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miércoles, 18 de marzo de 2009

Hombres a la cama


Por Ariel Tapia

Cuba es un país latino de fuerte tradición machista. Sin titubeos pudiera decirse que esa característica, aunque no se ha apagado de todo, en el cubano está en crisis. Crisis provocada por otra crisis: la económica, capaz de degradar los valores más arraigados de la personalidad humana.


Entre las variedades sexuales que han cobrado auge con el Período Especial, está la de los jineteros para homosexuales extranjeros; lo que en Cuba se conoce por "bugarrones", con mucha aceptación en el mercado de la prostitución masculina: con el incremento de turistas, aumentó también la gama de preferencias sexuales con sus taras y fantasías. En la Isla a esos cubanos no se les considera homosexuales, porque simplemente, prestan un servicio que luego será retribuido.

Como los clásicos gigolós, cuidan mucho de su aspecto físico. Generalmente llevan bronceada la piel, un cuerpo atlético y su vestimenta, casi siempre deportiva, proviene de las "shoppings" más caras de la Habana. Se mueven en las trincheras fundamentales del turismo isleño: Varadero, la Habana Vieja y la barriada del Vedado, en la capital.

Para Abel, no es una vergüenza practicar el sexo con un hombre por dinero. "Para mí esos no son hombres, son mujeres que tuvieron la mala suerte de nacer con los órganos equivocados." Abel, de 21 años, tiene muchas novias porque prefiere la especie femenina. Lo que hace es como un trabajo. Al igual que sus colegas, las jineteras, tiene una entrada constante de dólares y ya es más difícil renunciar a una vida a la cual se acostumbró.

Estos seudo-homosexuales cuentan con lugares donde hospedarse para realizar su "trabajo", usualmente apartamentos particulares que alquilan un par de horas por cinco dólares. La única condición que le imponen a sus clientes es que dentro de sus servicios solo cabe hacer "el papel de hombre". Abel y sus compañeros son fácilmente identificables. Siempre andan con el último modelo de tenis Adidas o Nike, jeans Levi's y gafas Ray- Ban. Nadie se mete con ellos porque ellos son hombres, y, curiosamente, detestan a los gays. Dentro de ese mundo, son los "machos sementales". Y como tales, son rudos: en lugar de ir al ballet, van al estadio a disfrutar de un juego de pelota.

Algunos sectores de la sociedad cubana ven el fenómeno de la prostitución como una herida a la dignidad del ser humano. Javier, estudiante de 19 años, no acepta el hecho de que alguien se rebaje de esa forma. "Conozco a uno y se que no le gusta lo que hace, pero el dinero lo mueve a ir contra su preferencia sexual". Para Lázaro, en cambio, todo es cuestión de hombría. "El que se acueste con un maricón pertenece al otro bando. Al final, todos acaban convirtiendose en jebas (mujeres)".

(Publicado en Cubafreepress el 5 de octubre de 1997)

3 comentarios:

  1. Hola Tania.

    Creo que hablas de un tema que no conoces demasiado a fondo. El término bugarrones hace rato que está en desuso. Esos muchachones son Pingueros y n odian alos gays, pues están concientes de que lo son tanto comolos otros. Sólo que usan "códigos de hombría" con quienes no son de su condición como es tu caso. Estas personas hacen DE TODO. eso de papel de jeva es un cuento. Es cierto que tienen novias, pero eso es una tapadera. Al final terminan enganchado del sexo con hombres. En fin nada del otro mundo. Es su libertad de elegir.

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  2. Luis Manteiga Pousa22 de enero de 2023, 21:40

    De la prostitución masculina, básicamente homosexual, apenas se habla. Supongo que no interesará políticamente.

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