ernesto, tienen escasas opciones de salir de noche los fines de semana. El resto de la semana se queman las pestañas en sus aulas de bachillerato o de la universidad, para intentar convertirse en profesionales de calibre.
La carísima Habana nocturna está vedada para esa clase de adolescentes y jóvenes. Una disco de moda suele costar entre 10 y 20 cuc. Si por alguna casualidad, quieren ver una presentación en vivo de algunos de sus ídolos, como la orquesta Van Van o los cantantes de hip-hop Alexander o Baby Lores, entonces la entrada se eleva hasta 30 cuc.
No hablemos ya de tomarse un par de cervezas o un cubalibre. Ni que al salir del centro nocturno en plena madrugada, regresar en taxi a la casa bien te puede costar 10 cuc. Las jóvenes parejas de novios, futuros ejecutivos, son los que menos oportunidades tienen a la hora de divertirse, excepto aquéllos con padres boyantes. Que son los menos.
Para pasar una noche de música salsa alucinante y tomarse unos tragos en La Habana del siglo 21, hay que disponer de no menos de 50 cuc, que al cambio actual equivalen a mil 200 pesos, el salario de dos meses de trabajo de un ingeniero o un abogado.
Pese a las limitaciones, Ernesto Ramos sigue soñando con ser un arquitecto de renombre, visitar París y Berlín, y conocer el estadio Santiago Bernabéu, en el madrileño distrito de Chamartín. Mientras se cumplen sus sueños, tendrá que conformarse con seguir tomando refrescos y bailar una pieza tras otra con su novia en una discoteca barata. En el mejor de los casos.
Foto: progresivo, Flickr. Discoteca del hotel Meliá Cohiba, en La Habana.

2 comentarios:

  1. Cuanta verdad nos cuentas Ivan en sus artículos, por eso, por decir la verdad, hoy día 9 de agosto los esbirros Castristas lo tienen citado para intentar acallarle por medio del terror, en la Cuba socialista de hoy contar la verdad es delito, no sumarse al mono dialogo propuesto por el régimen implica convertirte en un apartado social.

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  2. Foto en tamaño original:
    http://www.flickr.com/photos/progresivo/2794279433/

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