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sábado, 18 de diciembre de 2010

No tengo ni televisor, y para la policía soy "un sujeto con alto nivel de vida"


Por Iván García

Hace unos días, cuando caminaba con un amigo rumbo a la casa de mi hija, una patrulla nos detuvo y pidió nuestras identificaciones. Con cara de perro, la habitual de la policía cubana. Nos cachearon en la vía pública como vulgares rateros. Pretendían que yo abriera un sobre con dos revistas que me había enviado un amigo brasileño.

Acostumbrados a ese trato, ya uno lo ve como algo normal. Si eres joven, y andas con una mochila, o eres negro, tienes todas las papeletas para que la “meta” (policía) te pida el carnet de identidad.
Luego de virarnos de espaldas y registrarnos a fondo, en la computadora de la central comprobaron si teníamos antecedentes penales. Estábamos limpios. Pero en mi caso, escuché decir por la planta “el sujeto tiene un alto y preocupante nivel de vida”.
El policía me miró con detenimiento, andaba a pie y vestía ropa barata y sencilla. Quizás pensó que fuese un error. Al devolverme mis documentos pregunté qué significaba ese término.
“Es para señalar a las personas que viven bien y no trabajan”. ¿Y eso es un delito?, inquirí. “Está en contra de las normas de esta sociedad”, señaló el oficial montado en un coche Lada último modelo.
Antes de marcharse quise saber: ¿Y si esa persona recibe dinero del extranjero? ¿Se mantendrán las mismas leyes absurdas a pesar de que el gobierno aboga por el autoempleo y un millón de personas quedarán desempleadas?
Ahora su mirada fue de desprecio. "¿Y tú por qué preguntas tanto, acaso eres abogado o periodista?". Puso en marcha el auto sin escuchar mi respuesta.
En sus controles a los ciudadanos, los agentes de la autoridad violan descaradamente derechos contemplados en las leyes vigentes. Sucede que ni la policía ni la gente de a pie las conoce.
El desconocimiento y el irrespeto a las leyes en Cuba son proverbiales. Me inquieta que a una persona se le abra un expediente policial por desear tener un nivel de vida aceptable, sin robar ni violar las leyes.
Para los patrones de la isla, alguien que no trabaje para el Estado y cada día almuerce y coma o los fines de semana salga a pasear con su familia, llame la atención y debe ser vigilado e investigado.
La rígida burocracia policial saca sus cuentas. Los que trabajan reciben unos 20 euros al mes y con ese salario no pueden darse esos “lujos”. Según las autoridades, quienes curran 8 horas no pueden beber cerveza de marca, comer en buenos restaurantes, reparar su casa o comprar un televisor de plasma.
Si recibes dinero del exterior, aunque sea justificado, pero no laboras para el Estado, siempre estarás al filo de la navaja. Esas sospechas de los funcionarios policiales y de algunos informantes de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) hacia esas personas, los hace pensar que son presuntos delincuentes, por supuestamente tener una capacidad adquisitiva superior a la media.
Nadie en la isla puede tener un nivel de vida alto si no ha sido autorizado por el régimen. Esto hace que mucha gente viva rodeado de paranoias y fobias.
Conozco un amigo, asesor en un ministerio, que me aconseja botar la basura en bolsas de nailon que no sean transparentes, para que los informantes del barrio no sepan si consumes productos adquiridos en divisas. Me ha dado un manual de camuflaje: Participar en actividades del CDR. Regalarle jabones a los chivatos de la cuadra. Y nunca tomar cerveza o comer en sitios cercanos a tu domicilio.
Me niego a vivir con ese complejo de culpa. Soy periodista y gano dinero con mi trabajo. Mi familia reside en Suiza y con sacrificio me envía dinero.
Sólo en una sociedad cerrada y enferma como la cubana puede ser peligroso comer dos veces al día, tomar taxis particulares de diez pesos o intentar que a tu hija no le falte nada.
Así y todo vivo mal. El televisor ruso que tengo en el cuarto, lleva años roto. Si no lo he botado es porque me sirve para poner los libros que estoy leyendo. En la foto lo pueden ver. Al lado, el viejo ventilador.
Aspiro a vivir mejor. Pero sobre todo me considero un hombre libre. Y es ahí donde una persona puede resultar peligrosa en Cuba. De eso precisamente se trata.
Aclaración: Del dinero que desde octubre de 2009 recibe Iván García por sus colaboraciones en la edición online de El Mundo/América, la mayor parte la destina para el arreglo del apartamento donde reside desde 1979, que se encuentra en muy mal estado. Necesita repararlo para que su mujer y su hija puedan irse a vivir con él (actualmente las dos viven en la casa de la familia materna). Ya pudo arreglar la instalación eléctrica y la cocina, y comprar los materiales para arreglar el baño. Una tarea lenta y costosa, en la cual se puede demorar varios años, porque además de cocina y baño, el apartamento tiene sala-comedor, tres cuartos, hall o pasillo y terraza. Después que esté todo arreglado y pintado, tiene entonces que empezar a comprar muebles, poco a poco, como en Cuba la gente pobre tiene que hacer las cosas. La otra parte de lo que gana es para la manutención de su hija de 7 años; para que su suegra, que es quien cocina, compre alimentos; para las tarjetas de internet (cada una, de 2 horas, cuesta 15 cuc y gasta un promedio de tres o cuatro al mes, porque como se puede ver, es uno de los periodistas independientes que más escribe desde La Habana) y para cambiar 20 cuc por pesos, para poder pagar alquiler, luz, teléfono, gas y agua, y tener para coger taxis privados de alquiler de diez pesos. Cuando desde Suiza le puedo mandar dinero (recibo una pensión mínima como jubilada y refugiada política), es para gastos extras de mi nieta y para ayudar a mi tío de 90 años (Tania Quintero).

7 comentarios:

  1. Cuba si no es de los países mas racista del planeta, por lo menos esta entre los tres primeros, todavía me quedo perplejo cuando se vanaglorian de haber ayudado a Sudafricana a liberarse del apartheid, le zumba el mango que la gente allí tenga que guardar hasta los comprobantes del dinero que reciben para frenar futuras expropiaciones.

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  2. Todo todo mi apoyo para vosotros, en palabra y en obra. Concienciación social global acerca de la tragedia del día a día en Cuba es lo que hace falta. Y por supuesto, una riada de realidad y de poner a muchísimos en su sitio en la propia isla.

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  3. Ivan Garcia es el mejor periodista y escritor en Cuba que me ha tocado leer en mucho tiempo. Profesional, inteligente, y muy directo en sus escritos, nada de andarse por las nubes a la hora de reportar la verdad. Comparen las fotos de su casa con las del penthouse de la mujer de los canisteles y veran lo que es ser un periodista de a pie de verdad. Tienes nuestro apoyo y si necesitas algo avisa que aca nos unimos y lo conseguimos para ti.

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  4. Toda la vida ha habido racismo en Cuba, pero donde mas obvio ha sido el racismo ha sido despues de la revolucion y quiero decirles que no solo de color sino de posicion social yo lo senti, tengo experiencia propia y no soy negro, soy blanco, era rubio y de ojos azules, pero nunca jamas estuve con esa asquerosa tirania y entonces, mi posicion social era baja como las de las inmensas mayoria. Racista inveterado es el tirano que segun me cuentan y han contado ex miembros allegados al poder, cuando se referia a los negros era despectivamente que incluso molestaba y lo hacia con aquellos que le servian, este perro sucio es un colonialista espanniol, la continuidad de su padre y tiene el mismo desprecio por el pueblo cubano que los mas aserrimos colonialistas, lo demas ha sido cosmetico para burlarse y manipular a su antojo a las grandes masas de ignorantes.

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  5. para las tarjetas de internet (cada una, de 2 horas, cuesta 15 cuc y gasta un promedio de tres o cuatro al mes

    O sea, que Ivan se gasta 60 cuc al mes en internet. Entonces no puede estar tan jodido como tu lo pistas, porque nadie en Cuba tira el dinero de esta manera para hablar cascara por internet sabiendo todos como esta la situacion economica precaria en la isla.

    Paola

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  6. Señora Paola o como se llame. Gracias por su comentario. A pesar de que según usted, Iván escribe 'cáscara por internet', desde hace 15 años escribe como periodista. Autodicta, como yo. Y como yo, se siente periodista. Y cuando uno se siente periodista, si tiene que dedicar todo el dinero para ejercer ese oficio (el de más riesgo en el mundo), lo hace con gusto y sacrificando lo que tenga que sacrificar.

    A lo mejor usted fuma y todos los meses se gasta un dineral; o tiene necesidad de hacer dieta y no puede comer de todo, por lo que gasta en alimentos más que otras personas; o necesita usar un calzado apropiado para trabajar o caminar, que donde quiera que viva cuestan bastante... Es su problema y a nadie le importa, porque es su dinero o el de su familia.

    Esa cantidad, 60 cuc, es lo que le costaría todos los meses si cada semana, cuando fuera a conectarse a internet desde un hotel, consumiera la tarjeta de dos horas, que cada una cuesta 15 cuc y en Cuba rápidamente se van, porque las conexiones son muy lentas. Como todo allá, que está obsoleto, desfasado, estancado. Cuba es sólo superada por Corea del Norte. El atraso es para el pueblo, porque para su uso personal, los dirigentes tienen lo último que ha salido al mercado capitalista.

    Iván trata de ahorrar al máximo los minutos y por ello casi nunca puede revisar y responder sus correos o echarle un vistazo a la actualidad política y deportiva en otros países.

    Como para él y como para mí, internet es un instrumento importante de trabajo y un medio imprescindible de información, si tuviera que gastarse 60 cuc al se los gastaría.

    Desde que en 1965 nació, Iván siempre ha vivido en Cuba y ha sido un cubano de a pie, y tal vez mejor que usted (que ya veo desde donde reside puede conectarse a internet y puede permitirse el lujo de revisar blogs y dejar comentarios, algo que él nunca puede hacer), sabe de la situación de escasez, penurias, prohibiciones y desinformación en que los hermanos Castro tienen sumido al pueblo desde que llegaron al poder en 1959.

    Precisamente para escribir sobre esa realidad, que dentro de unos días cumplirá 52 años, como no puede gastarse todo el dinero por sus colaboraciones en El Mundo/América, porque está arreglando su casa, yo se lo mando, para que una vez por semana pueda conectarse a internet. Aunque a usted, señora Paola o como se llame,
    no le guste Iván ni lo que él escribe.

    Tania Quintero

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  7. Así es, recuerdo las múltiples paradas que he sufrido en mis visitas a la havana, pero en mi caso siempre conssistía en lo mismo. alargar lo más posible mi parada esperando que al final soltase 10 CUC para dejarme marchar. Ya saben aquí no existe la corrupción. Todavía recuerdo la vez que exigí ir a la central para presentar una denuncia contra ellos, tardaron 5 segundos en dejarme marchar y discullparse por el error cometido.Eso sí a los cubanos los aplastantan y el miedo les impide hacerles frente.

    http://havanalibre.blogspot.com/

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