MENSAJE LEÍDO Y DIFUNDIDO EL 28 DE OCTUBRE DE 2004 EN EL HILTON NEW YORK HOTEL Señoras y señores invitados a esta nueva convocatoria de la Fundación Conrad N. Hilton:
Primeramente permitánme felicitar al Sr. Jo Luck y a todos los que han hecho posible que Heifer International de una manera tan sencilla y original contribuya a paliar el hambre y erradicar la miseria en el mundo. Ha sido muy justo otorgarles a ellos en el 2004 el millón de dolares del Premio anualmente concedido por la Fundación Conrad N. Hilton.
En 1944 surgió Heifer International y ese mismo año también nació la Fundación Conrad N. Hilton. Dan West, el creador de Heifer, era un laborioso granjero de Pennsylvania. Conrad Nicholson Hilton en esa época era ya un avezado empresario hotelero.
Seis décadas después, la vida y obra de estos dos estadounidenses ilustres han quedado perpetuadas en innumerables acciones humanitarias llevadas a cabo año tras año por las dos instituciones.
Señoras y señores:
A fines de 1997 llegó a La Habana, al domicilio del poeta y periodista Raúl Rivero, una carta de la Fundación Conrad N. Hilton que en realidad iba dirigida a mí, una simple periodista cubana. En ella la Fundación Conrad N. Hilton me invitaba a proponer una ONG cubana para el Premio correspondiente a 1998. Yo propuse a Caritas-Cuba, más el galardón de ese año muy merecidamente le fue otorgado a Médico sin Fronteras.
Han pasado siete años. Y nuevamente la Fundación Conrad N. Hilton me ha enviado una carta, esta vez para invitarme a asistir a la premiación de 2004 en el Hilton New York Hotel, con todos los gastos pagados. Pero yo ya no resido en La Habana: desde el 26 de noviembre de 2003 vivo como refugiada política en Suiza. Y Raúl Rivero, el colega que en 1997 recibiera aquella carta, cumple 20 años en Canaleta, una prisión a mas de 400 kilómetros de su hogar habanero.
Después de la represión de marzo de 2003 fui amenazada con veinte años de caárcel, por ello decidí marcharme al exilio con mi hija y una nieta. En Cuba dejé un hijo y otra nieta. Y dejé también a mi gran amigo Raúl Rivero, uno de los mejores poetas surgidos en el país a partir de 1959. En celdas diseminadas por distintas prisiones de la isla se enmohecen otros buenos amigos míos. Para todos ellos pido vuestro apoyo y solidaridad.
En Cuba, por faltar, falta de todo: comida, agua, luz, transporte, medicamentos... La educación y la salud son vitrinas que al igual que el deporte y la cultura Fidel Castro se empeña en mantener encendidas para demostrar los “logros” de su revolución.
Pero la realidad es bien distinta y va mas allá de la propaganda oficial. Cuba vive en penumbras, no solamente por la actual crisis energética, sino porque es una nación que lleva 45 años sometida a un sistema totalitario dirigido por un hombre tenido por “superviviente” por ciertos cineastas estadounidenses.
Steven Spielberg y Oliver Stone, dos de los más grandes directores de cine de Estados Unidos, han visitado Cuba, pero se quedaron viendo lo que Fidel Castro quiso que vieran. No quisieron –o no pudieron- descubrir la verdad, porque quedaron deslumbrados por el “glamour” de haber sido recibidos por un “superviviente”.
Es muy triste y doloroso que personalidades como Stone y Spielberg den la espalda a la realidad de un pueblo como el cubano, sumido en el atraso y la desinformacion, sin acceso a internet ni a teléfonos celulares, pero sobre todo un pueblo carente de libertades.
Con una población de casi 12 millones de habitantes, Cuba tiene alrededor de 200 cárceles y más de cien mil reclusos, 300 de los cuales son presos políticos. Las condiciones de las cárceles cubanas son infrahumanas y los presos políticos son víctimas de contínuos asedios, vejaciones y malos tratos.
Estimadas personas aquí presentes:
Desde que Raúl Rivero fue detenido el 20 de marzo de 2003 y posteriormente condenado a 20 de años de carcel, su esposa, Blanca Reyes, no ha dejado ni un solo dia de movilizarse por la libertad de su marido.
Con el mismo espíritu que movió a Dan West y Conrad N. Hilton a crear sus humanitarias fundaciones, yo, Tania Quintero, periodista independiente, les pido hacer lo que esté a su alcance para sacar de la cárcel a los presos politicos cubanos y en especial a Raúl Rivero, un hombre cuyo delito ha sido escribir en la tierra donde murieron sus abuelos.
Muchas gracias.
(Traducido al inglés por Lucina Kathman, del PEN Club de San Miguel, México).
Primeramente permitánme felicitar al Sr. Jo Luck y a todos los que han hecho posible que Heifer International de una manera tan sencilla y original contribuya a paliar el hambre y erradicar la miseria en el mundo. Ha sido muy justo otorgarles a ellos en el 2004 el millón de dolares del Premio anualmente concedido por la Fundación Conrad N. Hilton.
En 1944 surgió Heifer International y ese mismo año también nació la Fundación Conrad N. Hilton. Dan West, el creador de Heifer, era un laborioso granjero de Pennsylvania. Conrad Nicholson Hilton en esa época era ya un avezado empresario hotelero.
Seis décadas después, la vida y obra de estos dos estadounidenses ilustres han quedado perpetuadas en innumerables acciones humanitarias llevadas a cabo año tras año por las dos instituciones.
Señoras y señores:
A fines de 1997 llegó a La Habana, al domicilio del poeta y periodista Raúl Rivero, una carta de la Fundación Conrad N. Hilton que en realidad iba dirigida a mí, una simple periodista cubana. En ella la Fundación Conrad N. Hilton me invitaba a proponer una ONG cubana para el Premio correspondiente a 1998. Yo propuse a Caritas-Cuba, más el galardón de ese año muy merecidamente le fue otorgado a Médico sin Fronteras.
Han pasado siete años. Y nuevamente la Fundación Conrad N. Hilton me ha enviado una carta, esta vez para invitarme a asistir a la premiación de 2004 en el Hilton New York Hotel, con todos los gastos pagados. Pero yo ya no resido en La Habana: desde el 26 de noviembre de 2003 vivo como refugiada política en Suiza. Y Raúl Rivero, el colega que en 1997 recibiera aquella carta, cumple 20 años en Canaleta, una prisión a mas de 400 kilómetros de su hogar habanero.
Después de la represión de marzo de 2003 fui amenazada con veinte años de caárcel, por ello decidí marcharme al exilio con mi hija y una nieta. En Cuba dejé un hijo y otra nieta. Y dejé también a mi gran amigo Raúl Rivero, uno de los mejores poetas surgidos en el país a partir de 1959. En celdas diseminadas por distintas prisiones de la isla se enmohecen otros buenos amigos míos. Para todos ellos pido vuestro apoyo y solidaridad.
En Cuba, por faltar, falta de todo: comida, agua, luz, transporte, medicamentos... La educación y la salud son vitrinas que al igual que el deporte y la cultura Fidel Castro se empeña en mantener encendidas para demostrar los “logros” de su revolución.
Pero la realidad es bien distinta y va mas allá de la propaganda oficial. Cuba vive en penumbras, no solamente por la actual crisis energética, sino porque es una nación que lleva 45 años sometida a un sistema totalitario dirigido por un hombre tenido por “superviviente” por ciertos cineastas estadounidenses.
Steven Spielberg y Oliver Stone, dos de los más grandes directores de cine de Estados Unidos, han visitado Cuba, pero se quedaron viendo lo que Fidel Castro quiso que vieran. No quisieron –o no pudieron- descubrir la verdad, porque quedaron deslumbrados por el “glamour” de haber sido recibidos por un “superviviente”.
Es muy triste y doloroso que personalidades como Stone y Spielberg den la espalda a la realidad de un pueblo como el cubano, sumido en el atraso y la desinformacion, sin acceso a internet ni a teléfonos celulares, pero sobre todo un pueblo carente de libertades.
Con una población de casi 12 millones de habitantes, Cuba tiene alrededor de 200 cárceles y más de cien mil reclusos, 300 de los cuales son presos políticos. Las condiciones de las cárceles cubanas son infrahumanas y los presos políticos son víctimas de contínuos asedios, vejaciones y malos tratos.
Estimadas personas aquí presentes:
Desde que Raúl Rivero fue detenido el 20 de marzo de 2003 y posteriormente condenado a 20 de años de carcel, su esposa, Blanca Reyes, no ha dejado ni un solo dia de movilizarse por la libertad de su marido.
Con el mismo espíritu que movió a Dan West y Conrad N. Hilton a crear sus humanitarias fundaciones, yo, Tania Quintero, periodista independiente, les pido hacer lo que esté a su alcance para sacar de la cárcel a los presos politicos cubanos y en especial a Raúl Rivero, un hombre cuyo delito ha sido escribir en la tierra donde murieron sus abuelos.
Muchas gracias.
(Traducido al inglés por Lucina Kathman, del PEN Club de San Miguel, México).
Emotiva y Valiente carta!
ResponderEliminarSigo tus escritos, abrazos, Zenaida