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domingo, 8 de agosto de 2010

Historia del Trío Matamoros (VIII y final)

Por Walter G. Magaña
La producción musical de Miguel Matamoros, que sobrepasa los doscientos títulos, incluye piezas de la más fina orfebrería musical antillana. Fue un trovador de ideas frescas, ritmo elocuente y buen gusto que sabía ponerle humor a sus composiciones. En el índice de sus creaciones, que incluyen sones, boleros, guarachas y otros géneros del amplio repertorio del cancionero popular cubano, muestra concepciones del más puro sabor de su provincia oriental. Obras que por su alta calidad melódica y rítmica, permanecen vigentes y aparecen refrescadas en nuevas versiones. Así lo expresan composiciones como: “Lágrimas Negras”, “Mamá, Son De La Loma”, “El Que Siembra Su Maíz”, “Santiaguera” y muchas más.
El ingenio creador de Miguel Matamoros es destacado por los estudiosos de la música popular cubana, señalando que “la intuición natural y vigorosa, unida a la rica cultura oral y a la observación de la música popular que tenía Miguel Matamoros”, le permitió sintetizar creativamente acentuaciones y ritmos afros adaptados con romances, y cantares antiguos hispanos, en algo que el musicólogo cubano Danilo Orozco ha llamado la “Marcha matamorina”. Las letras de sus composiciones han sido objeto de estudio de literatos, psicólogos y hoy en día siguen gozando de modernas interpretaciones, no hay músico que resista el hechizo del son de Matamoros.
Además de poseer una fina sensibilidad, Matamoros fue un individuo que vivió siempre atento a todo acontecimiento que suscitara el interés del pueblo.
Así por ejemplo, el 12 de junio de 1929 visitó Cuba un médico vasco natural de Santander (España) llamado Fernando Asuero, del que hablaba mucho la prensa entonces, debido a que este médico aseguraba haber descubierto un procedimiento para curar cierto tipo de parálisis, consistente en pinchar o tocar determinado nervio, llamado el trigémino. Lo de Asuero resultó una completa farsa, pues su procedimiento no curaba a nadie. El hecho propició que Matamoros compusiera un son que hizo época, al que tituló “El paralítico” (1930) y que es por su estructura uno de los mejores sones que en Cuba se han compuesto:
Veinte años en mi término,
me encontraba paralítico,
y me dijo un hombre místico
que me extirpara el trigémino. 
Otro factor a considerar entre los que propiciaron el gran éxito alcanzado por el Trío Matamoros, es el carácter de gran innovador que todos le conceden a Miguel, evidenciado con la creación del bolero-son, es decir que al tema lírico que viene expresado en todo bolero, romántico y nostálgico:

Aunque tú me has dejado en el abandono
aunque ya han muerto todas mis ilusiones
en vez de maldecirte con justo encono
en mis sueños te colmo, de bendiciones.
Sufro la inmensa pena de tu extravío
y siento el dolor profundo de tu partida,
y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras
tiene lágrimas negras como mi vida.

Al montuno (parte final del son) le añadió algo más alegre y hasta se ríe de la propia desgracia, haciendo del bolero un género bailable:
Tu me quieres dejar
yo no quiero sufrir
contigo me voy mi santa
aunque me cueste morir.
Por otro lado, el impacto del Trío Matamoros se apoyaba en la guitarra de Miguel, que en lugar de rasguear, como los ejecutantes de la época, la punteaba, puesto que la guitarra así tocada, canta, hace melodía, y de esa manera le enseñó Miguel a tocar a Rafael Cueto.
De esta manera el sonido era distinto al que se escuchaba en materia de dúos de guitarras y en la forma de orquestación del son, que además de las guitarras, era acompañado por una percusión menor. El sonido del son que se escuchaba era robusto, como para invitar a bailar y armónico, agradable y suave para el oyente.
A continuación se detalla el origen de algunas de las composiciones más conocidas de Miguel Matamoros en el que se aprecia su ingenio como trovador del son.
“El que siembra su maíz” (1928). Esta canción fue inspirada en un señor vendedor de pasteles que le decían (o tal vez de apellido) Mayor, que se enamoró de una muchacha muy joven y los padres no permitían ese tipo de relaciones. Entonces se dice que la llevó escondidaa las lomas y desapareció. Hay quienes decían que estaba muerto, otros que se había llevado la muchacha y por eso no regresaba, que se había escapado con la joven y estaba preso, se creó todo un misterio alrededor de este personaje, por eso se escucha en el pregón:

¡Huye! ¡Huye!
¿Dónde está Mayor?
¿Dónde está?
¡Ya no vende por las calles!
ya no pregona en la esquina,
ya no quiere trabajar.
El que siembra su maíz,
¡que se coma su pinol! 
En la parte final está el mensaje de la filosofía popular: El que siembra su maíz, que se coma su pinol: cada cual cosecha en la vida lo que siembra. Pinol era una torta de maíz tostado, molido y azucarado.
“La mujer de Antonio” (1929). En esta canción, Miguel Matamoros captó escenas del acontecer diario, donde con sutil ironía en una cuarteta, sintetiza la situación politico-social (alimento a cambio de estar callado) bajo el gobierno de Gerardo Machado:
Mala lengua tú no sigas
hablando mal de Machado,
que te ha puesto allí un mercado
que te llena la barriga.
La mujer de Antonio camina así. . .

“La bomba lacrimosa” (1928). En este son hace una burla sarcástica, cuando en el cuarteto entona:
Hoy lo que pasa en La Habana,
sólo lo sabe mi moza;
juegan los guardias con gana
con la bomba lacrimosa.

“¿Quién tiró la bomba?” (1935). En esta guaracha-son comenta la huelga de 1935 y el coronel al que hace referencia es de apellido Pedraza, encargado de disolver a los manifestantes:
Por orden del Coronel
registra la policía
¿Quién tiró la bomba, quién tiró?

“Los Carnavales de Oriente” (1928). Tema en ritmo de conga compuesta por Miguel Matamoros, aunque aparece de la autoría de Rafael Cueto, porque para los cumpleaños, en ese tiempo, se acostumbraba a regalar canciones o poemas y Miguel le dio este regalo musical a Cueto:
Tírame una bomba lacrimosa
que tengo ganas de llorar,
porque se han puesto las cosas
que no se puede comprar.

Fuentes Consultadas

- BASSI Labarrera, Rafael. Ochenta Años del Trío Matamoros. Especial para Caribania Magazine.
- DIAZ Ayala, Cristóbal. Música Cubana Del Areyto A La Nueva Trova. Tercera edición. Ediciones Universal, Miami, Florida, 1993.
- Seve Matamoros, hija de Miguel Matamoros. Entrevista.
- NASSER, Amín E. Benny Moré. Ediciones Unión. Ciudad de La Habana, Cuba. 1985.
- OROZCO, Danilo. Matamoros y El Entorno. Editorial Oriente. Santiago de Cuba 1994.
- PAGANO, César. Miguel Matamoros. 110 Años y Resuena su Son. Especial publicado el 8 de mayo de 2004 en el diario El Tiempo.
- RODRÍGUEZ D., Ezequiel. Trío Matamoros. Treinta y cinco años de música popular cubana. Premio Especial Testimonio. Concurso “Rubén Martínez Villena”. Editorial Arte y Cultura. Ciudad de La Habana, Cuba. 1985.

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