Lucrecia, "Cutico" (como le decían sus hermanos) o Lucre, como la llamamos todos los demás incluidos sus hijos, cumple hoy, 23 de noviembre, 95 años. Si bien su memoria y energías no son tan electrizantes como antes, aún conserva la misma voz y una lucidez y raciocinio impresionantes, y se esfuerza a diario por hacer algo de ejercicio y bajar, muchas veces a pie, los cuatro pisos del edificio donde vive con su hijo Rafael, para caminar aunque sea un par de cuadras y mantenerse en forma.
Lucre se ha ganado el cariño y la admiración de mucha gente a lo largo de su vida. Quizá sea por su indómito carácter de decirle lo que sea a quien sea, sin importar las consecuencias, y a pesar de eso externar una bonhomía y dulzura que infructuosamente trata de ocultar. Quizá sea porque su cocina exquisita es todavía recordada por quienes la conocemos como lo mejor que hemos probado en la vida; quizá porque siempre dio su apoyo y consejo a quienes venían a ella a confiarle y consultarle sus problemas. Quizá porque nunca hizo caso a chismes y habladurías y siempre se preocupó por las cosas verdaderamente importantes y por superarse en la vida, estudiando y terminando la secundaria después de tener tres hijos, aunque su inteligencia natural siempre estuvo por encima de los dogmáticos límites académicos. Lucre tiene algo que atrae y encanta a la gente que siempre quiere convertirse en su amiga. Siempre fue querida y algo temida en el edificio de Pedroso 275 en La Habana donde vivió durante casi 60 años y del que se convirtió en la indiscutida reina a la que los vecinos acudían en busca de consejos.
Anécdotas de la vida de Lucre hay muchas... desde que empezó desde muy joven a trabajar en las oficinas centrales del Partido Socialista Popular a cargo de la biblioteca y donde conoció a muchas figuras que con el tiempo llegaron a ser altos personajes del gobierno y la política, aunque jamás hizo uso de esos contactos para su beneficio personal ni el de su familia.
O cuando se mudó con mi padre y nosotros a un pequeño apartamento en Marianao en los años 50, donde notó que un vecino todos los días la saludaba con mucha amabilidad y se quedaba mirándola como pensando "de dónde te conozco" y luego supo que era el jefe del temido Servicio de Inteligencia Militar (SIM) de la tiranía batistiana y ella que había trabajado muchos años en el ahora ilegalizado Partido Socialista, estaba entre la lista de los más buscados... tuvieron que mudarse a toda prisa de aquel lugar.
O cuando muy al principio de la revolución ella fue a la oficina de un antiguo funcionario del Partido que era ahora un alto dirigente del gobierno, con el objetivo de ofrecerse a hacer lo que fuera por ayudar al país, y aquel hombre, ahora encumbrado en su nueva posición, la recibió con un "Hola Chinita (así le decían), no tengo ni casas, ni carros, ni puestos" dicho desde la altura de su supuesta autoridad, y ella le respondió "pues yo no vine aquí ni por casa, ni por carro ni por puesto. Yo venía para ver en qué podía ayudar, en qué podría ser más útil para el nuevo gobierno, pero viendo que es gente como tú la que está a cargo, me voy pa'l carajo porque ni muerta trabajaría para un "equivoca'o" como tú.", y dicho y hecho se fue a su casa y a partir de ese día comprendió que la revolución sólo había cambiado los personajes en el poder pero "los de abajo" con los que ella siempre se identificó de corazón, iban a seguir siempre jodidos, como así fue.
Día de su boda. Lucrecia y Rafael se casaron por lo civil el 3 de julio de 1948. La celebración de la boda tuvo lugar en el domicilio donde residía Rafael con sus cinco hermanas (Esther, Ofelia, Herminia, Olga e Hilda), en Peñalver 210 entre Escobar y División. Las hermanas, excelentes bordadoras, eran conocidas como Las Pérez.
El matrimonio Pérez-López en 1957, en el sexto cumpleaños de Rafael, el hijo mayor, nacido en 1951. A su lado, Armando (1953) y en brazos de Lucrecia, Marco Antonio (1956).
Lucrecia en la playa de Santa María del Mar en 1967, con cuatro de sus cuñadas: de izquierda a derecha, Ofelia, Esther, Hilda, Olga y Lucre.
Lucrecia, de pie a la izquierda, durante uno de los últimos cumpleaños de Mama, como sus seis hijos le decían a Rosa Vega (La Habana, 1893-1984), junto a sus hermanas Ana Rosa (Tita) y Merceditas y sus hermanos Roberto y Filiberto (Machito). Sólo falta Rodolfo (Minino), el menor de los varones.
Lucre, con esta pequeña reseña quisimos hacerte saber lo importante que eres para todos nosotros aún hoy como referencia de carácter y de integridad, por tus enseñanzas y ejemplo a lo largo de toda tu vida y por haber hecho de nosotros quienes hoy somos.
O cuando "le cantó las cuarenta" al entonces Ministro de Educación José Llanusa en un teatro donde se llevaba a cabo una reunión (pura pose) del Ministro con padres de familia, de los hijos que iban a participar en la primera edición masiva del plan "La Escuela al Campo" que iba a ser en Camagüey por 45 días para estudiantes de Secundaria y Preuniversitario. El año anterior se había realizado una prueba piloto del plan con algunas escuelas, entre ellas la secundaria donde estudiaban mis hermanos, que habían ido a Isla de Pinos durante 15 días, y que había sido un desastre. Después de un discurso edulcorado del ministro, en la sesión de preguntas y respuestas nadie se atrevía a plantear las preocupaciones en la mente de todos los padres presentes hasta que Lucre se levantó y preguntó con ese tono tan suyo, esa dulzura presagiadora de tormentas que sus cercanos conocemos tan bien:
- Bueno, yo tengo una pregunta. Yo quisiera saber cómo va a ser la alimentación de los muchachos.
El ministro tratando de hacerse el gracioso, respondió:
- Pues señora, ¿cómo que cómo va a ser? Desayuno, almuerzo y comida, por supuesto.
Y ahí se lanzó Lucre a fondo:
- Pues mientras lo que usted llama "desayuno, almuerzo y comida" no sea como lo que les dieron el año pasado en Isla de Pinos, que hasta los muchachos sacaron una canción que decía "Agua y azúcar, pan con tomate... ¡dame mi chocolate!" porque eso fue lo que les dieron a comer a los muchachos el año pasado, además de que todo fue una desorganización completa, y a mi hijo de 12 años lo mandaron solo en un lugar que él totalmente desconocía a ver al médico relejos en Nueva Gerona, y gracias que su hermano mayor lo acompañó y luego muchos muchachos entre ellos mis hijos regresaron con gastroenteritis y diarrea por beber agua contaminada, y la atención y el cuidado a los muchachos fue un desastre y muchos sufrieron accidentes de gravedad por el descuido de los maestros y la falta de organización... si todo eso pasó en 15 días y ahora van a ser 45... si a eso usted le llama "desayuno, almuerzo y comida" pues la verdad yo no sé qué pensar...
Por supuesto la reunión se acabó inmediatamente "como la fiesta del Guatao", el ministro balbuciendo excusas y mirando a Lucre como si la quisiera matar y el público, unos aplaudiendo a Lucre a rabiar, y otros indignados de que "esa señora" se hubiera atrevido a hablarle así nada menos que al Ministro de Educación... a partir de ese día Lucre fue una celebridad en el barrio y mucha gente se le acercaba para decirle bajito "hizo bien en decirle cuatro cosas, porque si usted no lo hace, nadie se hubiera atrevido".
En fin hay muchas más anécdotas de la larga vida de Lucre pero sirvan éstas como exponentes de su recio carácter y sus principios. Y aquí van algunas fotos de su vida:
El noviazgo de Lucrecia y Rafael Pérez Vega (Cienfuegos 1919 - La Habana 2003) se alargó seis años porque tras Rafael terminar sus estudios técnicos en la Escuela de Artes y Oficios de La Habana, por sus buenas notas y su dominio del idioma inglés, fue seleccionado para trabajar en la Base Naval de Guantánamo, donde permaneció dos años.
Día de su boda. Lucrecia y Rafael se casaron por lo civil el 3 de julio de 1948. La celebración de la boda tuvo lugar en el domicilio donde residía Rafael con sus cinco hermanas (Esther, Ofelia, Herminia, Olga e Hilda), en Peñalver 210 entre Escobar y División. Las hermanas, excelentes bordadoras, eran conocidas como Las Pérez.
El matrimonio Pérez-López en 1957, en el sexto cumpleaños de Rafael, el hijo mayor, nacido en 1951. A su lado, Armando (1953) y en brazos de Lucrecia, Marco Antonio (1956).
Lucrecia en la playa de Santa María del Mar en 1967, con cuatro de sus cuñadas: de izquierda a derecha, Ofelia, Esther, Hilda, Olga y Lucre.
Lucrecia, de pie a la izquierda, durante uno de los últimos cumpleaños de Mama, como sus seis hijos le decían a Rosa Vega (La Habana, 1893-1984), junto a sus hermanas Ana Rosa (Tita) y Merceditas y sus hermanos Roberto y Filiberto (Machito). Sólo falta Rodolfo (Minino), el menor de los varones.
De origen muy humilde, Lucrecia, sus madres, sus hermanos y una abuela, vivían en un solar en la calle Hospital, hoy municipio de Centro Habana. A partir de la muerte de su padre Armando López de la Cruz, en 1940, con tan solo 18 años comenzó a trabajar (foto del 23 de noviembre de 1944).
Como a casi todas las cubanas y en particular a las habaneras de aquella época, fueran ricas o pobres, blancas, negras o mulatas, a Lucre le gustaba vestirse bien y no pasar inadvertida cuando salía a la calle:
Lucre, con esta pequeña reseña quisimos hacerte saber lo importante que eres para todos nosotros aún hoy como referencia de carácter y de integridad, por tus enseñanzas y ejemplo a lo largo de toda tu vida y por haber hecho de nosotros quienes hoy somos.
Sus tres hijos y yo a Lucre también le queremos dedicar una de las canciones cubanas más internacionales: el bolero Toda una vida, de Osvaldo Farrés (Las Villas 1902-Nueva Jersey 1985), en esta ocasión interpretado por Reinaldo Creagh (Santiago de Cuba 1918-2004).
Tania Quintero y Marco A. Pérez López
Foto: Lucre el 9 de octubre de 2017.
Precioso y sentido homenaje a una inolvidable dama. Gracias a ti, querida Tania tuve la suerte de conocer a Lucrecia en su casa de New Haven, Ct en 2015, su sana curiosidad por su nuevo entorno me emociono y la ternura con que trata a sus amistades es admirable. El relato de la odisea de como llego a este pais a traves de la frontera con Mexico es fascinante, no tanto por el peligro (sus hijos se aseguraron de que lo hiciera en un momento exacto, uno la llevo hasta la puerta de la entrada a USA y otro en la salida del centro que procesa a los immigrantes en California) sino por los detalles que se le quedaron grabados en la mente y utiliza como comentario de su primera impresion ante la burocracia de USA (que me dice, no tiene nada que ver con las demoras inutiles y la falta de consideracion al publico que ocurre en Cuba. Me consta que cocina muy bien, (aunque su hijo Rafael no se queda atras) es una de las pocas personas que cocina el arroz integral perfectamente. Sus anecdotas sobre los personajes que militaban en el Partido Socialista no tienen precio, nunca cruel, siempre aguda y simpatica escuchar a Lucrecia es un privilegio. En tan poco tiempo de conocerlos a ella y a su hijo Rafael los considero como grandes amigos, por el trato exquisito y sobre todo por la firmeza de su caracter, la elocuencia habanera que tanto he extranado y la claridad con que expresan como los castristas han destruido a mi pais. Un beso, querida Lucre y gracias mil Tania por el regalo de presentarmela.
ResponderEliminarFrida Masdeu.
(disculpen por favor las faltas de tildes,acentos etc.Este ordenador es nuevo y no entiendo todavia como bajar el teclado en castellano) vale
ste ordenador es nuevo y no entiendo todavia como bajar el teclado en castellano)
Viví 33 años puerta con puerta con Lucre, así la llamábamos todos por aquella parte del Cerro. Con los años se convirtió en un personaje pintoresco en el barrio, por su peculiar alegría y salud de roble, que con tantas décadas escondía muy bien. Tuve la grandísima suerte de compartir con ella muchos eventos importantes de mi vida, y por eso sabía de mi más que nadie.
ResponderEliminarPor mi parte aprendí de ella tantas cosas valiosas que se me han aportado y ayudado a lo largo de todo este tiempo. Ahora sin ella, indiscutiblemente siento un gran vacío, pues tan cercana se convirtió en otra madre, en ocasiones llegaba a ser dura tajante, como confidente y consejera. Tendría tanto que contar de ella a lo largo de todo este tiempo, que haría un libro.
Para ti, Lucre querida, tan rigurosa y humana, tan justa siempre, carismática, servicial, amiga, madre de muchos, para ti que me encolerizabas en ocasiones, y me abrasabas cuando lloraba. Todo mi amor y cariño, gracias por estar en las mejores jornadas de mi vida, cuando me casé, cuando parí, cuando me convertí en abuela, cuando me gradué finalmente de artes gráficas, porque allí estabas, junto a mis familiares y amigos.
Y aquí van los que te recuerdan y felicitan también: Esmel, Esmelsito, Nancy, Grettel, Anthony, Irene, Martha, Mabel, Marín, Dalia, Carucha y familia, Emé, y ¡el barrio entero, mijita!
Que cumplas muchos más, con salud y lucidez. ¡Feliz cumpleaños!
Lissette
Muchísimas felicidades, Lucre, te deseo todo lo bueno del mundo y te envío un gran beso!! Alfredo Zayas.
ResponderEliminarMuchas felicidades lucrecia.siempre fue una mujer muy dulce con un carácter de hierro,muy atenta y muy humana.que cumplas muchos años más. Un saludo de manolito
ResponderEliminarMuchas felicidades lucrecia,se te recuerda con mucho cariño por ser tan servicial,tan querida y por tener el carácter de acero al pan pan y al vino vino .que cumplas muchos más.un saludo para Rafael y armando. Te aprecia Manolito
ResponderEliminarMUCHAS FELICIDADES LUCRECIA en tus 95 anios! que Dios te bendiga y proteja siempre junto con tu familia!
ResponderEliminarTania: muy bella la resenia de Lucrecia!
un fuerte abrazo
roberto
Una reseña excelente. Gracias. Por acá lo pasams bien. Almorzamos y compartimos un ratico después. Ella recibió muchas llamadas. Creo que tuvo un bien día.
ResponderEliminarRafael Perez Lopez
Muchas Felicidades, saludos desde México
ResponderEliminarMuy linda tu mami mi. Felicidades por aún tenerla . Bendiones
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