Bueno, aquí está la fotografía, mi fotografía, que rápidamente se publicó una y otra vez en las redes sociales y portales noticiosos de todo el mundo. La “foto” de tres líderes mundiales que, durante las ceremonias fúnebres en Sudáfrica para honrar a Nelson Mandela, se divertían como niños en vez de comportarse de la forma solemne que se esperaba.
En general en este blog, los fotoperiodistas cuentan una historia detrás de la fotografía que toman. He hecho esto muchas veces con fotos que he tomado en Paquistán y la India, donde estoy destacado. Y héme aquí, de nuevo haciendo mi trabajo, sólo que en esta ocasión tomo la fotografía en un estadio en Soweto, y en ella aparecen personas que a su vez se retratan a sí mismas. Supongo que es un indicio de nuestra época, que de alguna forma esta imagen atraiga más atención que el propio evento. Habría que pensar en esto.
Llegué a Sudáfrica, con varios otros periodistas de la AFP para cubrir el adiós y los funerales de Nelson Mandela. Estábamos en el estadio Soccer City en Soweto, bajo una pertinaz lluvia. Yo estaba allí desde el amanecer y cuando tomé la fotografía, la ceremonia ya hacía más de dos horas que había empezado.
Desde el podio, Obama acababa de calificar a Mandela como un “gigante de la historia que condujo a un país entero hacia la justicia", Después de su emotiva eulogía, el primer presidente negro de Estados Unidos se sentó a unos 150 metros enfrente de donde yo estaba apostado. Estaba rodeado de otros dignitarios extranjeros y entonces decidí seguir sus movimientos con la ayuda de mis lentes de telefoto de 600 mm x 2.
Obama se sentó entre estos líderes que se reunieron de todos los rincones del globo. Entre ellos estaba el primer ministro británico David Cameron, así como una mujer que no pude identificar de inmediato. Después supe que se trataba de la primera ministra danesa Helle Thorning Schmidt. ¡Soy un fotògrafo alemán-colombiano que trabaja en la India, así que no me siento mal por no haberla reconocido! En aquel momento, pensé que podía ser una de las muchas asistentes de Obama.
De pronto, esta mujer saca su teléfono celular y toma una foto de sí misma riendo con Cameron y con el Presidente norteamericano. Capturé la escena de forma reflexiva. A mi alrededor en el estadio, los sudafricanos bailaban, cantaban y reían en honor de su recién fallecido líder. El ambiente parecía más de carnaval, en absoluto fúnebre. La ceremonia ya tenía dos horas de empezada y faltaban otras dos para que concluyera. Era una atmósfera totalmente relajada, y en mi visor no vi nada que me resultara ofensivo, se tratara o no del Presidente de Estados Unidos. Estábamos en África.
Más tarde leí en medios sociales que Michelle Obama parecía estar molesta cuando la primera ministra danesa tomó la foto. Pero las fotografías pueden mentir. En realidad, pocos segundos antes la Primera Dama estaba bromeando con los que la rodeaban, entre ellos Cameron y Schmidt. Su aspecto serio quedó capturado de pura casualidad.
Tomé estas fotografías de forma totalmente espontánea, sin pensar en el impacto que podrían tener. En ese momento, simplemente pensé que los líderes mundiales se comportaban como seres humanos, como ustedes y como yo. Dudo que alguien hubiera tenido una cara de solemnidad durante toda la ceremonia, mientras decenas de miles de personas celebraban en el estadio. Para mí, el comportamiento de estos líderes al tomar fotos de sí mismos me pareció algo perfectamente natural.
No vi ningún motivo de queja, y probablemente yo hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar. El equipo de AFP trabajó duramente para reflejar la reacción del pueblo sudafricano ante la muerte de alguien al que consideran su padre. Tomamos unas 500 fotografías, con el objetivo de presentar sus verdaderos sentimientos, y esta imagen presuntamente trivial parece haber eclipsado gran parte de todo este trabajo colectivo.
Era interesante ver a los políticos actuar bajo una luz humana porque casi siempre los vemos en un ambiente muy controlado. Tal vez esto no sería así si los que trabajamos en el mundo de la prensa tuviéramos más acceso a los dignitarios y pudiéramos mostrar que son tan humanos como el resto de nosotros.
Tengo que confesar también que me resulta un poco triste que estemos tan obsesionados con trivialidades cotidianas, en lugar de preocuparnos por cosas de verdadera importancia.
Roberto Schmidt/AFP
Publicado en El Nuevo Herald el 12 de diciembre de 2013.
Buenos días Tania, la verdad que a mí esta foto lo que me dice es que la gente está más preocupada en jugar con sus aparatos tecnológicos que en todo lo que los rodea. Si la ceremonia era alegre, más motivo para haberla seguido con interés.
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