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miércoles, 3 de marzo de 2010

El anón y los chinos


Por Tania Quintero

La última vez que vi un anón fue hace diez años. Un familiar, residente en el campo, le trajo a mi madre una guanábana, una chirimoya y varios anones, tres de sus frutas predilectas, hoy casi desaparecidas del frutero nacional.

Por tener muchas semillas, a ella le gustaba sacar sus masas, blancas y olorosas, y preparar champola. Con leche, claro, otro alimento escaso en una isla donde dos hermanos, entre otras muchas cosas, acabaron con las vacas y los árboles frutales.

Hasta 1959, en cualquier timbiriche habanero por 15 o 20 centavos (de pesos, no de dólar) uno se podía tomar un batido de anón. Los más famosos eran los de la cafetería El Anón, en Neptuno y Consulado, a media cuadra del Parque Central.

Muy sabroso también era el helado de anón, que por un medio (cinco centavos) te daban dos bolas en los puestos de chinos diseminados por la ciudad. Los chinos tenían la habilidad de batir tan bien las frutas, con agua y azúcar, que sin echarles leche, quedaban cremosos. Para mí, mejores que los de Coppelia.

La revolución nunca debió acabar con los pequeños negocios de los cubanos ni tampoco con los de los chinos, en cuyos puestos, además de frutas y helados, vendían chicharrones y frituras. En los grandes mercados tenían tarimas repletas de pescados y mariscos frescos. En los barrios, cantinas que por poco dinero a domicilio servían un menú completo (arroz blanco, potaje de frijoles colorados, carne asada, ensalada y plátano maduro frito, por ejemplo). Tenían también lavanderías y tintorerías, popularmente conocidas como "trenes de lavados". Y por toda la isla, restaurantes, unos más baratos, otros más caros, donde los platos estrellas eran el arroz frito, el chop suey, la sopa china y las maripositas.

A partir de los 90, con la reactivación del Barrio Chino, trataron de enmendar torpezas totalitarias. Pero para quienes tuvimos la suerte de conocer las maravillas que con sus manos hacían las primeras oleadas de inmigrantes procedentes de China, ese barrio, como casi todo en la Cuba actual, es una caricatura.

Foto: Robin Thom, Flickr

1 comentario:

  1. Los puntos sobre las ies .

    http://baracuteycubano.blogspot.com/2010/03/de-lo-macabro-y-lo-indigno-los.html

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