Celeste Mendoza Beltrán nació en Santiago de Cuba el 6 de abril de 1930 y falleció en La Habana el 21 de noviembre de 1998. Tenía 13 años cuando se trasladó a la capital con su familia. Se dio a conocer en un programa radial de aficionados, interpretando El marañón, del trompetista, compositor y director de orquesta Julio Cueva (Trinidad 1897-La Habana 1975). De su primo Jorge Beltrán recibió lecciones de baile. Posteriormente formarían una pareja de baile y se presentaron en el cabaret Mi Bohío, en la Playa de Marianao, una de las zonas donde en la década de 1940-50 se podía ver y escuchar lo mejor de la música popular cubana.
En 1950 debuta en el Teatro Martí como bailarina de la Compañía Batamú. En 1951 integra el cuerpo de baile que en el cabaret Tropicana dirigía el coreógrafo Roderico Neyra, Rodney. Ese mismo año formó un cuarteto con Omara Portuondo, Gladys León y su hermana Isaura Mendoza, bajo la dirección del pianista, compositor y director Facundo Rivero (Santa Clara 1912-Miami?).
En 1952 se inicia como cantante solista y se presenta en el programa Alegrías de Hatuey de Radio Progreso, con el acompañamiento de la orquesta conducida por el maestro Ernesto Duarte (Matanzas 1922-Madrid 1988), autor de Cómo fue, Bájate de esa nube y Anda dilo ya, entre otros boleros, y de canciones como Nicolasa, Cicuta tibia y Dónde estabas tú. En 1953, invitada por Joaquín M. Condall, se presenta en Esta Noche CMQ, donde canta a dúo con Miguel de Gonzalo, nombre artístico de Miguel Ángel González (Santiago de Cuba 1924-La Habana 1975) y quien en 1948 grabó seis números con la Sonora Matancera, entre ellos Obsesión y Dos Gardenias.
Aunque es más conocida por cantar rumba y guaguancó, Celeste Mendoza también cosechó triunfos interpretando, con su particular voz, canciones del feeling como Soy tan feliz, de José Antonio Méndez (La Habana 1927-1989), boleros como Nuestras vidas, de Orlando de la Rosa (La Habana 1919-1957) o rancheras como Que me castigue Dios, del mexicano Marcelo Salazar.
Celeste realizó giras artísticas por Europa y América Latina, en Cuba siempre participó en programas radiales y televisivos, así como en espectáculos de teatro y cabaret, donde tuvo oportunidad de compartir escenario con Benny Moré, Bola de Nieve, Pedro Infante, Ninón Sevilla, Josephine Baker y Carmen Miranda (de estas dos últimas hizo geniales imitaciones). En 1953, forma parte del grupo de bailarinas de Tropicana que se mueven alrededor de Tin Tan, mientras el mexicano interpreta Piel canela en una escena de la película El mariachi desconocido o Tin Tan en La Habana.
Después de la llegada del barbudo al poder, canta en los festivales de música popular celebrados en la isla en 1962 y 1963. Participa en el documental Nosotros la música, realizado en 1964 por el cineasta cubano Rogelio París. Fue protagonista de cuatro documentales producidos por el ICAIC y de un corto musical para la televisión francesa. En 1964 actúa en París junto a Elena Burke, Los Papines y la Orquesta Aragón. Firma un contrato con la televisión francesa y aprovecha su estancia en Europa para llevar la rumba a públicos tiesos de Berlín, Moscú y Leningrado.
En 1982 empecé a trabajar en el ICRT y la primera función que me dieron fue de responsable de la sección cultural de La Revista de la Mañana, del Canal Tele Rebelde, que tenía una gran teleaudiencia y era conducido por la actriz Mariana Ramírez-Corría, hija de Carlos Manuel Ramírez-Corría, considerado padre de la neurocirugía cubana. Una vez, un familiar de la Mendoza me dio su teléfono, para cuando Celeste tuviera actuaciones, se las divulgara. Otros músicos y artistas también me llamaban a mi casa y me informaban de sus giras y viajes, como Sergio Vitier y Arturo Sandoval.
Celeste era una mujer de pueblo, alegre y sencilla y no sé cómo podía cantar y bailar siendo asmática. Recuerdo que en una de aquellas conversaciones telefónicas le conté que mi padre era fan incondicional de María Teresa Vera (Pinar del Río 1895-La Habana 1965) y una de sus canciones preferidas era Nena, del guitarrista y compositor Patricio Ballagas (Camagüey 1879-La Habana 1920). Y que una vez por la radio anunciaron Nena por Celeste Mendoza y resultó que no era la misma canción, si no un bolero con el mismo nombre.
Siempre me quedé con la duda. Ahora, gracias a internet descubro que la Nena interpretada por la Mendoza como si fuese uno de esos bolerones que se escuchaban en las vitrolas habaneras en los años 50, en realidad es un cuplé, compuesto en 1919 por el compositor catalán Joaquim Zamacois (1894-1976) y que alcanzó fama cuando Sara Montiel lo interpretó en la película El último cuplé.
Para Rita Montaner, La Única, Celeste Mendoza era "una verdadera artista cubana, que expresa en lo vocal y lo coreográfico, con espontaneidad, sin dobles, nuestra música popular y folklórica".
Tania Quintero
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