Por Moisés Leonardo Rodríguez
Los residentes de Cabañas no pueden tomar guarapo desde el mes de noviembre de 2011 porque no tiene caña la única guarapera existente en el pueblo y en un radio de unos 40 kilómetros a la redonda.
Las tierras que rodean al poblado, perteneciente al municipio Mariel, provincia Artemisa, en su casi totalidad estaban dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, que desde el siglo XVIII abastecía al antiguo central Merceditas, a unos dos kilómetros del pueblo, rebautizado con el nombre de Augusto César Sandino, luego de ser expropiado a sus legítimos dueños por el gobierno comunista.
Con el desmontaje de este ingenio en 2002, los campos de caña fueron desapareciendo de los alrededores, hasta llegar al estado actual, cuando la cooperativa agrícola Antero Regalado, que administra la guarapera, no cuenta con cañaverales y no encuentra en todo el municipio y sus inmediaciones quienes cultiven caña.
“Los cabañenses sufrimos una carencia más, que obviamente no se debe al famoso embargo norteamericano sino al mal gobierno que padecemos. Con esto, la cooperativa pierde empleos y ganancias”, opinó un trabajador de la cooperativa Antero Regalado que pidió no ser identificado.
“Todavía quieren que la gente crea en el supuesto perfeccionamiento del sistema. Eso no se lo cree ni el que inventó el guarapo”, comentó Ernesto Álvarez, de 79 años, jubilado de la industria azucarera después de más de medio siglo de labor en el desaparecido central Merceditas.
Cubanet, 9 de febrero de 2012
Foto: Marichoube, TravelPod. Guarapera en Centro Habana. Un vaso de 8 onzas de guarapo bien frío, en la capital cuesta un peso (5 centavos de dólares) y en el interior de la isla, 0.80 centavos de peso o menos por la misma cantidad.
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