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lunes, 1 de julio de 2013

Riquezas y migajas en Mariel



Hace unos días, salí de excursión con varios amigos por la periferia de La Habana. Nuestro destino final era el pueblo de Mariel y sus costas. La magnitud de lo que se está construyendo allí rebasa la imaginación. Verlo me llevó a preguntarme: ¿para quiénes será la prosperidad que traigan estas construcciones? ¿quiénes disfrutarán los beneficios de esta Zona Especial de Desarrollo?

La bahía de Mariel fue divisada por los colonizadores españoles durante la medición de la isla de Cuba, realizada en 1508 por el navegante Sebastián de Ocampo, quien hizo anotaciones sobre particularidades.

A partir de 1959 se incrementa el impulso a la economía del municipio habanero del Mariel. Se modernizó la tecnología de la fábrica de cemento El Morro, convirtiéndola en la Fábrica de Cemento René Arcay. Además, se construyó la Central Termoeléctrica Máximo Gómez, con tecnología de la extinta URSS, y la Terminal exportadora de azúcar crudo, a la vez que se restauró el puerto y se creó un astillero.

Pero no es por sus industrias por lo que se hizo famoso y ha pasado a la historia el Puerto del Mariel. El nombre Mariel siempre será recordado como uno de los más tristes y violentos episodios de la era castrista. Más que con el progreso, asociado con los “actos de repudio”. En 2013 se cumplen 33 años de la denominada Crisis del Mariel, por haber sido el puerto por el cual abandonaron la Isla rumbo a Cayo Hueso, Estados Unidos, unos 125 mil cubanos, entre abril y septiembre de 1980. Los que escaparon en esos barcos pasaron a ser conocidos como “marielitos”.

Con la llegada de las reformas aperturistas de Raúl Castro, el régimen estableció una prioridad estratégica a corto plazo en el Puerto del Mariel: la de convertirlo en el más moderno de Cuba. Esto se hará efectivo tras la ejecución de los trabajos inversionistas previstos en un programa integral que transformarán esa localidad en una Zona Especial de Desarrollo. El principal socio inversor es la empresa Odebrecht S.A. de Brasil, que aporta 800 millones de dólares. Cuba, a su vez, debe aportar los restantes 200 millones.

Pero, ¿a manos de quiénes irán a parar los resultados de esta inversión? Es un hecho que los grandes beneficiaros cubanos serán los de la clase política militar y sus acólitos, los mismos que hoy dirigen y controlan todo el proyecto y se preparan para una “transición” a su medida, que les permita mantener el control del país y , sobre todo, de la economía.

Todo indica que, a pesar del nuevo proyecto faraónico, los únicos cubanos de a pie beneficiados con la existencia del Puerto del Mariel continuarán siendo los “marielitos” que por allí huyeron en 1980.

Polina Martínez Shvietsova
Cubanet, 25 de abril de 2013.
Foto: Puerto del Mariel, tomada del blog MercaCuba.

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