Acerca del periodismo independiente cubano todo está por escribir.
Pero en este breve artículo solicitado en febrero de 2005 por Reporter ohne Grenzen de Alemania, quisiera resaltar que cuando en septiembre de 1995 comenzó a funcionar la agencia Cuba Press, fundada y dirigida por Raúl Rivero, no imaginábamos que 18 años después, fuéramos los primeros periodistas cubanos en colocar textos periodísticos en internet.
Algunos de esos textos eran vivencias y testimonios, por lo que también puede afirmarse que, sin saberlo, estábamos inaugurando la era de la "blogalización" o colocación de escritos personales en internet, los ahora famosos blogs.
Ningún estudioso de la realidad cubana puede actualmente prescindir de leer las páginas electrónicas donde publican periodistas independientes, como Cubanet, Diario de Cuba o Cubaencuentro. En ellas, un cubanólogo encontrará informaciones que difícilmente hallaría en sitios de la prensa oficial.
Pongo un ejemplo. El 8 de febrero de 2005, Cubanet publicaba un trabajo del periodista independiente Juan Carlos Garcell, de la Agencia de Prensa Libre Oriental. Desde Holguín, provincia a unos 800 kilómetros al este de La Habana, Garcell reportaba la liberación de Diana Rojas, de 18 años. Diana había sido novia de uno de los tres jóvenes negros fusilados en Cuba en 2003, después de un intento fallido de secuestrar una embarcación para dirigirse a Estados Unidos.
La muchacha tenía 16 años cuando fue arrestada y condenada a dos años de privación de libertad por el "delito" de desahogar públicamente su dolor. Fue liberada a los veinte meses. De una noticia como ésta uno no se enteraría si no fuera por esos hombres y mujeres que a diario desafían al aparato represivo de los Castro y se las arreglan para decir al mundo lo que está pasando en su país.
Muy pocos de los que informan desde Cuba han estudiado comunicación y algunos nunca han recibido un curso mínimo sobre técnicas de redacción. El periodismo, ya se sabe, se aprende escribiendo. Pero esa realidad no disminuye su mérito ni el valor de sus informaciones, casi siempre enviadas en condiciones muy precarias y bajo el riesgo constante de ser detenidos y sentenciados a largas penas de cárcel.
Es triste decirlo, pero muchos periodistas independientes además de no tener acceso a internet y no disponer de celulares, cámaras y computadoras modernas, en ocasiones no tienen papel, sobres, presillas y bolígrafos. Y por qué no decirlo: también necesitan ropa, zapatos y dinero para realizar su rudimentaria labor y poder mantener a sus familias.
Tania Quintero
Redactado en febrero de 2005.
Excelente, muy claro y honesto.
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