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lunes, 27 de junio de 2016

Ponme la mano aquí, Macorina


Se nos ha ido, como consecuencia de un rayo rezagado de tequila, la buena de Chavela Vargas, una de las más grandes intérpretes de la música popular mexicana.

Gozaba de enorme cariño entre el público español, con el que mantuvo frecuentes contactos desde los más prestigiosos escenarios peninsulares e isleños. Nunca olvidaremos su recital en el auditorio Adán Martín, de Tenerife, en 2006, así como su actuación en un programa de RTVE en el que cantó dos veces la misma canción, por culpa de los efectos del tequila, precisamente. Esa canción no pudo ser otra que su famosa Ponme la mano aquí, Macorina.

Una canción que, junto a La llorona y Piensa en mí, fue pieza clave e inamovible en su repertorio, dado el mensaje prostibulario de los versos, dedicados por el español Alfonso Camín a un personaje llamado María Calvo Nodarse, conocida por el sobrenombre de "la reina de las putas de La Habana".

Señalan sus biógrafos que fue la primera mujer que obtuvo el permiso de conducir en Cuba, como así parecen reflejar una de las estrofas de Macorina: "Ella gasta gasolina / en su carro colorao, / y sigue con el tumbao, / que ella es la gran Macorina".

El autor de los versos, Alfonso Camín, había nacido en Asturias. Se trasladó a Cuba con su familia siendo muy niño. En el país caribeño ejerció el periodismo y escribió poesía para libretos de ópera y zarzuela, participando activamente en el llamado movimiento afrocubano de poesía, como lo demuestra su libro de poemas titulado Carey, al que pertenecen los versos de Macorina, un poema mucho más extenso que la canción que más tarde musicaría Chavela Vargas durante su estancia en Cuba.

El encuentro de los dos en la isla caribeña se produjo en 1950, cuando Chavela había viajado a La Habana por una semana y se quedó a vivir en ella durante dos largos años. De ahí que tuviera oportunidad de conocer a Camín en una de las frecuentes reuniones bohemias en que se intercambiaban poemas y canciones.

Así llegaron a sus manos los versos de Macorina, relata la cantante en su biografía titulada Y si quieren saber de mi pasado (Aguilar, Madrid 2002), título extraído de la famosa canción Un mundo raro, de José Alfredo Jiménez.

Según cuentan algunos estudiosos, como Darío Jaramillo, la primera versión de Macorina fue publicada en la revista madrileña Norte, en 1931. Con posterioridad, Camín añadió a las estrofas el estribillo de Ponme la mano aquí, Macorina, todo un santo y seña que luego llevaría la canción en su vertiginosa propagación por todo el mundo, porque, en su prima etapa y antes de que surgiese la música que le añadió Chavela, era una simple rumba que se originó en un espectáculo del teatro Alhambra, de La Habana, grabada posteriormente por la orquesta de Jaime Prats.

De los versos musicados por Chavela, y como modesto homenaje de reconocimiento a su inmenso talante de mujer luchadora, aquí van algunas de las estrofas de su inolvidable Macorina, tal vez la canción que mejor llegó a identificarla:

"Pon, ponme la mano aquí, Macorina, / pon, ponme la mano aquí. / Veinte años y entre palmeras, / los cuerpos como banderas, / noche, guateque y danzón, / la orquesta tocaba un son / de selva ardiente y caprina, / el cielo un gran frenesí (...) Tus senos carne de anón, / tu boca una bendición / de guanábana madura, / era tu fina cintura / la misma de aquel danzón. / (...) Tus pies dejaban la estera / y se escapaba tu saya, / buscando la guardarraya / que al ver tu talle tan fino / las cañas azucareras / se echaban sobre el camino / para que tú las molieras / como si fueras molino.. (...) Después el amanecer / que de mis brazos te lleva, / y yo sin saber qué hacer, / de aquel olor a mujer, / a mango y a caña nueva, / con que me llenaste al son / caliente de aquel danzón"...

Elfidio Alfonso
La Opinión de Tenerife, 9 de agosto de 2012.

Tres versiones de Ponme la mano aquí, Macorina: Abelardo Barroso y la orquesta Sensación; Charanga Rubalcaba y Raphael.

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