Entre las pocas cosas que en noviembre de 2003 puse en una vieja maleta verde, sin rueditas, habían tres muestras de piedras muy significativas.
La más pequeña y reluciente, del Santuario de la Virgen del Cobre. La mediana, color tierra, del Muro de Berlín. Y la más grande, porosa y oscura, del volcán Irazú de Costa Rica.
Las tres me las trajo mi amigo Víctor, quien falleciera en La Habana el pasado 2 de agosto. La del Cobre, de una visita a Santiago de Cuba en 1999; la del Muro, cuando en 1989 estuvo en Berlín, poco después de la caída del odioso símbolo, y la del volcán, de un viaje a Costa Rica en 2001.
Víctor había nacido el 6 de marzo de 1946 en Pinar del Río. De una familia campesina y humilde, viajó a la capital para estudiar química, becado en una escuela de Marianao.
Durante veinte años trabajó en la industria azucarera, pero donde cosechó más éxitos y posibilidades, fue como traductor e intérprete de alemán, idioma que dominaba a la perfección.
Gracias a su laboriosidad, profesionalidad y don de gentes -era un relaciones públicas innato- logró sacar a su familia adelante.
Por la lejanía se fueron perdiendo los contactos, pero la distancia no logró borrar la amistad ni disipar los recuerdos. Fue un gran amigo mío y de los míos.
En la mañana del sábado 2 de agosto, una paloma gris se posó en el alero de la ventana de nuestra cocina. Era la primera vez que ocurría y aunque soy agnóstica, se me ocurrió pensar que podría ser el espíritu del vasco Sebastián Iradier, autor de la canción La paloma, a la cual dedicaré un homenaje en mi blog en el mes de septiembre.
Pero al saber la noticia de la muerte de Víctor, el 2 de agosto, prefiero creer que fue una paloma mensajera, que desde La Habana voló a Lucerna a traerme en su pico unas palabras de despedida.
Desde Suiza, mi hija Tamila y mi nieta Yania, quienes también sintieron un cariño especial por él, y yo, enviamos nuestro más sentido pésame a su viuda Hortensia, su hija Diana, su pequeña nieta, sus hermanos, sobrinos, cuñados y demás familiares, en Cuba y en otros países.
¡Descansa en paz, Víctor Martínez García!
Tania Quintero
Foto: Víctor, el día del segundo cumpleaños de Yania, el 3 de junio de 1996, celebrado en nuestro apartamento habanero de La Víbora.
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