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lunes, 18 de marzo de 2013

La Cuba que se nos fue



Las ruinas y el abandono de la ciudad donde naciste duelen. Pero más duele la falta de respeto y ética de sus habitantes. Antes de llegar el comandante y comenzar a destrozar, La Habana, como toda Cuba, se caracterizaba por la decencia y el buen hablar y vestir de los cubanos, al margen de su categoría social y económica.

Los pobres daban los buenos días y sabían comportarse cuando iban a una tienda, al médico o a ver un abogado. Los negros eran aún más cuidadosos a la hora de expresarse y relacionarse con el resto de su comunidad. Habían personas descarriadas, chulos, marihuaneros y ladrones. También asesinos, cuyos crímenes quedaban reflejados en las páginas de la crónica roja de periódicos y revistas o en el programa de Joseíto Fernández, trasmitido todas las mañanas por una popular emisora y donde el intérprete de La Guantanamera, cantando, narraba los últimos sucesos sangrientos.

En las seis provincias que entonces conformaban la República de Cuba, existían barrios marginales. Había analfabetismo y prostitución. Parecía que Fidel Castro y su revolución le iban a dar un vuelco de 180 grados a la situación. Los cubanos pensábamos que el barbudo iba a eliminar lo malo y dejar lo bueno que había en la isla cuando llegó al poder. Después de la campaña de alfabetización en 1961 y de su interés por convertir el deporte, la educación, la salud y la biotecnología en vitrinas propagandísticas, las transformaciones positivas se estancaron. Todo empezó a dar marcha atrás.

Luego de 47 años dirigiendo los destinos de Cuba (1959-2006) como si fuese el mayordomo de una finca particular, Castro no fue capaz no ya de desarrollar la agricultura, la ganadería, la pesca, la industria y la economía en general, sino de hacer de los cubanos unos ciudadanos más cultos y refinados que antes de 1959.

Un ejemplo. De las escuelas públicas fueron suprimidas asignaturas que a primera vista podrían parecer secundarias, pero no lo eran: música, dibujo, caligrafía, trabajo manual, cocina, costura, economía doméstica, moral y cívica. Los guerrilleros no se distinguían por su nivel cultural, por sus reglas de urbanidad ni su sensibilidad humana. El día que decidieron politizar la educación y adoctrinar al alumnado, desde kindergarten a la universidad, comenzó a engendrarse una generación que sí, sabe leer y escribir, pero se expresa mal, con un vocabulario limitado y una dicción pésima.

Esto se percibe mejor cuando escuchas hablar a un argentino, peruano o colombiano y lo comparas con un cubano. Da igual que sea un funcionario estatal, un miembro del partido o un disidente. Descubres que los cubanos están cortados por la misma tijera. Tiene su explicación: son más de cinco décadas escuchando discursos y 'teques', leyendo la monótona prensa oficial, viendo los desactualizados telediarios. A la hora de hablar, es similar el tono desagradable de la voz y la gesticulación de unos y otros.

El Capitolio Nacional, en el corazón de la capital y actualmente muy fotografiado por turistas, fue testigo de grandes duelos políticos, protagonizados por oradores e intelectuales de renombre como Salvador García Agüero, negro y comunista, y Orestes Ferrara, italiano que luchó por la libertad de Cuba. Los dos han sido tirados al saco del olvido.

Imperdonable un país sin memoria. Hoy, a muy pocos jóvenes les interesa conocer su pasado. Lo de ellos es bailar reguetón, hacer el amor y tratar de irse del país.

Es lógico. Es el resultado de la mediocridad en la que llevan 54 años viviendo. A partir de 1959, los hombres de verde olivo no solamente fusilaron a decenas de 'contrarrevolucionarios', también ejecutaron la decencia. Impusieron la vulgaridad y la chabacanería. El lenguaje panfletario lo mismo es utilizado por una portavoz del castrismo que por una opositora de nuevo cuño. Representan la Cuba del presente, tan poco original y creativa. Tan alejada de aquella otra. La que para siempre se nos fue.

Tania Quintero

Foto: Última reunión de la familia Crespo-Calderón antes del desastre nacional. Tomada de la web Caibaiguán. Por su interés, reproducimos el pie de foto, escrito por Tony R. Crespo. De pie de izquierda a derecha: Dr. Alberto Crespo Calderón (permaneció en Cabaiguán hasta su muerte en 2006); Ing. Fernando Crespo Calderón (vive en Coral Gables, Florida); Dr. Luis Crespo Calderón (conocido en Cabaiguán como "el abogado de los pobres", fue concejal del Ayuntamiento, murió en 2006); Antonio Crespo Calderón, mi padre (maestro cívico-militar y empresario, fue concejal del Ayuntamiento por el Partido Auténtico, murió en Miami en 1988); Antonio Crespo Olivero; Ing. Elías Crespo Calderón (ingeniero eléctrico, murió en Santa Lucía, Camagüey, en 2000); Jorge Antonio Crespo Infante (en los brazos de su padre, vive en Miami y es ingeniero eléctrico) y Dr. Alejandro Crespo Calderón (médico, murió en Miami en 2004). Sentadas: Dra. María Rosa Somoza (natural de Holguín, actualmente vive en Cabaiguán), de pie sus hijos Alberto Crespo Somoza (hoy pediatra en La Palma, Canarias); Carlos Antonio Crespo Somoza (profesor universitario e historiador, autor del libro biografico Los Crespo: Historia de una familia, publicado por el Ayuntamiento de La Palma, Canarias, reside en Cabaiguán); Concepción González (de Santa Clara); Aurelia Calderón Guerra, viuda de Crespo, mi abuela (murió en Cabaiguán en 1972); Ofelia Olivero de Crespo, mi madre (murió a los 101 años en Miami, en 2006). De pie, Elías Pedro Crespo Infante (hoy ingeniero eléctrico vive en Miami); Dra. Alva Infante (de Holguín, vive en Miami); Jorge Luis Crespo Crespo (hoy dentista en Miami); Dra. Ana Rosa Crespo Pérez (hija de Eulogio Crespo Guerra, murió en Miami en 2005) y Alejandro Crespo Crespo (vive en Miami y es contador público).

Nota.- Caibaguán es un municipio de alrededor de 68 mil habitantes perteneciente a la provincia de Sancti Spiritus. Se le considera "la capital canaria de Cuba", porque más del 95% de la población es descendiente de canarios.

5 comentarios:

  1. Buenas tardes, aunque es cierto que hay una tendencia a la mala educación en todas partes, lo de Cuba creo que pasa de castaño oscuro como decía mi madre q.e.p.d.
    Saludos,

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  2. Es muy triste pero es la relidad,la pena es que dentro de ese mundo"macondiano"existan personas que si quieren vivir diferente y pasa la vida sin que tengan esa oportunidad.Los que nos hemos ido muchas veces nos hacemos de una coraza para no sufrir,esa es nuestra historia obligada por un regimen de locos.

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  3. LE ESCRIBE EL DR. ALBERTO J. CRESPO SOMOZA, DESDE LA ISLA DE LA PALMA, CANARIAS, ESPAÑA, Y LE QUIERO DAR LAS GRACIAS POR LA PUBLICACION EN SU BLOG DE LA FOTO DE LA FAMILIA CRESPO CALDERON, LA MISMA FUE TOMADA EN CABAIGUAN EN UNAS NAVIDADES A MEDIADOS DE LA DECADA DE LOS AÑOS 50 DEL PASADO SIGLO XX, MI PADRE ERA EL DR. ALBERTO C. CRESPO CALDERON, MEDICO, MI MADRE LA DRA. MARIA R. SOMOZA FERNANDEZ, FARMACEUTICA, AMBOS PERMANECIERON SIEMPRE EN CUBA, Y MURIERON EN CABAIGUAN, DESCANSAN EN EL PANTEON DE LA " FAMILIA CRESPO " EN EL CEMENTERIO MUNICIPAL DE CABAIGUAN.
    YO EMIGRE DE CUBA EN EL AÑO 1993, INSTALANDOME EN LA ISLA DE LA PALMA, CANARIAS, LUGAR DE PROCEDENCIA DE MIS ABUELOS PATERNOS, DONDE HE EJERCIDO COMO MEDICO PEDIATRA EN LOS ULTIMOS 20 AÑOS, NACIDO EN 1948, YA TENGO 65 AÑOS DE EDAD.
    LE DOY NUEVAMENTE LAS GRACIAS EN NOMBRE DE TODA LA FAMILIA CRESPO.
    MUY ATENTAMENTE,
    DR. ALBERTO J. CRESPO SOMOZA.

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    1. DR. ALBERTO J. CRESPO SOMOZA: MI NOMBRE ES ROSA MARIA SOMOZA GOYANES, Y BUSCANDO FAMILIA DE MI PADRE JOSE SOMOZA GONZALEZ, HIJO DE ANTONIO SOMOZA MOURELO DE BOVEDA (LUGO) ESPAÑA, CREO QUE UD. PUEDE SER DESCENDIENTE DE UN HERMANO DE MI ABUELO. SU NOMBRE CREO QUE ERA DOMINGO, Y SE CASO EN CUBA CON UNA SEÑORA LLAMADA M. ROSA, VIVIAN EN HOLGUIN, Y SABEMOS QUE SUS HIJOS SE FUERON A EEUU, HOUSTON,MIAMI. LE ESTARIA MUY AGRADECIDA SI ME CONTESTARA . ATENTAMENTE. MI DIRECCION DE CORREO ES somgoy@g.mail.com

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  4. Dr. Crespo. Gracias por su comentario. Ese mismo día, en mi correo de Hotmail, un familiar suyo me envió este email: Buenos dias, busco su articulo La Cuba que se Perdio pero no lo ecuentro. Tiene un fotografia de la familia Crespo en Cabaiguan. Muchas gracias, Belkis Crespo-Freedman
    Le copio mi respuesta y le aclaro que ella no me ha vuelto a escribir.

    Hola, Belkis. En este link (http://taniaquintero.blogspot.ch/2013/03/la-cuba-que-se-nos-fue.html) puedes ver el texto mío titulado La Cuba que se nos fue, donde puse una foto de vuestra familia. Me imagino que conoces al Dr. Alberto J. Crespo Somoza, ayer dejó un comentario en mi blog.

    El Dr. Crespo no puso su email, por eso quiero pedirte que le digas que cuando escribí La Cuba que se nos fue, me puse a buscar en internet la foto de una familia cubana que reflejara aquella Cuba. Y tuve la suerte de encontrar en ese blog dedicado a Cabaiguán la de vuestra familia y la puse con el mayor respeto y admiración hacia unos cubanos que fueron capaces de fundar una familia numerosa y ejemplar. Por eso puse todos los nombres que aparecían en el blog, así y todo, me arriesgué a que a ustedes no les pareciera bien mi 'atrevimiento'. Debo confesar que también influyó de que fueran de Cabaiguán: mi familia materna es oriunda de Sancti Spiritus y muchos parientes nuestros estuvieron muy vinculados a Cabaiguán. Si tienen escrita alguna historia familiar, por este correo me la pueden enviar, con gusto la publico en mi blog. A quien en realidad tengo que dar las gracias es a ustedes.
    Sinceramente, Tania Quintero

    Nota.- En mi blog he escrito sobre mi infancia, sobre La Habana en que nací (en 1942), entre otros trabajos recordando el pasado.

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