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domingo, 8 de abril de 2012

Whitney Houston: la tragedia de una superestrella


Pasar de oír la inconfundible voz de Whitney Houston en las décadas de 1980 y 1990, a ver su cuerpo adelgazarse y su voz deteriorarse en los últimos diez años fue una experiencia impactante para todos sus fanáticos.

Su serena imagen, que se iluminaba al entonar esa voz majestuosa, se vio trastocada en los últimos años de su carrera y se convirtió en el guión de una historia de suspenso que invadió las portadas de los periódicos sensacionalistas.

Houston nació con unos genes musicales inusuales: era hija de la cantante de gospel Cissy Houston, prima de la diva del pop en la década de 1960 Dionne Warwick y ahijada de la legendaria y reina del soul Aretha Franklin.

Desde que tenía 5 años, Houston estaba entonando canciones de gospel en New Hope Baptist Church, una iglesia cristiana en New Jersey. Pasó su niñez haciendo las segundas voces de artistas como Chaka Khan y Lou Rawls, así como las de su madre.

Pronto fue motivo del interés de Clive Davis, dueño de Arista Records, un bar en Manhattan, y, a los 19 años, ya se podía considerar una artista de reconocimiento. Davis solo dejó que los compositores más prestigiosos hicieran parte del equipo que produjo el primer álbum, Whitney Houston. Cuando fue lanzado, en 1985, se convirtió en el disco más vendido de un artista debutante.

Dio con diferentes éxitos, varios de los cuales ganaron premios Grammy, como Saving All My Love for You, How Will I Know, You Give Good Love, y The Greatest Love of All.

Houston se dio el lujo de ser más exitosa que los Beatles, al tener siete veces consecutivas el sencillo número uno de las lista estadounidenses. En 1987 sacó un nuevo álbum, Whitney, donde se encuentran las célebres canciones Where Do Broken Hearts Go y I Wanna Dance With Somebody.

Para finales de la década de 1980 ya se había convertido en una de las cantantes de soul más exitosas de todos los tiempos: para ese entonces, había vendido 100 millones del discos alrededor del mundo. Su poderosa voz, y sobre todo el hecho de que lo hiciera sin esforzarse, también la llevaron a ser actriz de Hollywood.

En 1992 fue la protagonista de El guardaespaldas, cinta también protagonizada por Kevin Costner que dio con la inimitable I Will Always Love You, un cover de Dolly Parton.

Whitney fue el álbum del año en los premios Grammy y se mantuvo en la cima de las listas durante varias semanas. El papel en la película, sin embargo, tenía cierta relación incómoda con la realidad. Por esa época surgieron rumores de que a Houston se le habían subido los humos: decían que era difícil trabajar con ella y que era cada vez más impuntual.

Houston volvió al cine en 1995 y 1996 con Waiting to Exhale y The Preacher's Wife, dos largometrajes cuyas bandas sonoras también cantó. Pero, para ese entonces, las noticias sobre abuso de drogas -de cocaína, marihuana y pastillas- empezaron a revelarse y la carrera de la artista empezó su decaída.

Su comportamiento se volvió más y más errático. En 1992 se había casado con el cantante de hip-hop Bobby Brown, con quien tuvo una hija, Bobbi Kristina. Pero el tumultuoso matrimonio se volvió un espectáculo público. Se divorciaron en 2007 y a Houston se le concedió la custodia de Bobbi.

La impecable voz de Houston se volvió áspera y ronca. Además, ya no lograba alcanzar esas notas altas por las que se había hecho famosa. Entró a rehabilitación dos veces antes de declararse abstemia en 2010, pero durante el proceso, la diva tuvo que cancelar conciertos y fue detenida en un aeropuerto por portar drogas.

En 2011, en un concierto homenaje a Michael Jackson, estaba tan flaca que se dijo que iba a morir al día siguiente. En una famosa entrevista con Diane Sawyer, en 2002, Houston había dicho que "el peor demonio soy yo; puedo ser o mi mejor amigo o mi peor enemigo".

En 2009 grabó un disco, I Look To You, con el objetivo de volver a la escena y al estrellato, pero su mal momento se evidenció en un concierto que estuvo desafinado tanto en lo musical como en lo personal.

En una conversación con la BBC, el periodista especializado en música Paul Gambaccini describió la voz de Houston como "el manual de canto para todas las artistas durante 30 años. Pero al final se convirtió en la víctima de una decadencia que ella misma administró y que tristemente dejó que todo se viniera al piso".
BBC Mundo, 12 de febrero de 2012
Video: Whitney Houston, entonces con 26 años, interpreta One Moment in Time, de Albert Hammond y John Bettis. Fue en un homenaje a Sammy Davis Jr. en el Shrine Auditorium de Los Angeles, el 13 de noviembre de 1989. El video inicialmente subido a You Tube era defectuoso y EyeLook2U -que supongo es japonés o sudcoreano- lo reconstruyó, mejorando la calidad de la imagen y, sobre todo, el audio.

1 comentario:

  1. Al parecer se dedicaron a acabar con ella el marido y la hermana del marido que devino su manager.

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