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jueves, 1 de noviembre de 2018

Dos zapatos y una vaca



Los turistas extranjeros, los viajeros desapercibidos y las nuevas generaciones de cubanos se quedan asombrados o estupefactos ante un monumento a unos enormes zapatos, instalado en la céntrica calle G de El Vedado. No se trata, desde luego, del culto y el fervor de los criollos por las hazañas de algún caminante incansable o de algún zapatero prodigioso. No. Es algo más complejo. Los zapatos pertenecen a lo que fue la estatua del primer presidente cubano don Tomás Estrada Palma (1902-1906), derribada a mandarriazos en el año 1959.



Los autores de la hazaña consideraron que Estrada Palma era un hombre muy cercano a Estados Unidos y que no merecía ese homenaje. Golpearon y destrozaron la figura del viejo político y maestro cubano y lanzaron a la basura sus brazos rotos, su pecho agujereado y su cabeza demolida. Pero los zapatos no los tocaron.

Por lo tanto, chapucería de por medio, lo único que quedó del trabajo del famoso escultor italiano Giovanni Nicolinni, fue la primera estatua mundial a un par de zapatos que permite, entre otras cosas, que los peregrinos ignorantes se devanen los sesos y el ridículo se eternice.

Los zapatos de Estrada Palma y la estatua que Fidel Castro mandó a levantar en Isla de Pinos a una vaca llamada Ubre Blanca, que producía los litros de leche que el dictador decidía, son dos de las más singulares piezas del movimiento escultórico cubano.



Hablo de este asunto, porque la Herencia Cultural Cubana, institución con sede en Miami, ha dado a conocer un informe donde se revela que en diciembre de 2017, los funcionarios comunistas han desmantelado también el monumento de Calixto García, enclavado desde la década de 1950 en el Malecón. Dijeron que era para repararlo, pero se teme que no regrese jamás a su sitio.

"Queremos estar seguros de que lo van a restaurar de verdad y que volverán a poner en el sitio en el que siempre ha estado", declararon directivos de la Herencia Cultural Cubana, quienes recordaron que en los últimos años de sus pedestales se han esfumado las estatuas del ex presidente Alfredo Zayas (1921-1925), Cristóbal Colón, Bartolomé Masó, Carlos III, Johann Strauss y un busto de Félix Varela.



El informe habla, además, del abandono oficial de importantes símbolos nacionales y del drama de una verdadera epidemia de profanación de tumbas, el robo de mármol, del bronce y los obeliscos fúnebres en los cementerios. Han desparecido lápidas y otras piezas de valor artístico y testimonial.

Al ver esta rapiña se prefiere el patriotismo entre comillas de los que dejaron solos los zapatos de Estrada Palma.

Raúl Rivero
Blog de la FNCA, 26 de julio de 2018.
Fotos: Monumento a Tomás Estrada Palma en la Avenida de los Presidentes o Calle G, Vedado, La Habana; la vaca Ubre Blanca en la antigua Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, y el monumento a Calixto García, al final de la Avenida de los Presidente, frente al Malecón. Tomadas del blog de la FNCA.

1 comentario:

  1. Buenas noches Tania,
    Recuerdo ver las estatuas de la calle G cuando iba en la guagua del colegio, y aunque ya hace muchos años de eso, más de medio siglo, me parece que había más que también desaparecieron.
    La estatua de la vaca es la cosa más espantosa que he visto.
    Saludos,

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