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miércoles, 7 de marzo de 2012

Tanto poder y tanto miedo


Por Leonardo Calvo Cárdenas

Cuando se unen el poder absoluto, la soberbia y el miedo, se genera una combinación peligrosa y lamentable.

En los últimos meses el nerviosismo de Estado ha generado en Cuba una incisiva escalada represiva contra el más visible proyecto cívico antirracista de la Isla. El amplio programa de actividades con que el Comité Ciudadano por la Integración Racial de Cuba (CIR) conectó con las dinámicas globales generadas por el Año Internacional de los Afrodescendientes ha sido objeto de permanentes amenazas y aparatosos operativos policiales destinados a impedir por la fuerza las acciones cívicas e intelectuales de la organización.

En varias ocasiones, los oficiales de la policía política han manifestado a los líderes del CIR la determinación de no permitir ninguna actividad. Con frecuencia alrededor de una docena de líderes y activistas del CIR han sido temporal y arbitrariamente detenidos, pues el grupo persiste en cumplir sus diseños y programas y no dar un paso atrás ante la intolerancia represiva de las autoridades cubanas.

Las maniobras dilatorias del régimen impidieron a los principales líderes del CIR asistir en calidad de delegados a la Primera Cumbre Mundial de Afrodescendientes (La Ceiba, Honduras, 18-21 de agosto). En ocasión de celebrarse el II Foro Raza y Cubanidad, principal evento académico del CIR (24-26 de noviembre) el mismísimo Juan de Dios Mosquera, líder del Movimiento Nacional Cimarrón de Colombia, llegado a La Habana especialmente para participar en el cónclave, fue testigo excepcional de lo que es capaz de hacer el aparato represivo castrista para impedir que unas pocas decenas de cubanos se reúnan para discutir sobre su historia y problemas actuales.

Sin embargo, la desesperación e impotencia de las autoridades cubanas puede llegar a límites insospechados. El jueves 15 de diciembre uno de esos oficiales que tiemblan de pánico ante una cámara fotográfica y no se atreven a usar sus nombres verdaderos, se personó en el domicilio de Juan Antonio Madrazo Luna, coordinador nacional del CIR. Aprovechando la ausencia de Madrazo, el autodenominado “coronel Alejandro” procedió a sembrar el terror en su familia y especialmente amenazó a Teresa Luna, la anciana madre del líder del CIR.

Con este recurso extremo y miserable, el oficial pretendió disuadir a Madrazo Luna de acoger en su vivienda la programada conferencia de prensa que al día siguiente debía dar cuenta a la opinión pública de la marcha del Proyecto Nuevo País, que animan varias organizaciones políticas y cívicas al interior de Cuba con el objetivo de promover propuestas ciudadanas para la transformación de la sociedad cubana.

Tales actitudes no hacen mella en la determinación de Madrazo Luna y sus hermanos de lucha de cumplir los compromisos asumidos con la lucha por la democratización de Cuba, pero retratan de cuerpo entero y sin lugar a dudas la naturaleza criminal y antihumana de las autoridades cubanas que, desde la altura del poder absoluto, son capaces de acudir a tamañas bajezas para seguir violando el derecho ajeno.

El gobierno cubano presume de su humanismo y solidaridad en las más lejanas latitudes, mientras se derrumban la moral y los argumentos del régimen para sostener sus actitudes intolerantes, y la mentira, la represión y el chantaje descarnados constituyen las herramientas únicas, y últimas, para contener las ansias de libertad del pueblo cubano.
Foto: 24 de noviembre de 2011. Con la participación de alrededor de 45 personas, ese día se inauguró en La Habana la segunda edición del Foro Raza y Cubanidad, en la vivienda de Juan Antonio Madrazo Luna, en El Vedado.

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