En esa foto tenía 2 años. Me la hicieron después que del Naranjito nos mudamos para el Cerro, en 1944. La batica era de color verde claro; las ovejitas, carmelitas, y amarillas las florecitas. Lo sé por la foto ampliada y coloreada en la sala de la casa. Nunca tuve mucha ropa, porque mis padres no podían comprármela y porque ellos eran de la opinión que los niños no debían tener demasiadas cosas: terminaban no valorándolas y mal acostumbrándose. Pero en mi infancia tuve baticas muy bonitas y originales, hechas por mis tías paternas Lala, Victoria y Cuca. Las tres eran costureras, pero quien se hizo modista de alta costura fue mi tía Cuca, con quien en 1958 aprendí a coser, por el método de María Teresa Bello. La meca de las costureras era la calle Muralla, en la Habana Vieja. Allí se encontraba lo necesario para coser: telas, encajes, puntas, bieses, serpentinas, botones, hilos, zippers... para todos los gustos, ocasiones y precios. Es una pena -y una vergüenza- que en algunos tramos se encuentre como se aprecia en esta foto tomada de Flickr.
En los primeros años mi mamá me hacía bucles. Después, y hasta los doce, llevé trenzas, rematadas con cintas de colores (para la escuela eran azules o blancas, acorde al uniforme). Al nacer me "abrieron las orejas" y en mi infancia nunca usé otro tipo de aretes que no fueran argollitas de oro. También desde muy niña usaba una pulsera o "identificación", con mi nombre, y una cadenita de oro, con un gatico. Ahora eso es un lujo en Cuba. Entonces era una tradición.
En mi época, tenía que ser extremadamente pobre una familia para que los padres no le pudieran comprar alguna prenda de oro a sus hijos. De oro 18k, que era -y todavía es- el kilate favorito de los cubanos. No sé si fue porque la enfermera antes de salir del hospital me "abrió las orejas" con un par de argollitas de oro 18k, lo cierto es que nunca pude usar aretes de fantasía: me hacían daño. Cuando crecí, preferí la plata al oro. A no ser argollas plateadas, nunca más usé cadenas ni pulsos. Relojes, baratos, sencillos y femeninos. En Cuba odiaba las marcas, en Suiza también. Uno nace encuero y cuando se muere, los gusanos nos van a dejar en puro hueso. Y si nos incineran, ni eso. Cabemos en una vasija similar a ésta:
Había padres que se endeudaban, por comprarle a sus hijos algo de oro, pero mi padre, muy ahorrativo y previsor, cuando mi madre quedó embarazada comenzó a guardar dinero para poderle comprar una cadenita de oro a su primer hijo, que supuso varón. Entonces no había ultrasonido y no se sabía el sexo. Al nacer hembra, la inversión fue mayor: primero las argollitas, después la "identificación" y finalmente la cadenita con el gatico. Los nacidos después de 1959 quizá no sepan que La Habana estaba llena de joyerías. Cuervo y Sobrinos era la más famosa. Todavía existe, en otros países, con la misma calidad y distinción. En este link lo pueden ver.
No había que ir hasta el centro de La Habana, donde quedaban las grandes tiendas, para comprar prendas. Además de vendedores a domicilio, por toda la ciudad había pequeñas joyerías, en su mayoría propiedad de judíos, polacos, libaneses, españoles, portugueses... Mi padre nunca acudió a una casa de empeño y evitó comprar a plazos. Prefería esperar a tener el dinero y pagar al contado. Tampoco fue amante de pedir dinero prestado y menos de juegos al azar y billetes de lotería. Decía que todo eso enviciaba. Tan fue así, que cuando en 1964, año en que nació su primera nieta, supo que le quedaba poco tiempo de vida, sin mi madre ni yo saberlo empezó a guardar dinero para que cuando falleciera pudiéramos pagar una buena funeraria, una buena caja y buenas coronas. Poco antes de caer en coma le entregó el sobre a mi madre y le dijo su última voluntad. Sin perder la serenidad y sangre fría que siempre le caracterizó. El 7 de octubre de 1966, cuando mi padre falleció, todavía uno podía escoger la funeraria. A él le gustaba la Caballero, en 23 y M, por lo céntrica, pero ya la habían desmantelado. No nos quedó más remedio que velarlo en Rivero, en Calzada y K. Todavía en esa fecha se podía comprar un féretro de caoba con anillas de bronce. Y se lo compramos. Y mandar a hacer un sudario. Y se lo hicimos. En nombre de su esposa, su hija y sus dos nietos, encargamos un adorno floral parecido a éste:
Sin darme cuenta he empezado hablando de prendas y terminado hablando de servicios fúnebres. Pero como me gusta la concepción de la vida y la muerte que tienen algunos pueblos, para despedirme he escogido una foto del Día de los Muertos, cada 1 de noviembre celebrado con mucha devoción por todos los mexicanos.
Hasta el próximo recuerdo!
Tania Quintero Antúnez
Me encantan los recuerdos que compartes con nosotros, sigo al tanto. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué linda!
ResponderEliminarYa soy adicta a estos crónicas.
-Adriana
Me ha encantado este artículo lleno de recuerdos, pero lo mejor la foto de esa niña linda! Deseo que ya esté completamente recuperada de la operación, para que siga compartiendo con nosotros todas estas bellas historias.
ResponderEliminarTania, me encanto tu articulo. Yo tambien aprendi a coser con el metodo de Maria Teresa Bello en Guanabacoa en 1956 y quisiera saber si sabes donde podria encontrar una plantilla para hacer moldes. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarMirtha
Gracias Mirtha, y aunque tardías, gracias a las personas que han dejado comentarios en este y otros posts. Mirtha, tal vez en Cuba, entre las viejas modistas, quede alguna que tenga una plantilla de María Teresa Bello. Un abrazo,
ResponderEliminarTania Quintero
me fascinan tus recuerdos... soy rodo de buenos aires, tengo 24 años y la verdad al leer un libro en el cual planteas una breve historia tuya me cambio la manera de ver las cosas,,,, T ania , te felicito por haber pasado tantas adversidades... y me pone muy feliz ke hoy en dia podamos disfrutar de estas opiniones tan libremente ... un abrazo enorme!! desde argentina para todos los periodistas independientes cubanos y uno en especial para vos!!
ResponderEliminarGracias, Rodo, es una satisfacción que un joven de un país tan lejano se sienta compenetrado con vicisitudes e historias tan distintas. Para septiembre voy a publicar Brasil en mi vida, en cinco partes, recuerdos de los muchos amigos brasileños que tuve en los años 80. También escribo para el blog que hacen mi hijo y dos periodistas independientes más desde La Habana, este es el link:
ResponderEliminarhttp://vocescubanas.com/desdelahabana Me imagino que eres estudiante, no sé si como ahora en Argentina es invierno tienen vacaciones. Te deseo mucha suerte, cuando quieras me puedes escribir a mi correo:
taniaquintero3@hotmail.com
Yo estudie el sistema de Maria Teresa Bello cuando era una nina en Cuba y me daria tanta alegria tener una plantilla del Sistema Cientifico Moderno. Yo tenia el libro y la plantilla pero hace muchos anos que sali de Cuba Y probablement ya no existan (1962)
ResponderEliminarA finales de los 1960 y principios de los 1970, un libro (mucho mas delgado que el de Cuba) con tres plantillas (tamano normal, mitad y cuarta parte) del Sistema de Maria Teresa Bello se podia comprar en Miami, FL de la Libreria Universal Pero no se si todavia se pueden conseguir en algun lugar.
ResponderEliminarBuen día, buscando libros de corte y confección del método de Ma. Teresa Bello o de Ana Betancourt, descubrí su blog, que alegria me ha dado, muy lindas sus anécdotas. ¿Por favor, sabrá como puedo encontrar algunos de esos libros? Tengo la plantilla de Ma. Teresa pero no sé utilizarla ?Podrá Ud. u otra lectora ayudarme?, agradecida de antemano, mi correo es palomadqba@gmail.com
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