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martes, 5 de agosto de 2014

Las tres piedras de Víctor



Entre las pocas cosas que en noviembre de 2003 puse en una vieja maleta verde, sin rueditas, habían tres muestras de piedras muy significativas.

La más pequeña y reluciente, del Santuario de la Virgen del Cobre. La mediana, color tierra, del Muro de Berlín. Y la más grande, porosa y oscura, del volcán Irazú de Costa Rica.

Las tres me las trajo mi amigo Víctor, quien falleciera en La Habana el pasado 2 de agosto. La del Cobre, de una visita a Santiago de Cuba en 1999; la del Muro, cuando en 1989 estuvo en Berlín, poco después de la caída del odioso símbolo, y la del volcán, de un viaje a Costa Rica en 2001.

Víctor había nacido el 6 de marzo de 1946 en Pinar del Río. De una familia campesina y humilde, viajó a la capital para estudiar química, becado en una escuela de Marianao.

Durante veinte años trabajó en la industria azucarera, pero donde cosechó más éxitos y posibilidades, fue como traductor e intérprete de alemán, idioma que dominaba a la perfección.

Gracias a su laboriosidad, profesionalidad y don de gentes -era un relaciones públicas innato- logró sacar a su familia adelante.

Por la lejanía se fueron perdiendo los contactos, pero la distancia no logró borrar la amistad ni disipar los recuerdos. Fue un gran amigo mío y de los míos.

En la mañana del sábado 2 de agosto, una paloma gris se posó en el alero de la ventana de nuestra cocina. Era la primera vez que ocurría y aunque soy agnóstica, se me ocurrió pensar que podría ser el espíritu del vasco Sebastián Iradier, autor de la canción La paloma, a la cual dedicaré un homenaje en mi blog en el mes de septiembre.

Pero al saber la noticia de la muerte de Víctor, el 2 de agosto, prefiero creer que fue una paloma mensajera, que desde La Habana voló a Lucerna a traerme en su pico unas palabras de despedida.

Desde Suiza, mi hija Tamila y mi nieta Yania, quienes también sintieron un cariño especial por él, y yo, enviamos nuestro más sentido pésame a su viuda Hortensia, su hija Diana, su pequeña nieta, sus hermanos, sobrinos, cuñados y demás familiares, en Cuba y en otros países.

¡Descansa en paz, Víctor Martínez García!

Tania Quintero
Foto: Víctor, el día del segundo cumpleaños de Yania, el 3 de junio de 1996, celebrado en nuestro apartamento habanero de La Víbora.

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