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jueves, 22 de septiembre de 2016

Haydée Milanés y su voz del alma




Luego de tres años alejada de los escenarios, Haydée Milanés nos sorprende otra vez con esa manera tan sentida de interpretar. Con letras de la compositora Marta Valdés y con arreglos musicales propios, esta vez nos regala Palabras, un CD con catorce canciones cantadas desde el alma.

Aunque ya había hecho dos presentaciones y se habían vendido alrededor de 600 copias de la primera edición, el fonograma oficial, bajo el sello Bis Music, debía estar en Cuba a tiempo para el concierto homenaje a Marta Valdés el 14 de enero de 2015, en la sala Avellaneda del Teatro Nacional.

A pocas horas de su próxima presentación, Juventud Rebelde conversó con esta joven cantante y compositora sobre su regreso a escena, la experiencia de ser madre y los sueños que le quedan por cumplir.

Durante tu carrera has transitado por distintos géneros y estilos: pop, soul, funk, jazz, ritmos brasileros y hasta el rock. En esa búsqueda por completarte artísticamente, apuestas ahora por el filin. ¿Por qué escogiste las canciones de Marta Valdés?

-Tengo muy poco prejuicio a la hora de abordar diferentes tendencias musicales. He sentido esa necesidad de buscar lo que más me aporta y lo que más me permite aportar.

-Cantar las canciones de Marta Valdés es completar un ciclo de mi vida. Mi padre, Pablo Milanés, grabó un disco con sus composiciones cuando yo aún estaba en la barriga de mi madre, Zoé Álvarez. Cuando tomé la decisión de iniciar este proyecto, estaba embarazada y el disco creció a la par de mi bebé.

-Desde muy pequeña escuchaba las canciones de Marta, y mi padre me llamaba la atención sobre la belleza de sus letras y melodías. Durante mi carrera profesional, aunque musicalmente hacía otras cosas, de vez en cuando cantaba una canción de Marta. Ella se me acercó un día para decirme que le gustaba mi manera de interpretarlas. Así surgió la idea y comenzamos a trabajar juntas.

-Le pedí las partituras de algunos temas que ya sabía que quería cantar, y ella me propuso otros, hasta que completamos las catorce canciones que se escuchan en Palabras. Marta fue muy rigurosa y me ayudó muchísimo, hasta con los detalles más mínimos. En mi opinión, hay que conocer y estudiar toda su obra, como parte del repertorio clásico de la música cubana. Creo que es una compositora imprescindible.

-Este es un disco muy íntimo, porque son canciones salidas del alma. Es una música muy original, muy trabajada, porque Marta Valdés siempre se ha esforzado por buscar la palabra exacta, la melodía perfecta y yo he tratado de interpretarla de la manera más fiel posible, con mi toque personal, pero respetando sobre todo la canción. Al hacerlo saco de la memoria mis propias vivencias, porque tienes que sentir cada palabra. Cuando sale la voz, entregas el alma y te desnudas ante la gente.

¿Cómo ha sido ese proceso de doble creación en el que estás 'pariendo' un disco y comienzas a ser mamá?

-Estar embarazada me ayudó mucho en el proceso creativo. Es un momento muy importante para cada mujer, cuando reflexionas sobre cómo va a ser tu vida. Fue un tiempo de introspección, que me ayudó a centrarme en el proyecto. Durante los primeros meses de embarazo tuve que hacer reposo, y eso me obligó a volcarme por completo en la investigación y el estudio de cada canción.

-Ahora intento llevar ambas cosas a la vez y quiero hacerlo lo mejor posible. Mientras converso contigo, estoy pendiente de Haydée Oromi, que está jugando en su cuna, y estoy pensando en qué estará haciendo y si le hace falta algo. El instinto maternal te vuelve un poco obsesiva, lo confieso.

-Es algo muy intenso, que te cambia la vida. Aunque escuchas a las madres decirlo y te parecen repetitivas y exageradas, solo te das cuenta de que es verdad cuando lo vives.

Oromi viene de la lengua yoruba…

-Sí. Significa lluvia. Yo soy hija de Yemayá y, aunque no me gusta hablar de esas cosas, he encontrado en la santería una espiritualidad que me ha dado fuerzas. Todos los días me encomiendo a Dios, a los santos, a mis muertos y a todas las energías positivas que puedan existir.


Hablando de energías, ¿qué se siente al cantar con Pablo Milanés?

-Siento una gran admiración por él, y a la vez es un gran reto y un gran honor cantar a su lado. Mi papá sigue siendo mi mayor ídolo como músico, compositor y artista, y ha sido mi mejor maestro. Pero cuando subimos a un escenario, él es Pablo Milanés y yo soy una artista joven con una experiencia mínima.

¿Cómo ve Haydée Milanés ese camino recorrido como artista y cuáles son los sueños que le quedan por cumplir?

-Pienso que ha sido un camino bastante largo, en el que he ido creciendo poco a poco desde mi primer trabajo como profesional, en el grupo de Ernán López-Nussa, cuando tenía 18 años. Ese tremendo músico me acompaña ahora en el CD Palabras, luego de 15 años sin trabajar juntos. Parece como si el tiempo no hubiera pasado, porque conservamos esa química musical que surgió en aquella etapa, cuando yo era una total desconocida.

-Ahora quiero centrarme en la promoción de este nuevo disco. Estamos planeando una gira nacional para febrero o marzo, y quisiera llevar al audiovisual otras canciones de Marta Valdés, porque están llenas de imágenes. Mi esposo, Alejandro Gutiérrez, quien fue el realizador del videoclip Palabras, está entusiasmado con la idea.

-Quiero desarrollarme más como compositora, crear mis propias canciones, marcar mi propio estilo a la hora de componer. También me gustaría hacer música para cine.


Hace algunos años le cantaste a la felicidad en un disco, en un momento de tu vida en que andabas en su búsqueda. ¿Te consideras hoy una mujer feliz?

-Soy feliz porque tengo amor, que es lo más importante. Profesionalmente me faltan muchas cosas por lograr, pero mi vida familiar, junto a mi esposo y a mi niña que ya tiene dos añitos, me ha dado una gran felicidad.

-Todavía me entristece la injusticia, el egoísmo, el abuso de las personas y las cosas negativas del ser humano, pero miro a mi hija, que tiene esa picardía tan pura de los niños, y vuelvo a sonreír.

Gusel Ortiz Cano
Juventud Rebelde, 12 de enero de 2015.

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